Todo lo que necesitas saber sobre América Latina de Inés Nercesian y Julieta Rostica es un libro situado en la tradición latinoamericanista. Con este término no me remito a los “Estudios Latinoamericanos” sino a una larga trayectoria, no lineal, no homogénea, que, a partir de diferenciarse críticamente de la modernidad hegemónica occidental, ha sentado las bases de un proyecto histórico, político y cultural que se orienta hacia la construcción de “lo latinoamericano”.
A pesar de la consigna del título, compartida por todas las obras de la colección de Paidós en la que se enmarca, Nercesian y Rostica no buscan decir “todo”, sino aquello que permite explicar la forma en la que América Latina se constituyó(e) como tal. La pregunta que recorre el libro rebasa la clásica y siempre presente preocupación por la unidad o no de América Latina. Se ubica en otro registro. La cuestión central de la obra radica en por qué y cómo se construyó (y se construye) “América Latina“como comunidad, como identidad o, como refieren las autoras, común-unidad. No hay en este libro una suma de casos nacionales, hay procesos comunes latinoamericanos, que dan cuenta de que América Latina es, parafraseando a Durkheim, algo más que la suma de sus partes.
Su lectura no deja lugar a dudas: América Latina es una construcción histórica, geografica, econ6mica, social, politica y cultural, y como toda construcción social fue (y es) producto de luchas, disputas, poder(es). Esas disputas en la construcción de América Latina son las que logran reflejar el conjunto de la obra.
Las autoras, especializadas en sociología histórica de América Latina, abordan siete grandes cuestiones: los orígenes de América Latina; la conquista y la colonización; las independencias, los estados nacionales y los regímenes oligárquicos; las ideas, el arte y la cultura popular; los cambios sociales y las revoluciones; las dictaduras y genocidios; las transiciones a las democracias y los gobiernos posneoliberales; la economía política latinoamericana; y, como epílogo, la cuestión de Malvinas. Los siete capítulos reúnen en total 48 temas sobre América Latina. El abordaje, breve, incluye cronologías que ayudan a situar los procesos que se trabajan, recuadros con destacados, curiosidades, mini-relatos y debates relacionados a cada tema.
En este recorrido muestran un proceso de construcción, no lineal, de más de doscientos años, en el cual, señalan Nercesian y Rostica, “hubo momentos en los que la cuestión Latinoamericana cobró más vigor” (p. 14). La reconstrucción de esos momentos es un eje central del libro: la cuestión del nombre, las guerras de independencia, los grandes debates intelectuales, políticos y culturales sobre la región en las décadas del veinte y del sesenta, “el propio concepto de América Latina se convirtió en sinónimo de subversivo, comunista o revolucionario” (p. 15) y, también, nuestro presente en el que América Latina vuelve a emerger como eje de discusión de los intensos debates intelectuales y políticos. La perspectiva con la que las sociólogas miran estos procesos resalta su carácter disruptivo, la búsqueda de un contenido genuino, transformador, independiente, soberano para América Latina. Muestran procesos que implicaron resistencia a una integraci6n subordinada a la modernidad hegem6nica definida en otras latitudes (pero siempre en sintonía de intereses con las clases dominantes locales). De ahi que afirmen que”America Latina, segun la óptica de los conservadores, es sinónimo de lucha y rebeldía”(p. 15).
La cuestión del nombre, por ejemplo, inaugura el primer capítulo: “Los orígenes”. Las autoras revisan la historia de ese recorte, limitación, construcción que implica la nominación “América Latina”. Indagan en los actores y los procesos que convergieron en la adopción del nombre y acuerdan en que no es impuesto, sino adoptado por los propios latinoamericanos, como resultado de una búsqueda de identidad común de cara a un “otro”, ibérico primero, norteamericano después. Los años veinte y las vanguardias culturales latinoamericanas de esos “años locos”son trabajados en el capítulo tres “Ideas, arte y cultura popular”donde se destaca la importancia de los mismos como fundadores de muchas tradiciones políticas y culturales del siglo XX. La particularidad de estos movimientos, destacada por las profesoras de la Universidad de Buenos Aires, es que “al tiempo que expresaron posiciones a favor de lo moderno y lo cosmopolita, también exigieron una identidad originaria y original, nacional, regional, étnica e incluso, antiimperialista”(p. 99). En este capítulo se dedica un espacio al muralismo mexicano, como una marca indudable del arte popular de la región. Asimismo, son retratadas las Ciencias Sociales de los años cuarenta, cincuenta y sesenta, momentos de su institucionalización y consolidación, a través de los debates en torno a la modernización, el desarrollo y la dependencia que marcaron significativamente el pensamiento latinoamericano. Estos debates no sólo son expuestos, sino que forman parte del corpus teórico que subyace al libro. Se ve claramente cuando estudian la economía latinoamericana, en el capítulo siete, al analizar los grandes procesos de acumulación capitalista en la región y al describir la injerencia imperialista de Estados Unidos en América Latina (capítulo cinco). La actualidad es otro de los momento que las autoras resaltan como significativo para “lo latinoamericano”, cuando “America Latina vuelve a emerger como respuesta superadora a los procesos de fragmentación, individualización, separación, segregación y polarización social fundados por las dictaduras institucionales de las fuerzas armadas, cuyo apogeo se alcanzó en los años noventa”(p. 16). En esta dirección, Nercesian y Rostica repasan, en el capítulo seis “Democracias y nuevos gobiernos”, la conformación de los nuevos movimientos sociales y el neoindigenismo como expresi6n politica y social surgida en el proceso de cambio de fin de siglo; las nuevas constituciones y constitucionalismos, los procesos de integraci6n regional (Mercosur, Alba, 7nasur, Celac), la configuraci6n de los nuevos gobiernos del siglo XXI: Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina, Brasil y Uruguay, y sus diferencias con México y Colombia, presentados como dos casos de continuidad del modelo neoliberal.
Todo lo que necesitas saber... es un libro con una clara preocupación por el pasado pero no es un libro historiografico. Ines Nercesian y]ulieta Rostica, sociólogas y doctoras en Ciencias Sociales, se adentran en la historia latinoamericana concreta desde la Sociología Histórica (SH), un campo de hibridación entre la sociología y la historia, cuyo objeto es analizar la historia concreta, en un lugar y tiempo dados, a partir de un aparato conceptual históricamente referido. La SH se aparta tanto de las grandes generalizaciones de la sociología como de las minuciosidades de la historia; reivindica el tiempo como una categoría fundamental para el análisis teórico de la sociedad frente a la sociología sistémica, demanda la relación entre la acción y la estructura del enfoque marxista, y estudia procesos interpretables a través del método y el análisis del sentido en términos weberianos.1 Desde esta óptica las autoras repasan las independencias, en el capitulo dos”Independencias y dependencias, conflictos belicos“, dejan de lado la idea de “crisis del orden colonial”en pos de la de “revolución”. Sobresalen las independencias tardías de Cuba y Puerto Rico, y los casos más paradigmáticos de Haití y Brasil: el primero como la revolución más radical y la única llevada adelante por negros esclavos; el segundo como una independencia sin revolución.
Reconstruyen el largo y complejo proceso de formación de los estados nacionales y estudian la dominación oligárquica, su crisis y la impugnación a ese régimen en las décadas de 1920 y 1930. Las autoras rechazan la hipótesis de la crisis de 1930 como factor explicativo de la crisis oligárquica, y la presentan como un cambio social de mayor envergadura.
Los procesos protagonizados por Lázaro Cárdenas en México, Getulio Vargas en Brasil y Juan Domingo Perón en Argentina son estudiados en el capítulo cuatro, “Cambio social y revoluciones”, a partir de la categoría de populismo a la que niegan, claro, el tono peyorativo. El concepto de revolución de Theda Skocpol resalta en el análisis de los procesos de México (1910) y Bolivia (1952), así como también de las dos experiencias socialistas latinoamericanas, la Revolución cubana (1959) y la vía chilena hacia el socialismo del Chile de Allende (1970). México y Bolivia, revoluciones sociales burguesas, y Cuba, socialista, se presentan como revoluciones triunfantes porque cambiaron la estructura social y política.
También hay lugar en el análisis para las “revoluciones sociales fallidas”, como las de Guatemala y Nicaragua cuyas transformaciones fueron truncadas.
La idea de “dictaduras institucionales de las Fuerzas Armadas”de Waldo Ansaldi le permite a las autoras pensar, en el capítulo cinco “Dictaduras, represión y genocidio”, los procesos dictatoriales del Cono Sur a partir de los años sesenta: Brasil, Bolivia, Uruguay, Chile y Argentina. Categoría que, según las autoras, también abarca el caso de Guatemala en 1982-1985.
El libro propone un repaso por cada uno de los 48 temas de forma breve. La brevedad tropieza en algunos casos con la profundidad, no obstante, no es impedimento para que las autoras expongan la especificidad de los fenómenos que estudian. Nercesian y Rostica logran dar cuenta de esa especificidad porque entienden que los fen6menos sociales habitan o expresan contextos complejos de relaciones múltiples y tiempos propios. En esta línea, las autoras, por ejemplo, al considerar los procesos de conquista y colonización, en el capítulo uno “Los orígenes”, retoman la metáfora del “desierto”que habilitó la posesión material de América Latina y el aniquilamiento físico, espiritual e identitario de sus pueblos. Muestran las características del orden colonial y las diferencias entre las distintas colonias. Pero, además, reponen los debates de las décadas del sesenta y setenta del siglo XX sobre el carácter de la conquista: América Latina colonial, feudal o capitalista. Debate que, como señalan, tuvo una importancia central en las distintas propuestas de cambio social de la época. Y marcan una posición: la conquista y la colonización fueron el punto de partida de América Latina, porque vino a cumplir un papel central en la acumulación originaria del capitalismo. Sostienen la idea de un “capitalismo colonial”que constituy6 la especificidad de Latinoamerica”Los europeos no trasladaron sus instituciones feudales, sino que crearon el colonialismo, una nueva experiencia histórica que permitía controlar territorio y poblaciones a la distancia a través de instituciones coloniales como la encomienda, el repartimiento o la mita”(p. 38).
Asimismo, revisan la importancia y diferenciación de los “reformismos militares”, y problematizan la visión sobre las fuerzas armadas que predomina en las sociedades latinoamericanas después de las dictaduras y genocidios y que, en buena medida, fue efecto de las teorías de la transición de los años ochenta, que opusieron lo militar como sinónimo de autoritario, y a lo civil como sinónimo de democracia. En pocas palabras afirman que “Si bien hubo militares y dictadores que pusieron en marcha las más sangrientas dictaduras, desde los años treinta en adelante, también los hubo de otro tenor”(p. 161).
Otro aspecto destacable de la obra es que analiza integralmente los procesos en los que se detiene. No sólo porque aborda cuestiones de la economía, la sociedad, la cultura y la política de América Latina, sino también y especialmente porque integra todas esas dimensiones en el abordaje de cada tema. La forma de presentar la gastronomía latinoamericana como resultado de las presiones de la colonización y la dependencia, la resistencia, los sincretismos y mestizajes y los proyectos de cambio, es un lindo ejemplo de ello.
En la reconstrucción del boom literario de los años sesenta, sobresale, también, la integralidad del enfoque. Además de nombrar sus características sobresalientes, las autoras revisan las condiciones sociales en las que se construyó enmarcándolo en el cambio social de los años cincuenta, la revolución tecnológica y la revolución cultural.
Por último, el libro evita caer en la no-ingenua y persistente aspiraci6n al conocimiento definitivo de los “hechos”del pasado. Las autoras saben que esos “hechos”siguen haciéndose con cada interpretación. Dejan claro, desde la marcada identificaci6n latinoamericanista de la Introducción del libro, que el estudio, es decir la interpretación de la historia (y el presente) implica, siempre, una posición teórica-política. En esa línea debemos leer la mirada a los nuevos gobiernos en el capítulo seis, como respuesta superadora de los desastres del neoliberalismo o las cifras sobre América Latina que cierran el capítulo siete, donde se repasan los indicadores sociales más importantes de estos últimos años y se remarca que la desigualdad, como la dimensión más estructural de América Latina, no ha sido superada.
En este sentido es interesante volver sobre los capítulos cinco y seis, donde además de analizar las dictaduras personalistas de Centroamérica y el Caribe, la Doctrina de Seguridad Nacional, las dictaduras institucionales de las fuerzas armadas y el Plan Cóndor, se repasan las particularidades y las posibilidades de emergencia de las comisiones de la verdad en los distintos países de América Latina, y los juicios llevados adelante contra los crímenes de genocidio y de lesa humanidad perpetrados durante los años de terrorismo de Estado.
Asimismo, es destacable el cierre de la obra con “Un epílogo necesario”sobre Malvinas, porque es un tema que “atraviesa la historia larga y compleja de Argentina y de América Latina”(p. 290), y es uno de los grandes desafíos para construir una verdadera soberanía latinoamericana.
Todo lo que necesitas saber sobre América Latina es un texto de reflexi6n sobre el pasado y el presente. Es una obra que apuesta a conocer(nos) más, a conocer la historia, las luchas, la música, la comida de América Latina, y es una invitación, que excede al público académico, a pensar y a seguir construyendo “lo latinoamericano”.
Su próxima edición en formato electrónico permitirá hacer extensible esta invitación a todos los interesados en América Latina.