La vertebroplastia percutánea (VPP) ha sido utilizada con éxito en el tratamiento del dolor secundario a fracturas vertebrales osteoporóticas refractario a terapia conservadora, especialmente en el tratamiento de fracturas agudas. Sin embargo, la eficacia de este procedimiento en el tratamiento de fracturas vertebrales crónicas no está clara.
Pacientes y métodoEn esta serie de casos clínicos evaluamos la eficacia a corto y largo plazo de la VPP en el alivio del dolor asociado a fractura vertebral crónica osteoporótica sin edema en la resonancia magnética (RM), en un grupo de 5 pacientes. Se realizó un seguimiento de un año a todos los pacientes, se evaluó el consumo de analgésicos, la evolución del dolor (en una escala visual analógica [EVA] de 0 a 10 puntos), nuevas fracturas vertebrales y otras complicaciones clínicas. Se realizaron 7 procedimientos en 5 pacientes.
ResultadosTodos los pacientes refirieron una mejoría sustancial del dolor a las 2 semanas del procedimiento, con una media de disminución de la EVA del 53%. Sin embargo, un año después de la VPP la mayoría de los pacientes (4 de 5) empeoró, alcanzando niveles de EVA similares a los basales. No se observaron nuevas fracturas vertebrales ni otras complicaciones clínicas.
ConclusionesEstos casos sugieren que la eficacia a largo plazo de la VPP en el tratamiento de las fracturas crónicas sintomáticas sin edema en la RM es escasa.
Percutaneous vertebroplasty (PVP) has been successfully used in the treatment of pain related to osteoporotic vertebral fractures refractory to medical therapy, especially in the treatment of acute factures. However, the effectiveness of this therapeutic approach in the treatment of painful chronic vertebral fractures is less clear.
Patients and methodsIn this report we evaluate the short and long-term effectiveness in pain relief of PVP in a group of 5 patients with pain related to chronic osteoporotic vertebral fractures without bone marrow edema (BME) on magnetic resonance imaging (MRI). All patients were followed during one year, assessing analgesic use, pain evolution (on a 10-point visual analog scale [VAS]), new vertebral fractures and other clinical complications. Seven procedures were performed in the 5 patients.
ResultsAll patients reported substantial improvement in back pain 2 weeks after the procedure, with a mean decrease of 53% in the VAS. However, one year after PVP most patients (4 out 5) worsened, achieving similar VAS scores to those obtained at baseline. No additional vertebral fractures or other clinical complications were observed.
ConclusionThe present cases suggest that the long-term effectiveness of PVP in the treatment of painful chronic vertebral fractures without BME on MRI is scarce.
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