Fundamento: Evaluar el pronóstico a largo plazo de la nefropatía IgA en una población de niños y establecer los factores clínicos de riesgo asociados con la progresión a la insuficiencia renal crónica en la vida adulta.
Pacientes y método: Estudio retrospectivo. Constituyen la muestra adultos jóvenes diagnosticados de nefropatía IgA a los 10,6 (DE, 2,9) años de edad, con un seguimiento medio de 11,8 (DE, 2,9) años.
Resultados: La presentación clínica más frecuente fueron los brotes de macrohematuria-proteinuria (75,9%), con elevación plasmática de IgA en el 25,9% de los casos. Casi todos los niños presentaban una afección histológica de grados I (44,8%) o II (44,8%) al diagnóstico. Evolutivamente, se observó una remisión clínica completa en 21 casos (36,2%), mientras que el 50% de los pacientes continuaban con diversas alteraciones urinarias. Ocho pacientes (13,8%) progresaron a la insuficiencia renal crónica terminal (IRCT). La supervivencia renal, definida por un filtrado glomerular superior a 50 ml/min/1,73 m2, fue del 100, del 93,3 y del 81,1% a los 5, 10 y 15 años del diagnóstico, respectivamente.
Conclusiones: A largo plazo se observó un pronóstico renal desfavorable en un 14% de los niños con nefropatía IgA. La hipertensión arterial al inicio, la elevación de la creatinina plasmática y la aparición de proteinuria en la adolescencia fueron las variables clínicas de riesgo. Las lesiones histológicas leves al diagnóstico de la nefropatía IgA en el niño no excluyeron una evolución renal desfavorable.
Background: To evaluate long-term prognosis in a group of children with IgA nephropathy and to analyse which clinical factors were associated with progression to chronic renal failure in adulthood.
Patients and method: Retrospective study. 58 young adults with IgA nephropathy diagnosed at 10.6 (SD 2.9) years old and studied after a follow-up of 11.8 (SD 2.9) years.
Results: Relapses of macroscopic hematuria and proteinuria were the most frequent symptoms at onset (75.9%). In 25.9% of patients high plasmatic IgA levels were also detected. Most cases had grade I (44.8%) or grade II (44.8%) histological lesions at diagnosis. At the last control, clinical remision was observed in 21 patients (36.2%) and 50% of the whole group remained with abnormal urine. 8 patients (13.8%) reached terminal renal failure. Mean renal survival (defined as glomerular filtration rate above 50 ml/min/1.73 m2) was 100, 93.3 and 81.1% at 5, 10 and 15 years of evolution, respectively.
Conclusions: About 14% of children with IgA nephropathy had long-term renal bad prognosis. Hypertension at onset, plasma creatinine elevation and proteinuria during adolescence were significant risk factors associated with chronic renal failure during adulthood. Minimal lesions at IgA nephropathy diagnosis in children did not exclude long-term poor prognosis.