El perfil de paciente con diabetes mellitus tipo 2 (DM2) que requiere insulinoterapia es muy variable. Asimismo, los resultados de dicha intervención y el tratamiento del paciente a corto/medio plazo también lo son. Evaluamos los resultados a medio plazo de un programa ambulatorio de insulinización con más de una inyección al día en términos de control metabólico y según el perfil de paciente.
Pacientes y métodoSe analizaron prospectivamente 131 pacientes con DM2, no tratados previamente con insulina, en los que se indicó tratamiento con≥2 inyecciones de insulina/día, iniciando un programa ambulatorio de insulinización específico en régimen de Hospital de Día durante 6 meses.
ResultadosLa hemoglobina glucosilada (HbA1c) inicial media (DE) fue de 11,3 (2,3) % y disminuyó hasta un 6,3 (1,4) % a los 6 meses, con una cifra<7% en un 72,5% de ellos. El grupo de pacientes de reciente diagnóstico (<3 meses, hiperglucemia franca grupo D) era más joven (media de 57,1 [8,10] frente a 64,2 [1,12] años; p<0,01) y tenía una HbA1c inicial superior (media de 12,1 [1,8] frente a 10,5 [2,5] %; p<0,001) que los pacientes incluidos en el programa por fracaso de antidiabéticos orales (grupo F). Al finalizar el programa, un 50% de los pacientes del grupo-D no precisaba insulina, siendo esta cifra del 6,3% en el grupo-F (p<0,001). No existían diferencias significativas en la HbA1c final según el tipo de tratamiento realizado al finalizar el estudio.
ConclusionesLa insulinización de pacientes con DM2 con más de una administración de insulina diaria en régimen ambulatorio consigue y mantiene un buen control metabólico a medio plazo en diferentes perfiles de pacientes. En aquellos sintomáticos y de reciente diagnóstico, hasta en la mitad de los casos la insulina puede retirarse a medio plazo.
The profile of the patient with type 2 diabetes mellitus (DM2) who requires insulin therapy is very diverse as are the results of this intervention and short/middle-term patient management. We evaluated the midterm results of an outpatient program starting insulin therapy with≥2 insulin injections/day in terms of metabolic control in different groups of patients.
Patients and methodWe analyzed prospectively 131 patients with DM2, without previous insulin treatment, who were prescribed treatment with≥2 insulin injections/day and who were enrolled in a specific ambulatory program in order to start insulin therapy in a Day Hospital for 6 months.
ResultsThe initial glycosylated hemoglobin (HbA1c) was 11.3 (2.3) % and decreased to 6.3 (1.4) % in 6 months, with HbA1c<7% in 72.5% of them. The group of recently diagnosed patients (<3 months, symptomatic severe hyperglycemia, D-group) were younger (57.1 [10.8] vs 64.2 [12.1] years; P<.01) and had a higher starting HbA1c (12.1 [1.8] vs 10.5 [2.5] %; P<.001) than patients included in the program for oral antidiabetic drugs’ failure (F-group). At the end of the program 50% of D-group patients did not need insulin (6.3% on F-group [P<.001]). There were no significant differences in either of 2 groups at study ends according to the final treatment scheme.
ConclusionsCounselling patients with DM2 to start insulin with more than one injection per day in Day Hospital setting achieves and maintains a good metabolic control in the medium term in different patient profiles. Among symptomatic and recently diagnosed patients, insulin therapy can be stopped in 50% of them at the medium term.
La historia natural de la diabetes tipo 2 (DM2) se caracteriza por un deterioro progresivo de la función de la célula β pancreática, con el consiguiente empeoramiento de la hiperglucemia a lo largo del tiempo. El esquema habitual de tratamiento de un paciente con DM2 se basa en la prescripción individualizada de una dieta y de un programa de ejercicio físico. Si con estas medidas el control metabólico no se considera dentro de los objetivos prefijados, y ante la ausencia de criterios clínicos de insulinización inmediata, se utilizan fármacos antidiabéticos orales (ADO)1. Si tenemos en cuenta que la eficacia del tratamiento va a venir marcada por diversos aspectos intrínsecos y extrínsecos de la evolución de la enfermedad y el paciente, es obvio que el tratamiento con ADO de la DM2, lejos de ser una situación estática, se convierte en un proceso dinámico con una reconsideración periódica de su eficacia y seguridad. Esta continua reevaluación del tratamiento puede pasar por la asociación de diferentes ADO, su utilización conjunta con la insulina, o bien la utilización exclusiva de esta última.
A día de hoy existen evidencias que sostienen que el riesgo de complicaciones microvasculares y macrovasculares está en relación con el control glucémico2–5, y aunque no existe un consenso sobre cuál debe ser el objetivo de este, las últimas guías publicadas lo establecen en una hemoglobina glucosilada (HbA1c) entre 6,5 y 8%, dependiendo de las características del paciente6,7. Sin embargo, diversos estudios8,9, entre ellos el Insulin Titration-Gaining an Understanding of the Burden of Type 2 Diabetes in Europe (INSTIGATE), realizado en diferentes países de Europa, incluido España8, muestran que en la práctica habitual la escalada en el tratamiento con ADO y, aún más, el inicio de la insulinoterapia se realiza cuando el paciente ha alcanzado valores de HbA1c superiores a los referidos en las guías.
Por otra parte, se han publicado múltiples estudios en los últimos años que demuestran que el inicio precoz de un tratamiento intensivo con insulina de corta duración en pacientes de reciente diagnóstico puede mejorar la función de la célula β y, en consecuencia, el posterior control glucémico de la diabetes10–13. Dichos estudios, junto a los datos disponibles que muestran que el mayor beneficio a largo plazo de un buen control metabólico lo obtienen los pacientes con corta evolución de la enfermedad, y que, por tanto, aún no han desarrollado complicaciones4,14,15, han hecho que diversas guías clínicas6,7,16, entre ellas el documento de consenso publicado en 2012 por la American Diabetes Association y la European Association for the Study of Diabetes6, reflejen la necesidad del inicio del tratamiento de la DM2 con insulina en aquellos pacientes que comienzan con valores de HbA1c>10-12% y/o marcada clínica hiperglucémica.
Con esta información disponible, hemos querido evaluar la eficacia a medio plazo de un programa ambulatorio de insulinización con más de una inyección diaria en pacientes con DM2 en términos de control metabólico, y valorar los resultados obtenidos según el perfil del paciente en el que se indica.
Pacientes y métodoSe trata de un estudio longitudinal, prospectivo, de intervención no aleatorizada de 6 meses de duración. Se incluyó en él todo aquel paciente con el diagnóstico de DM2 en el que el médico tratante habitual o aquel que lo recibió en el momento del diagnóstico de la DM2 consideró que el tratamiento con 2 o más administraciones de insulina diarias era la mejor opción terapéutica por diversas causas (ausencia de consecución de los objetivos glucémicos con la combinación de ADO, contraindicación de los mismos, sintomatología franca de hiperglucemia al diagnóstico). Fueron excluidos los pacientes que habían recibido previamente tratamiento con insulina. Los pacientes que cumplían los criterios de inclusión antes mencionados (período 2005-2010) iniciaron nuestro programa de insulinización ambulatoria llevado a cabo en el Hospital de Día de Endocrinología del Hospital Clínic i Universitari de Barcelona. Dicho programa tiene una duración de 6 meses. El estudio fue aprobado por el Comité correspondiente dentro del centro y se realizó siguiendo las normas de buena práctica clínica.
Inicialmente se realizó una evaluación clínica y analítica por parte del médico, que permitió indicar el esquema de tratamiento inicial. Se recogieron datos demográficos, sobre la duración de la diabetes, la presencia de comorbilidades (HTA y dislipidemia), complicaciones crónicas asociadas macrovasculares (enfermedad coronaria, cerebrovascular y vascular periférica), microvasculares (retinopatía, nefropatía y neuropatía somática y autonómica) y tratamiento recibido. Asimismo, se recogieron datos de la exploración física y se calculó el índice de masa corporal (IMC, expresado en kg/m2). Durante 3 días la enfermera especialista en educación diabetológica realizaba un programa educativo que incluía: instrucción en la autodeterminación de la glucemia capilar, en la administración de insulina, reconocimiento de alimentos, adaptación de la dieta a la actividad cotidiana del paciente, reconocimiento y tratamiento de la hipoglucemia y promoción de hábitos de vida saludables. Al finalizar estos 3 días al paciente se le suministraba la pauta de insulina que debía seguir, con la información para realizar las correcciones que fuesen precisas. Posteriormente, se realizaba seguimiento durante 6 meses que incluía al menos 3 visitas, realizándose en la última una nueva evaluación analítica.
La evaluación clínica y analítica incluía la exploración física y analítica de sangre y orina con determinación de marcadores de autoinmunidad pancreática (anticuerpos anti-decarboxilasa del ácido glutámico [GAD]). Se recogieron durante el estudio todos aquellos episodios de hipoglucemia grave (HG), entendiendo por esta todo aquel episodio que requirió para su resolución de la asistencia de una tercera persona17.
La HbA1c fue determinada con cromatografía líquida de alta presión a través del analizador Tosoh G8 Automated HPLC Analyzer (Tosoh Bioscience Inc., South San Francisco, CA, EE. UU.) calibrado a valores estándar DCCT (valores de referencia 4-6%), y los anticuerpos anti-GAD, mediante técnica de radioligando con kit comercial (Medipan GmbH, Berlín, Alemania) (negativo si<0,5U/ml).
En la insulinización de los pacientes se utilizaron tanto insulinas humanas (regular, NPH) como análogos (lispro, aspart y glargina). El esquema de elección inicial fue la administración de insulina rápida (regular en 2005-2007 o análogo de rápida en 2007-2009) antes de las principales comidas e insulina basal (NPH en 2005-2007 o glargina en 2007-2009); la utilización de esquemas más simples con 2 inyecciones de insulinas premezcladas se reservó para aquellos pacientes con dificultades para el manejo de dicho esquema (ancianos o pacientes reacios a la administración de 4 dosis de insulina diarias). El esquema terapéutico se fue modificando durante el seguimiento según los perfiles glucémicos y la consecución de objetivos a criterio médico.
Dado que en el estudio se incluyeron 2 perfiles de pacientes distintos, tras el análisis de las características del grupo global de pacientes se quisieron valorar los resultados en ambos grupos por separado: pacientes con DM2 previamente conocida que requerían insulinización por fracaso en la consecución de objetivos utilizando ADO (grupo F), y pacientes de reciente diagnóstico (<3 meses) que iniciaban tratamiento con insulina por clínica de hiperglucemia franca (grupo D). Asimismo, se han hecho comparaciones entre las características de ambos grupos para valorar concretamente en qué variables existían las diferencias.
Los datos se muestran como media (desviación estándar) o proporciones. La comparación entre medias se realizó mediante la t de Student para datos no emparejados para las variables con distribución normal y mediante U de Mann-Whitney para las variables no normales. Para la comparación de proporciones se utilizó un test de Fisher. Un valor de p≤0,05 se consideró estadísticamente significativo. El análisis estadístico se llevó a cabo con el programa SPSS® Statistics 17.0 (SPSS Inc., Chicago, IL, EE. UU.).
ResultadosSe incluyeron un total de 131 pacientes (80% varones), siendo el 92,4% caucásicos y con una edad media (DE) de 60,9 (12,1) años. El IMC fue de 27,6 (5,2) kg/m2 y la HbA1c inicial de 11,3 (2,3) %. La dosis de insulina inicial fue de 0,51 (0,16) UI/kg/día. El porcentaje de pacientes con Ac anti-GAD positivos fue del 11,3%. En cuanto a las comorbilidades, un 42,7% de los pacientes eran hipertensos al inicio del estudio y el 37,4% presentaban dislipidemia (considerando dislipidémicos a aquellos pacientes con diagnóstico de dislipidemia y/o en tratamiento hipolipidemiante o los que estaban fuera de objetivos para el paciente diabético según las guías de la ATP III al inicio del programa)18. En referencia a las complicaciones secundarias de la diabetes, un 17,6% presentaban enfermedad macrovascular y un 14,8% complicaciones microvasculares (tabla 1).
Características al inicio del estudio del grupo global de pacientes y de los grupos F y D por separado
Grupo global | Grupo F | Grupo D | p (F frente a D) | |
N | 131 | 67 | 64 | |
Sexo (% varones) | 80 | 78 | 83 | NS |
Edad media (DE), años | 60,9 (12,1) | 64,2 (12,1) | 57,1 (10,8) | <0,01 |
Duración DM2 media (DE), años | 8,8 (7,6) | 8,8 (7,6) | - | |
Españoles (%) | 88,4 | 92,3 | 84,4 | NS |
Caucásicos (%) | 92,4 | 95,5 | 89,1 | NS |
HTA (%) | 42,7 | 52,2 | 32,8 | <0,04 |
Dislipidemia (%) | 37,4 | 52,2 | 21,9 | <0,001 |
EMAV (%) | 17,6 | 25,4 | 9,4 | <0,04 |
CMV (%) | 14,8 | 27,3 | 1,6 | <0,001 |
IMC (kg/m2) | 27,6 (5,2) | 27,9 (5,5) | 27,3 (5,1) | 0,49 |
Peso (kg) | 79,5 (19,8) | 81,9 (16,5) | 79,5 (18,0) | 0,98 |
HbA1c (%) | 11,3 (2,3) | 10,51 (2,1) | 12,1 (1,8) | <0,01 |
Ac anti-GAD+ (%) | 11,3 | 9,8 | 12,7 | 0,62 |
Insulina (UI/kg/día) | 0,52 (0,16) | 0,51 (0,16) | 0,52 (1,17) | 0,66 |
Ac anti-GAD: anticuerpos anti-decarboxilasa del ácido glutámico; CMV: complicaciones microvasculares; DE: desviación estándar; DM2: diabetes mellitus tipo 2; EMAV: enfermedad macrovascular; HbA1c: hemoglobina glucosilada; HTA: hipertensión arterial; IMC: Índice de masa corporal; NS: no significativa.
Se definió como españoles aquellas personas nacidas en España.
Del total de pacientes, 64 correspondían al grupo F y los 67 restantes al grupo D. Los sujetos del grupo D eran más jóvenes (media de 57,1 [8,10] frente a 64,2 [1,12] años; p<0,01) y tenían una HbA1c superior (media de 12,1 [1,8] frente a 10,5 [2,5] %; p<0,001) respecto al grupo F. Además, presentaban una menor prevalencia de HTA (32,8 frente a 52,2%; p<0,04) y de dislipidemia (21,9 frente a 52,2%; p<0,001). Como cabía esperar dado su estado evolutivo, los pacientes del grupo F presentaban una mayor prevalencia de enfermedad macrovascular (25,4 frente a 9,4%; p<0,04), así como de complicaciones microvasculares (27,9 frente a 1,6%; p<0,001). No hubo diferencias significativas en el resto de parámetros estudiados (tabla 1).
A los 6 meses, la HbA1c del grupo global fue de 6,3 (1,4) %, lo que representaba un descenso nominal de 5,1 (2,6) %. En ese momento del estudio el 72,5% de los pacientes tenía una HbA1c<7%. El aumento de peso medio fue de 1,9 (6,5) kg. Los pacientes del grupo D presentaron una HbA1c menor (media de 5,7 [1,0] frente a 6,8 [1,5] %; p<0,001) y precisaron de una menor dosis de insulina (media de 0,31 [0,31] frente a 0,52 [0,27] U/kg/día; p<0,001) que los del grupo F (tabla 2). No se registraron episodios de HG durante el estudio. No se observaron diferencias en los resultados del estudio según la utilización de insulinas humanas o análogos de insulina.
Resultados a los 6 meses del estudio en el grupo global de pacientes y en los grupos F y D por separado
Grupo global | Grupo F | Grupo D | p (F frente a D) | |
N | 131 | 67 | 64 | |
HbA1c (%) | 6,3 (1,4) | 6,8 (1,5) | 5,8 (1,0) | <0,01 |
↓ HbA1c | 5,1 (2,6) | 3,8 (2,7) | 6,4 (1,8) | <0,01 |
HbA1c<7% (%) | 72,5 | 56,7 | 89,1 | <0,01 |
IMC (kg/m2) | 28,4 (4,9) | 28,8 (4,9) | 27,9 (4,8) | 0,28 |
↑ Peso (kg) | 1,9 (6,5) | 1,2 (6,7) | 1,4 (6,2) | 0,39 |
Insulina (UI/kg/día) | 0,43±0,16 | 0,52±0,27 | 0,31±0,31 | <0,01 |
Insulina (%) | 72,5 | 94,0 | 50,0 | <0,01 |
HbA1c: hemoglobina glucosilada; IMC: índice de masa corporal.
Un 50% de los pacientes del grupo D no precisaban insulina al final del programa, mientras que esta cifra era solo del 6,3% en el grupo F (p<0,001). No hubo diferencias significativas en la cifra de HbA1c según el tipo de tratamiento final en ambos grupos (aquellos que necesitaron o no necesitaron insulina).
De los 32 pacientes del grupo D que al final del programa recibían insulina como parte del tratamiento, el 22,7% únicamente utilizaba una inyección de insulina basal complementada con ADO, mientras que el 77,3% restante utilizaban más de una administración diaria siguiendo diferentes esquemas: múltiples inyecciones (47,6%), 2 inyecciones de insulina premezclada (42,9%) o 2 inyecciones de NPH (9,4%). Dentro de este mismo grupo, aquellos tratados únicamente con ADO a los 6 meses inicialmente presentaban un mayor peso (media de 85,4 [6,18] frente a 74,4 [4,15] kg; p=0,01) y ganaron menos peso tras 6 meses (media de -0,4 [2,7] frente a 3,4 [4,6] kg; p=0,017) con respecto a los que recibían insulina al final del programa. Entre ambos grupos, descritos anteriormente, no existían diferencias en cuanto a la HbA1c inicial. Dentro del grupo de reciente diagnóstico, observamos que aquellos pacientes que al finalizar el programa recibían insulina presentaban en mayor porcentaje autoinmunidad pancreática positiva (16,7 frente a 3,2%), aunque esta diferencia no alcanzó la significación estadística (p=0,078) (tabla 3).
Características de los pacientes del grupo D según el tratamiento a los 6 meses
No insulina | Insulina | p | |
N | 32 | 32 | 64 |
Peso inicial, media (DE), kg | 85,4 (18,6) | 74,4 (12,4) | 0,014 |
Ganancia de peso, media (DE), kg | -0,4 (7,2) | 3,4 (4,6) | 0,017 |
IMC inicial, media (DE), kg/m2 | 28,5 (4,7) | 26,2 (5,4) | 0,077 |
HbA1c inicial, media (DE), % | 11,9 (1,7) | 12,4 (2,0) | 0,27 |
HbA1c 6 meses, media (DE), % | 5,5 (0,8) | 6,0 (1,2) | 0,073 |
Ac anti-GAD+ (%) | 3,2 | 16,7 | 0,078 |
Ac anti-GAD: anticuerpos anti-decarboxilasa del ácido glutámico; DE: desviación estándar; HbA1c: hemoglobina glucosilada; IMC: índice de masa corporal.
De los pacientes del grupo F que precisaban insulina a los 6 meses (93,7%), el 7,9% utilizaban una insulina basal añadida a ADO, mientras que el resto seguían precisando al menos 2 inyecciones de insulina con diversos esquemas (regular+basal, aspártica+basal o 2 administraciones de mezcla).
DiscusiónLos resultados de nuestro estudio sugieren que la insulinización de pacientes con DM2 con más de una administración al día en régimen ambulatorio consigue y mantiene un buen control metabólico de manera segura a medio plazo en diferentes perfiles de pacientes en los que se considera indicado este tipo de tratamiento (de reciente diagnóstico con franca sintomatología hiperglucémica y pacientes de larga evolución en tratamiento con ADO y mal control metabólico).
Las características antropométricas basales de los pacientes incluidos (edad, IMC) no difieren excesivamente de los datos publicados en el estudio INSTIGATE, que valoraba las características de los pacientes con DM2 en el momento de iniciar insulinoterapia en España6. Esto nos invita a pensar que nuestros resultados serían aplicables a la población con DM2 en nuestro país. Sin embargo, sí que observamos que la HbA1c de los pacientes con DM2 de larga evolución cuando iniciaban la insulinoterapia era inferior en el estudio INSTIGATE que la de los pacientes en nuestro estudio (9,2 frente a 10,5%). No obstante, cabe subrayar que en dicho estudio el 60,3% de los pacientes inician el tratamiento únicamente con insulina basal, y en nuestro estudio se incluyen exclusivamente pacientes tributarios a más de una administración de insulina desde el inicio, lo que nos indica que nuestros pacientes forman parte de un grupo específico dentro de aquellos con DM2, en los cuales serían aplicables nuestros hallazgos.
En cuanto a las complicaciones secundarias de la DM, si comparamos nuestra población con la del estudio INSTIGATE, observamos una prevalencia de complicaciones macrovasculares inferior (17,6 frente a 38,4%) que se debe principalmente a la baja prevalencia de este tipo de complicaciones en los pacientes del grupo de reciente diagnóstico (9,4%) que, tal y como se ha comentado anteriormente, es una población de unas características distintas a las de la mayoría de los individuos incluidos en dicho estudio poblacional a nivel estatal. En cuanto a las complicaciones microvasculares, la diferencia entre nuestra población y la del INSTIGATE es inferior (14,8 frente a 16,1%), pero también se observa una gran disimilitud en la incidencia entre los 2 grupos de nuestro estudio (9,4% en el grupo F frente a 1,6% en el grupo D), como es de esperar dado el diferente estado evolutivo de la enfermedad en ambos grupos.
A pesar de las cifras de HbA1c iniciales de la población de nuestro estudio, el grado de control metabólico alcanzado por los pacientes al finalizar los 6 meses de duración del programa de insulinización puede considerarse satisfactorio, alcanzando al final del programa una HbA1c media<6,5%, y en más de dos terceras partes de los casos los pacientes alcanzaron una HbA1c inferior al 7%.
Dado que existen 2 tipos de pacientes muy diferenciados en nuestro estudio, es conveniente analizar los resultados de ambos por separado.
Por una parte, en los pacientes del grupo F es interesante observar cómo se consiguió disminuir la HbA1c en 3,8 puntos, alcanzando un 6,8% de media, y que el 56,7% de estos pacientes presentaran a los 6 meses una HbA1c inferior al 7%. Teniendo en cuenta las dificultades habituales para lograr un buen control metabólico en pacientes que han alcanzado considerables cifras de HbA1c, y que la reducción se ha conseguido sin episodios de HG y con un aumento de peso moderado (2,4kg), parece razonable pensar que en este tipo de pacientes la opción de iniciar tratamiento con más de una administración de insulina diaria es plausible. Además, en las diferentes guías y recomendaciones que abordan el tratamiento de la DM2 no existe un patrón oro a la hora de recomendar cómo introducir la insulina en el esquema de tratamiento, más allá de sugerir la individualización del mismo y utilizar las pautas con las que el profesional esté más familiarizado. Queremos señalar, asimismo, que en nuestro trabajo la gran mayoría de estos pacientes a los 6 meses necesitaban 2 o más inyecciones de insulina para mantener un buen control metabólico, lo que sugiere que quizás una escalada más paulatina de tratamiento no hubiese hecho más que alargar el tiempo fuera de objetivos de control glucémico.
Desde nuestro punto de vista, resultan especialmente interesantes los datos obtenidos en el grupo de pacientes de reciente diagnóstico, en el cual hasta el 50% de los pacientes pudieron abandonar el tratamiento con insulina a los 6 meses, sin que esto significara un empeoramiento del control metabólico. Estos datos están en consonancia con los estudios publicados en los últimos años en los que se demuestra la efectividad del tratamiento intensivo con insulina en pacientes de reciente diagnóstico que comienzan con clínica manifiesta de hiperglucemia en cuanto a la consecución de un buen control metabólico de manera precoz10–13. Aunque los primeros estudios publicados, como el de Weng et al.10, apuntaban a que esta mejoría podría deberse principalmente al restablecimiento de la función de la célula β, estudios posteriores, como el de Hu et al.13, sugieren que la mayor parte del beneficio es atribuible a una mejoría en la sensibilidad a la insulina. Lamentablemente, en nuestro estudio no incluimos parámetros con los que evaluar la evolución ni de la función hepática ni de la sensibilidad a la insulina, que nos permitan aportar nueva información en este aspecto.
En cuanto a las características iniciales de los pacientes de este mismo grupo, observamos que, de forma congruente con los estudios publicados y recogidos en la revisión de Retnakaran y Zinman publicada recientemente19, los pacientes que pudieron abandonar el tratamiento insulínico presentaban un mayor peso inicial. Sin embargo, en nuestro grupo de pacientes no se observó una HbA1c significativamente inferior en estos mismos pacientes (a pesar de que la tendencia sí que es en esta dirección). La posibilidad de poder dilucidar aquellos factores predictivos de la respuesta al tratamiento con insulina no fue posible con el diseño de nuestro estudio.
La naturaleza observacional, su carácter no controlado, el tamaño de la muestra y la decisión no estrictamente controlada sobre la elección de la pauta con la que iniciar el tratamiento con insulina son las principales limitaciones de nuestro trabajo. Desafortunadamente, además, no recogimos de manera pormenorizada los episodios de hipoglucemia no grave. De tal modo, no podemos descartar de manera fidedigna que el descenso de la HbA1c alcanzado fuera a expensas de un número excesivo de cifras bajas de glucemia. Sin embargo, sí que podemos afirmar que durante el programa no se produjeron episodios de HG usando como criterio la definición de la American Diabetes Association17.
En resumen, la insulinización de pacientes con DM2 con más de una inyección de insulina/día en un régimen ambulatorio de Hospital de Día consigue y mantiene un buen control metabólico a medio plazo en diferentes perfiles de pacientes. Mientras que la mayoría de los pacientes con mal control metabólico previo a pesar de la utilización de ADO requieren la utilización de la hormona, en aquellos pacientes sintomáticos y de reciente diagnóstico, hasta en la mitad de los casos la insulina puede retirarse a medio plazo.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.