Las lipodistrofias son un grupo diverso de enfermedades caracterizadas por la pérdida de tejido adiposo, que en la mayoría de los casos no se recupera. Estas afecciones son extremadamente raras, con una prevalencia estimada entre 1,3 y 4,7 casos por millón de habitantes1-2.
Se pueden clasificar en tres categorías principales: generalizadas, parciales o localizadas. Además, según su origen, se dividen en genéticas o adquiridas, y se han descrito más de 40 subtipos diferentes.
La lipodistrofia parcial familiar es la forma más común entre las lipodistrofias raras. Se han identificado subtipos basados en los genes responsables, siguiendo patrones de herencia co-dominante, dominante, recesivo o poligénico. Estos trastornos comparten la pérdida de grasa subcutánea en las extremidades y la región glútea, junto con una acumulación variable en áreas específicas. Hasta la fecha, se han descrito siete subtipos, siendo los más frecuentes el síndrome de Köbberling (tipo1) y la enfermedad de Dunnigan (tipo2).
La lipodistrofia parcial familiar de tipo2, secundaria a variantes en el gen LMNA, se caracteriza por la pérdida de tejido adiposo en extremidades, tronco y región glútea y su acumulación en cara, cuello, axilas, zona interescapular, labios mayores, abdomen y vísceras. Los sujetos afectados presentan resistencia a la insulina e hipertrigliceridemia.
Además, el gen LMNA codifica para la láminaA yC, proteínas de la lámina nuclear imprescindibles en la arquitectura del núcleo celular de células terminales diferenciadas como los cardiomiocitos. Las mutaciones en dicho gen causan las laminopatías, y como resultado, en estos individuos se observan frecuentemente alteraciones como miocardiopatía dilatada y trastornos de conducción auriculoventricular. Estas condiciones pueden llevar a insuficiencia cardíaca grave o incluso a muerte súbita cardíaca como manifestaciones extremas3.
Presentamos el caso de una mujer de 40años de edad que comienza con un cuadro de edemas de miembros inferiores de varias semanas de evolución asociado a cifras de presión arterial elevadas. Se realiza ecocardiografía, donde se evidencia miocardiopatía dilatada. Por otro lado, se evidencia taquicardia ventricular y disociación auriculoventricular, por que le se implanta un DAI-TRC como prevención primaria. La paciente tiene como antecedente una madre fallecida a edad temprana por cardiopatía isquémica. Ante dichos hallazgos, se decide solicitar estudio genético, con resultado variante patogénica en el gen LMNA (NM_170707.3): c.82C>T (p.Arg28Trp) (fig. 1).
Ante estos resultados, se remite a endocrinología. La paciente refiere cambios de fenotipo progresivo desde los 40años de edad con pérdida de tejido adiposo en extremidades y distribución de la grasa anómala, con depósito en la sotobarba y perímetro abdominal. acrocordones y flebomegalias, junto a hipertrofia muscular por atrofia del tejido adiposo. Se realiza analítica, en la cual llaman la atención valores de triglicéridos de 790mg/dl [60-200]. Se repite analítica, y se evidencia colesterol 286mg/dl [100-200], con colesterol HDL 25,9mg/dl [48,0-65,0], triglicéridos 975mg/dl [60-200], índice de resistencia a la insulina (modelo homeostático) 14,3 [0,0-2,6], leptina 17,1ng/ml. Se añade tratamiento con ácidos grados omega3, estatina y fenofibrato, consiguiendo la reducción de triglicéridos hasta niveles normales. Por otro lado, en la evolución se diagnostica de DM2, y se inicia tratamiento con ISLGT2, con buen control.
Ante dichos hallazgos de estudio genético, se estudia a familiares, dando como resultado la misma variante patogénica en una hermana de mediana edad. En esta también se evidencian cifras altas de triglicéridos y aspecto lipodistrófico. Se realiza estudio de cardiología, donde se evidencia bloqueo auriculoventricular de primer grado, por lo que se decide colocación de DAI-resincronización cardiaca como prevención.
La lipodistrofia parcial familiar es una entidad clínica poco frecuente y, por lo tanto, poco conocida. Esto a menudo lleva a que no se realice un diagnóstico adecuado o que los pacientes se etiqueten erróneamente por las comorbilidades asociadas, como la diabetes mellitus (erróneamente tipo2), la dislipemia o el hígado graso. Con dicho caso pretendemos mostrar la importancia de un diagnóstico correcto de dichas enfermedades poco frecuentes, y el estudio molecular-genético, ya que gracias al mismo se pueden prevenir graves complicaciones, como es el caso que nos atañe, con la colocación de DAI-resincronización cardíaca.
Consideraciones éticasEn este artículo no aparecen datos de pacientes.
FinanciaciónNo se ha recibido financiación para elaborar dicho artículo
Conflicto de interesesNinguno.