La ecografía es una técnica diagnóstica, que al igual que la radiología convencional, nació asociada a la práctica hospitalaria y dominada por los radiólogos, pero progresivamente diferentes especialidades han comenzado a utilizarla de forma independiente. Ejemplo de esto serían los cardiólogos, ginecólogos, los especialistas en aparato digestivo, en cirugía vascular, neurólogos, urólogos, cirujanos, reumatólogos, intensivistas, médicos deportivos y otros especialistas que poco a poco la han ido introduciendo en su actividad diaria. En Atención Primaria se están dando los primeros pasos hacia el uso generalizado de la ecografía en los centros de salud. Comunidades como Canarias, Extremadura y Galicia avanzan hacia la implementación de la ecografía como técnica diagnóstica en Atención Primaria.
La aplicación de esta técnica en los centros de salud requiere una inversión inicial en formación y experiencia de los médicos, así como en la compra de los ecógrafos. La disminución del precio (su valor ronda los 18.000-21.000 euros, un presupuesto ínfimo para un centro de salud) favorece la posibilidad de disponer de esta técnica en Atención Primaria.
Desde mediados de la década de los noventa se viene produciendo, desde algunos colectivos médicos de Atención Primaria, una corriente de curiosidad, afinidad e interés por la ecografía como técnica diagnóstica aplicable en el primer escalón de la atención médica. Si los centros de salud dispusieran de ecógrafos y médicos formados para usarlos, se podrían realizar ecografías músculo-esqueléticas y abdominales a todos aquellos pacientes que lo necesiten, siendo la ecografía útil en el diagnóstico de la patología abdominal (vesícula, hígado, riñón, bazo, vejiga y próstata), patología vascular, tiroides, hombro, rodilla, tobillo y lesiones musculares.
Cuando un clínico descubre la ecografía, la utiliza no sólo para confirmar diagnósticos que antes realizada en función de su exploración física (roturas musculares, tendinitis), sino para descartar otros diagnósticos diferenciales o poco frecuentes (descartar un aneurisma de aorta en una lumbalgia crónica).
El uso de la ecografía en Atención Primaria viene justificado porque aumenta la capacidad resolutiva, la fiabilidad y el rendimiento diagnóstico, disminuyendo las listas de espera, reorientando la aptitud terapéutica y ahorrando recursos al sistema, con una relación coste-efectividad favorable porque permite llevar a cabo diagnósticos precoces. Detecta con rapidez trastornos graves y aporta una valiosa información que fundamenta la actuación en situaciones de urgencia. Evita derivaciones innecesarias al especialista en caso de patologías menos graves, que son perfectamente controlables desde la consulta de Atención Primaria. Ofrece al paciente un servicio de mayor calidad, mejorando la relación medico-paciente y consiguiendo una mayor satisfacción del enfermo. Al ser manejable, dinámica, de accesibilidad inmediata, inocua y sin efectos secundarios para el paciente, posibilita la realización de estudios comparativos, el seguimiento y la detección de complicaciones. Permite el diagnóstico de lesiones músculo-tendinosas que quedan ocultas con otras técnicas y por consiguiente son incorrectamente diagnosticadas y erróneamente tratadas desde nuestras consultas. Todo esto convierte esta técnica diagnóstica en idónea para la práctica diaria.
La disminución en el tamaño de los ecógrafos está permitiendo su portabilidad, haciendo posible incluso desplazarse a la cabecera del enfermo, reduciendo los desplazamientos innecesarios al hospital, tan complejos para determinados pacientes, y mejorando su acceso a los que viven en zonas rurales alejadas del núcleo hospitalario.
Consideramos que los ecógrafos portátiles son los fonendoscopios del futuro, revolucionando el diagnóstico y el modo de actuación en la consulta de Atención Primaria. La ecografía portátil supone para el mundo de la imagen diagnóstica el equivalente a lo que supuso el nacimiento de los móviles para la telefonía tradicional. Todos estos argumentos nos llevan a poder afirmar que la incorporación de la ecografía al ejercicio diario del médico de Atención Primaria será un hecho plenamente aceptado en pocos años, como antes lo fueron otros instrumentos como el fonendoscopio, el tensiómetro, las tiras reactivas de glucosa, el electrocardiograma, la radiología convencional, los espirómetros, los desfibriladores o el saturímetro.
Tampoco queremos dar a entender que es una técnica fácil, dado que una de las desventajas de la ecografía es ser técnico dependiente, o sea que se le sacará mayor o menor rendimiento en función de la experiencia del ecografista.
Por tanto debemos cualificar al profesional de la Atención Primaria para el dominio, uso y disfrute de esta técnica.