Mujer de 44años con antecedentes de hipotiroidismo en tratamiento con levotiroxina sódica 100, que consulta por presentar una lesión de 2semanas de evolución, localizada en la espalda a nivel del área interescapular de 2×2cm con fondo exudativo y aspecto fibrinoso y bordes eritematosos y sobreelevados que sangran al roce, no dolorosa y sin afectación generalizada (fig. 1). Se procede a recoger muestra de exudado para cultivo y se realiza consulta a través del Servicio de Teledermatología disponible en nuestra área que permite consultar con el dermatólogo vía Web.
Con diagnóstico de sospecha de ectima, se le pauta a nuestra paciente ácido fusídico como tratamiento local y cloxacilina 500mg vía oral cada 6h y se le cita a la semana para ver evolución y resultados del cultivo.
La consulta con Teledermatología nos aporta el ectima como primer diagnóstico, no descartándose la posibilidad de poder tratarse de un granuloma piogénico si la evolución no es favorable.
A la semana acude la paciente con la lesión en estado de resolución (fig. 2). El cultivo de la lesión resulta negativo.
El ectima es una piodermitis ulcerativa causada habitualmente por Streptococcus pyogenes1-3. Por lo general es consecuencia de un impétigo no tratado que se extiende en profundidad1-3, dando lugar a la formación de una úlcera profunda bien delimitada recubierta de costras necróticas adheridas. Se acompaña de linfangitis y linfadenitis regional. Las lesiones ectimatosas pueden originarse a partir de una piodermitis primaria, dentro de una dermatosis preexistente, o en puntos en los que se ha producido un traumatismo previo3.
Aparece con más frecuencia en niños o pacientes inmunodeprimidos2.
La localización más frecuente es en brazos y piernas, aunque hay descritas localizaciones en casi toda la superficie cutánea.
Curan dejando una cicatriz residual.
Las complicaciones del ectima son infrecuentes y se caracterizan por la extensión a otras áreas de la piel y el desarrollo de bacteriemia y glomerulonefritis secundarias3. Se presentan con mayor frecuencia en pacientes diabéticos e inmunocomprometidos2.
El diagnóstico es clínico y se confirma con Gram y cultivo de frotis de la úlcera.
El diagnóstico diferencial tiene que establecerse sobre todo con el ectima gangrenoso producido por Pseudomonas (escara necrótica verdosa en el centro), con el granuloma piogénico y con el pioderma gangrenoso, entidad esta última de relevancia ya que se asocia a las enfermedades inflamatorias intestinales o discrasias sanguíneas; es por ello que ante la presencia de una lesión ulcerosa cutánea de evolución rápida en un paciente que no mejora claramente con el tratamiento local, con cultivos negativos y sin respuesta al tratamiento antibiótico, se debe sospechar la posibilidad de un pioderma gangrenoso3.
El tratamiento combina antibioticoterapia sistémica y tópica4-7.
En el ámbito de la atención primaria, al médico de familia se le presentan casos que pese a ser poco frecuentes resultan muy interesantes. Y más si se trata de la dermatología, especialidad tan complicada por la similitud de las lesiones.
Especial interés tiene mencionar el aporte indiscutible que ha tenido la introducción del uso de las nuevas tecnologías, como el caso de la Teledermatología, en nuestra área, que evita desplazamientos al enfermo y fluidez bidireccional con el dermatólogo.
Responsabilidades éticasProtección de personas y animalesLos autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datosLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informadoLos autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
AgradecimientosAl Dr. Pablo Bautista Martínez, del Servicio de Dermatología del Hospital Santa Bárbara de Puertollano.