Presentamos el caso de una mujer de 78 años que acudió a nuestras consultas por cambios cutáneos en ambas extremidades inferiores de 10 años de evolución. La paciente presentaba antecedentes de obesidad mórbida, insuficiencia cardiaca congestiva, trombosis venosa profunda e insuficiencia venosa crónica con linfedema. No existían antecedentes de enfermedad tiroidea o filariasis.
A la exploración física se observaban múltiples nódulos color piel en la superficie cutánea de ambas piernas con notable hiperqueratosis y coloración marronácea circundante (figs. 1 y 2). La paciente se encontraba asintomática, aunque presentaba movilidad reducida debida a su obesidad. Se realizó el diagnóstico de elefantiasis verrucosa nostra secundaria a linfedema crónico. La analítica general realizada fue normal, incluyendo hemograma y función tiroidea. Se realizó así mismo ecografía y estudio doppler de ambas piernas que descartó la coexistencia de una trombosis venosa profunda.
Pese a tratarse de un cuadro que visualmente podría resultar alarmante, la elefantiasis verrucosa nostra es una patología cuyo manejo suele ser sencillo, pudiendo llevarse a cabo en el ámbito de la atención primaria. Aunque su diagnóstico es clínico1, ante la existencia de dudas diagnósticas el estudio podrá completarse con histología o pruebas de imagen. Será preciso descartar causas de elefantiasis secundaria como insuficiencia cardiaca, enfermedad tumoral, radioterapia2 previa o la infección por parásitos tipo filarias, así como realizar un diagnóstico diferencial con otras enfermedades como la papilomatosis cutis carcinoide, la cromoblastomicosis, el mixedema pretibial o la lipodermatoesclerosis3.
Su manejo4 consiste en la pérdida de peso junto a la utilización de medias de compresión y masajes drenantes. La utilización de queratolíticos como la vaselina salicílica a bajas concentraciones en las zonas de hiperqueratosis será de utilidad. Ante la sospecha de infección cutánea estará indicado el empleo de antibioterapia tópica o sistémica. La derivación a dermatología será recomendable ante heridas persistentes o lesiones tumorales que se desarrollen rápidamente a fin de descartar posibles tumores cutáneos, en especial el carcinoma epidermoide.
FinanciaciónLos autores declaran no haber recibido financiación para la realización de este trabajo.