INTRODUCCIÓN
La trombosis venosa profunda (TVP) y el tromboembolismo pulmonar (TEP) son las manifestaciones de la denominada enfermedad tromboembólica venosa (ETV)1. La incidencia de la ETV en los países occidentales se ha estimado en aproximadamente un caso por cada 1.000 habitantes y año, y aumenta progresivamente con la edad2-4. Unos 200.000 nuevos casos ocurren anualmente en Estados Unidos3. La ETV es causa de una importante morbilidad y mortalidad2-4. La mortalidad del TEP puede ser de al menos un 12% en el primer mes2.
Las características de la ETV en la mujer han sido poco estudiadas5. En este artículo se describen las características de las mujeres de una serie de casos consecutivos de ETV diagnosticados en un área rural.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional prospectivo de todos los pacientes de procedencia ambulatoria diagnosticados de ETV (TEP y/o TVP) mediante métodos objetivos entre noviembre de 2002 y abril de 2005 en el único hospital de un área rural de Extremadura. El diagnóstico de TVP se estableció mediante ecografía-doppler venosa o tomografía computarizada (TC). El diagnóstico de TEP se estableció mediante gammagrafía pulmonar de ventilación/perfusión de alta probabilidad, TC o la asociación de un cuadro clínico compatible con TEP y la demostración de TVP mediante ecografía-doppler venosa o TC. En todos los pacientes se programó un seguimiento de al menos 3 meses con tratamiento anticoagulante.
Se consideró ETV idiopática si no existió ninguno de los factores de riesgo clásicos (cirugía mayor en los 2 últimos meses, inmovilización y/o cáncer activo). Se definió comorbilidad como la existencia de patología crónica grave pulmonar o cardíaca, demencia avanzada, cáncer activo u otras enfermedades graves. Se definió evento adverso como el fallecimiento, la hemorragia grave o la recurrencia tromboembólica. Se consideró hemorragia grave si causó un descenso de la hemoglobina superior a 2 g/dl, precisó de la transfusión de 2 o más concentrados de hematíes, o la localización fue retroperitoneal o en sistema nervioso central.
El análisis estadístico se realizó con el paquete estadístico Epi Info 2002, utilizando la prueba de ji cuadrado y el test exacto de Fisher, cuando alguno de los valores esperados fue menor de 5, para la comparación de proporciones y la prueba de la "t" de Student para la comparación de medias. Se consideró estadísticamente significativo un valor de p inferior a 0,05.
RESULTADOS
En el período estudiado se diagnosticaron de ETV un total de 94 pacientes: 40 con TEP y 54 con TVP. La edad media fue 71,9 años (rango 35-94 años), y 52 (55,3%) fueron mujeres. Todos los pacientes recibieron en la fase aguda heparina de bajo peso molecular en dosis terapéuticas. Ningún paciente fue tratado con trombolíticos o un filtro en la vena cava inferior. Como tratamiento a largo plazo, todos los pacientes recibieron acenocumarol, excepto 9 pacientes que fueron tratados con heparina de bajo peso molecular. El tiempo medio de seguimiento con tratamiento anticoagulante fue 7,1 meses (rango 0-29 meses). En la tabla 1 se comparan las características de las mujeres y de los varones. No se realizó autopsia en ninguno de los pacientes fallecidos.
DISCUSIÓN
La incidencia de ETV no parece ser significativamente distinta en mujeres y varones2. No obstante, el efecto del sexo en la historia natural de la ETV no ha sido bien estudiado5.
En nuestra serie comprobamos que las mujeres con ETV son más ancianas que los varones. No encontramos diferencias en la frecuencia de ETV idiopática y de inmovilización entre mujeres y varones. Destaca que las mujeres tuvieron una significativa menor frecuencia de enfermedad cardiopulmonar. También existió una tendencia a una mayor ocurrencia de eventos adversos en las mujeres, aunque sin alcanzar la significación estadística. Esto puede estar en relación con la mayor frecuencia de TEP y la mayor edad en las mujeres de nuestro estudio. Sin embargo, la frecuencia de comorbilidad en general no fue mayor en las mujeres. En un estudio norteamericano, el cáncer activo fue identificado como el único factor pronóstico de mortalidad a los 28 días en pacientes mayores de 45 años con ETV6. Tampoco la frecuencia de cáncer activo fue mayor en las mujeres de nuestro estudio. El retraso en el diagnóstico sí fue mayor en las mujeres, lo que conlleva a su vez una demora en el inicio del tratamiento con las consiguientes implicaciones pronósticas7. Cabe plantearse que deberíamos tener más presente la posibilidad de ETV en las mujeres.
Se ha descrito una menor frecuencia de recurrencia tromboembólica al suspender el tratamiento anticoagulante en las mujeres que en los varones8,9. En el Registro Informatizado de Enfermedad Tromboembólica en España (RIETE) la frecuencia de recurrencia tromboembólica durante el tratamiento anticoagulante fue menor en las mujeres (2,4% frente a 3,6%)10, resultado concordante con el de nuestro estudio. La mayor frecuencia de eventos adversos en las mujeres de nuestra serie fue a expensas de una mayor frecuencia de fallecimientos y de hemorragias graves. Limitaciones de nuestro estudio son que la serie de casos es relativamente pequeña y la no realización de autopsia en los fallecidos, con la consiguiente falta de seguridad sobre la causa cierta de los fallecimientos.
En resumen, las mujeres con ETV son más ancianas que los varones, pero tienen menos frecuentemente enfermedad cardiopulmonar. El retraso en el diagnóstico, la frecuencia de TEP y la ocurrencia de eventos adversos pueden ser más frecuentes en las mujeres, y la recurrencia tromboembólica puede ser menos frecuente en las mujeres. Estudios adicionales con mayor número de pacientes deberían confirmar estas observaciones.
Correspondencia: J.M. Calvo Romero.
Servicio de Medicina Interna.
Hospital Ciudad de Coria.
C/ Cervantes 75. 10800 Coria. Cáceres
Correo electrónico: jmcalvo@orangemail.es
Recibido el 30-06-06; aceptado para su publicación el 19-12-06.