La capsaicina es un alcaloide natural derivado de los pimientos picantes que se utiliza por vía tópica para tratar el dolor. Se presenta en una gran variedad de formulaciones tópicas (tales como cremas, geles, líquidos, lociones y parches transdérmicos) y concentraciones, que van desde 0,025 a 0,15%. Se usa en el tratamiento a corto plazo de dolores tales como lumbalgias, torceduras, esguinces, contusiones, calambres, artritis o la neuropatía diabética. Qutenza® (parche de capsaicina al 8%) está indicado para el tratamiento del dolor neuropático periférico en adultos, solo o en combinación con otros medicamentos para el dolor1.
La capsaicina es un agonista muy selectivo del receptor de potencial transitorio vaniloide 1 (TRPV1), un canal catiónico no selectivo, regulado por ligando. El TRPV1 ha sido identificado como un receptor importante involucrado en la transmisión y modulación de las señales dolorosas. Está muy expresado en neuronas sensoriales de pequeño diámetro que dan lugar a la población de nervios sensoriales nociceptivos (fibras C y fibras Aδ) del sistema nervioso periférico y en varias regiones del cerebro. Los receptores TRPV1 son importantes transductores de los estímulos nocivos (como el calor) y ciertas sustancias químicas, y están sensibilizados por compuestos inflamatorios responsables del dolor inflamatorio que surge con las lesiones de los tejidos2.
Como la capsaicina es un agonista del receptor TRPV1, parece contrario a la intuición utilizar esta molécula como analgésico. Sin embargo, la exposición a altas dosis de capsaicina aplicada de forma tópica provoca la excitación inicial de las neuronas sensoriales primarias que expresan TRPV1 (percibida como una sensación picante y de quemazón) seguida por la desensibilización y la reducción de la respuesta al receptor TRPV1. En consecuencia, los axones sensoriales de pequeño diámetro se hacen menos sensibles a una variedad de estímulos (incluida la propia capsaicina), lo que produce respuestas de dolor reducidas y, por ello, analgesia. Este efecto de capsaicina sobre los receptores TRPV1 se denomina «desfuncionalización»2.
La capsaicina se utiliza para varios tipos de dolor. Estudios controlados y aleatorizados de capsaicina tópica en el tratamiento de la neuropatía diabética dolorosa (NDD) han arrojado resultados mixtos o contradictorios3–5. Otra revisión sistemática determinó una pobre-moderada eficacia de la capsaicina en el tratamiento del dolor neuropático o musculoesquelético crónico, pero señaló que posiblemente era útil como tratamiento adyuvante para pacientes que no toleraban o no respondían a la terapia convencional6. Todos los estudios anteriores mencionados en NDD fueron realizados con capsaicina en crema, a concentraciones de entre 0,025-0,075%; estudios recientes realizados con capsaicina en parche al 8% en NDD han reportado resultados más satisfactorios7.
Sin embargo, son relativamente pocos los ensayos clínicos aleatorizados y prospectivos que han investigado específicamente la capsaicina tópica para el tratamiento del dolor en la osteoartritis (OA)8–12. En un estudio doble ciego, aleatorizado, 70 pacientes con OA y 31 pacientes con artritis reumatoide recibieron capsaicina al 0,025% en crema o placebo en las rodillas dolorosas durante 4 semanas8. La mayoría de los pacientes continuaron los medicamentos concomitantes para la artritis. Después de 4 semanas de tratamiento con capsaicina, el dolor de la artritis reumatoide se redujo en un 57% (p=0,003 vs. placebo) y el dolor de la OA se redujo en un 33% (p=0,033 vs. placebo). Después de 2 semanas de tratamiento, el 80% de los pacientes que recibió tratamiento con capsaicina experimentó una reducción del dolor. El efecto secundario más común fue la sensación de quemazón transitoria en el lugar de aplicación, lo que dio lugar a que 2 participantes abandonaran el estudio8.
En un estudio aleatorizado, en pacientes con dolor por OA, se comparó la capsaicina en crema al 0,25% aplicada 2 veces al día (n=31) con capsaicina en crema al 0,025% aplicada 4 veces al día (n=29) durante 28 días9. Este estudio demostró que la capsaicina en crema con mayor concentración proporcionaba un mayor alivio del dolor y un inicio de acción relativamente más rápido que la capsaicina a menor concentración. Aproximadamente la mitad de los pacientes que utilizaron la capsaicina al 0,25% 2 veces al día experimentaron al menos una reducción del 50% en la intensidad del dolor después de 2 días de tratamiento, mientras que una reducción del 50% en la intensidad del dolor no se produjo hasta el día 14 en los pacientes que utilizaron 0,025% de capsaicina aplicada 4 veces al día. El efecto adverso más común fue la sensación de ardor transitoria después de la aplicación. Las sensaciones de quemazón después de la aplicación del fármaco fueron mayores en el grupo de alta potencia en el día 2, pero disminuyeron rápidamente en ambos grupos de tratamiento con el tiempo9.
La capsaicina tópica al 0,075% fue estudiada para aliviar el dolor de las manos en 21 pacientes con artritis reumatoide (n=7) y OA (n=14) en un ensayo clínico controlado con placebo, aleatorizado, doble ciego, de 4 semanas de duración10. El tratamiento con capsaicina fue aplicado en cada mano dolorosa 4 veces al día con una evaluación del dolor al inicio del estudio, y después a la primera, segunda y cuarta semana. En comparación con el placebo, la capsaicina redujo la sensibilidad (p<0,02) y el dolor (p<0,02) en los pacientes con OA, pero no en aquellos con artritis reumatoide. La sensación de quemazón localizada fue el único efecto adverso informado10.
Otro estudio aleatorizado, multicéntrico, realizado en 113 pacientes con dolor por OA, comparó la capsaicina al 0,025% en crema aplicada 4 veces al día con placebo durante 12 semanas11. Se encontró que la capsaicina era superior al placebo para el alivio del dolor. Después de 2 semanas de tratamiento, el 81% de los pacientes que usaron la capsaicina vs. el 54% que utilizó placebo mejoraron de forma global según los médicos (p=0,03). Resultados similares fueron reportados según la evaluación global de los pacientes. Los pacientes tratados con capsaicina informaron una mayor reducción del dolor mediante la escala visual analógica. La sensibilidad articular, evaluada mediante palpación, disminuyó en el grupo de capsaicina en la semana 4 (p=0,03), a las 8 semanas (p=0,01), y en la semana 12 (p=0,01) en comparación con placebo. Alrededor del 50% de los pacientes refirieron ardor local o escozor en el lugar de aplicación, que se resolvió en la mayoría de los pacientes a las 12 semanas11.
Estos ensayos clínicos nos muestran un beneficio muy modesto de la capsaicina tópica para el dolor de la OA. Sin embargo, la mayoría de la evidencia publicada son estudios de corta duración con muestras pequeñas de pacientes. Además, el efecto local predecible de la capsaicina dificulta el cegamiento o el enmascaramiento con placebo y con tratamiento activo12,13.
Las directrices sobre OA del Colegio Americano de Reumatología de 2012 incluyen la capsaicina tópica como tratamiento alternativo en la OA de manos, pero no la mencionan en la OA de cadera o rodilla14. En otras guías, como la de la Osteoarthritis Research Society International (OARSI), se incluye la capsaicina tópica como una opción de tratamiento en artrosis de rodilla15.
Una ventaja de la capsaicina es la ausencia de efectos adversos sistémicos, siendo una alternativa de tratamiento para los pacientes con intolerancia o contraindicaciones para el tratamiento de OA convencional. Entre las posibles desventajas de la capsaicina se incluyen un inicio de acción lento (2-4 semanas) y la necesidad de realizar múltiples aplicaciones diarias. La aplicación tópica de capsaicina también provoca constantemente sensación de quemazón localizada, escozor o eritema, que se van atenuando con el tiempo. Debemos advertir a los pacientes que la capsaicina no debe entrar en contacto con las mucosas, ojos o zonas genitales.