La infección por citomegalovirus (CMV) es frecuente en la población general, tiene una seroprevalencia del 70-80% en personas adultas1, cursando generalmente de forma asintomática y autolimitada.
Presentamos el caso de una mujer de 81 años de edad, con antecedentes de hipertensión arterial, fibrilación auricular, cardiopatía isquémica y bronquitis crónica, diabetes mellitus, hipercolesterolemia, hipertiroidismo. Seguía tratamiento con pravastatina 10mg/24h, nisoldipino 10mg/24h, ácido acetilsalicílico 100mg/24h, bisoprolol 5mg/24h, glimepirida 2mg/24h, parche de nitroglicerina 5mg/24h, omeprazol 20mg/24h, budesonida-formoterol 80 microgramos-4,5 microgramos/2 inhalaciones/12h, paracetamol a demanda y ramipril 2,5mg/24h.
Consultó por cansancio y pérdida de 6kg de mes y medio de evolución. En los últimos 15 días presentaba náuseas, algún vómito y 10 días antes de la consulta apareció ictericia de piel y mucosas.
La exploración física era normal. En las pruebas complementarias el hemograma era normal, la bilirrubina total 10,42mg/dl, bilirrubina directa 7,21mg/dl, bilirrubina indirecta 3,21mg/dl, fosfatasa alcalina 234 U/l, transaminasa glutámico oxalacética (GOT) 589 U/l, glutámico pirúvica (GPT) 385 U/l, lactodeshidrogenasa 603 U/l, gamma-glutamiltransferasa (GGT) 748 U/l y ferritina 1.334 ng/ml. Anticuerpos antinucleares, antimitocondriales y antimúsculo liso, factor reumatoide y ceruloplasmina fueron negativos. La hemoglobina glucosilada fue de 6,2%. Alfa 1 antitripsina 2,38. Anticuerpos anti-CMV IgM 4,095 Index (hasta 0,399 negativo, de 0,400-0,499 indeterminado y superior a 0,500 positivo), anticuerpos anti-CMV IgG 1.634,0 U/ml. Siendo la serología virus de hepatitis B, C y de Epstein-Barr negativas. La ecografía abdominal mostró una colelitiasis única sin signos de colecistitis. La resonancia magnética nuclear hepática fue normal.
Como la paciente tenía un buen estado general y era inmunocompetente no se administró ningún tratamiento antiviral, evolucionando favorablemente. Las alteraciones analíticas se normalizaron a los 6 meses.
Las infecciones por CMV son causadas generalmente por la variante humana del virus, tiene un periodo de incubación de 20-60 días y la enfermedad suele durar entre 2 y 6 semanas2. El hígado no es un órgano diana del grupo de virus herpes, por esto la hepatitis es infrecuente. Los virus herpes producen una infección latente que dura toda la vida, por eso cuando aparece la sintomatología, la causa puede ser debida a una infección primaria, una reactivación del virus que está en estado latente, o bien por la reinfección de un nuevo virus. La gravedad de la infección y la incidencia dependen del estado inmunitario y del tipo de infección. La morbilidad y mortalidad de la hepatitis son mayores en la primoinfección y en los pacientes inmunodeprimidos. La infección suele ser autolimitada y afectar a adultos jóvenes, manifestándose por fiebre prolongada con linfomonocitosis y hepatitis leve3–5. En el paciente adulto, solo en el 10% de los casos de seroconversión hay alguna manifestación clínica. La hepatitis suele ser leve con GOT es menor de 150 U/l y la bilirrubina generalmente es menor de 2mg/dl, siendo más grave la alteración de enzimas hepáticas solo entre un 15 y un 20% de los casos. De forma infrecuente puede aparecer una hepatitis colestásica y prolongada6. En el caso presentado la paciente tenía 81 años de edad y su manifestación principal fue la hepatitis con una cifra elevada de bilirrubina.
El tratamiento de elección del CMV en pacientes graves o con inmunodepresión es el ganciclovir7. En este caso no se administró ningún tratamiento antiviral.
Como conclusión, cabe indicar que ante todo paciente que tenga sintomatología de hepatitis con elevación importante de la bilirrubina, aunque sea de edad avanzada, el CMV puede ser la causa.