INTRODUCCIÓN
La población inmigrante es, según los distintos estudios, un hombre o una mujer joven y sano1-3. Algunas encuestas de salud generales indican el buen estado de salud general de una población mayoritariamente joven y trabajadora4-6. En muchos artículos se comenta que las propias características del viaje que emprenden selecciona social y naturalmente en el origen a los individuos más sanos de las comunidades7. Los principales determinantes de salud de esta población son secundarios sobre todo a las condiciones de vida en España: falta de acceso a un trabajo normalizado, situación irregular de residencia, falta de acceso normalizado a las redes sanitarias, vivir en zonas de riesgo social elevado, problemas de comunicación relacionados con el idioma y las diferencias culturales8. Según Roca et al9, son las enfermedades de distribución cosmopolita y las asociadas a las situaciones de precariedad económica y marginación social las que suponen un mayor riesgo para esta población. A su llegada no constituyen grupos de riesgo específicos; es la marginación, la soledad, el hacinamiento y la pobreza lo que contribuyen a que presenten determinadas patologías10. Las enfermedades pueden clasificarse, para un manejo más cómodo, en los siguientes grupos1,11: a) enfermedades importadas; b) enfermedades adquiridas, y c) enfermedades reactivas o de adaptación. Dentro de las enfermedades importadas se consideran las enfermedades tropicales (su impacto sobre el propio inmigrante es mucho menor que cuando afecta a una persona no inmune12,13) y otras14. Dentro de la patología adquirida hay que nombrar los accidentes laborales, que parecen ser más frecuentes entre los inmigrantes sobre todo por la necesidad de realizar trabajos con unas condiciones no adecuadas, con poca seguridad y muchas horas de trabajo mal pagadas. Otras peculiaridades son las condiciones de vida en las que a menudo se desenvuelven, como el hacinamiento y la pobreza, que favorecen la transmisión de algunas enfermedades dentro de este colectivo15-17. Dentro de las enfermedades reactivas se encontraría la enfermedad mental importada y/o patología mental resultante o favorecida por el proceso de migración.
Un colectivo con mayor riesgo son los inmigrantes en situación administrativa de residencia y de trabajo irregular. En estas condiciones el acceso a los servicios sanitarios puede estar obstaculizado por el miedo al contacto con servicios percibidos como "oficiales"5. En el caso de la inmigración procedente de África subsahariana esta situación de irregularidad está muy presente y hace que muestren, en general, unas condiciones de vida y unos indicadores de salud previsiblemente mejorables con acciones de asistencia sanitaria, de prevención de la enfermedad y de integración social.
El objetivo del presente trabajo es conocer cuál es la percepción que tienen ellos sobre su salud y si esta percepción cambia a lo largo del tiempo tras estar sometidos a una serie de factores estresantes, algunos propios del proceso migratorio (dejar la familia, su país, etc.) y otros por las condiciones de vida en las que viven en nuestro país.
Para conseguir equidad en materia de salud, se hace necesario priorizar intervenciones o programas fundamentalmente dirigidos a la población que más lo requiera. Una manera de solventar esta situación sería estudiar qué problemas presentan con mayor frecuencia y elaborar programas sociales y sanitarios, y sanitarios que prioricen estos problemas18.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se trata de un estudio descriptivo transversal en una población de inmigrantes subsaharianos. Para ello se han escogido dos Programas de Atención a Inmigrantes: uno desarrollado por la Asociación KARIBU y el otro por Médicos del Mundo; la elección de estos dos programas es porque recogen un gran porcentaje de población subsahariana sobre todo en los primeros años tras su llegada a España, y esto nos servirá para conocer un poco más sobre las personas inmigrantes que no llegan a otros servicios.
Población de estudio
Inmigrantes subsaharianos mayores de 18 años, que han acudido a los lugares de reclutamiento durante el período comprendido entre agosto de 2003 y febrero de 2004 y que residen en Madrid.
Fuente de selección de la muestra
La selección de la muestra no será aleatoria por dos razones: no conocer la población en estudio (falta de fuentes secundarias actualizadas sobre el volumen de esta población, diferencias entre los recuentos oficiales y la población real) y por la dificultad de acceder a estas personas.
Recogida de información
Los participantes fueron informados sobre las bases, objetivos y procedimientos del estudio. La recogida de la información se realizó mediante entrevista personal, con un cuestionario estructurado, a todas aquellas personas que acudieron a estos centros de atención. La participación fue completamente voluntaria.
Se recogió información sobre variables relacionadas con características demográficas (edad, sexo, tiempo de residencia en España, situación laboral, situación administrativa, nivel de español, si tienen hijos), y en segundo lugar variables relacionadas con la percepción del estado de salud (cómo percibe su salud en el momento actual, cómo es su salud respecto a su país de origen, qué problemas de salud ha presentado en los últimos cuatro meses).
El estudio estadístico se hizo mediante el análisis bivariante con la prueba de ji-cuadrado.
RESULTADOS
Características generales de la muestra
Se trata de un colectivo de 606 casos analizados de inmigrantes subsaharianos, de los cuales 336 (55,45%) son hombres y 270 (44,5%) son mujeres, con una media de edad de 27,09 años y una desviación estándar (DE) de 6,61.
El tiempo medio de estancia en España es de 18,02 meses (DE: 18,00). Lleva menos de dos años un 72,2% y más de dos años un 27,8%.
Respecto al estado civil, un 31% (IC 95%: 27,36-34,87) está casado o vive en pareja. Un 35,48% (IC 95%: 31,67-39,43) tiene hijos.
En cuanto a los problemas para hablar español, un 54,6% (IC 95%: 50,56-58,64) tiene un nivel bajo de español.
La situación laboral nos muestra cómo un 27,8% (IC 95%: 24,19-31,47) no trabaja en el momento de la entrevista y no ha trabajado en los últimos 4 meses, un 41,8% (IC 95%: 37,79-45,79) trabaja de forma eventual sin contrato, y un 19,3% (IC 95%: 16,24-22,68) declara que realiza otros trabajos. Se puede considerar que solo un 11,1% (IC 95%: 8,67-13,83) se encuentra dentro de una situación laboral aceptable, trabajando como eventual con contrato un 10,1% (IC 95%: 7,79-12,74) y como autónomo o contrato fijo un 1% (IC 95%: 0,36-2,14).
En relación con la situación regularizada, un 88,6% (IC 95%: 85,81-91,03) de la muestra estudiada se encuentra en situación administrativa irregular, mientras que solo un 11,4% (IC 95%: 8,97-14,19) está en situación administrativa regular.
Percepción del estado de salud
Hemos querido conocer cómo era su percepción del estado de salud y si existe alguna variación respecto al tiempo de residencia en España.
Cogiendo el total de la muestra, tenemos que el 7,92% (IC 95%: 5,90-10,36) percibe su estado de salud como muy bueno, un 63,2% (IC 95%: 59,22-67,05) como bueno, un 23,27% (IC 95%: 19,96-26,84) regular, un 5,28% (IC 95%: 3,64-7,37) como malo y un 0,3% (IC 95%: 0,04-1,19) como muy malo.
Si agrupamos como salud autopercibida positiva a los que refieren su estado de salud como muy bueno o bueno y salud autopercibida negativa aquellos que refieren un estado de salud regular, malo o muy malo, observamos que existen diferencias significativas respecto al tiempo de residencia en España con una p < 0,0001 (tabla 1).
Otra variable con la que hemos encontrado relación es la percepción de salud y el tener hijos, teniendo mejor salud autopercibida los que no tienen hijos, p < 0,0001 (tabla 2).
Otra pregunta que se les realizó fue cómo pensaban que era su salud respecto a su país. Un 34,32% (IC 95%: 30,55-38,26) contestó que pensaban que su salud era mejor ahora que en su país de origen, un 58,42% (IC 95%: 54,38-62,37) igual y un 7,26% (IC 95%: 5,32-9,62) peor.
Problemas de salud que han presentado en los últimos 4 meses
En la tabla 3 se muestran los distintos problemas de salud que refirieron haber presentado en los últimos 4 meses.
Las personas que han necesitado hospitalización desde que viven en España han sido un 6,27% (IC 95%: 4,48-8,51).
Accidentes
El número de personas de nuestra muestra que sufrió algún accidente fue de 46, es decir un 7,60% del total (IC 95%: 5,61-10,0).
En la tabla 4 se muestran los tipos de lesión y en la tabla 5 se muestran los datos acerca de dónde se produjeron esos accidentes.
Existe una relación entre las personas que sufrieron accidentes y el tiempo de residencia: un 2,98% entre las personas que llevan menos de dos años residiendo en España, frente a un 4,63% entre los que llevan más de dos años (p < 0,0001).
DISCUSIÓN
Se observa cómo la percepción de su estado de salud es positiva en un alto porcentaje comparado con otros estudios19. En cuanto a la percepción de salud respecto a su país de origen, un 34,32% considera que es mejor en España que en su país de origen; en cambio en el estudio de Sanz, realizado entre otros colectivos, se encontró que un 61% de la población considera que en España su salud es mejor o mucho mejor que en su país de origen19. En nuestros datos observamos cómo esta percepción del estado de salud empeora con el tiempo de residencia, lo que podría indicar cómo el paso del tiempo empeora la salud de los inmigrantes. Otra variable relacionada con la percepción del estado de salud es el tener hijos; las personas que no tienen hijos tienen una percepción de la salud peor que los que tienen, que podría explicarse por la mayor preocupación por conseguir los retos marcados, ya sean económicos, reagrupación familiar, etc. que los que no tienen hijos, cuyas preocupaciones serían más individuales. Esto también se observa al considerar la percepción del estado de salud respecto a su país de referencia, donde los datos muestran cómo la percepción de su estado de salud es peor en España que en su país de origen.
Problemas de salud
Entre los problemas de salud que refieren los inmigrantes subsaharianos de la muestra se encuentran: problemas respiratorios (22,68%) seguidos de problemas músculo-esqueléticos (14,85%), y después estarían los problemas gastrointestinales (11,39%).
Estos porcentajes relacionados con otros estudios son bajos, pero sí coincide con que estos son los principales problemas de salud; en el estudio de Sanz et al19, los tres problemas de salud que refieren son problemas músculo-esqueléticos (69,0%), problemas respiratorios (42,7%) y gastrointestinales (39,0%). En el estudio de Esteban20, los motivos más registrados son las infecciones de tracto respiratorio (11%), las lumbalgias (4,8%) y desórdenes depresivos (4,3%). En el estudio de Madueño et al21, las patologías más frecuentes son algias osteomusculares y fractura (24,7%), epigastralgia y dolor abdominal (10,7%) y catarro de vías altas y cefaleas (9,2%); este estudio se realizó a inmigrantes que acudieron a una Unidad de Urgencias. En el estudio de González González22, donde se recogen patologías diagnosticadas en algunas ONG (Cruz Roja), se observa que en inmigrantes las patologías más frecuentes son las cardiorrespiratorias (25%) y traumatológicas (10%), y en el estudio de Jaumà Pou et al23 las principales patologías son las derivadas del aparato digestivo, las enfermedades infecciosas y parasitarias y patología del aparato locomotor.
Se recoge en algunos estudios la posible vulnerabilidad de la población inmigrante a padecer enfermedades infectocontagiosas, siendo posibles factores favorecedores el estrés, el hacinamiento, la malnutrición, la marginación15-17. Igualmente los problemas músculo-esqueléticos podrían estar relacionados con la situación laboral, en la que realizan jornadas prolongadas, trabajos que suponen un gran esfuerzo físico y por otro lado la somatización de la tensión, estrés, ansiedad, miedo que sufre el inmigrante24. A pesar de que estas personas vienen de países en los que existe una epidemiología de morbimortalidad diferente a la nuestra, está claro que al no tener la misma cadena epidemiológica, difícilmente se pueden crear problemas con esta patología infecciosa. La mayor parte de las enfermedades importadas son difícilmente transmisibles y su impacto sobre el propio inmigrante es mucho menor que cuando afecta a una persona inmune13,17. Son enfermedades que hay que tener presentes; es el caso de la malaria de ciertos países africanos (de Guinea provienen el 50% de los casos según López Vélez25), las hepatitis, etc. Pero estas patologías no son tan frecuentes, como observamos en nuestra muestra y los estudios que hemos analizado antes.
En distintos trabajos se concluye que la morbilidad atendida no difiere de la que presenta la población española para su edad5,19,26. Todo ello nos indica cómo el inmigrante que llega a España se puede considerar como un inmigrante joven y con una patología parecida a la de la población española.
El porcentaje de accidentes es menor respecto al de otros estudios27. Aunque no sean totalmente comparables con los resultados obtenidos aquí, los resultados de la Encuesta Nacional de Salud28 muestran que el porcentaje de personas accidentadas entre los 16 y 44 años es del 4,4%, porcentaje menor que en nuestro estudio. Se ha cogido este rango de edad para acercarnos a la edad de la gran mayoría de la población inmigrante. Según diferentes estudios, los trabajadores inmigrantes tienen más predisposición a sufrir accidentes laborales o enfermedades secundarias al ambiente laboral, refiriendo que es una población especialmente propensa, con una tasa de accidentalidad mayor que en población autóctona29-33; dicho riesgo es un efecto de las condiciones de trabajo que soportan estos inmigrantes (rotación laboral, presión de tiempo, fuerte carga social y familiar, etc.).
Todo ello nos indica cómo la percepción del estado de salud de la población inmigrante subsahariana es positiva en los primeros meses tras su llegada a España, empeorando con el paso del tiempo en nuestro país. Los principales problemas de salud son similares a los de la población autóctona y consisten principalmente en problemas respiratorios, osteomusculares y digestivos.
No cabe duda que la atención a esta población se ha de desarrollar en el ámbito de Atención Primaria, desde un abordaje integral5,34, pero también es verdad que se requieren unas condiciones que no se están dando en el momento actual, se hace necesaria una adaptación de los servicios sanitarios. El impacto de este fenómeno requiere un gran esfuerzo de adaptación tanto personal como organizativa para dar soluciones a situaciones nuevas8,35,36.
CORRESPONDENCIA:
G. Pardo Moreno.
Centro de Salud Ángela Uriarte.
C/ Candilejas, n.o 66.
28018 Madrid.
Correo electrónico: gema-pardo@terra.es
Recibido el 04-01-06; aceptado para su publicación el 20-06-06.