: Realizar una evaluación de la calidad de las historias clínicas de nuestro centro de salud.
MÉtodo: Se cuantifican todas las historias existentes y se estudia una muestra aleatoria (muestreo estratificado sistemático) de 200 historias clínicas de medicina general y pediatría de un equipo de atención primaria (EAP) en un medio rural y se compara con unos estándares prefijados por nosotros como ideales (el 90% de pacientes deben estar historiados y el 75% de las historias deben cumplir determinados criterios de calidad). El EAP, a la vista de los resultados, propone unas medidas correctoras de la calidad que se aplican durante un año. Tras este año, se vuelven a cuantificar las historias y se estudia otra muestra aleatoria semejante.
Resultados: En 1997, el número total de historias abiertas era de 3.873, lo que supone que un 70,76% de los pacientes adscritos estaban historiados. El 58,50% de las historias de la muestra aleatoria cumplía criterios de calidad. Tras aplicar durante un año las medidas correctoras, se observa que cumplen los criterios de calidad el 65% (una mejoría global del 6,5%). El número total de historias abiertas es de 4.327, es decir, el 85,31% (un incremento del 14,75%).
Conclusiones: A la vista del incremento en todos los parámetros tras aplicar las medidas correctoras, parece que éstas son adecuadas. La mejoría de la calidad es evidente, aunque desigual en los distintos cupos, debido probablemente a las circunstancias de cada cupo y al empeño en aplicar las medidas.
: To evaluate the quality of clinical records in our health center.
Methods: All existing clinical records were quantified and a random sample was studied (systematic stratified sampling) of 200 clinical records of general medicine and pediatrics of a primary care team (PCT) en a rural setting. The quality was compared with standards already predetermined by the autors as ideal (90% of patients should have a clinical history taken and 75% of records should meet determined quality criteria). Given the results, the PCT proposed some corrective measures which were in force for one year. Clinical records were quantified again and a similar random sample was studied.
Results: In 1997, the total of open clinical records was 3873, which corresponded to 70.76% of all adscribed patients. A percentage of 58.50 met the quality criteria. After applying the corrective measures for one year, 65% of clinical records met the quality criteria (an overall improvement of 6.5%). The total number of open records was 4327, that is, 85.31% (14.75% increment).
Conclusion: The corrective measures were appropriate on the basis of the increment in all parameters after applying the corrective measures. The improvement in quality is evident althoug unevenly distributed in the different quotas, probably due to specific circumstances in each quota and to the determination in applying other measures.