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Vol. 50. Núm. 2.
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EDITORIAL
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Tras la COVID-19 y las muchas epidemias estacionales de gripe, ¡qué poco hemos aprendido!
After COVID-19 and the many seasonal flu epidemics, how little we have learned!
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F. Rodríguez Artalejo
Departamento de Medicina Preventiva y salud Pública, Universidad Autónoma de Madrid, CIBERESP e IMDEA-Food, Madrid, España
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Escribo este editorial el 5 de enero de 2024, en plena escalada de la esperada epidemia invernal de gripe. Probablemente, las tasas de infección seguirán creciendo unos días más, espoleadas en parte por las reuniones familiares del día de Reyes. Por cierto, el domingo pasado intenté reservar en cinco restaurantes de Madrid para comer en familia el 6 de enero, y no tuve éxito pues todos estaban llenos.

Ayer los telediarios abrieron con la saturación de Urgencias en Atención Primaria y hospitalaria. En los reportajes aparecen pequeños «cortes» con profesionales sanitarios, a menudo delegados sindicales o representantes de sociedades científicas, quejándose de la falta de previsión y de medios. Alguno recomienda no acudir a Urgencias si no se está realmente mal, pues el sistema se sobrecarga y el riesgo de infección en las salas de espera no es despreciable. Otro solicita que se restablezca la obligación de usar mascarillas al menos en los centros sanitarios. También un conocido experto en inmunizaciones informa que la campaña de vacunación de la gripe no ha ido bien, y que en los mayores de 60 años ha habido una disminución de 10-15% en comparación con la campaña anterior. En los niños, esta tampoco ha alcanzado la cobertura deseable.

Ayer por la tarde, me di una vuelta por Madrid y vi algunas personas mayores con mascarilla. Muchas las usaban por la calle (donde realmente no es necesaria), la mayoría eran quirúrgicas (poco protectoras frente al contagio) y, a menudo, las llevaban mal puestas (mal ajustadas). Entré en un gran centro comercial repleto de gente y solo unas pocas personas la portaban.

En un periódico de ayer leí que la Ministra de Sanidad ha convocado el 8 de enero al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud para abordar con las Comunidades Autónomas la respuesta de Salud Pública a la epidemia estacional de gripe. La Consejera de Sanidad de Madrid le responde: «esto lo tenía que haber previsto mucho antes, como hemos hecho varias comunidades autónomas, en concreto, la de Madrid, que tenemos el plan de invierno desde noviembre de este año y lo hemos estado trabajando desde antes porque ya, dígame usted, el 8 de enero, cuando estamos en pleno pico epidémico qué medidas va a coordinar entre las consejerías». Además, la Consejera ha pedido a los ciudadanos que «no se preocupen porque los consejeros nos hemos puesto manos a la obra»1. Sin embargo, hoy El País publica un reportaje de Fernando Peinado con este «tranquilizador» título: «140 pacientes para 86 camas en las Urgencias de La Paz en hora punta: o me dan el parte médico de una vez o me lío a tiros». Para poner las cosas en contexto (nada tranquilizador), el sindicato clínico mayoritario en Madrid, Amyts, dice que «el colapso de los Servicios de Urgencias no es exclusivo de La Paz […]»2.

Mientras escribo, recibo a las 10:02 horas desde la Consejería de Sanidad de Madrid un SMS que dice «Si Ud. o algún familiar pertenece a grupo de riesgo o tiene 60 o más años, pida CITA en su CENTRO DE SALUD para VACUNARSE DE GRIPE, por teléfono, web o app». Más allá de la falta de algunos acentos, esta llamada casi desesperada a la vacunación llega a tiempo por los pelos, pues hace falta al menos un par de semanas desde esta (como muy pronto el lunes 8 de enero) hasta la protección efectiva derivada de la respuesta de anticuerpos. ¡Pero es bienvenida! Además, casi simultáneamente recibo un post de un periódico nacional titulado «La Comunidad Valenciana y Cataluña implantan la mascarilla obligatoria en centros sanitarios»3.

Todo esto ya lo hemos vivido muchas veces, tanto en temporadas previas de gripe como durante la pandemia de COVID-19: saturación de las Urgencias; quejas fundamentadas de los profesionales, pacientes y familiares; llamadas más o menos desesperadas a qué hacer o no según el criterio de cada cual, y descoordinación en las medidas de salud pública; oportunismo político de diverso signo y cierto enfrentamiento institucional; titulares escandalosos en los medios de comunicación; ausencia de una estrategia clara de transmisión del mensaje a los ciudadanos; utilización inadecuada de equipos de protección personal; sensación de que las medidas acaban siendo reactivas, pues las proactivas (refuerzos sanitarios, vacunación, información previa a los ciudadanos) han resultados insuficientes; y, sobre todo, la percepción de que no hay nadie que esté realmente al mando.

Lo hemos visto tantas veces que ya parece normal y confiamos, al igual que las autoridades sanitarias, en que la situación mejorará en unas semanas, cuando la epidemia de gripe amaine, y entonces el problema salga de los medios de comunicación. De hecho, a veces parece que esto es más un asunto de comunicación política estacional que un problema sanitario, pues este acabará resolviéndose solo.

El rasgo diferencial clave entre este periodo epidémico de virus respiratorios y los anteriores a la pandemia de COVID-19 es un mayor empoderamiento de la ciudadanía para gestionar la situación. La gente compra estudios diagnósticos (gripe A y COVID-19) en las farmacias a precios razonables, se autodiagnostica y actúa en consecuencia (conozco personas que se semiaislan en su propio domicilio hasta hacerse negativas, o minimizan el contacto con la gente). Además, usan de forma correcta la mascarilla según su percepción de riesgo personal o para los demás. Un amigo mío que sí logró una reserva para comer en un restaurante el 6 de enero, la ha cancelado pues iba a hacerlo con familiares de edad muy avanzada. Claramente, algo hemos mejorado.

La cuestión clave es si estamos «condenados a esta normalidad» de padecer de la misma forma todos los años epidemias estacionales de enfermedades respiratorias (gripe, virus sincitial respiratorio, COVID-19). Cualquier sistema sanitario y los pacientes padecerán cierto estrés en las epidemias estacionales, pero las cosas se pueden hacer mejor4. Hay que aumentar la cobertura vacunal. No basta con lo que ya se hace; hay que concienciar más a las familias y a los vulnerables sobre su importancia, y facilitar la vacunación también en fin de semana. Hay que fomentar la telemedicina5,6, como se hizo durante la pandemia pasada, para reducir la sobrecarga asistencial y también las posibilidades de contagio (curiosamente no se está hablando mucho de esta modalidad de asistencia en estos días). Hay que reforzar más el sistema sanitario en las semanas previas a las de mayor probabilidad de pico estacional. Se debe reducir más la carga administrativa (tramitación de bajas laborales y de otros tipos) en Atención Primaria para centrarse en lo importante. Se debe aplicar sensatamente el principio de precaución, recomendando o recuperando la obligación de usar mascarillas en ciertos contextos ante un aumento previsible del número de casos. Y hay que tener una estrategia clara de comunicación, que no esté monopolizada por los políticos u otras partes interesadas, para orientar a la ciudadanía y, en especial, a los grupos más vulnerables para gestionar la situación. El foco no debe ponerse solo en la saturación de los Servicios de Urgencias, sino en si hay cuadros graves de descompensación de enfermedades crónicas que no reciben la asistencia adecuada porque el triage no funcione o no haya suficientes camas (curiosamente se está hablando poco de este tema concreto estos días); y, sobre todo, en qué hacer para protegerse uno mismo y a los demás.

Nada de lo anterior es tan difícil como para no poder hacerse.

Financiación

Este trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.

Conflicto de intereses

El autor declara no tener ningún conflicto de intereses.

Bibliografía
[1]
EFE 20 Minutos 04.01.2024-22:21H. Sanidad se reunirá con los consejeros este lunes para tomar medidas de salud pública ante el repunte de casos de gripe. [consultado 5 Ene 2024]. Disponible en: https://www.20minutos.es/noticia/5206323/0/sanidad-se-reunira-con-los-consejeros-este-lunes-ante-repunte-casos-gripe/
[2]
Peinado F. 140 pacientes para 86 camas en las urgencias de La Paz en hora punta: «O me dan el parte médico de una vez o me lío a tiros». EL PAÍS pasa una tarde en las salas desbordadas del hospital madrileño, donde los enfermos son aparcados en los pasillos y los familiares pierden los nervios. [consultado 5 Ene 2024]. Disponible en: https://elpais.com/espana/madrid/2024-01-05/140-pacientes-para-86-camas-en-las-urgencias-de-la-paz-en-hora-punta-o-me-dan-el-parte-medico-de-una-vez-o-me-lio-a-tiros.html
[3]
EFE El Confidencial 05/01/2024-10:22 H. La Comunidad Valenciana y Cataluña implantan la mascarilla obligatoria en centros sanitarios. [consultado 5 Ene 2024]. Disponible en: https://www.elconfidencial.com/espana/comunidad-valenciana/2024-01-05/comunidad-valenciana-obligatorio-mascarillas-sanidad_3805768/
[4]
X. Hervada Vidal, C. Pérez Romero, F. Rodríguez Artalejo, R. Urbanos Garrido.
Evaluacovid-19. Evaluación Del Desempeño Del Sistema Nacional De Salud Español Frente A La Pandemia De Covid-19. Lecciones de y para una pandemia.
Ministerio de Sanidad, (2023), pp. 156
[5]
F. Rodríguez Artalejo, I. Hernández Aguado.
La prevención y la salud pública como pilares del Sistema Nacional de Salud.
Fundación Gaspar Casal, (2021), pp. 523-542
[6]
V. Pallarés Carratalá, C. Górriz-Zambrano, J.L. Llisterri Caro, J.L. Gorriz.
La pandemia por la COVID-19: una oportunidad para cambiar la forma de atender a nuestros pacientes.
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