Historia clínica
Varón de 53 años con antecedentes personales de infarto agudo de miocardio, by-pass coronario y psoriasis que consulta con su médico de Atención Primaria por padecer desde hace un año dolor en la región distal del muslo derecho que se irradia a rodilla y pie, de características mecánicas, sin fiebre y sin antecedentes traumáticos.
A la exploración física presentaba dolor a la palpación en el tercio distal del muslo derecho, sin signos inflamatorios ni lesiones apreciables a la inspección. Las maniobras meniscales y ligamentosas eran negativas y la exploración de la movilidad articular era normal.
Se solicitó una radiografía simple de muslos y rodillas donde se apreciaba una lesión lítica en la metáfisis distal del fémur derecho, sin rebordes esclerosos y sin adelgazamiento de la cortical ósea, con calcificaciones en su interior (figs. 1 y 2).
Fig. 1.
Fig. 2.
Se solicitó posteriormente un escáner del muslo derecho donde se apreciaba una l esión densa a nivel de la metáfisis que captaba contraste (fig. 3). También se realizó una gammagrafía ósea donde se observaba una lesión hipercaptante en el tercio distal del fémur derecho, no existiendo ninguna otra lesión a lo largo de todo el rastreo óseo.
Fig. 3.
El paciente fue derivado al Servicio de Traumatología del hospital de referencia, donde fue sometido a tratamiento quirúrgico para confirmación diagnóstica y tratamiento. Se le realizó una extirpación en bloque de la lesión con margen amplio de hueso sano, curetaje del hueso circundante y relleno con cemento óseo. El diagnóstico de confirmación tras estudio histopatológico de la lesión fue de condrosarcoma de bajo grado sin infiltrar los bordes de la lesión.
Comentario
Hay gran variedad de tumores óseos que son relativamente raros y carecen de patrones radiográficos e histo lógicos típicos. Esto dificulta su diagnóstico y tratamiento. En general, los tumores óseos se clasifican como benignos o malignos, y dentro de estos últimos los más frecuentes, particularmente en el adulto, son de origen metastásico, siendo el carcinoma pulmonar en el hombre y el de mama en la mujer los orígenes más frecuentes.
Desde el punto de vista clínico, los tumores óseos presentan unas características clínicas que pueden ayudar en su diagnóstico: 1) la presencia de una masa en los tejidos blandos; 2) deformidades óseas; 3) dolor e hipersensibilidad, y 4) fracturas patológicas. No es raro su diagnóstico de forma casual al efectuar radiografías por otro motivo.
El estudio con técnicas de imagen de radiología simple raras veces permite establecer un diagnóstico de certeza. Así, hay unos datos básicos, como el que la lesión sea solitaria o múltiple, la edad y la localización, que permiten descartar gran parte de las entidades incluidas en el diagnóstico diferencial. En cuanto a la extensión de estas lesiones, ésta se define con las técnicas convencionales de tomografía axial computarizada (TAC), resonancia magnética nuclear (RMN) y gammagrafía ósea con polifosfato marcado con tecnecio-99 metaestable.
La valoración y selección correcta del tratamiento se hace estudiando los datos topográficos, radiográficos e histológicos y el diagnóstico definitivo de las lesiones óseas es una tarea multidisciplinar.
Bajo el término de condrosarcoma se engloba un amplio grupo de tumores malignos de origen condral; éstos pueden ser primarios o secundarios. El condrosarcoma primario puede ser central (intraóseo), yuxtacortical o de partes blandas (mesenquimal). Los secundarios se originan a partir de osteocondromas y condromas periósticos (condrosarcoma periférico) o de encondromas (condrosarcoma central), particularmente en las formas hereditarias. Representan el 10% de los tumores malignos y aparecen en edades avanzadas (quinta-sexta década de la vida); las formas secundarias suelen aparecer en individuos más jóvenes. Su localización más frecuente la constituye las metáfisis de los huesos largos.
En cuanto al patrón radiológico, éste es muy variable. Las formas centrales de huesos largos aparecen como lesiones líticas, a menudo expansivas y de aspecto agresivo. Las calcificaciones condrales intraóseas o en la masa de partes blandas son un hallazgo patognomónico. En los casos de asiento pélvico predomina la masa de tejidos blandos sobre la afectación ósea.
Por regla general, el condrosarcoma es de crecimiento lento y tarda en recidivar. La gradación histológica del tumor es útil para predecir el pronóstico y establecer el tratamiento quirúrgico más correcto. La extirpación radical es el tratamiento de elección.