Recientemente tuvimos ocasión de atender a un paciente hospitalizado al que se le había indicado días antes, para su analgesia, la administración de 20mg de morfina hidrocloruro en perfusión continua intravenosa diluida en 500ml de solución salina fisiológica al 0,9% a pasar en 24h. Nos sorprendió que ni la bolsa de la dilución ni el sistema de infusión estuvieran protegidos de la luz, como venimos recomendando por los controles de hospitalización de nuestro centro de trabajo según la información contenida en la Guía clínica. Vía subcutánea, usos y recomendaciones del Programa Regional de Cuidados Paliativos de Extremadura (edición 2010)1, y también de la Monografía SECPAL N.° 4 (octubre 2013). Uso de la vía subcutánea en Cuidados Paliativos2.
Al comprobar la estabilidad del control analgésico nos surgió la duda de la fotosensibilidad de la morfina e hicimos una búsqueda bibliográfica no sistemática (PubMed, IME, UptoDate) buscando evidencias al respecto, puesto que la monografía SECPAL hace referencia a la guía clínica mencionada y esta no referencia la afirmación de que «la morfina es fotosensible» (pág. 61) y de que cuando se administra con otros fármacos es preciso proteger «la mezcla de la luz (existen muchos fármacos fotosensibles) y el calor» (pág. 53).
Encontramos una revisión publicada en 2011 en Farmacia Hospitalaria3 en la que identificaban medicamentos fotosensibles incluidos en la guía farmacoterapéutica del centro hospitalario de la investigación y sus datos respectivos de estabilidad durante el almacenamiento, reconstitución y dilución. En ella se afirma que morfina al 1% (Braun®) se debe proteger de la luz durante el almacenamiento (caducidad 2 años), pero no mientras está diluida o durante su administración. Esta publicación hace referencia a la ficha técnica del producto4 e información escrita aportada por el laboratorio.
Otros autores previamente comunicaron la estabilidad de morfina hidrocloruro diluida y almacenada durante largos períodos. Roos PJ et al.5 en 1992 comprobaron la estabilidad físico-química y el mantenimiento de la concentración de morfina diluida en suero salino a diferentes concentraciones y almacenada en reservorios de plástico de bombas portátiles. Wulf H et al.6 comunicaron en 1994 la estabilidad físico-química, microbiológica y el mantenimiento de la concentración de morfina diluida, mezclada con bupivacaína hidrocloruro y clonidina hidrocloruro en reservorios para bombas de infusión portátiles durante 90 días. Schrijvers D et al.7 en 1998 comprobaron que la combinación de morfina hidrocloruro con haloperidol, metoclopramida hidrocloruro, atropina sulfato, butilhioscina bromuro o ranitidina hidrocloruro no afectaba a su estabilidad cuando se almacenaba a temperatura superior a 30°C y en exposición a luz ambiental durante 7 días. Finalmente, Oustric-Mendes AC et al.8 también comprobaron en 1997 que la degradación de la morfina ocurría muy lentamente cuando era diluida y almacenada en sistemas de infusión portátil desechables, permaneciendo estables sin proteger de la luz más allá de 5 días, máximo período requerido habitualmente cuando se utilizan infusores portátiles.
En conclusión, teniendo en cuenta estos trabajos, consideramos que no está justificada la recomendación de proteger la infusión de morfina hidrocloruro de la luz cuando se administra por vía subcutánea mediante infusores elastoméricos o en infusión continua intravenosa.