Pese a la inmigración importante de los últimos años, hay escasos estudios referidos a pacientes no hispano-hablantes ingresados en Cuidados Paliativos, la comunicación y el trabajo del mediador cultural. La nota clínica de Medicina Paliativa «Acompañando a Fabala Dambele» (enero 2011)1, hace hincapié en que en un mundo plural es necesario conocer y gestionar la diversidad cultural, y es imprescindible para acompañar en el proceso de morir.
Nuestra experiencia en la diversidad ha sido y es con enfermos marroquíes, rumanos, angoleños, ucranianos y rusos. Y a raíz de este acompañamiento en el proceso de morir, revisamos bibliografía para orientarnos y ayudar al mediador cultural. El intérprete o mediador tiene la doble función de interpretar lingüísticamente, teniendo en cuenta además los aspectos relevantes de la cultura de donde proviene el enfermo.
En estudios cualitativos realizados en Australia e Inglaterra en Cuidados Paliativos2 en pacientes que no hablaban el idioma local, refirieron sentirse solos, incomprendidos, con dificultad para preguntar y para entender las instrucciones médicas. El control de otros síntomas diferentes al dolor fue peor en pacientes que no hablaban inglés, y ninguno de los pacientes de habla no inglesa falleció en su domicilio. Se concluye que los pacientes no fluentes en inglés recibieron peores cuidados al final de la vida3,4.
A partir de revisiones realizadas para acompañar y comunicar mejor, concluimos que puede ser una ayuda tener estos aspectos en cuenta:
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Antes de reunirnos con el paciente, explicar el propósito del encuentro al mediador, el mensaje que se quiere transmitir y las palabras que queremos evitar
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Identificar el significado del dolor y de los síntomas en la cultura del enfermo
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Establecer canales de comunicación (cortesía) para facilitar el diálogo
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Evitar la tendencia a alzar la voz y dar mensajes concisos
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El médico y el intérprete deben estar a la altura de la mirada del paciente y contactar con sus ojos
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Hacer pausas para que el mediador pueda hacer su trabajo, y dar espacio para reflexionar sobre lo que se está tratando de comunicar
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Analizar el comportamiento no verbal del paciente/familia para valorar si se debe hacer hincapié en alguna frase, y dar tiempo para preguntas
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Al final de la entrevista, dar la oportunidad al paciente/familia para aclarar temas sobre el encuentro
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Valorar si el mediador ha estado cómodo en la entrevista y preparar la próxima
Al final de la vida, es esencial que exista una relación fluida, tanto para el control de síntomas físicos como para acompañar y reforzar el vínculo con el enfermo. Una comunicación exitosa requiere algo más que una eficiente traducción, y en relación al principio de autonomía, la comunicación efectiva continúa siendo la clave.
La presencia de mediadores en cuidados paliativos es una de las recomendaciones de buena práctica. Reafirmando a Colasanti, «los enfermos inmigrantes esperan una tecnología mitificada que les salve, pero no aciertan a hacer comprender sus problemas interiores a sus médicos y cuidadores».