Introducción
Los altos niveles de alérgenos intradomiciliarios incrementan el riesgo de sensibilización a los mismos y se asocian con mayor morbilidad en la rinoconjuntivitis alérgica y asma.1 En los últimos 30 años, en algunas regiones del mundo se ha observado un aumento en el número y variedad de animales domésticos en el área urbana.2 En más de 50% de los hogares, hay un perro o un gato; la exposición y sensibilización a los alérgenos de éstos animales constituyen una causa común de enfermedades alérgicas.3-5 La exposición a los alérgenos de gato puede ocurrir en lugares públicos, escuelas y en casas donde incluso no hay gato presente.4,6-9 Esto sugiere que las concentraciones bajas de alérgenos de gato pueden inducir síntomas en individuos susceptibles.10
De 3% a 10% de la población general y de 15% a 40% de los individuos atópicos son alérgicos al gato o al perro, siendo la alergia al gato dos veces más común que la de perro.10 La frecuencia de sensibilización al gato en sujetos atópicos puede ser hasta de 60% en países occidentales.11-15 En México, Baeza informó en 2005 una sensibilización al gato de 14% en niños con alergia respiratoria.16 En los sujetos sin manifestaciones respiratorias de alergia, se señaló una frecuencia de sensibilización de 12%.17
La sensibilización al gato puede demostrarse mediante pruebas cutáneas con extracto alergénico de gato o por la determinación de IgE sérica específica. La alergia al gato se basa en una historia clínica compatible con síntomas de tipo inmediato al contacto con el alérgeno en un individuo previamente sensibilizado.18
El Fel d 1, principal alérgeno del gato, es una glucoproteína heterodimérica con dos subunidades de 17 KDa, cada una compuesta de dos cadenas; se produce principalmente en las glándulas sebáceas y es depositada en el pelo del gato.5-6 La testosterona influye en su producción y ésta varía en cantidad de acuerdo al sitio anatómico donde se encuentre (mayor en el cuello) y al sexo del animal (mayor en los machos).6,19
El espectro clínico de los pacientes alérgicos al gato es variable. Las manifestaciones más frecuentes son las respiratorias, aunque también se han descrito manifestaciones cutáneas como eccema.20,21 Bollinger y colaboradores, realizaron pruebas de reto en pacientes alérgicos al gato y encontraron que son más frecuentes los síntomas nasales que los respiratorios bajos.10
Se han reportado datos que resultan contradictorios sobre la relación entre la exposición a animales y la manifestación de enfermedades alérgicas. Algunos estudios encontraron que la exposición a gatos en la infancia induce una sensibilización específica de tipo IgE y la subsecuente aparición de alergia, en tanto que otros han informado que la convivencia con animales (gatos, perros o caballos) tiene un efecto protector. Estas respuestas dependen del nivel de exposición, ya que la concentración baja del alérgeno permite la sensibilización; en tanto que la concentración elevada induce un fenómeno de tolerancia inmunológica y por consiguiente, menor posibilidad de sensibilización alérgica.16,22-24
El tratamiento más eficaz de la alergia al gato es evitar la exposición. Wood encontró que deben transcurrir alrededor de seis meses para que disminuyan significativamente los niveles de Fel d 1 una vez que se retira el gato del domicilio.6 Para el control de los síntomas pueden utilizarse antihistamínicos, beta dos agonistas, antiinflamatorios e inmunoterapia específica.25
Realizamos este estudio para conocer la frecuencia de sensibilización al alérgeno de gato en población del noreste de México, en pacientes con alergia respiratoria comparado con población sana efectuado en el Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica de la Facultad de Medicina y Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León. (UANL). Monterrey. México.
Métodos
Se realizó un estudio transversal, prospectivo y comparativo. Se Incluyeron 198 sujetos divididos en dos grupos. Uno, con 98 pacientes con alergia respiratoria y el otro grupo de 100 sujetos sin alergia respiratoria (sanos). Del total de los participantes, 50% con alergia respiratoria y el 56% de sanos eran mujeres; con media de edad de 25 ± 13.9 y 22 ± 7.5 años, respectivamente; el rango de edad fue de dos a 55 años. El estudio se realizó de agosto a noviembre del 2009, en el Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica del Hospital universitario de la U.A.N.L, en Monterrey, Nuevo León.
Primer Grupo: Pacientes con alergia respiratoria. Se incluyeron pacientes de consulta externa del Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica de la Facultad de Medicina y Hospital Universitario de la UANL, con diagnóstico de alergia respiratoria (rinitis alérgica y/o asma) con: historia clínica y pruebas cutáneas positivas a aeroalergenos, realizadas el día de ingreso al estudio o en una visita previa no mayor a seis meses. Se excluyeron aquellos que recibían inmunoterapia con alérgenos, estuvieran utilizando antihistamínicos en los tres días previos, uso de β-bloqueadores, embarazadas, pacientes con enfermedades crónicas degenerativas o enfermedades cardiovasculares severas. Los que cumplían los criterios mencionados se entrevistaban e invitaban a participar en el estudio, previa firma del consentimiento informado.
Se aplicó un cuestionario de datos demográficos, antecedentes personales, familiares de alergia, existencia de gato en casa y las posibles formas de exposición al gato. Posteriormente, se realizaron pruebas epicutáneas por el método de Prick con el extracto alergénico de gato Fel d 1.
Prueba cutánea. El extracto alergénico Fel d 1 en solución glicerinada peso/volumen (Allerstand®), concentración 1:20, fue aplicada exclusivamente por el investigador principal en la cara anterior del antebrazo por el método de Prick-test (Duotip ®), se usó solución diluyente como testigo negativo y fosfato de histamina (10 mg/mL) como testigo positivo. La prueba fue interpretada por el investigador principal a los 15 minutos de la aplicación y se consideró como reacción cutánea positiva aquella que fuera ≥ a 3 mm de diámetro con respecto al testigo negativo. Se incluyeron los resultados de las pruebas cutáneas rutinarias a aeroalergenos con el objetivo de correlacionar los hallazgos, siempre y cuando se realizaran al momento de ingresar al estudio o máximo seis meses antes del mismo.
Segundo Grupo: Pacientes sin manifestaciones respiratorias de alergia (controles sanos). Para confirmar la ausencia de síntomas nasales y respiratorios de alergia se les aplicó a cada participante tres distintos cuestionarios modificados del estudio internacional de asma y alergia en niños (ISAAC) de acuerdo al grupo de edad: menores de trece años, trece a diecisiete años y mayores de dieciocho años. Se excluyeron los sujetos que estuvieran utilizando antihistamínicos en los tres días previos, uso de β-bloqueadores, embarazo, enfermedades crónicas degenerativas y cardiovasculares severas. Se les aplicó el mismo cuestionario clínico epidemiológico que a los sujetos con alergia respiratoria. Posteriormente se realizó prueba cutánea con el extracto alergénico de gato Fel d 1, con el mismo procedimiento de los sujetos con alergia respiratoria.
Análisis estadístico. El análisis estadístico se realizó por medio del programa SPSS 16. La edad se calculó por medias ± SD, la comparación de los grupos estudiados se realizó mediante la determinación de la Ji cuadrada (χ2) o en su defecto la prueba exacta de Fisher. La frecuencia de los eventos se expresó en porcentajes. Los resultados se expresaron en tablas para su mejor comprensión.
Resultados
Se estudiaron 198 sujetos en total, 105 (53%) mujeres. La edad media de 23 ± 11.2 años. De éstos pacientes, 98 (49%), tenían diagnóstico de alergia respiratoria (rinitis alérgica o rinitis alérgica y asma) y 100 sujetos estaban sanos (51%) sin manifestaciones clínicas de alergia. Ninguno de los pacientes tuvo diagnóstico exclusivo de asma durante el estudio.
De los pacientes con alergia respiratoria, 60% tenían antecedentes familiares de atopia mientras que en el grupo de sujetos sanos fue de 37% (p = 0.031). Con respecto a los antecedentes personales de atopia, fueron positivos en 64% de los sujetos con alergia respiratoria, en tanto que los sujetos sanos presentaron manifestaciones no respiratorias sólo en 3% (p < 0.001). Al evaluar los antecedentes alérgicos familiares se documentó que 75% de los pacientes con alergia respiratoria tenía al menos un familiar con rinitis alérgica, mientras que en el grupo sano la frecuencia de este antecedente era de 59% (OR = 3.01;95%IC,1.62 - 5.58), lo cual apoya el patrón genético asociado a esta patología.
En relación al antecedente de exposición al gato, 67% de los pacientes con alergia respiratoria y 62% de los sujetos sanos manifestaron que la principal forma de contacto con gato fue la visita al hogar de un vecino, amigo o familiar que tenía gato; mientras que la exposición al gato en casa fue 33% para el grupo con alergia respiratoria y 38% para el grupo sano. En particular, en el grupo de pacientes con alergia respiratoria sensibles al gato se encontró que 8% había tenido gato como mascota alguna vez en su vida y 1% lo tenían al momento de su participación en el estudio.
Con respecto a los síntomas al contacto con el gato que presentaron los dos grupos de sujetos estudiados, encontramos que en el grupo con alergia respiratoria la frecuencia de presentación fue de 19% y en los sanos de 2% (p < 0.001). Los síntomas más representativos en el grupo de alergia respiratoria fueron los nasales seguidos de los oculares; para el grupo sano fueron los síntomas cutáneos y pulmonares (Tabla 1). En ninguno de los dos grupos de sujetos se informó el antecedente de anafilaxia por la exposición al gato. La frecuencia total de sensibilización al gato fue de 18% y su distribución para cada grupo estudiado se representa en las Tablas 2 y 3.
Los pacientes sensibles al gato y con alergia respiratoria tuvieron sensibilidad a otros alérgenos como Dermatophagoides pteronyssinus (80%), Dermatophagoides farinae (72%), Cynodon dactylon (52%), Amaranthus palmeris, Salsola kali y Fraxinus americana (40% cada uno), Quercus spp (36%), Sorghum halepense, Ambrosia eliator, Helianthus annus (32% cada uno).
La frecuencia de sensibilización a otros alérgenos en el subgrupo de pacientes con rinitis alérgica y en el subgrupo de rinitis alérgica con asma sensibilizados al gato se presenta en la Tabla 4. La similitud en la sensibilización a otros alérgenos entre estos dos subgrupos fue de 67%.
Discusión
La sensibilización a alérgenos ambientales, incluyendo a los derivados de gato, constituye un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades alérgicas respiratorias. Así mismo, el incremento en el grado de exposición al gato, el cual se ve facilitado por el creciente número de viviendas en las que se tiene a este felino como mascota, se asocia a un aumento en la frecuencia de sensibilización al mismo.
De acuerdo a reportes internacionales, la frecuencia de alergia al gato varía de 3% a 10% en población general y puede ser hasta de 40% en sujetos atópicos.10 Sin embargo, actualmente se cuenta con poca información en relación a la frecuencia de sensibilización y manifestaciones alérgicas al gato en población mexicana. Baeza y colaboradores reportaron una frecuencia de sensibilización al gato de 14% en un grupo de población en edad preescolar con alergia respiratoria de la región sureste de México.16
En nuestro estudio, nos enfocamos a la investigación de la frecuencia de sensibilización al gato en pacientes pediátricos y adultos con alergia respiratoria de la región noreste de México atendidos en nuestro centro. Dicha frecuencia resultó ser de 25%, la cual es similar a la reportada por algunos autores en otros países.26-29 Adicionalmente, incluimos un grupo control conformado por sujetos sin historia de manifestaciones respiratorias de alergia, dentro del cual la frecuencia de sensibilización al gato estuvo presente en 10%, semejante a 12% encontrado por Plaschke, en un grupo de población de características similares.17
En el grupo de pacientes con alergia respiratoria sintomática, la frecuencia de sensibilización al gato fue mayor en aquellos con rinitis alérgica y asma (31%) que en los que padecen sólo de rinitis alérgica (22%), aunque esto no fue estadísticamente significativo podría sugerir que la sensibilización ocurre independientemente de la extensión de la afectación o del tipo de manifestación respiratoria alérgica. Sin embargo, algunos estudios recientes han reportado una fuerte asociación entre asma y sensibilización a animales domésticos en pacientes pediátricos, aunque dicha asociación parece ser menos clara en adultos.5,27 Lamentablemente en nuestro estudio no pudimos determinar la frecuencia de sensibilización al gato en sujetos con asma sin rinitis, lo cual puede explicarse por la alta frecuencia de rinitis en pacientes con asma aunado al hecho de que nuestro servicio es un centro de referencia especializado en la atención de enfermedades alérgicas.
En nuestro estudio no encontramos diferencias en la frecuencia de sensibilización al gato con respecto al sexo, lo que contrasta con lo encontrado por Gulbahar quien reportó un predominio de sensibilización en el sexo femenino. En los pacientes con alergia respiratoria se encontró una media de edad de 25 ± 13.9 años, la cual es menor en comparación con la media de 33.3 ± 11.2 años encontrada por Gulbahar.8
La asociación entre la historia de exposición al gato y la sensibilización al mismo es variable. En nuestro estudio la exposición intradomiciliaria al gato en los sujetos con alergia respiratoria fue de 33%. Al analizar el grupo de pacientes con alergia respiratoria en los cuales se demostró sensibilización al gato encontramos un porcentaje de 8% de exposición intradomiciliaria al gato durante toda su vida y 1% de los pacientes con alergia respiratoria sensibles al gato tenía contacto con este animal al momento de su participación en el estudio, comparable con 1.6% reportado por Gulbahar.8 A pesar de éste bajo porcentaje de exposición al gato en los hogares de la población estudiada, su sensibilización fue mayor, hecho que se explica probablemente por la exposición indirecta a los alérgenos de gato fuera de casa, es decir en casa de vecinos, amigos, escuelas, guarderías, centros comerciales, hospitales, cines y vehículos de trasporte, en donde pueden exceder los niveles de riesgo para sensibilizar o desencadenar síntomas de alergia respiratoria, lo que nos sugiere que la evaluación de la exposición con la sensibilización al gato no debe estar basada únicamente en la presencia o ausencia de éste animal en la casa y en el momento de que acude el paciente a consulta.7,8
Es importante mencionar que ninguno de los pacientes con alergia respiratoria en el momento del estudio fue sensible a un solo alérgeno, ya que tuvieron además de la prueba cutánea positiva a alérgeno de gato, pruebas positivas a otros alérgenos como los ácaros, pastos, malezas entre otros; siendo esto un factor de riesgo que influye en el desarrollo de asma.26
Con respecto a la asociación entre exposición al gato y presencia de síntomas de alergia en pacientes sensibles al gato, se encontró que tanto los síntomas de vías aéreas superiores, presentes en mayor proporción, así como los de vías aéreas inferiores se manifestaron en dicho grupo, lo que coincide con el estudio realizado por Bollinger en pacientes sensibles al gato expuestos a altos niveles de alérgenos de éste animal, en donde se presentaron tanto síntomas respiratorios superiores como inferiores.10
En condiciones reales, los individuos inhalan una mezcla de diversos alérgenos ya sea intra o extradomiciliarios, que pueden ocasionar sensibilización como se demostró en nuestro estudio, en donde pacientes alérgicos sensibles al gato son también sensibles a ácaros y pastos, entre otros.
En nuestro estudio, los ácaros del polvo fueron los alérgenos más frecuentes en la sensibilización de los pacientes con alergia respiratoria, lo cual coincide con lo reportado en la literatura.9,16,30 El patrón de sensibilización a otros alérgenos en pacientes con rinitis alérgica y rinitis alérgica con asma sensibles al gato fue similar.
El conocimiento de estos aspectos generales de la sensibilización al gato permite tomar medidas con el fin prevenir la sensibilización y evitar las complicaciones de la exposición. Las recomendaciones incluyen eliminar las alfombras de las casas, aplicación de ácido tánico al 3% a los muebles, lavar la ropa de cama a 60ºC semanalmente, entre otras.1,31,32 En caso de tener gato en casa se recomienda retirarlo y de no ser posible, implementar medidas de tratamiento farmacológicas e inmunoterapia en los pacientes alérgicos al gato.10,33
Conclusiones
La frecuencia de sensibilización al gato en la población alérgica estudiada fue de 25% y de 10% en sujetos sanos. La distribución por sexo no tuvo diferencias significativas y la edad media de presentación fue de 25 ± 13.9 años. La frecuencia de sensibilización al gato en sujetos con rinitis alérgica fue de 22% y en sujetos con rinitis y asma de 31%.
Sólo 8% de pacientes con alergia respiratoria tuvieron un gato como mascota, lo que sugiere una exposición principalmente extra-domiciliaria. Los principales alérgenos positivos en las pruebas cutáneas además del gato fueron los ácaros, seguidos por el Cynodon, Amaranthus, Salsola y Fraxinus.
En México se dispone de pocos informes acerca de la frecuencia de sensibilización a alérgeno de gato en sujetos alérgicos y no hay reportes sobre la frecuencia de sensibilización al gato en sujetos sin manifestaciones clínicas de alergia.
Este estudio es de importancia para comprender el comportamiento de la sensibilización a alérgeno de gato en sujetos alérgicos y sanos en nuestro medio. Es necesario realizar más estudios que confirmen estos datos.
Correspondencia: Dra. Dayanara A. Herrera Castro.
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Aceptado: Junio 2010