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Vol. 26. Núm. 1.
Páginas 55-56 (enero - febrero 2011)
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Endocarditis infecciosa, hemorragia cerebral y cirrosis hepática
Infectious endocarditis, cerebral haemorrhage and liver cirrhosis
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D.I. Gentille Lorentea,
Autor para correspondencia
dgentille.ebre.ics@gencat.cat

Autor para correspondencia.
, J.M. Jaén Martínezb
a Servicio de Cardiología, Hospital de Tortosa “Verge de la Cinta”, IISPV, Tortosa, Tarragona, España
b Servicio de Anatomía Patológica, Hospital de Tortosa “Verge de la Cinta”, IISPV, Tortosa, Tarragona, España
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Sr. Editor:

Presentamos el caso de una mujer de 77 años diabética, hipertensa y con hepatopatía crónica por el virus de la hepatitis C que consultó en Urgencias por cefalea de dos días de evolución con posterior aparición de confusión y fiebre de 39,2°C. La tomografía computarizada cerebral evidenció la existencia de múltiples áreas hemorrágicas (subaracnoidea, supra e infratentoriales) (fig. 1 A). Dada la rápida progresión del cuadro a shock séptico, la paciente ingresó en Medicina Intensiva. En el ecocardiograma transtorácico y especialmente en el transesofágico se evidenció la existencia de una gran vegetación en la válvula aórtica de 15 x 15 x 18mm (fig. 1 B [flecha]), móvil; presentaba además perforación valvular e insuficiencia aórtica y un absceso perivalvular (fig. 1 C [punta de flecha]). Tres hemocultivos y el cultivo del líquido cefalorraquídeo resultaron positivos para Stafilococcus aureus. La paciente presentó fracaso multiorgánico y, a pesar de su manejo intensivo, falleció a las 48 horas.

Figura 1.

A: Tomografía computarizada y cortes necrópsicos encefálicos mostrando múltiples áreas hemorrágicas (supra e infratentoriales). B: Gran vegetación en la sigmoidea aórtica coronaria izquierda (flecha), complicada con absceso perivalvular (punta de flecha) y perforación valvular. Ecocardiograma transesofágico: imagen longitudinal de la raíz aórtica a nivel del plano valvular, que muestra la verruga aórtica protuyendo en el tracto de salida del ventrículo izquierdo en diástole. C: Imagen necrópsica: apertura longitudinal de la raíz aórtica a nivel del plano valvular mostrando esos mismos hallazgos.

(0.3MB).

La necropsia confirmó la existencia de una endocarditis aórtica complicada con perforación valvular, absceso miocárdico subvalvular y embolismos sépticos múltisitémicos: existían microabscesos miocárdicos y pericarditis purulenta, hemorragia subaracnoidea y parenquimatosa bilateral (en encéfalo, cerebelo y troncoencéfalo), microabcesos encefálicos y renales y neumonía hemorrágica multilobular; se constató una cirrosis hepática.

La patogénesis de la endocarditis infecciosa (EI) ha cambiado en las últimas décadas, afectando con frecuencia a pacientes sin causa ni cardiopatía predisponente clásica1, y aumentando los casos por microorganismos más virulentos como Stafilococcus aureus, que a menudo ocasiona una infección grave con destrucción valvular y muy embolígena, llevando a la diseminación de la infección, al fallo multiorgánico y a la muerte. Por otra parte, la enfermedad hepática crónica, y especialmente la cirrosis, aumenta significativamente la susceptibilidad a padecer infecciones bacterianas y su mortalidad; sin embargo, la asociación de EI y cirrosis es infrecuente y raramente reportada2–5.

Las complicaciones neurológicas aparecen en el 20-40% de las EI, constituyendo en ocasiones la manifestación inicial de la enfermedad. De todas ellas, la hemorragia cerebral es inusual (3-5% de las EI) pero conlleva la mayor mortalidad (80-90% de los casos)6,7; la ruptura de aneurismas micóticos, la vasculitis séptica cerebral y el infarto isquémico transformado en hemorrágico son en general los mecanismos implicados en su aparición.

Bibliografía
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Hemorragia cerebral lobular por endocarditis infecciosa con absceso de la raíz aórtica por Streptococcus viridans.
Neurología., 22 (2007), pp. 488-489
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