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Vol. 39. Núm. 7.
Páginas 523-529 (septiembre 2024)
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Vol. 39. Núm. 7.
Páginas 523-529 (septiembre 2024)
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Infiltración de toxina botulínica tipoA en espasticidad y distonía cervical. La morfología muscular, la gran olvidada
Botulinum toxin typeA infiltration in spasticity and cervical dystonia. Muscle morphology: an overlooked factor
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M. Murie-Fernándeza,
Autor para correspondencia
manumurie@gmail.com

Autor para correspondencia.
, C. Bahamondea, D. Graffignaa, B. Hontanillab
a Unidad de Neurorrehabilitación, Hospital Ciudad de Telde, Telde, Las Palmas de Gran Canaria, España
b Departamento de Cirugía Plástica, Clínica Universidad de Navarra, Pamplona, España
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Tabla 1. Peso (gramos), longitud (centímetros) y diámetro máximo(centímetros) muscular
Tabla 2. Dosis de toxina botulínica recomendada por músculo y dosis administrada en la vida real4
Tabla 3. Unidades de toxina por gramo muscular ordenados de menor a mayor. Excluidos el escaleno y el aductor del pulgar
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Resumen
Introducción

La toxina botulínica tipoA es un tratamiento para la espasticidad y la distonía. Sin embargo, no se ha estudiado su relación con la morfología muscular. El mecanismo de acción de la toxina botulínica radica en inhibir la liberación de acetilcolina. Cabe pensar que, a mayor tamaño muscular, mayor dosis de toxina necesaria. El objetivo del presente trabajo es poner de manifiesto la existencia o no de una discrepancia entre las dosis de toxina botulínica utilizadas y la morfología muscular.

Método

Se procedió a la disección de los músculos de las extremidades inferiores, superiores y de la cabeza, en cadáver fresco, para su pesaje y medición. De la ficha técnica de las toxinas botulínica tipoA se obtuvieron las dosis recomendadas para cada músculo. Se calculó la unidad de toxina botulínica tipoA infiltrada por gramo muscular.

Resultados

Existe una gran variabilidad morfológica entre los músculos; las dosis de toxina botulínica administradas por músculo son muy similares. Existe una gran variabilidad de la unidad de toxina botulínica por gramo muscular: desde 0,3U/g del bíceps femoral hasta 14,6U/g del escaleno. La dosis media de unidad de toxina por gramo muscular fue de 2,55U/g. Casi todos los músculos de la extremidad inferior quedan por debajo de esta media.

Conclusiones

Existen diferencias morfológicas significativas entre los músculos de la extremidad inferior, superior y la cabeza, pero las dosis de toxina botulínica infiltradas por músculo son similares. Estas diferencias hacen que la unidad de toxina recibida por gramo muscular sea muy variable.

Palabras clave:
Toxina botulínica
Espasticidad
Distonía
Abstract
Introduction

Botulinum toxin typeA is used to treat spasticity and dystonia. However, its relationship with muscle morphology has not been studied. The action mechanism of botulinum toxin is based on the inhibition of acetylcholine release. Therefore, larger doses of toxin would be needed to treat larger muscles. This study aims to establish whether there is a discrepancy between muscle morphology and the botulinum toxin doses administered.

Methods

We dissected, and subsequently measured and weighed, muscles from the upper and lower limbs and the head of a fresh cadaver. We consulted the summary of product characteristics for botulinum toxin typeA to establish the recommended doses for each muscle and calculated the number of units infiltrated per gramme of muscle.

Results

Different muscles present considerable morphological variability, and the doses of botulinum toxin administered to each muscle are very similar. We observed great variability in the amount of botulinum toxin administered per gramme of muscle, ranging from 0.3U/g in the biceps femoris to 14.6U/g in the scalene muscles. The mean dose was 2.55U/g. The doses administered for nearly all lower limb muscles were below this value.

Conclusions

There are significant differences in morphology between the muscles of the lower limbs, upper limbs, and head, but similar doses of botulinum toxin are administered to each muscle. These differences result in great variability in the number of units of botulinum toxin administered per gramme of muscle.

Keywords:
Botulinum toxin
Spasticity
Dystonia
Texto completo
Introducción

La toxina botulínica se ha utilizado en humanos desde hace más de 40años después de que Drachman1 demostrara la parálisis del músculo esquelético en animales. Este descubrimiento animó al oftalmólogo Allan Scoot a investigar su utilización en humanos, en concreto en el manejo del estrabismo; dicha investigación, realizada entre los años 1960 y 1970, llevó a la Food and Drug Administration (FDA) a aprobar en 1979 el uso de la toxina botulínica en humanos para el estrabismo. En los siguientes años se incrementó de forma significativa la investigación acerca da las utilidades de la toxina botulínica en diferentes áreas de la medicina, como la distonía cervical, la vejiga hiperactiva, la hiperhidrosis, la sialorrea, la espasticidad o la migraña2 Actualmente existen comercializadas tres tipos de toxina botulínica tipoA y una de tipoB. Las del tipoA son Botox (onabotulinumtoxinA), producida por Allergan Inc., Xeomin (incobotulinumtoxinA) de Merz Pharma, y Dysport (abobotulinumtoxinA) de Ipsen. La tipoB es Myobloc (rimabotulinumtoxin). Las tres toxinas del tipoA tienen un mecanismo de acción similar. En el prospecto de Botox (onabotulinumtoxinA) se describe que «la toxina botulínica tipoA bloquea la liberación de acetilcolina a nivel de las terminaciones nerviosas colinérgicas periféricas por escindir SNAP-25, proteína necesaria para que se produzca adecuadamente la fijación y liberación de acetilcolina de las vesículas situadas en las terminaciones nerviosas»; es decir, se trata de un bloqueo selectivo, temporal y reversible de la neurotransmisión en las terminaciones periféricas colinérgicas de la unión neuromuscular, produciendo debilidad y atrofia en el músculo infiltrado.

El análisis histórico de la utilización de la toxina botulínica en humanos ha seguido siempre un patrón similar; se inicia con la publicación de un ensayo clínico sobre un rango de dosis para cierto músculo asociado y para una patología determinada, para después estudiar la forma de optimizar el uso de esa dosis estudiada mediante la dilución utilizada, la dosis utilizada, la disposición anatómica del músculo o las diferentes técnicas de infiltración3.

Sin embargo, poco o nada se ha estudiado en relación con la morfología muscular. Parece lógico pensar que, si el mecanismo de acción de la toxina botulínica radica en la inhibición de la liberación de acetilcolina en la unión neuromuscular, a mayor tamaño muscular, mayor dosis de toxina botulínica será necesaria para conseguir el mismo efecto debilitador. La experiencia acumulada profesionalmente en el uso de la toxina botulínica, principalmente en distonía, espasticidad y migraña, nos llevó a pensar la discrepancia entre las dosis utilizadas y autorizadas para los diferentes tamaños musculares. Este el motivo por el que se desarrolló el presente estudio, con el objetivo de poner de manifiesto la existencia o no de una discrepancia entre las dosis recomendadas y utilizadas en la vida real de toxina botulínica tipoA y el tamaño muscular en población adulta con espasticidad y distonía cervical.

Material y métodos

Se procedió a la disección de los músculos de las extremidades inferiores, de las extremidades superiores y de la cabeza, en un cadáver fresco (no procesado) de una mujer de 73años sin patología previa neurológica significativa y sin antecedentes de encamamiento prolongado o tratamiento farmacológico que pudiera afectar a la musculatura esquelética. Tras la disección muscular se procedió a su pesaje y a la medición de la longitud y del diámetro máximo del músculo. La medición fue bilateral y se utilizó la media de ambos músculos para el presente estudio.

De la ficha técnica de las toxinas botulínica tipoA se obtuvieron las dosis recomendadas para cada músculo. Así mismo, dado que no todos los músculos están autorizados para los tres tipos de toxina botulínica tipoA, y que en el caso de la distonía cervical no se habla de dosis por músculo sino de dosis por sesión de infiltración, se utilizaron las dosis medias utilizadas en la vida real publicadas recientemente por un consenso de expertos4 para calcular las unidades de toxina por gramo de músculo.

Resultados

En la tabla 1 se muestra el resultado del peso del músculo, la longitud de este y el diámetro máximo.

Tabla 1.

Peso (gramos), longitud (centímetros) y diámetro máximo(centímetros) muscular

Músculo  Peso (g)  Longitud (cm)  Diámetro máx (cm) 
Extremidad inferior
Bíceps femoral  214,9  36,8  8,5 
Semimembranoso  30  29,5 
Semitendinoso  64,7  29,6  5,4 
Recto femoral  74,1  29,5  5,5 
Gracilis  44,35  33,6  5,1 
Gemelo medial  68  33 
Gemelo lateral  32,4  35,1 
Sóleo  131,9  27,5  8,9 
Tibial posterior  42  27,4  3,2 
Extensor del primer dedo  10  21,5 
Flexor largo del primer dedo  17,2  23,3  1,6 
Flexo largo de los dedos  8,3  22  1,2 
Extremidad superior
Deltoides  124  12,5  10 
Pectoral mayor  69  20  13,7 
Dorsal ancho  112,3  25,5  24,5 
Redondo mayor  36,5  17,8 
Bíceps  34,2  25,2  3,9 
Bíceps cabeza larga  15,5  22,7  2,9 
Bíceps cabeza corta  22,5  25,3  2,7 
Braquial  24  15,2  3,7 
Braquiorradial  12,8  24,7  2,3 
Pronador redondo  13,7  13,1  2,5 
Flexor del carpo cubital  9,5  21,6  1,5 
Flexor del carpo radial  8,9  23,5  1,8 
Flexor superficial de los dedos  19,9  19,6  3,2 
Flexor profundo de los dedos  25,75  19,4  3,5 
Aductor del pulgar  2,3  3,6  2,3 
Flexor largo del pulgar  5,5  17,2  1,5 
Cabeza
Esternocleidomastoideo  13,5  16,2  2,7 
Elevador de la escápula  17,5  17,8  3,5 
Escaleno  2,5  8,75  1,5 

En la tabla 2 se muestran los resultados de las dosis autorizadas de toxina botulínica tipoA para cada músculo. Se incluyen también en la tabla 2 las dosis medias publicadas recientemente para espasticidad y distonía por un consenso de expertos internacionales (este artículo excluye las dosis de abobotulinumtoxinA) (tabla 3).

Tabla 2.

Dosis de toxina botulínica recomendada por músculo y dosis administrada en la vida real4

Músculo  Botox (onabotulinumtoxinA)  Xeomin (incobotulinumtoxinA  Dysport (abobotulinumtoxinA)  Vida real4,b 
Extremidad inferior
Bíceps femoral      100-400a  65 
Semimembranoso      100-400a  65 
Semitendinoso      100-400a  65 
Recto femoral      100-400  63,3 
Gemelo medial  75    100-450  56,5 
Gemelo lateral  75    100-450  52,7 
Sóleo  75    300-550  53,3 
Tibial posterior  75    100-250  71,8 
Extensor del primer dedo        52,5 
Flexor largo del primer dedo  50    50-200  68,6 
Flexor largo de los dedos  50    50-200  60 
Extremidad superior
Deltoides    20-150    58,6 
Pectoral mayor    20-200  150-300  58,5 
Dorsal ancho    20-150  150-300  64,4 
Redondo mayor    20-100    64,4 
Bíceps    50-200  200-400  63,5 
Braquial    25-100  200-400  45,7 
Braquiorradial      100-200  43,7 
Pronador redondo    25-75  100-200  42 
Flexor del carpo cubital  10-50  20-100  100-200  61,7 
Flexor del carpo radial  15-60  25-100  100-200  52,5 
Flexor superficial de los dedos  15-50  25-10  100-200  74,9 
Flexor profundo de los dedos  15-50  25-100  100-200  75,7 
Aductor del pulgar  20  5-30  25-50  39,4 
Flexor largo del pulgar  20  10-50  100-200   
Cabeza
Esternocleidomastoideo        46,4 
Elevador de la escápula        34,2 
Escaleno        36,5 
a

Ficha técnica dice isquiotibiales 100-400.

b

Incluye solo las toxinas ona e inco.

Tabla 3.

Unidades de toxina por gramo muscular ordenados de menor a mayor. Excluidos el escaleno y el aductor del pulgar

Unidades de toxina por gramo  Músculo 
0,30246626  Bíceps femoral 
0,40409401  Sóleo 
0,47258065  Deltoides 
0,57346394  Dorsal ancho 
0,83088235  Gemelo medial 
0,84782609  Pectoral mayor 
0,85425101  Recto femoral 
1,00463679  Semitendinoso 
1,62654321  Gemelo lateral 
1,70952381  Tibial posterior 
1,76438356  Redondo mayor 
1,85672515  Bíceps 
1,90416667  Braquial 
1,95428571  Elevador de la escápula 
2,16666667  Semimembranoso 
2,93980583  Flexor profundo de los dedos 
3,06569343  Pronador redondo 
3,4140625  Braquiorradial 
3,43703704  Esternocleidomastoideo 
3,7638191  Flexor superficial de los dedos 
3,98837209  Flexor largo del primer dedo 
5,25  Extensor del primer dedo 
5,8988764  Flexor del carpo radial 
6,49473684  Flexor del carpo cubital 
7,22891566  Flexo largo de los dedos 

Las unidades de toxina botulínica (onabotulinumtoxinA e incobotulinumtoxinA) por gramo muscular, calculadas al dividir la dosis de toxina en vida real entre el peso muscular, estuvieron en un rango de entre 0,3U/g del bíceps femoral hasta 14,6U/g del escaleno. En la figura 1 se representan las unidades de toxina por gramo muscular de la extremidad inferior, en la figura 2 las de la extremidad superior y en la figura 3 las de la cabeza.

Figura 1.

Unidades de toxina botulínica por gramo muscular en musculatura de extremidad inferior.

(0.13MB).
Figura 2.

Unidades de toxina botulínica por gramo muscular en musculatura de extremidad superior.

(0.14MB).
Figura 3.

Unidades de toxina botulínica por gramo muscular en musculatura de cabeza.

(0.06MB).

Quitando los outlaiers como el escaleno y el aductor del pulgar, la dosis media de unidad de toxina por gramo muscular fue de 2,55U/g. Utilizando este punto de corte, todos los músculos de la extremidad inferior, salvo el flexor largo del primer dedo y el extensor del primer dedo, que son los músculos menos pesados de la extremidad inferior, quedan por debajo de este punto de corte, mientras que de la extremidad superior hay varios músculos que caen por debajo de este punto de corte: son los músculos más pesados, como el deltoides, el dorsal ancho, el redondo mayor, el bíceps y el braquial.

Discusión

Diferentes estudios han demostrado la eficacia de la toxina botulínica tipoA en la espasticidad5 y la distonía cervical6. Sin embargo, la comunidad científica continúa buscando la forma de mejorar la eficacia de la infiltración de la toxina botulínica tipoA, bien mediante la correcta selección de los músculos a infiltrar en función de los diferentes patrones7 mediante el uso de guías técnicas de infiltración8, o mediante la aplicación de dosis mayores de las aprobadas9. Estos estudios ponen de manifiesto la necesidad de avanzar en el conocimiento para mejorar la eficacia de la infiltración de toxina botulínica en pacientes con espasticidad y distonía.

Analizando la bibliografía, da la sensación de que ya conseguimos una infiltración adecuada mediante las técnicas de localización (electromiograma, electroestimulación o ultrasonidos10), y que las estrategias de dilución y de selección de los músculos a infiltrar están muy claras. De forma que debemos pensar en otras líneas a la hora de avanzar. En este sentido, el tamaño muscular debe ser importante a la hora de la selección de la dosis a utilizar. Así, por ejemplo, en la infiltración del patrón flexor plantar en el paciente espástico se infiltra el gemelo medial (68g), el lateral (32,4g), el sóleo (131,9g) y el tibial posterior (42g) si presenta inversión. Teniendo en cuenta, únicamente el peso de estos músculos deberíamos infiltrar casi la mitad de la dosis en el sóleo, cuando la realidad es que se infiltra la misma dosis en el gemelo medial y el lateral que en el sóleo, y un poco más en el tibial posterior. Estos cuatro músculos están por debajo de la media de unidades por gramo de músculo calculadas, lo cual puede explicar la experiencia clínica de respuestas parciales a la infiltración. Esta situación puede estar motivada por dos circunstancias. En primer lugar, porque no se analiza únicamente el peso muscular, sino que también intervienen el patrón anatómico (mono o biarticular y acción del músculo). Pero existe otro motivo, que es la limitación de la dosis total a utilizar en cada infiltración, fijada en 400unidades de onabotulinumtoxinA e incobotulinumtoxinA y 1.500 para abobotulinumtoxinA.

Existe una clara diferencia morfológica entre la musculatura de la extremidad inferior y la de la extremidad superior, con músculos mucho más grandes (mayor peso, longitud y diámetro máximo) en la extremidad inferior. Esa diferencia morfológica se manifiesta también en una diferencia en la fuerza ejercida por la musculatura de la extremidad superior y la extremidad inferior11. Sin embargo, las dosis autorizadas para estos grupos musculares no difieren mucho; el bíceps femoral (214g) tiene una dosis recomendada de abobotulinumtoxinA de 100-400, con una media en vida real de 65unidades, mientras que el bíceps braquial (34,2g) tiene una dosis recomendada de abobotulinumtoxinA de 100-400, con una media en vida real de 65unidades. Parece lógico pensar que si queremos debilitar un músculo con más fuerza y de mayor tamaño, necesitemos más dosis de toxina botulínica.

El efecto de la toxina botulínica se ha demostrado que es dosis-dependiente, algo lógico y conocido. Pittock et al.12 analizaron el efecto de tres dosis (500-1.000-1.500) de abobotulinumtoxinA en el pie equinovaro tras el ictus, obteniendo los mejores resultados con 1.500unidades, resultados significativos también con 1.000unidades y no significativos con 500unidades.

Para abordar este problema, se están publicando estudios que analizan el uso de dosis más elevadas de toxina botulínica y periodos más flexibles en el tiempo entre infiltraciones. En el estudio TOWER13 se concluye que dosis de 800unidades de incobotulinumtoxinA son seguras, permiten tratar más grupos musculares y mejoran la eficacia de la infiltración, similar a lo que ocurre con el uso de altas dosis de otras toxinas14. Por su parte, Wissel15 propone periodos entre infiltraciones de 6semanas en el manejo de la distonía cervical. Ambas estrategias —el aumento de dosis y los periodos de infiltración más cortos— han demostrado ser eficaces y no tener efectos secundarios importantes en pacientes seleccionados.

Sin embargo, no todo debe fiarse al aumento de la dosis de toxina botulínica, pues este incremento puede llevar a efectos secundarios indeseados, como una mayor debilidad o difusión sistémica de la toxina, si bien estudios dirigidos a valorar este aspecto concluyen que es un riesgo bajo16.

Hasta que dosis elevadas de toxina botulínica no estén autorizadas debemos redistribuir, como hacemos hasta ahora, las dosis de la forma más razonable, teniendo en cuenta la función anatómica de cada músculo, el patrón espástico/distónico y la mejor forma de optimizar la toxina, donde debemos incluir también la estructura morfológica (peso y longitud) de los músculos a infiltrar.

La mayor limitación del presente trabajo es que se trata de un único paciente, que no padecía espasticidad ni distonía cervical, a la hora de valorar la morfología muscular. Deben realizarse estudios futuros para valorar si la morfología muscular debe ser tenida en cuenta a la hora de la infiltración de toxina botulínica para la espasticidad y la distonía, siendo probablemente la ecografía muscular la mejor forma de medir dicha morfología17.

Por otro lado, el estudio muscular se realizó en una paciente sin afectación neurológica. Sabemos que la espasticidad genera cambios en el tejido muscular, por varios motivos, entre los que se encuentran el daño neurológico propiamente dicho que reduce el control motor voluntario, la inmovilización relativa por la hemiparesia y por el desuso de dicho músculo18, lo que se conoce como el circulo vicioso de paresia-desuso-paresia. Si bien cabe esperar que este fenómeno afecte por igual a todos los músculos.

Podemos concluir que, a pesar de existir diferencias morfológicas significativas (peso, longitud y diámetro máximo) entre los músculos de la extremidad inferior, la extremidad superior y la cabeza, las dosis de toxina botulínica tipoA infiltradas por músculo son muy similares, lo cual hace que la unidad de toxina recibida por gramo muscular sea muy variable. Esta variabilidad ocurre en las diferentes toxinas del grupoA.

Financiación

Para la realización de este artículo y lo que en él se expone, no se ha recibido ningún tipo de financiación.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

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