He leído con interés el artículo publicado en su revista titulado «Epidemiología de la miastenia gravis en la provincia de Ourense (Galicia, noroeste de España)», en él hacen mención de que el 85,1% de los pacientes diagnosticados de miastenia gravis (MG) presentan niveles insuficientes (< 30 ng/mL) de vitamina D1. En los últimos años la importancia por la vitamina D ha ido en aumento debido a su influencia en diversos aspectos como la inmunología. Se conoce que la vitamina D tiene un papel importante sobre la homeostasia del calcio y el fósforo, la regulación de hormonas funcionales, así como la activación de linfocitos T reguladores y linfocitos B2.
Kang et al. observaron que los niveles séricos de vitamina D eran significativamente más bajos en los pacientes con MG con respecto a los controles sanos3. Además, se ha observado mejoría en la debilidad muscular en los pacientes tras la suplementación con colecalciferol cuando los niveles de vitamina D eran bajos4. Sin embargo, lo más destacable es el informe de un caso que muestra la remisión de un paciente con MG refractaria tras la administración de dosis masivas de vitamina D (80.000 a 120.000 UI/día)5. No obstante, se ha documentado que dosis masivas pueden resultar perjudiciales para la salud, ya que aumenta el riesgo de caídas y, por consiguiente, la tasa de fracturas6. Más recientemente un ensayo controlado aleatorio no observó una mejoría clínica significativa en los pacientes tratados con vitamina D respecto a los tratados con placebo, pero la dosis empleada fue de 800 UI/día mucho menor a la documentada en el caso anterior7.
En la actualidad se desconoce si los valores séricos de vitamina D se asocian a un mayor riesgo de desarrollar MG, tal y como se ha demostrado en otras patologías como la esclerosis múltiple8. Por todo ello, es necesario realizar más estudios sobre la influencia de la vitamina D en la aparición y evolución de la MG. También es necesario mencionar que entre el 42 y el 82% de los pacientes con MG perciben fatiga central, incluso pacientes en remisión o con síntomas leves de la MG manifiestan fatiga leve9,10. Parece ser que la fatiga central no mejora con los tratamientos inmunosupresores, por lo que sería importante conocer la influencia de la vitamina D en la fatiga percibida de estos pacientes9. Por todo ello, coincido con Kang et al. en recomendar que los profesionales sanitarios monitoricen el estado de la vitamina D en los pacientes con MG manteniendo valores séricos óptimos3.
FinanciaciónEste trabajo no ha recibido ningún tipo de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.