En la novel revista Neurología Argentina, sucesora de la Revista Neurológica Argentina y de la Revista Neurológica de Buenos Aires, se han creado varias áreas, de las cuales el título de este editorial es una de ellas. Analizaremos por separado cada una de las palabras del título, intentando puntualizar conceptos y aportar sugerencias, y seguramente se abrirán otros interrogantes y debates. Cada tema incluye infinidad de tópicos, y hemos elegido los que consideramos más relevantes.
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La calidad es una propiedad que posee un sujeto o un objeto que posibilita juzgar su valor, permitiendo la comparación. En el caso de Neurología Argentina, el cotejo se puede realizar con otras revistas de la especialidad, ya sean manuscritos nacionales o internacionales.
Desde nuestro punto de vista, la obtención de una revista médica de alta calidad debería ser el resultado de un plan estratégico que tenga en cuenta las características de los lectores y los tres pilares principales que utilizan este tipo de publicaciones.
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Primero, la fase del conocimiento llamada preclínica, en la cual las investigaciones están dirigidas hacia etapas moleculares y/o con animales de experimentación, y cuya finalidad es conocer los procesos generadores de una enfermedad. En nuestro país, son los especialistas del CONICET los que llevan a cabo estos estudios, pero lamentablemente el vínculo con la Sociedad Neurológica Argentina (SNA) es escaso, y estos autores han preferido revistas indexadas. Casi es un hecho la indexación de Neurología Argentina y la aparición en PubMed desde nuestro volumen 1.
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Segundo, la calidad científico-técnica que hace referencia a la información de los profesionales y de los pacientes, representando una calidad interactiva: la acción de los especialistas, basándose en evidencias científicas, y la adherencia de los pacientes a los métodos de diagnóstico y tratamiento por ellos sugeridos. Lo anterior es equiparable al papel del editor, del comité editorial y de los lectores de la revista. Sin los pacientes no existe el aprendizaje, y sin la adhesión de los lectores a los manuscritos propuestos por la revista, tampoco existen enseñanza y crecimiento.
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Tercero, la calidad colectiva, que se corresponde con el conjunto de lectores que consultan la revista y con la elección que hacen de los artículos allí incluidos. Sería deseable que la revista y sus lectores desarrollaran una natural empatía.
No hay cursos específicos que adiestren a los profesionales para transmitir, mediante un manuscrito, los datos de una hipótesis previamente planteada, y luego su discusión. Cabe entonces preguntarse si es posible que los experimentados y los principiantes participen de un taller para tal fin en el Congreso Nacional, o bien que se desarrollen enseñanzas por internet para sumar estas habilidades a la formación de neurólogos.
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La gestión de administrar significa hacer todas las diligencias que conduzcan a la concreción de un objetivo. De esto se deduce que Neurología Argentina tiene como fundamento estar al servicio de los lectores y sus preocupaciones.
Deseamos que todos los neurólogos de nuestro país y del extranjero, sean o no miembros de nuestra Sociedad, envíen manuscritos a la revista de acuerdo con los reglamentos de publicación ya establecidos. En general, los árbitros de una revista científica suelen encontrar correcciones para hacer. En esta última situación, nuestra propuesta es que las rectificaciones se acompañen de ejemplos que sirvan de aprendizaje para los autores. En un editorial de la revista Medicina, de Buenos Aires, en el 2005, en ocasión de cumplir sesenta y cinco años de trayectoria, se publicó que en los últimos diez años habían recibido un promedio de doscientos trabajos anuales, y el 20% fueron rechazados. Los autores a los cuales se les rechazó su trabajo agradecieron a los jueces las correcciones recibidas para volver a encausar el manuscrito. Esto también es extensivo a la presentación de resúmenes para el Congreso Argentino. Estamos convencidos de que, con esta medida, el Congreso Argentino se convertiría en una fuente importante para las publicaciones, una situación largamente anhelada y aún no concretada.
A pesar de que Neurología Argentina pertenece a un país en vías de desarrollo, en el año 2009 en el Congreso de la especialidad se recibieron más de trescientas comunicaciones libres, de las cuales un alto porcentaje reunía buenas condiciones para su publicación.
Las revistas médicas más importantes del mundo tienen normas muy propias. En el caso de Lancet, hay una aceptación de trabajos en todas las especialidades de aproximadamente el 5%; el Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry rechaza aproximadamente el 50% de los trabajos que le envían, y el Journal of Infectious Diseases tiene un costo de publicación para los autores de 55 dólares por cada una de las primeras seis páginas, aumentando a 85 dólares por cada página adicional. Desde hace algunos meses, Neurología Argentina ha cerrado un contrato con Elsevier Iberoamérica, lo cual permitirá llegar a un mercado mucho más amplio, pero aún muy lejos de las revistas nombradas arriba y de su política editorial.
La SNA es una organización compuesta en la actualidad por varias unidades, de las que el Congreso Argentino de Neurología es la unidad económica principal. El resto de las unidades de trabajo están subsidiadas por el mencionado congreso. Neurología Argentina está en condiciones de iniciar una gestión de mantenimiento autónomo y convertirse en una futura fuente genuina de recursos para la SNA.
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La organización asistencial está cada vez más dividida en áreas. Neurología Argentina, los grupos de trabajo de la SNA, el Congreso Argentino de Neurología y los servicios de asistencia neurológica de los hospitales están fragmentados de acuerdo a temas específicos. La continua diferenciación del trabajo médico en especialidades, cada vez más delimitados, acompaña a la expansión del conocimiento de la medicina.
La especialidad de neurología no ha sido una excepción y su desarrollo continuará, posiblemente, con más pujanza. Nos preguntamos entonces: ¿cuáles son las ventajas y desventajas de las subespecialidades? ¿Cuál es el papel del neurólogo general?
Estas preguntas no han generado demasiada polémica en las revistas médicas. Las áreas específicas se han instalado poco a poco, pero sin pausas. La mayor cantidad de subespecialidades neurológicas, ya sea en la tarea asistencial como en la investigación y la posterior incorporación de manuscritos a la revista, ya es un hecho sin retorno. Cada tarea específica hace crecer el conocimiento de una enfermedad más rápidamente. Ésa es una gran ventaja. En nuestra actualidad, casi todas las subespecialidades no están diplomadas como tal, sino que se basan en una dedicación neurológica preferente.
Desde nuestro punto de vista, sería deseable que el neurólogo general y los diferentes especialistas en subáreas alcanzaran un equilibrio en su accionar. Pensamos que la neurología de pregrado, y el comienzo de la formación de un neurólogo, debe hacerse según postulados universales, dejando las diferentes subespecializaciones para cuando finalice la primera formación. La planificación de la enseñanza de neurología en el estudiante de medicina, y ya en la carrera de especialista, debería estar dirigida por un neurólogo general, o en combinación con un subespecializado que no haya perdido su paralelismo de neurólogo general.
La organización asistencial también debe incluir el análisis de las remuneraciones que reciben los especialistas en su trabajo cotidiano. La gran mayoría de Sociedades Científicas no poseen una representación gremial, y su logro es una gran incógnita.