De las diferentes etapas de la formación médica, la que se desarrolla luego de la residencia es la más larga y conlleva el mayor desafío educacional. En esta etapa el neurólogo deberá decidir por su cuenta la metodología didáctica más apropiada para su aprendizaje y los contenidos que seleccionará1. El ejercicio de la medicina obliga a los profesionales a un aprendizaje continuo para mantener actualizados conocimientos y habilidades que le aseguren un nivel satisfactorio de desempeño profesional. En este sentido, la educación médica continua (EMC), de un modo autorregulado, cumple con el esencial rol de garantizar el mantenimiento de la competencia clínica.
Es importante señalar que, en las 2 últimas décadas, el concepto de «autogestión del conocimiento» ha adquirido especial connotación en el terreno de la pedagogía y del proceso enseñanza-aprendizaje.
Los aportes de la psicología cognitiva y de las neurociencias referentes al aprendizaje significativo y a la organización de la estructura cognitiva vinculada a la práctica han conducido a que el paradigma del proceso de la educación se haya transformado, desde una perspectiva conductista basada en la transmisión de información, educación informativa, a un enfoque formativo individualizado que apunta a un tipo de aprendizaje adaptado a las necesidades del propio individuo.
Esta autogestión del conocimiento por parte del médico en respuesta a los requerimientos ha demostrado ser mucho más eficiente que la transmisión y recepción pasiva de información2.
La SNA aspira a un modelo de educación neurológica federal, y por ello la EMC que planifique debe ser un proceso que permita brindar igualdad de oportunidades y reducir las potenciales trabas surgidas de la ubicación geográfica del médico.
Se torna cada vez más necesario poner al alcance de los médicos modelos de información y de autogestión de conocimientos que complementen los sistemas «formales» de educación médica estructurada y que apoyen su esfuerzo formativo individual y su anhelo ético y profesional de ofrecer la mejor atención a sus enfermos.
La revista de la SNA deberá trazarse un plan de desarrollo progresivo que le permita ser una herramienta práctica valiosa y eficiente para acompañar a residentes y neurólogos en el camino de su EMC, facilitarla y estimularla. Resumimos aquí algunas ideas de cómo optimizar este objetivo.
El primer paso consiste en desarrollar una estrecha colaboración entre la revista y el departamento de Educación de la SNA para estimular y facilitar en forma conjunta la certificación y la recertificación periódica en Neurología.
La recertificación de especialistas es un proceso educativo que permite acreditar la idoneidad profesional íntimamente vinculada con el concepto de EMC. La recertificación busca estimular este proceso de aprendizaje permanente y de autoexigencia del médico para mantener actualizados los conocimientos y habilidades propios de su disciplina.
La certificación y recertificacion de la especialidad han demostrado mejorar resultados en el tratamiento médico y quirúrgico de los pacientes3. Además la evidencia muestra que la experiencia acumulada con la edad no mejora, per se, la práctica del médico4. Por todo esto es imperativo estimular la recertificación periódica de nuestros colegas en la Argentina.
Una creciente población de los neurólogos que participarán del proceso de EMC pertenecerán a la generación «del milenio» o digital, definida como el grupo que cumplió 18 años en el 2000 y que fueron educados desde el nacimiento con la omnipresencia de tecnología digital y nuevas maneras de comunicarse: internet, teléfonos celulares y correo electrónico entre otras herramientas informáticas5.
La revista deberá explorar nuevas formas de educación digital ampliando sus contenidos para adaptarse a esta generación y sus características como «e-Learning», o material en CD –DVD (tal como hace el «Continuum» de la American Academy of Neurology)5.
Es muy probable que en poco tiempo la impresión de las revistas médicas desaparezca. Neurology ha decidido postergar este paso tan solo por un par de años, (Grigs, editor Neurology, comunicación personal).
Nuestra revista ya tiene su versión digital que permite la publicación más rápida de los artículos seleccionados. Debemos ser más ambiciosos: con el poder de un «clic» el lector debería poder acceder al resumen de las referencias incluidas en la publicación o a su texto completo, a páginas web y a links seleccionados que amplíen la información de cada artículo como, por ejemplo, videos de la base de la SNA sobre el tema tratado.
Nuevas opciones para nuevos lectores: la educación y las nuevas tecnologías digitales se han transformado en una subespecialidad de las ciencias sociales y sería interesante incluir en el comité editorial a un licenciado en Educación especializado en estos temas.
En esta etapa de desarrollo casi ilimitado de las neurociencias la revista deberá activamente invitar la publicación de trabajos experimentales y publicar revisiones sobre implicancias clínicas de los avances en ciencias básicos. Un editor asociado en neurociencias básicas será una bienvenida incorporación a nuestra revista.
Se debería crear una sección que permita la participación creciente y activa de residentes en temas como la imagen del mes, presentación de casos clínicos razonados y ateneos clínico-patológicos con editores que sean residentes o «fellows» mancomunados con miembros del grupo editorial supervisándolos. Junto con los contenidos neurológicos, estas secciones deben ayudar a ejercitar técnicas para mejorar el razonamiento médico6 y estrategias para evitar errores diagnósticos7.
El crecimiento exponencial que esta sección ha tenido en Neurology es una guía de su potencial impacto educativo.
Que todos estos temas y proyectos sean recogidos y aplicados por los servicios de neurología utilizando los recursos que le ofrezca la Revista Neurológica es esencial, pues, para mejorar la calidad del trabajo médico, propósito fundamental de la EMC; la principal fuente de aprendizaje es la reflexión sobre la práctica profesional. El concepto de «educación permanente» enfatiza la idea del proceso educativo vinculado al trabajo, pues tiende a tornar educativo el propio trabajo más que agregar o sumar actividades adicionales de enseñanza-aprendizaje8.
Finalmente, cada una de las estrategias educativas mencionadas debe ofrecer al profesional la oportunidad de obtener puntaje para el proceso de recertificación, complementándose con otras herramientas de autogestión como el examen anual de la SNA
