La hemorragia intracerebral aguda (ICH) afecta a más de un millón de personas al año en todo el mundo. Es frecuente el aumento de la tensión arterial asociado a esta patología, y el presente trabajo intenta demostrar que la reducción temprana e intensa de la tensión arterial es clínicamente realizable, bien tolerada y contribuye a reducir el crecimiento del hematoma intracerebral en los pacientes tratados dentro de las 6 horas de inicio del cuadro.
El objetivo fue lograr una tensión arterial sistólica (TAS) de 140 mmHg dentro de la primera hora y mantenerla durante los siguientes 7 días. En los pacientes aleatorizados al grupo control el objetivo fue una TAS de 180 mmHg (según las guías vigentes).
Se realizó el análisis sobre 296 pacientes (151 recibieron tratamiento intensivo y 145 tratamiento según las guías vigentes), a los que se realizaron tomografías al inicio, a las 24 horas y a las 72 horas.
La diferencia en el crecimiento del hematoma intracerebral fue de 3,15 ml menos (11,9%) a las 24 horas y 2,45 ml menos (9,8%) a las 72 horas para el grupo que recibió tratamiento intensivo frente al estándar. La diferencia absoluta a las 72 horas fue de 2,80 ml. No se encontraron diferencias con respecto al edema perihematoma entre ambos grupos.
El interés del presente artículo radica en la observación en un número no menor de pacientes, del efecto beneficioso del manejo agresivo de la tensión arterial en el contexto de la hemorragia intracerebral aguda. El mismo se refleja en un menor crecimiento del hematoma principalmente en las primeras 24 horas, lo que a su vez se vería reflejado en un mejor pronóstico de recuperación para el paciente.
Si bien los beneficios clínicos de dicho resultado aún no son del todo claros, se trata de una práctica de sencilla aplicación y bien tolerada, lo que debe llevar a la realización de estudios a mayor escala para determinar las prácticas a seguir en las guías con respecto a esta patología.