El stroke y la patología coronaria presentan factores de riesgo que son bien conocidos (hipertensión arterial, tabaquismo, diabetes y dislipemia) y otros menos conocidos como la enfermedad de Chagas, sobre todo en países donde esta patología no es endémica.
En los últimos años esta parasitosis ha llamado la atención en países no endémicos debido a los fenómenos migratorios, hasta el punto que la Food and Drug Administration aprobó su cribaje en donantes de sangre.
La asociación entre enfermedad de Chagas, cardioembolia y eventos neurovasculares es bien conocida. Los pacientes con serología positiva que sufren stroke presentan una menor prevalencia de factores de riesgo cardiovasculares tradicionales, con mayor recurrencia de eventos neurovasculares, asociada a cambios electrocardiográficos.
Se realizó un estudio de casos y controles en un hospital público de Belo Horizonte entre noviembre de 2006 y junio de 2007 en pacientes mayores de 18 años con ACV isquémico. Se utilizó como grupo control a pacientes con síndrome coronario agudo (SCA), con un total de 101 pacientes con stroke y 100 con SCA.
Se estudió la infección por Tripanosoma cruzi por prueba de inmunofluorescencia y hemoaglutinación.
Los resultados mostraron que los pacientes que sufrieron stroke presentaban una edad mayor y la proporción de mujeres era superior. En ambos grupos el porcentaje de pacientes con diabetes, hipertensión, fallo cardiaco y tabaquismo fue similar. Con respecto a la enfermedad de Chagas, esta fue hallada en 14 pacientes con stroke y sólo en dos con SCA.
En el grupo de pacientes que sufrieron stroke, los que presentaban serología para Chagas positiva presentaron una frecuencia mayor de arritmias diferentes de la fibrilación auricular, insuficiencia cardiaca y bloqueo de rama derecha respecto a aquellos con serología negativa. Los eventos cardiembólicos, según la clasificación de TOAST, también fueron significativamente mayores en pacientes con Chagas.
Aproximadamente 18 millones de personas en América del Sur están afectadas por la enfermedad de Chagas, y muchos de ellos no desarrollan completamente las manifestaciones clásicas. De todas maneras estos pacientes presentan un riesgo aumentado de stroke. El accidente cerebrovascular es más frecuente en chagásicos que en otras cardiomiopatías (15 frente a 6,3% en una serie de 305 pacientes publicada en 2005). Los mecanismos por los cuales esto ocurre no se han aclarado completamente, estando posiblemente implicadas la inflamación y las lesiones endoteliales o endocárdicas.
Este estudio demuestra que la enfermedad de Chagas es un factor de riesgo independiente para el desarrollo de un stroke. Si bien la muestra es relativamente pequeña, y tomada de un único hospital público de la ciudad de Belo Horizonte, sirve como aporte para mejorar el estudio de esta patología en los pacientes con enfermedades cerebrovasculares.
Es necesario encontrar en la fisiopatología de la enfermedad la explicación de por qué el stroke es más frecuente en pacientes con serología para Chagas positiva comparados con otras cardiomiopatías, y orientar acciones dirigidas a la prevención, tanto primaria de la infección como secundaria de los eventos neurovasculares relacionados con la misma.
El cribaje de esta enfermedad debería realizarse en todos los pacientes que viven en áreas endémicas y aumentar las medidas preventivas de la infección.
Sería de interés evaluar la reproducibilidad de esta investigación en otras regiones, con un número mayor de pacientes.
