La tuberculosis es una importante enfermedad a nivel mundial, estimándose en 2007 9,27 millones de nuevos casos y 1,78 millones de muertes.
El presente estudio se propone estimar el riesgo de desarrollar accidente cerebrovascular (ACV) isquémico durante tres años en pacientes con diagnóstico de tuberculosis (TBC), comparados con una cohorte de pacientes sin TBC durante el mismo periodo.
La cohorte de estudio comprende 2.283 pacientes mayores de 18 años, sin diagnóstico de ACV previo, sin antecedentes previos de TBC, con diagnóstico de TBC (excluyendo la afectación meníngea y del sistema nervioso central) y tratamiento completo en el momento del estudio (años 2000-2003). La cohorte de comparación comprende 6.849 pacientes mayores de 18 años, sin antecedentes previos de ACV ni TBC. El seguimiento fue de tres años en un total de 9.132 pacientes.
Al comparar ambos grupos se encontraron diferencias significativas entre los mismos: los pacientes con TBC eran con mayor frecuencia hombres, habitaban regiones más pobres y percibían un menor salario. A su vez presentaban mayor incidencia de diabetes, enfermedad coronaria y neoplasias malignas.
La incidencia de ACV isquémico fue de 4,3% (n = 392) sobre el total de los pacientes. Dentro del grupo TBC fue del 6% (n = 136), mientras que el grupo control presentó 256 eventos (3,7%). Después de ajustar los resultados para todas las variables estudiadas (edad, sexo, diabetes, hipertensión, dislipemia, enfermedad coronaria, neoplasias malignas, ingreso mensual y área de residencia), el hazard ratio para ACV isquémico en el grupo TBC fue 1,52 (IC 95%: 1,21-1,91; p < 0,001) comparado con el grupo control.
Se trata del primer estudio que investiga el riesgo de ACV isquémico en relación con la infección por TBC (fuera de la afectación del sistema nervioso central).
Existen a su vez numerosos estudios que intentan posicionar la respuesta inflamatoria crónica como el nexo entre infección y riesgo de enfermedad cardio y cerebrovascular (Chlamydia pneumoniae, Helicobacter pylori, citomegalovirus, etc.). Si bien esta relación no es del todo clara, se cree que en estas infecciones (incluyendo TBC) existe una serie de factores (cascada de respuesta inflamatoria, anticuerpos y autoanticuerpos, etc.) que producen daño endotelial, aumentando el riesgo de padecer enfermedades vasculares.
Si bien el presente estudio presenta ciertas limitaciones (no fueron analizados factores de riesgo como tabaquismo, fibrilación auricular y sobrepeso), consideramos importante su conclusión, sobre todo para tenerla presente en nuestro medio, donde la TBC continúa siendo una enfermedad prevalente.