Agradecemos el interés por nuestro artículo «El código ictus de Asturias»1, porque nos brinda la oportunidad de describir más detalladamente la estrategia de código ictus que estamos llevando a cabo en nuestra Comunidad, y de mejorarla en función de las aportaciones recibidas.
Estamos completamente de acuerdo, con los autores de la carta, en que los tiempos de traslado desde las áreas más periféricas dificultan el tratamiento del ictus agudo a muchos de nuestros pacientes, alejados de los 2 centros sanitarios de referencia. Así lo demuestra el escaso número de pacientes tratados procedentes de las áreas de la región más alejadas del centro, a pesar del incremento de activaciones de código ictus y tratamientos de reperfusión tras la última reforma del código ictus de nuestra región2.
Efectivamente, tenemos planteada la integración de las tecnologías de la investigación y comunicación para salvar el obstáculo que supone el factor tiempo y la geografía de nuestra región. La telemedicina ya tiene un largo recorrido para el tratamiento del ictus agudo, demostrando eficacia y seguridad, así como buena evolución a largo plazo, de la administración del tratamiento fibrinolítico en un centro con monitorización a distancia, por un experto en el centro de referencia3–5. Menor recorrido, pero con resultados similares, existe en algunas regiones de nuestro país6,7. Diferentes guías de práctica clínica recomiendan el empleo de la telemedicina para el tratamiento del ictus, tal es la solidez de este abordaje8,9. También contamos con la evidencia de la mejora que supone el teleictus en las áreas rurales10, y de la reproducibilidad y validez de la exploración mediante la escala NIHSS realizada por videoconferencia11. Así mismo, se ha demostrado buena correlación en la selección de los pacientes con ictus mediante telerradiología, pudiendo el experto examinar las imágenes remotamente12. En nuestra región este aspecto está resuelto mediante la conexión en línea de los hospitales de la red pública para la visualización de las imágenes radiológicas.
En estos momentos, el Sistema de Salud del Principado de Asturias trabaja en la implementación de un sistema de telemedicina aplicado al tratamiento del ictus agudo. Esperamos que su puesta en funcionamiento permita beneficiarse de los tratamientos de fase aguda a pacientes que, en estos momentos, resultan excluidos por quedar fuera de la ventana terapéutica y del propio sistema de código ictus, debido al largo tiempo empleado en su traslado.
Mediante el sistema de teleictus se estima que el médico de guardia de los hospitales periféricos y el neurólogo exploren simultáneamente a los pacientes de las áreas más alejadas, y carentes de guardia de neurología y unidad de ictus, valoren la neuroimagen y compartan los datos de la historia clínica en tiempo real, compartiendo la decisión de administrar el tratamiento fibrinolítico. Pero discrepamos de los autores de la carta en un único aspecto, pues consideramos que los pacientes podrían trasladarse al centro de referencia una vez iniciada la perfusión de dicho tratamiento. Hay evidencia al respecto, que muestra la seguridad y eficacia del traslado durante la infusión13,14. Esto supondría el beneficio del ingreso en la unidad de ictus, de la que carecen nuestros hospitales periféricos, con todos sus protocolos, cuidados y manejo de eventuales complicaciones, procedimientos diagnósticos y terapéuticos posteriores. Además, supondría asegurar el máximo acortamiento del tiempo para los casos que eventualmente precisen terapias avanzadas mediante métodos endovasculares, tiempo precioso que se pierde cuando se espera a recibir todo el tratamiento intravenoso en el hospital comarcal.