Hemos leído con gran interés el artículo «El código ictus en Asturias»1 publicado recientemente en su revista. No podemos más que felicitar a los autores y promotores de la implantación de un código en toda la comunidad, para una enfermedad como el ictus con gran morbimortalidad.
El infarto cerebral agudo es una enfermedad tiempo-dependiente y, como tal, el papel de los servicios de emergencias en la detección precoz, transporte y acceso a pruebas de imagen es clave para iniciar el proceso terapéutico posterior2.
Diferentes artículos reseñan el enorme valor de tener bien desarrollado estos procesos, en términos de morbimortalidad3 de los pacientes aquejados de esta enfermedad, factor sin duda determinado por el menor tiempo trascurrido desde el inicio de los síntomas hasta el tratamiento definitivo, lo que condiciona el pronóstico («el tiempo es cerebro»)4,5.
Observando las áreas de referencia en Asturias adscritas a los 2 centros donde administrar tratamiento revascularizador para el ictus (HUCLA y Cabueñes) y considerando el desplazamiento en una UCI móvil desde diferentes centros sanitarios hasta estos centros de referencia, los tiempos (únicamente de transporte) exceden en muchos casos los 90min. Debe sumarse a este tiempo, el de demora habitual en solicitar asistencia sanitaria tras los síntomas, el tiempo de activación del sistema y el propio acceso al lugar de atención del paciente por los servicios de urgencia, a continuación el transporte al centro de referencia y el posterior (aunque protocolizado) tiempo de activación intrahospitalaria del código (la realización inevitablemente de un TAC). Sumando todos ellos, la ventana terapéutica de 4h 30min peligra. Por otra parte, sabemos que los resultados del tratamiento fibrinolítico son mejores cuanto menor sea el tiempo desde que comienza el cuadro hasta su administración6.
Conociendo estas circunstancias, nos planteábamos si se ha valorado la posibilidad de la aplicación de nuevas tecnologías para el tratamiento del ictus en el hospital comarcal (con disponibilidad de TAC) más próximo al paciente por equipos de ictus formados específicamente «tutorizados» por un neurólogo experto7 desde el centro de referencia. En España existen varias zonas trabajando con sistemas de telemedicina para atención al ictus con resultados similares a los descritos en la bibliografía y con resultados parejos a los obtenidos cuando la terapia fibrinolítica intravenosa es administrada en las unidades de ictus8,9. Además, los sistemas de telemedicina actuales, no solo permiten la videoconferencia y exploración compartida entre el centro emisor y el receptor, sino también el uso compartido (en tiempo real) de toda la información relevante del paciente disponible en historia clínica o la visualización compartida de las imágenes de la TAC entre los diferentes centros10. Nuestra experiencia en este sentido, en los últimos 7 años, ha sido muy positiva, con Ranking a los 3 meses entre los pacientes tratados en centros comarcales por telemedicina y los tratados en la unidad de ictus (UI) del hospital de referencia similares; observamos incluso tiempos inicio de los síntomas-TAC; inicio de los síntomas-tratamiento; y también puerta-aguja menores en los centros comarcales con sistema de telemedicina que en el hospital de referencia11.
Creemos que de esta manera se podría acortar de manera significativa los tiempos hasta la administración de tratamiento intravenoso para los pacientes que lo precisen. Una vez administrado el tratamiento fibrinolítico en el centro comarcal, el paciente es derivado a la UI del centro de referencia para su reevaluación posterior y (si precisa) aplicación de terapias endovasculares (lisis intraarterial, trombectomía u otras técnicas) solo disponibles en los centros de referencia. En los centros asociados a la telemedicina de nuestra área sanitaria12, el trasporte secundario posterior a la UI se realiza tras completar la administración del fibrinolítico intravenoso (1h) en el centro comarcal; en caso de no mejoría del cuadro o sospecha de oclusión de gran vaso, se consensua con el neurólogo a distancia (teleictus) el incido del transporte secundario al centro de referencia con el paciente recibiendo dicho tratamiento intravenoso.