La electroestimulación sacra percutánea con electrodos implantables es actualmente una de las terapias más prometedoras en el manejo de los pacientes con vejiga neurógena (VN)1, mientras que la electroestimulación sacra transcutánea (TENS) ha mostrado ser una terapia efectiva en vejiga hiperactiva idiopática2–4. Recientemente nuestro grupo ha presentado también la efectividad de uso de TENS de forma domiciliaria en pacientes pediátricos5. La mielitis transversa (MT) es una causa muy poco habitual de VN en niños siendo la mielodisplasia la causa más frecuente1. Los buenos resultados observados con el empleo de TENS domiciliaria en vejiga hiperactiva idiopática nos han llevado a plantear su uso en pacientes pediátricos con VN sin mielodisplasia.
Presentamos el caso de una niña de 8 años tratada en nuestra Unidad de Urodinámica Pediátrica desde los 5 años por VN secundaria a cuadro de MT a los 2 años de vida. Previo al cuadro de MT presentaba adecuada continencia urinaria y fecal, habiendo completado el entrenamiento miccional. Como secuelas, presentó ausencia de reflejos osteotendinosos en miembros inferiores, pérdidas urinarias, infecciones urinarias de repetición y estreñimiento con encopresis. A los 5 años fue derivada a nuestra Unidad por persistencia de la sintomatología urinaria y fecal.
Tras el adecuado manejo intestinal se realizaron estudios urodinámicos y evaluamos la severidad de la sintomatología urinaria utilizando el cuestionario Pediatric Lower Urinary Tract Symptoms Score (rango=0-34) (PLUTSS)6. La cistomanometría mostró una capacidad vesical (CV) de 90cc para una CV esperada por su edad de 240cc, detrusor hiperrefléxico con contracciones de 100 ccH2O de presión detrusoriana que ocasionaban fugas de orina, esfínter disinérgico y residuo posmiccional elevado (fig. 1). La puntuación en el cuestionario PLUTSS era de 28. Tras iniciarse terapia con anticolinérgicos (oxibutinina) y cateterismos vesicales intermitentes se mostró leve mejoría urodinámica (CVF=120cc, contracciones hiperrefléxicas desde 70cc de llenado y con amplitud de 50ccH2O de presión detrusoriana) y clínica (PLUTSS=27) (fig. 2), manteniéndose sin cambios un año después del inicio de la terapia. Debido a la hiperreflexia de detrusor refractaria, previo a realizar tratamiento quirúrgico (enterocistoplastia o inyección de toxina botulínia) se planteó a la familia la aplicación de TENS asociada al tratamiento anticolinérgico. Se instruyó en consultas a la familia en el uso del electroestimulador (UroSTIM 2.0.) a nivel sacro (S2-S3). Los parámetros de corriente empleados fueron 10Hz de frecuencia y 200μseg de longitud de onda. La intensidad se reguló de forma diaria según la máxima intensidad tolerada sin dolor. Se realizaron sesiones diarias de 20min, mientras la paciente cenaba o veía la televisión. Tras 3 meses de terapia se observó mejoría cistomanométrica: CVF=240cc, sin pérdidas durante el llenado, contracciones de pequeña amplitud (fig. 3), y mejoría sintomatológica (PLUTSS=3).
Actualmente la TENS presenta elevado nivel de evidencia en el manejo de la vejiga hiperactiva idiopática pediátrica7, objetivándose en estudios urodinámicos8; pero apenas existen estudios que evalúen su efectividad en VN. La afectación lumbosacra en los pacientes con mielodisplasia nos hace descartarlos como candidatos a TENS, sin embargo, creemos que puede ser una opción terapéutica no invasiva en VN por MT. Hemos observado una muy buena respuesta inicial al tratamiento, aunque debemos corroborar los buenos resultados con un seguimiento a largo plazo.
Conflicto de interesesNo existe conflicto de intereses en la realización del presente trabajo.