La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) es un tipo de polineuropatía sensitivo-motora hereditaria; existe una enorme variedad en las alteraciones genéticas que la provocan1 y a día de hoy siguen apareciendo algunas nuevas.
Varón de 39 años diagnosticado en la infancia de enfermedad de CMT tipo 1. Su madre padece la misma enfermedad, con afectación clínica leve.
En la exploración destaca la amiotrofia distal con debilidad, marcha en steppage y arreflexia. Los estudios neurofisiológicos siempre han evidenciado disminución de las velocidades de conducción y de las amplitudes de los potenciales motores con imposibilidad para evocar los sensitivos. El paciente en el momento actual busca tener descendencia.
En 2015 se decidió realizar un estudio genético. Procediendo de manera escalonada, en primer lugar se llevó a cabo un genotipado por reacción en cadena de la polimerasa y extensión oligo-alelo-específica de una batería de polimorfismos distribuidos a lo largo de la región CMT1/HNPP (17p11.2), sin encontrarse evidencias de duplicación ni de deleción. Posteriormente se realizó una secuenciación masiva de 7 genes del panel asociado a enfermedad de CMT tipo 1 autosómico dominante, sin encontrarse ninguna variante claramente patogénica asociada a la enfermedad. Ante este resultado se amplió el estudio a 42 genes, apareciendo una mutación en heterocigosis para el gen SBF1 (c577C>T [pArg193Trp]) y otra en hemicigosis para el gen GJB1 (c.476_481del [pGly159_Tyr160del]); al no ser variantes patogénicas claramente asociadas a enfermedad de CMT se efectuó un estudio de confirmación mediante metodología Sanger y otro cosegregación en la madre.
Se confirmó la presencia de la mutación (c.476_481del [pGly159_Tyr160del]) y la madre resultó ser portadora en heterocigosis.
Se describe una nueva mutación en el gen GJB1, localizado en el Xq13.1 y que codifica para la proteína beta 1 de uniones gap llamada conexina 322, en un caso de enfermedad de CMT de tipo desmielinizante con un patrón de herencia dominante ligado a X. La afectación de este gen es la segunda alteración genética más frecuente, por detrás de la duplicación en cromosoma 17p11.2-p12 en el gen PMP222,3.
Como curiosidad, en estas formas de herencia ligada a X, las velocidades de conducción motora no son homogéneas en los diferentes nervios ni están tan disminuidas como en las formas autosómico dominantes3,4. Por otra parte, en ocasiones asocian trastornos por afectación del sistema nervioso central5, motivo por el que en nuestro paciente se solicitó una resonancia magnética nuclear cerebral, con resultado normal.
En definitiva, consideramos que es importante la caracterización y comunicación de estas alteraciones, tanto por el consejo genético (nuestro paciente es un buen ejemplo de ello) como por las implicaciones pronósticas y terapéuticas que todo esto puede tener a largo plazo a raíz de investigaciones futuras.
Este trabajo ha sido presentado en la LXVIII Reunión de la Sociedad Española de Neurología, el 17 de noviembre de 2016 en Valencia.