No queremos dejar pasar la oportunidad de agradecer a Rivera-Navarro y Benito-León las sugerencias realizadas al respecto de nuestro trabajo titulado «Red de cuidadores informales de los pacientes con demencia en la provincia de Alicante, descripción de sus características»1. Coincidimos en que estas contribuyen a enriquecer la discusión y la reflexión sobre el cuidado informal en el ámbito de las demencias.
Ahora bien, nos gustaría matizar que ante la enorme complejidad del entorno del paciente con demencia nos ha parecido más relevante ceñirnos a la descripción de los perfiles y los roles de los distintos tipos de cuidadores implicados en la atención y manejo de este tipo de pacientes, por considerar estos objetivos novedosos al ir más allá de la mera valoración del cuidador principal. Es por ello que no hemos tomado en consideración, ni realizado un estudio en profundidad, sobre aquellos aspectos económicos derivados del cuidado del paciente con demencia, si bien nos ha llamado la atención el escaso número de cuidadores, en nuestro estudio, que renuncian a su trabajo o se ven obligados a disminuir su jornada laboral para garantizar el cuidado de sus familiares. Probablemente sea debido a una generación de «mujeres cuidadoras», de edad media en el momento actual, cuya educación las ha abocado a desempeñar el rol de amas de casa y, por extensión, el de cuidadoras2-5. No obstante, agradecemos las referencias bibliográficas sugeridas6-10, ya que suponen una aportación a nuestro conocimiento e interés general por esta enfermedad y son, por otra parte, de gran utilidad para el desarrollo de posteriores trabajos.
Como bien exponen Rivera-Navarro y Benito-León, el fenómeno de rotación entre familiares es un mecanismo de cuidado al paciente con demencia muy localizado en los países mediterráneos6, en contraposición a los países del norte de Europa, donde predominan claramente los cuidados formales11. De igual modo, nos ha sorprendido el escaso número de pacientes sujetos a este tipo de cuidado en nuestro trabajo1 frente al estudio de Rivera-Navarro et al6. Ahora bien, ni el número de pacientes/cuidadores hace comparables ambos estudios, ni nuestro objetivo principal ha sido la descripción de aquellos motivos que facilitan la permanencia del paciente en su domicilio en contraposición a la rotación entre familiares, a diferencia del trabajo antes mencionado.
En definitiva, agradecemos el interés mostrado por nuestro estudio, así como las sugerencias realizadas ya que, sin duda, contribuyen a enriquecer nuestro conocimiento sobre una enfermedad compleja en la que quedan englobados, además del paciente, una Red de Cuidadores Informales o de Apoyo cada vez más extensa a tenor de los cambios sociales de nuestra época12,13.