Agradecemos a los Dr. Lucena et al su interés por la revisión «Crisis epiléptica y lipoma del cuerpo calloso: causa o hallazgo», en la que han aportado su experiencia respecto a los lipomas intracraneales. Con estas líneas querríamos aclarar algunos de los comentarios realizados.
La incidencia reportada por los autores (I=0,03%) es similar a la comunicada previamente por otros autores en los casos de autopsia1.
Los autores describen dos casos clínicos con hallazgo de lipoma de cuerpo calloso en la línea media. En el primero2, se expone el caso de un paciente que falleció por broncoaspiración tras un episodio de crisis epiléptica generalizada tónico-clónica. En la historia se recoge que el paciente presentó dos episodios previos de crisis epilépticas, por lo que se inició un estudio etiológico que apuntó a la existencia de lipoma intracraneal («grasa en la cabeza»), que se confirmó en la autopsia con el hallazgo de dos lipomas situados en la rodilla del cuerpo calloso. Los lipomas intracraneales pueden ser causa de crisis epilépticas. La prevalencia de los lipomas en población epiléptica es mayor que en la población general3. Por este motivo, el hallazgo de un lipoma intracraneal en pacientes epilépticos no indica necesariamente una asociación causal, sino que debe invitarnos a considerar otras posibles etiologías y a realizar un estudio para evaluar si existe una adecuada correlación entre la localización de la masa y las características clínico-electroencefalográficas de las crisis epilépticas que nos permita asegurar una asociación causal3. Según apuntan los autores, no se pudo acceder a los resultados de las pruebas complementarias (en especial electroencefalograma) ni tampoco se aportó información sobre la semiología de las crisis epilépticas (¿primariamente generalizada o focal con generalización secundaria?); por lo que en este caso, la asociación entre los lipomas y las crisis epilépticas debe de ser tomada con especial precaución, no pudiéndose asegurar que los lipomas sean un factor causal. En el segundo de los pacientes, no se recoge historia de crisis epilépticas pero sí de cefalea y de retraso psicomotor así como rasgos fenotípicos propios de una malformación congénita. Como apuntábamos, la cefalea es el síntoma más frecuentemente comunicado en asociación con los lipomas del cuerpo calloso en adultos4; mientras que el retraso psicomotor, lo es en niños5. Estamos de acuerdo con los autores en que en este segundo caso, la presencia del lipoma de cuerpo calloso pudiera estar en el contexto de una malformación congénita de línea media.
En conclusión, los lipomas intracraneales pueden considerarse causa de crisis epiléptica siempre que existiendo una adecuada correlación entre la localización de la masa y las características clínico-electroencefalográficas de las crisis epilépticas se hayan excluido además otras etiologías alternativas.