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Vol. 11. Núm. 1.
Páginas 103-126 (enero - junio 2016)
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EL PAC AL PODER: ELECCIONES 2014 Y LOS PRINCIPALES CAMBIOS EN EL SISTEMA POLÍTICO COSTARRICENSE
PAC TAKES OFFICE: CHANGES AND CHALLENGES IN COSTA RICA'S POLITICAL SYSTEM
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Ilka Treminio Sánchez
Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (ciep), Universidad de Costa Rica
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Cuadro 1. Principales indicadores socioeconómicos de Costa Rica 2008-2013
Cuadro 2. Resultados Electorales febrero y abril 2014
Cuadro 3. Composición de la Asamblea Legislativa 1990-2014
Cuadro 4. Integración del Congreso por partido y provincia (2014-2018)
Cuadro 5. Evolución en la distribución de escaños de diputados por cociente y cifras residuales (1990-2014)
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RESUMEN

Este trabajo examina de manera descriptiva la coyuntura del proceso electoral de 2014 como un evento crítico de la evolución del sistema de partidos en Costa Rica. Para ello se plantea que la configuración actual es el resultado de la mezcla entre el patrón de fragmentación en la distribución del poder —manteniendo constante el sistema electoral— y, a la vez, una serie de acontecimientos sorpresivos y contingentes que surgieron en la última campaña política.

En este estudio de caso se caracterizan los principales indicadores del sistema de partidos y las transformaciones institucionales producidas tras un proceso de cambios progresivos a través del tiempo, siendo su principal resultado un contexto político de mayor fragmentación política, de gobierno dividido y de tensión con la vieja élite política.

Palabras clave:
elecciones
sistema de partidos
fragmentación política
Costa Rica.
ABSTRACT

This paper describes the 2014 Costa Rican national election as a critical event in the evolution of its party system by examining the ways in which the current configuration results from the combination of two elements: a fragmentation pattern in the distribution of power, with the electoral system as a constant, and a series of surprising events and contingencies that arose during the last political campaign.

In addressing this case study, we have defined the main indicators of the party system and institutional transformations produced through a process of progressive changes over time. The main consequence of this institutional process has been a political context of greater political fragmentation, divided government and a tension environment with the old political elite.

Keywords:
Elections
party systems
political fragmentation
Costa Rica.
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INTRODUCCIÓN

El pasado 6 de abril de 2014 se celebró una segunda ronda electoral en Costa Rica para elegir presidente de la República. Este evento era previsible debido a los bajos porcentajes reflejados en la voluntad del voto que venían haciendo públicos diferentes casas encuestadoras, también era de esperar un nivel importante de abstencionismo, dadas las dificultades expresadas por los votantes para tomar partido en las elecciones generales. No obstante, los resultados electorales, el candidato ganador y el porcentaje de votos que determinaría la elección fueron completamente inesperados.

La elección de 2014 fue la segunda vez en la historia costarricense en que se llevó a cabo un balotaje o segunda vuelta electoral y fue la primera desde 1982 en llevar al poder un partido distinto a la anterior fórmula bipartidista Liberación Nacional (pln)-Unidad Social Cristiana (pusc) a la presidencia. Así, se puede afirmar que este proceso electoral fue el más novedoso por estas características rupturistas en la historia reciente del país. El partido ganador: Partido Acción Ciudadana (pac) es una agrupación política de reciente formación (2002) cuyo candidato era un líder de escaso reconocimiento en la política nacional, aunque contaba con cierto currículo en cargos públicos en el pln, partido que abandonó para pasar a formar parte del pac. La de 2014 fue su primera candidatura a la presidencia.1

Este nuevo escenario político ha significado un viraje importante en el sistema de partidos, así como en el sistema político en general en Costa Rica. Con el objetivo de ahondar en el proceso este documento se propone realizar un estudio de caso sobre el proceso electoral en cuestión.2 La tesis que guía la construcción del caso se basa en la idea de la progresividad del cambio institucional propuesta por Thelen y Mahoney (2009), para quienes las transformaciones institucionales son consecuencia de una serie de cambios marginales pero progresivos que alteran el status quo. Contrario a las tesis que explican el cambio por la vía de los eventos repentinos o revolucionarios, en el caso que atañe a este trabajo se sostiene que tras algunos episodios críticos el paisaje institucional ha sufrido importantes modificaciones, pese a mantenerse inalterados aspectos del diseño institucional, como el sistema electoral.

EL PANORAMA POLÍTICO Y ECONÓMICO DE CARA A LAS ELECCIONES 2014

El desgaste del gobierno de la saliente presidenta Laura Chinchilla se encontraba como telón de fondo al arrancar la campaña política en 2013. Sin embargo, durante esos primeros meses se apuntaba como potencial ganador al propio candidato del pln el alcalde capitalino, Johnny Araya Monge. Este hecho preveía una campaña anodina y era posible imaginarse la continuidad del oficialismo, especialmente por el alejamiento del candidato para con la presidenta y por la abrupta división interna del partido tanto al nivel de la organización, como en las instituciones. Esta fractura surgió de manera muy temprana durante el primer año del gobierno de Chinchilla cuando su incipiente liderazgo se tambaleó por la prematura campaña interna iniciada por el hermano del expresidente Óscar Arias, Rodrigo Arias, quien contribuyó a fraccionar aún más la artificial unión de la fracción liberacionista (Rojas Bolaños, 2013, 64).

En su administración Chinchilla no consiguió desligarse de los problemas heredados de la administración anterior, como el déficit fiscal y los problemas de infraestructura. Estos fracasos y otros problemas recurrentes —como el conflicto con Nicaragua por la invasión de Isla Calero— le impidieron consolidar su liderazgo, pese a su larga experiencia política. Pronto se vio aislada de los líderes tradicionales liberacionistas que terminaron por dejarla huérfana durante el resto de la administración.3 Esta situación se reflejó en una facción legislativa poco unificada, dividida en tendencias y la poca cohesión del partido en torno a la lideresa.

La presidenta inició gestiones con un alto apoyo popular y un elevado porcentaje de votos, pero fue perdiendo popularidad en los siguientes años. Una de sus principales debilidades se ubica en el nivel estratégico del manejo de gabinete: respondió tarde a los cuestionamientos y enfrentó dificultades a la hora de colocar las responsabilidades en sus ministros, es lo que Camerlo (2013, 132) identifica como la gestión del gabinete como medio para reequilibrar la popularidad presidencial. Chinchilla conservó a los ministros en sus cargos aún en los momentos más álgidos del escándalo político.4 Su estilo de protección ministerial la condenó a auto posicionarse en primera línea, lo que le provocó la escalada en el desgaste político.

Su estrategia proteccionista fue poco eficiente en la medida en que no logró preservar la estabilidad del gabinete. Su manejo se caracterizó por un efecto retardado en la decisión de la remoción ministerial y serias dificultades en la estrategia de rotación y nuevos nombramientos; posiblemente esto se debió a la falta de cuadros políticos de su confianza. Así, entre 2010 y 2012 Chinchilla realizó quince remociones de ministros de los veintiuno que formaban su gabinete inaugural (Alfaro y Gómez, 2014, 126), lo que supera el 70% del mismo. Al terminar el gobierno, la gestión presentaba un fuerte desgaste y un escaso apoyo por parte de los ciudadanos. En el gráfico 1 se puede apreciar la evolución de la valoración del gobierno durante los últimos meses de su gestión política.

Gráfico 1.

Valoración del último año de la Gestión Chinchilla Miranda

Fuente: Elaborado a partir de los datos del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica, obtenidos de las encuestas de opinión realizadas en abril, agosto y noviembre de 2013 y enero de 2014. La información se obtuvo de la pregunta: ¿Cómo calificaría usted La gestión del gobierno actual?

(0.09MB).

Como se desprende, el gobierno saliente mostraba bajos niveles de popularidad y una percepción generalizada de tener un mal desempeño. De cara a las elecciones, se pudo ver una disminución entre quienes consideraban la labor de la presidenta como “muy mala”, pero un aumentó en una proporción similar entre quienes la estimaron como “mala”. Los porcentajes de valoración positiva no sufrieron fuertes alteraciones durante 2013-2014, permaneciendo entre el 15% y el 20%. En este panorama, era evidente el descontento con labor del gobierno.

En un nivel sistémico Gómez y Villareal (2013, 118) ubican el nivel más bajo de apoyo promedio al sistema político en Costa Rica en el período 2012-2013. De acuerdo con el índice que calculan,5 el país ha pasado a tener una confianza promedio del 55% en las instituciones del Estado, luego de haber tenido el pico más alto en 1983, con más del 85% de confianza promedio, y de haber mostrado un porcentaje de alrededor del 65% en 2010. Esta disminución también se repite en la medición del apoyo a la democracia, que según los datos del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (lapop) de 2012 se ubicó en un 75%, mostrando un deterioro con respecto a 2010 que presentaba un 80% de apoyo a la democracia.6 En términos comparados, el último dato posiciona a Costa Rica como el séptimo país de acuerdo con el apoyo expresado a la democracia en la región de América Latina.

Una lectura comparativa de este dato no necesariamente provoca alarma; pero su comportamiento evolutivo muestra una señal de que algo ha ido cambiando en un país de alta cultura democrática y estabilidad del sistema político. El principal problema asociado es que la pérdida del apoyo específico en las instituciones ha afectado el apoyo difuso al sistema político y esto puede traer, a la larga, episodios de inestabilidad política y pérdida de legitimidad de las instituciones (Alfaro y Seligson, 2012, 34).

Cuadro 1.

Principales indicadores socioeconómicos de Costa Rica 2008-2013

Indicador  2008  2009  2010  2011  2012  2013 
Crecimiento pib (%)  2.7  -1.0  4.7  4.2  5.1  3.5 
Déficit pib (%)  0.2  -3.4  -5.3  -4.1  -4.4  -5.4 
Inflación (ipc) (%)  13.9  4.0  5.8  4.7  4.6  3.7 
Tasa de desempleo abierto (%)  4.9  8.4  7.3  7.7  7.8  8.2 
Cobertura promedio de educación secundaria (%)  69.4  71.8  72.8  74.1  75.0  N.D 
Esperanza de vida al nacer (años)  79.1  79.2  79.0  79.3  79.0  N.D 
Tasa de víctimas por homicidio (por 1000 hab.)  11.7  11.8  11.5  10.3  8.8  N.D 
Hogares pobres (%)  17.7  18.5  21.3  21.6  20.6  20.7 
Coeficiente de Gini  0.498  0.516  0.508  0.515  0.518  N.D 
Relación entre ingresos promedio del hogar del V quintil y del I quintil (veces)  9.0  10.1  10.9  11.8  12.1  N.D 

Fuente: elaborado a partir de datos del Informe de Desarrollo Humano de PNUD 2013, estadísticas del Estudio Económico de América Latina y el Caribe de la cepal 2014 y estadísticas del Proyecto Estado de la Nación 2013.

Los resultados económicos de la gestión reflejados en los principales indicadores sociales, como el coeficiente de Gini, acompañan este escenario y podrían estar impactando el decrecimiento en el apoyo al sistema político.7 El aumento de la brecha entre ricos y pobres es uno de los principales problemas que dejó la última administración, aunado al estancamiento de pobreza, el aumento del déficit público y las dificultades para acceder al empleo.

Los logros más sobresalientes de la gestión 2010-2014 se dieron en materia de seguridad ciudadana y en cobertura de educación secundaria. Uno de los más serios problemas que deja es el déficit fiscal. Se espera que este año el mismo llegue al 6% del pib (cepal 2014, 2). El gobierno anterior intentó mejorar la administración tributaria y combatir la evasión fiscal, sin embargo no consiguió avances significativos, especialmente por la imposibilidad de lograr acuerdos en el poder legislativo que favorecieran la realización de un nuevo pacto fiscal.8 Ante este escenario, ha habido una seria presión económica agravada por la crisis económica de la Caja Costarricense del Seguro Social, las limitaciones para contener el gasto público y una ley obsoleta y permisiva para la recaudación de tributos.

Durante 2012 y 2013 la carga tributaria se ha mantenido estable en alrededor de un 13% del pib, mientras el gasto del gobierno central aumentó en cerca del 8% (cepal 2014, 3). A lo que debe agregarse la disminución en el crecimiento del pib en 2013, el aumento en la tasa de desempleo abierto con el agravante de la retirada de la fábrica Intel y el cierre de la empresa de servicio al cliente del Bank of America, cuyas repercusiones se sentirán en el año en curso. En los últimos años Chinchilla logró mantener controlada la inflación y, pese a la crisis económica de 2009, se mostró un ritmo aceptable de crecimiento económico. Sin embargo, estos datos no se acompañaron del crecimiento del empleo, ni se logró mejorar el ingreso de las personas en condición de pobreza, pese a que la presidenta saliente declarara haber elevado la inversión social hasta llegar al 23% del pib (Semanario Universidad 2014).

ELECCIONES 2014: URNAS SORPRESIVAS Y CARRUSEL DE RENUNCIAS

Los bajos porcentajes de intención de voto que reflejaban las encuestas daban la pista de que las elecciones se decidirían mediante segunda vuelta y se esperaba una baja participación electoral. Los elementos centrales de la contienda se definieron en tiempo real y era difícil anticiparlos. Si bien la campaña inició sin mayores sobresaltos; el proceso se fue desenvolviendo de manera inesperada y arrojando eventos sorpresivos. El primer evento sorpresa fue la propia designación de Luis Guillermo Solís como candidato del pac.

La elección interna fue la segunda en la historia del partido y se llevó a cabo el 21 de julio de 2013. En esta contienda participaron Luis Guillermo Solís Rivera, ex Secretario General del pln, funcionario de Cancillería durante la primera administración Arias Sánchez 1986-1990 y militante del pac; Epsy Campbell, conocida figura del pac, diputada por el partido en 2002-2006, exprecandidata presidencial y excandidata a la vicepresidencia; Juan Carlos Mendoza, quien ejerció como diputado del pac y logró la presidencia del directorio legislativo durante el gobierno saliente, y el también ex diputado Ronald Solís. Luis Guillermo Solís logró la victoria al sumar una ventaja mínima de 72 votos con respecto a su principal adversario, Juan Carlos Mendoza, y de esta manera se hizo viable su candidatura a la presidencia.

Por su parte, el pln mostró durante toda la administración Chinchilla potenciales candidaturas de conocidos líderes: la de Antonio Álvarez Desanti, quien renunció en septiembre de 2012 para dar la adhesión a Johnny Araya; la de Fernando Berrocal, quien también apoyó a Araya; la de Rodrigo Arias Sánchez, hermano del presidente Óscar Arias9, quien en enero de 2014 —antes siquiera de celebrarse la Convención del partido— decidió retirarse y no participar de la contienda; otro líder liberacionista cuyo nombre se posicionó durante 2012 fue el del expresidente José María Figueres Olsen, quien anunció su interés por participar de la campaña en agosto de ese mismo año, aunque en octubre desestimó presentar su nombre para la Convención, mediante un comunicado de prensa.10 De esta manera, las cuatro renuncias de los precandidatos liberacionistas ratificaron la candidatura del único aspirante que seguía activo en la campaña, el alcalde capitalino Johnny Araya Monge.

El Partido Unidad Socialcristiana (pusc), que otrora conformara el binomio bipartidista, intentó reactivarse en esta contienda, pero los enfrentamientos internos ocasionaron cambios en la candidatura a la presidencia. El primer candidato fue el director del Hospital Nacional de Niños, el doctor Rodolfo Hernández, y tras su renuncia asumió la candidatura el abogado Rodolfo Piza. La convención interna del pusc se celebró el 19 de mayo de 2013, y en ella se eligió a Hernández —quien obtuvo un 77% de los votos frente al 23% de Rodolfo Piza—. En octubre, Hernández denunció mediante una carta hecha pública a los medios de comunicación, una serie de acciones en su contra por parte de miembros de la cúpula de su partido y anunció su renuncia. Dos días después el médico retomó la candidatura, pero decidió nuevamente retirarse tras 48 horas. El pusc nombró en sustitución a Rodolfo Piza quien, a pesar de emprender una campaña política tardía, obtuvo mejores resultados legislativos que en el período anterior.11

Los otros dos partidos políticos con potencial en las votaciones fueron el Movimiento Libertario (ml) representado por su fundador Otto Guevara, en fórmula para candidatura a presidente y diputado. Y el partido Frente Amplio (fa), que tras la muerte de su principal líder renovó sus cuadros políticos y presentó como candidato al joven diputado José María Villalta, abogado de 36 años de edad. Estos últimos partidos se consideran como los extremos en el espectro ideológico del sistema de partidos costarricense. Se ubica a la derecha el ml y, a la izquierda el fa. Los cinco partidos mencionados se presentaron como las más fuerte opciones durante este proceso electoral, aunque en esta oportunidad se inscribieron 13 partidos con aspiraciones presidenciales. El orden de preferencia en los votantes con respecto a las principales fuerzas fue variando y haciendo impredecible el resultado en las urnas, si se observan las fluctuaciones captadas por las encuestas de opinión pública es factible apreciar esta imprecisión, particularmente con respecto a la segunda fuerza contendiente.

Durante el período señalado, el liberacionista Johnny Araya encabezó la intención de voto, mientras los picos de crecimiento del potencial segundo rival eran confusos y con poca distancia entre sí. El crecimiento más notable y que más encendió la campaña y la cobertura de los medios de comunicación fue, sin duda, el de José María Villalta del fa. El posicionamiento de esta agrupación como segunda opción polarizó la discusión política y permitió que el pln identificara un blanco fijo para (re)construir y enmarcar su discurso político. A partir de octubre la campaña giró en torno al temor de que llegara al poder un gobierno de corte “chavista” —haciendo alusión al pensamiento del líder venezolano— y todo el espectro de centro derecha se posicionó en clara contraposición y radicalizando la postura del fa. El partido centrista de Luis Guillermo Solís adoptó una posición más cautelosa y mantuvo su discurso de cambio, con el cual situaba al pln como principal adversario, al igual que lo hacía el fa; pero con la atenuante de que no sufrió la exposición y el desgaste en campaña que sí tuvo José María Villalta. Es decir, ambos partidos ubicados en el espectro centro-izquierda tuvieron como estrategia el ataque al pln, mientras el centro-derecha se concentró en el fa.

Gráfico 1.

Intención de voto por los principales partidos políticos 2013-2014

Fuente: Elaborado a partir de los datos del Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (ciep) de las encuestas de opinión de abril, agosto y noviembre de 2013 y enero de 2014. La información se obtuvo de la pregunta: ¿Si las elecciones fueran este domingo por qué candidato votaría usted?

(0.16MB).

Se puede ubicar como punto de inflexión en la creciente intención de voto de Villalta la entrevista que mantuvo con el conocido periodista económico Alberto Padilla, que suscitó una escalada de críticas, cobertura en medios y múltiples reacciones desde las redes sociales que jugaron un papel central en la socialización de los mensajes políticos en esta campaña. En la entrevista, Padilla preguntó al candidato si nacionalizaría empresas privadas y buscó que Villalta identificara si adoptaría una política inspirada en la Venezuela bolivariana. El candidato titubeó durante las respuestas y no logró articular una posición que respondiera de forma directa a las preguntas. Tras la difusión en vídeo de la entrevista estallaron las reacciones. Una muestra se puede encontrar en el spot publicitario “el sastre de Villalta” financiado por un grupo de empresarios, en el que un sastre de habla inglesa critica cuán grande le queda el traje al candidato durante la entrevista de Padilla.12

Así, en términos generales, la campaña electoral tuvo el acento en un fuerte discurso anticomunista y polarizante patrocinado por ciertos sectores empresariales que llevó al Tribunal Supremo de Elecciones (tse) a hacer un llamado de atención sobre la ilegalidad de la influencia en el voto (XX Informe del Estado de la Nación 2015, 237). Los temas más tratados por los candidatos se asociaban con la ampliación de derechos de grupos específicos, salvo en el caso del tema del déficit fiscal y la crisis económica de instituciones públicas como la Caja Costarricense de Seguro Social (ccss), cuyo carácter permitió discutir aspectos sobre los modelos de estado de los aspirantes a la presidencia, aunque no puede decirse que estos modelos hayan sido profundizados en la campaña. Entre los temas puntuales se encontraba la unión civil de personas del mismo sexo, la aprobación de la fertilización in vitro, y la legalización del aborto. Los partidos se posicionaron en estos aspectos según su ubicación ideológica.

El pac se mantuvo como un partido de centro, a pesar de tener entre sus principales soportes a la llamada “ala progresista” de la juventud partidista. En la campaña la imagen de Solís fue la de un profesional de clase media que se parecía y estaba cercano “a la mayoría”. Además, su desenvolvimiento en los debates organizados por el tse fue favorable para la opinión pública, como evidencian los datos de la encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (ciep), debido a la buena imagen que proyectó. Así, el líder fue acompañado de un silencioso pero rápido incremento en la intención del voto y su popularidad fue aumentando en la recta final de la campaña electoral. Los datos de la encuesta post-electoral del ciep ponen de relieve que los votantes eligieron al candidato por razones como: buscaban un cambio político, les convenció la forma de pensar y hablar del candidato, se vieron atraídos por su posición sobre la corrupción y su programa de gobierno. Llama la atención que en una porción del 60.7% de quienes declararon haber votado por él, dijeron haberlo hecho por el candidato y no por el partido. Lo cual no es extraño si sigue el argumento de que Luis Guillermo Solís es un líder neonato dentro del pac.13

LOS RESULTADOS ELECTORALES

El 2 de febrero de 2014 se realizaron los comicios nacionales, en donde se eligieron los cargos para presidente, los dos vicepresidentes y los 57 diputados que conforman la Asamblea Legislativa14. De acuerdo con el sistema electoral costarricense, el tse cuenta con un registro automático de votantes, por lo que no se realiza la inscripción previa. En 2014 se contaba con un padrón electoral de 3078321 votantes. El registro previo solo fue necesario para el caso de la votación en el extranjero, que se celebró por primera vez durante estos comicios y aglutinaron un total de 12654 inscritos. Las votaciones nacionales tuvieron una participación del 68%, la cuarta más baja desde las elecciones de 1953; sin embargo, fue superior a la participación de 2010. Las provincias periféricas fueron las de menor participación, como ha venido siendo la pauta desde los anteriores procesos electorales.

En el conteo de los votos ninguno de los candidatos logró superar el umbral del 40% para declarar ganador, como lo establece el Código Electoral, por lo que se debió convocar a una segunda vuelta. El resultado de la primera vuelta posicionó inesperadamente a Johnny Araya del pln en el segundo lugar, pese a haber encabezado las encuestas de intención de voto. Fue hasta el propio escrutinio de las urnas en donde se supo con certeza que Luis Guillermo Solís era el contendiente del liberacionista, aunque el resultado no solo lo colocó como el contendiente, sino como el primero en las preferencias de los votantes. No obstante, la distancia entre ambos aspirantes a la presidencia fue mínima, un total de 19232 votos (0.93%).

La primera ronda electoral fue un duro golpe para el pln que perdió la continuidad en el gobierno y fue desplazado por un oponente inesperado que en adelante enarboló la bandera del cambio que hizo aún más vulnerable al pln frente a la inminente acusación por el mal uso de los recursos públicos tras ocho años de gobierno y toda una historia de acuerdos bipartidistas favorables a la élite política tradicional. El mensaje del cambio si bien estuvo presente en la campaña, se posicionó con particular fuerza desde el primer conteo de votos, donde todo apuntó a que habría un reemplazo de la élite gobernante.

En la arena legislativa el panorama fue negativo, dado que la primera vuelta fue más exitosa para el pln en cuanto al número de legisladores, pues ganó cinco escaños más que el pac, aunque ninguno obtuvo la mayoría. De ganar el pac en el balotaje, se iba a encontrar en situación de gobierno dividido, lo que provocó la búsqueda de acuerdos entre las fuerzas minoritarias para alcanzar el control del directorio legislativo y la potencial formación de una coalición ganadora mínima. No obstante, en ese momento aún la formación de alianzas era especulativa, pues otros candidatos como José María Villalta del fa, se mantuvieron en una especie de campaña de baja intensidad de cara a la segunda vuelta, a fin de no convocar a sus votantes a apoyar directamente a los partidos que siguieron en la contienda.

El fa por su parte materializó su éxito en el espacio legislativo al pasar de un diputado en 2010 a nueve en 2014. Logró ganar escaños en todas las provincias y convertirse en la tercera fuerza política en la Asamblea Legislativa, seguido en cuarto lugar, por la fracción socialcristiana que logró también aumentar su caudal de apoyo en la votación para el poder legislativo. El perdedor en esta distribución fue el Movimiento Libertario, aunque logró mantener 4 escaños incluyendo el que asumió su líder y candidato presidencial, Otto Guevara. La pérdida de apoyo llevó al partido a una crisis económica por la dificultad para asumir los pagos comprometidos durante la campaña.

Cuadro 2.

Resultados Electorales febrero y abril 2014

  Primera vueltaSegunda vuelta     
  Elección PresidencialElección legislativa 
Partido político  Absoluto  %  Absoluto  %  Absoluto  %  Núm. de escaños 
Liberación Nacional  610.634  29,70382.300  22,20526.531  25,7118 
Acción Ciudadana  629.866  30,601.338.321  77,80480.669  23,4813 
Frente Amplio  354.479  17,25    269.168  13,14
Movimiento Libertario  233.064  11,34    162.559  7,94
Unidad Social Cristiana  123.653  6,02    205.247  10,02
Otros partidos  103.776  5,09    403.817  19,70
Total votos válidos  2.055.472  100,001.720.921  100,002.048.301  100,0057 

Fuente: elaboración a partir de datos del Tribunal Supremo de Elecciones.

Resulta interesante que en el examen de los votos desagregados al nivel distrital, arrojan la evidencia de que en la mayoría de los distritos (57%) el pln obtuvo la victoria; un fenómeno que se observa en las dos elecciones anteriores también. Pero, en esta ocasión, no fue suficiente para ganar la contienda y quedó en segundo lugar (Alfaro y Gómez, 2014: 11).

Entre elecciones se suscitó la nueva circunstancia inesperada que fue la virtual renuncia de Johnny Araya a continuar en la campaña electoral, virtual, porque el liberacionista no podía retirar su candidatura, pues la Constitución Política en su Artículo 138 prohíbe expresamente la renuncia de los aspirantes inscritos:

No pueden renunciar la candidatura para la Presidencia o Vicepresidencias los ciudadanos incluidos en una nómina ya inscrita conforme a la ley, ni tampoco podrán abstenerse de figurar en la segunda elección los candidatos de las dos nóminas que hubieran obtenido mayor número de votos en la primera.

Ante este impedimento, el 5 de marzo Araya anunció en una conferencia de prensa que continuaría en la boleta electoral, pero se abstendría de la actividad proselitista e hizo pública su voluntad de no luchar más por el cargo.15 Su anuncio tuvo diferentes reacciones entre los distintos actores políticos. Por una parte, Luis Guillermo Solís adecuó su campaña a un nuevo adversario político: el abstencionismo. Por otra parte, en las filas del pln se hizo evidente la molestia con la decisión de Araya y a partir de ese momento se siguió un proceso en el tribunal interno que culminó en la separación por cuatro años del excandidato por abandonar la contienda electoral. Araya recurrió a diferentes órganos judiciales para intentar revocar la decisión y poder postularse como alcalde por San José, donde gobernó por 22 años, pero fracasó en todas las instancias.16

Las razones de fondo del abandono de la campaña por parte de Araya no son claras; pero dejaron en evidencia la crisis interna del partido. El arismo, como principal fuerza a lo interno desde 2003, ejerció un liderazgo que se caracterizó por el abandono de sus delfines políticos en defensa de la imagen de su líder, un rasgo que salió a relucir tras la ruptura de la relación con la anterior presidenta y que persiste en la actualidad, como se ha visto el retorno de José María Figueres al partido en 2015.

En este contexto se llegó a la elección del 6 de abril de 2014, en la que Luis Guillermo Solís logró alcanzar la meta de reunir al menos un millón de votos, una cifra que lo legitimó y fortaleció ante su situación de gobierno en minoría. Con este logro superó a su virtual adversario con un distancia promedio del 55% de los votos.

EL ACTUAL PANORAMA DEL SISTEMA DE PARTIDOS

La fragmentación partidista no es una característica exclusiva de estos comicios, por el contrario, es una tendencia del sistema de partidos costarricense que viene gestándose desde 1998 y que vislumbró el declive del bipartidismo. Diversos factores han favorecido el fenómeno, entre los cuales destaca el contar con un sistema proporcional de elección de escaños como la cuota Hare modificada, la cual si bien ha permanecido inalterada en la historia electoral del país, al romperse el viejo bipartidismo ha tenido un notorio efecto en la distribución de escaños. También se puede mencionar como un factor explicativo el efecto de la inscripción de partidos con representación únicamente legislativa. Así puede apreciarse que mientras en 1990 cinco partidos tenían representación parlamentaria y uno incluso contaba con la mayoría absoluta, en 2014 son nueve los partidos representados y la concentración de escaños es mucho menor.

Cuadro 3.

Composición de la Asamblea Legislativa 1990-2014

Partido  1990  1994  1998  2002  2006  2010  2014 
Liberación Nacional  25  28  23  17  25  24  18 
Acción Ciudadana        14  17  11  13 
Unidad Social Cristiana  29  25  27  19 
Frente Amplio         
Movimiento Libertario     
Restauración Nacional         
Accesibilidad sin Exclusión         
Unión Nacional             
Unión Agrícola Cartaginés           
Pueblo Unido             
Unión Generaleña             
Fuerza Democrática           
Agrario Nacional             
Integración Nacional             
Acción Laborista Agrícola             
Renovación Costarricense       
Alianza Demócrata Cristiana             
Total  57  57  57  57  57  57  57 

Fuente: Elaboración propia con base en datos oficiales del TSE.

Paralelamente, mientras que entre 1990 y 1998 los partidos pequeños eran efímeros, muchos de los partidos minoritarios que llegaron a la Asamblea en 2002 han permanecido compitiendo y ganando escaños y por tanto, se han ido consolidando. De esta manera, las agrupaciones y sus respectivas agendas programáticas también influyen a la hora de dispersar el voto para el poder legislativo. La oferta de opciones políticas es mayor, se distribuye en una lógica centrífuga y se mantienen en el tiempo, lo que significa una enorme transformación frente a un sistema anterior de lógica centrípeta, con dos partidos alternándose el poder y un grupo menor de agrupaciones con escasa representación y de fugaz carrera legislativa.

Es conveniente señalar que el número de diputados se ha mantenido constante desde 1962, cuando pasó de 45 diputados a 57. Tampoco se han presentado cambios importantes en el tamaño de las circunscripciones desde esa fecha, salvo por ligeras readaptaciones de máximo un escaño entre las provincias. En estas últimas votaciones, por ejemplo, la capital de San José perdió un puesto, que le fue cedido a la provincia de Heredia debido al aumento poblacional reportado en el último censo.

En cuanto a los resultados obtenidos, un rasgo llamativo es que algunas circunscripciones llenaron sus curules sin repetir partido político, el caso más evidente es el de Limón en donde ningún partido ganó más de un diputado y en el que el pac —a pesar de ganar las presidenciales— no obtuvo ningún asiento. En Puntarenas los cinco escaños también quedaron repartidos, pero el pln obtuvo dos y el pac ganó uno. Las circunscripciones con mayor concentración de escaños fueron las más grandes y se inclinaron por favorecer la representación de las dos fuerzas más importantes.

Cuadro 4.

Integración del Congreso por partido y provincia (2014-2018)

Partido  San José  Alajuela  Cartago  Heredia  Guanacaste  Puntarenas  Limón  Total 
pln  1  18 
pac      13 
fa  1  1  1  1  1 
pusc  1  1  1  1  1  1 
ml  1          1 
rc  1            1 
adc             
rn  1             
pase  1             
Totales  19  11  57 

Fuente: Elaboración propia con base en datos oficiales del tse.

La fragmentación actual del sistema de partidos tiene importantes consecuencias para Costa Rica, que a diferencia de otros países como Chile y Uruguay, carece de la habilidad política para formar coaliciones (Nolte, 2003 y Chasquetti, 2008). Esto obliga a pensar mecanismos para estabilizar las posibles alianzas que se comprometan a sacar adelante la agenda de gobierno, lo que parece ser el camino necesario para la reconfiguración de la fuerzas con capacidad de decisión en el país. De no conseguirse un manejo estratégico en la formación de una alianza, el ejecutivo se enfrentará a una Asamblea mayoritariamente hostil y a la imposibilidad de tomar decisiones en materia de política pública, lo que equivale al peor escenario presidencialista, caracterizado por Mainwaring (1993) como la “difícil combinación”.

Un indicador aún más preciso para medir la fragmentación es el Número Efectivo de Partidos (nep). La evolución del indicador en Costa Rica se presenta con base el cálculo del número de partidos en contienda (nepe) y el del número de partidos en el “parlamento”, el último se pondera respecto del número de agrupaciones que logran representación en el congreso (nepp). Con los datos obtenidos se ratifica la fragmentación evolutiva del poder político en la arena legislativa, tal como ha venido argumentando más arriba.17

Gráfico 3.

Evolución del nepp y nepe durante el período 1953-2014

Fuente: Elaboración propia con utilización del índice de Laakso y Taagapera (1979) y datos del tse.

(0.1MB).

La gran fractura del bipartidismo ha sido un fenómeno del ocaso del siglo xx en el país. El actual sistema multipartidista encuentra parte de su sustento en las reglas electorales, como se ha mencionado, Costa Rica ha implementado durante toda su historia democrática el modelo Hare modificado para la asignación de escaños. Tal mecanismo no tenía efectos notorios cuando existían dos partidos mayoritarios; pero tan pronto el sistema se desconcentró, se ha ido distribuyendo cada vez más el espacio legislativo. El modelo adoptado consiste en la implementación de una cifra repartidora por cociente, que de no ser capaz de llenar los asientos disponibles, recurre a la asignación de los siguientes escaños por cifra residual. En el caso costarricense, de no llenarse aún por residuo mayor, procede la repetición de la operación de la cifra residual (llamado como subcociente) cual última ratio. Brenes aclara que:

Contrario a la naturaleza repartidora de las fórmulas de cociente y cifra residual; el subcociente, cual fijación de una auténtica barrera, tiene un significado excluyente respecto de los escaños a distribuir para los partidos políticos que no superan ese umbral (2006, 9).

Con el paso a un sistema multipartidista, ya desde las elecciones de 1998, se acentúa la tendencia a disminuir el número de escaños que los partidos en contienda lograban mediante cifra cociente para inversamente aumentar los escaños que se logran vía cifra residual, esto quiere decir que los partidos alcanzan menos votos que el establecido por el umbral del subcociente para cada votación en las distintas circunscripciones. El cuadro 9 viene a complementar el paisaje del aumento de agrupaciones (tanto tradicionales como nuevas) que logran solo un escaño en una provincia o circunscripción.

Cuadro 5.

Evolución en la distribución de escaños de diputados por cociente y cifras residuales (1990-2014)

Elección  Número de partidos en Congreso  Cociente  Cifras residuales 
1990  45  12 
1994  44  13 
1998  36  21 
2002  36  21 
2006  30  27 
2010  30  27 
2014  27  30 

Fuente: Elaboración propia con base en declaratorias de elección del tse y datos de Brenes y Picado (2013).

Como se desprende del cuadro, ha habido un aumento en el número de agrupaciones que alcanzan un puesto por residuo y consecuentemente es menor el número de los que pasan el umbral del cociente. La tendencia ha sido tal que, por primera vez en la historia electoral nacional, en 2014 fue la primera vez que el número de escaños repartidos por cifra residual (Brenes y Picado 2013) supera al de los obtenidos por cociente. Como consecuencia inmediata de la actual repartición se ha dado una mayor pluralidad parlamentaria. Como se observa en el gráfico 4, los datos anteriores se asocian de manera inversa con el incremento de las agrupaciones que ganan un cargo de diputado en la Asamblea Legislativa.

Gráfico 4.

Correlación entre número de partidos en el congreso y el número de escaños asignados por cociente (1962-2014).

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del tse.

(0.16MB).

Resulta claro que el sistema de partidos ha sufrido una transformación que presenta por una parte, un escenario de gobernabilidad más difícil y retador; pero que a la vez representa la oportunidad de generar mayor debate para la creación de consensos, lo cual en última instancia favorece un sistema democrático. Desde la década de 1990, la realidad latinoamericana plantea con cada vez mayor frecuencia este tipo de distribuciones de poder, lo que provoca la necesidad de recurrir a la formación de alianzas con cierta estabilidad en el tiempo. El fracaso de gobiernos en minoría es considerablemente más frecuente cuando no se alcanza un compromiso entre fracciones legislativas, por lo tanto, el aprendizaje en materia de coaliciones es esencial para hacer frente a la supervivencia del gobierno y para sacar adelante la agenda de política pública. El nuevo paisaje político podría potenciar la búsqueda de consensos y obligar a la negociación entre los grupos representados en el parlamento.

Para Chasquetti (2002, 89), la combinación de presidencialismo y multipartidismo es una mezcla político-institucional apta para la democracia, siempre y cuando sus presidentes sean capaces de conformar coaliciones de gobierno de carácter mayoritario. No todas las experiencias han sido exitosas pero, en palabras de Nolte (2003, 53), “existen suficientes pruebas que demuestran que la combinación de un presidencialismo con un gobierno de coalición puede funcionar, a pesar que muchos autores todavía se niegan a aceptar este hecho”. En Costa Rica se está aún en un laboratorio de este tipo. Pero no existe otra salida al actual sistema de partidos representado en el gobierno, al menos si se sigue con la tendencia de los últimos 15 años.

DEL SISTEMA DE CUOTAS AL SISTEMA DE PARIDAD

Uno de los aspectos centrales de las pasadas elecciones fue la instauración del modelo de paridad de género en la elección legislativa. En términos generales esto se entiende como una norma que obliga a los partidos a confeccionar listas con un 50 por ciento de candidatos de cada sexo y ordenados de manera alternada y secuencial (Archenti y Tula, 2014; Llanos, 2013). La nueva figura se incluyó en la reforma al Código Electoral de 2009, pero hasta 2014 se puso en práctica para la elección nacional. Anteriormente Costa Rica había adoptado el sistema de cuotas, con el cual celebró tres elecciones consecutivas (2002, 2006 y 2010).

Se puede decir que en cuanto a sistemas de acciones positivas para la representación de género, el país ha seguido una lógica incremental de inclusión de las mujeres en los cargos de representación, esto, si se entiende que el sistema de cuotas funciona como medida temporal para alcanzar el objetivo principal, que es la paridad en el poder entre hombres y mujeres (Llanos, 2013). Desde los primeros años del presente siglo varios países han venido adoptando mecanismos legales que obligan a que sus partidos lleven en sus listas al parlamento un 50 por ciento de mujeres para corregir el sesgo de género y la subrepresentación femenina. No obstante, esta institución varía ampliamente entre países y la mayoría son de reciente implementación, por lo que se requiere aumentar el número de observaciones para determinar cuáles mecanismos son más eficientes. En el caso costarricense, el Código Electoral, en su Artículo 2, estipula que:

La participación se regirá por el principio de paridad que implica que todas las delegaciones, las nóminas y los demás órganos pares estarán integrados por un cincuenta por ciento (50%) de mujeres y un cincuenta por ciento (50%) de hombres, y en delegaciones, nóminas u órganos impares la diferencia entre el total de hombres y mujeres no podrá ser superior a uno.

Por otra parte, en el párrafo tercero del Artículo 2 se lee:

Todas las nóminas de elección utilizarán el mecanismo de alternancia por sexo (mujer-hombre u hombre-mujer), en forma tal que dos personas del mismo sexo no puedan estar en forma consecutiva en la nómina.

Pese a la existencia del criterio de la alternancia vertical, la norma permite que la nómina sea encabezada indiferentemente por hombre o mujer, con lo cual esta decisión queda a discrecionalidad de los partidos políticos (Art. 148 del Código Electoral). Este aspecto es trascendental, si se piensa en la fragmentación del sistema de partidos expuesto antes, pues al aumentar el número de partidos que alcanzan un escaño y ante un mayor encabezamiento masculino, se mantiene el sesgo negativo en la elección de mujeres.

Un sistema de paridad para ser exitoso debería alternar por sexo no sólo la integración de las listas por circunscripción electoral, sino también el encabezamiento de cada nómina; especialmente, cuando se cuenta con circunscripciones electorales cuyo número de escaños es impar. A la variación por sexo dentro de las listas y a la de los encabezamientos de cada lista por circunscripción, se les ha denominado, respectivamente, “alternancia vertical” y “alternancia horizontal” (Torres García, 2013). De esta manera, si bien en los pasados comicios se estrenó un sistema de última generación en materia de representación femenina, los resultados fueron inferiores a la última elección con sistema de cuotas, según el número de mujeres que llegaron al parlamento.

Gráfico 5.

Porcentaje de escaños ocupados por mujeres en la Asamblea Legislativa (1952-2014)

Fuente: Elaboración propia con base en datos del tse.

Se destacan los datos porcentuales sobre el absoluto a nivel nacional. Para ese cálculo porcentual, en las elecciones de 1953 y 1958 el total de congresistas fue de 45, mientras que a partir de 1962, por reforma constitucional, el total ascendió a 57.

(0.1MB).

Ciertamente la ley ha sido la clave para que los partidos adapten sus estructuras y acepten incluir a las mujeres en su nómina. Sería deseable, empero, que los partidos corrigieran el efecto de subrepresentación que origina la falta de encabezamientos femeninos o que adopten la “alternancia horizontal” para lograr alcanzar el objetivo de la paridad. Durante los últimos meses se está discutiendo una reforma en este sentido en la Asamblea Legislativa. Pero la ley sólo impulsa la paridad en los cargos sometidos a elección popular, no así a las designaciones que hace el presidente para otros cargos públicos y ministeriales. Esto explica que el actual gobierno sólo nombrara siete ministras para los 19 ministerios iniciales y, entre ellas, repartiera las carteras de cultura, deportes, educación y salud. Paralelamente, en los viceministerios se concentró una política de nombramiento de figuras jóvenes (menos de 30 años) y más apegadas al ámbito académico que causó sorpresa y dudas sobre el carácter estratégico de esta decisión.

A MODO DE CONCLUSIÓN

Este artículo ha hecho una revisión de los principales hitos que marcaron la elección del gobierno en 2014. Para ello se ha descrito la correlación de fuerzas durante la campaña y se ha expuesto cómo se ha evolucionado paulatinamente hacia un sistema multipartidista con tendencia a producir gobiernos divididos. En este proceso, se ha señalado la imperiosa necesidad de aprender las lecciones de los países que han optado por diseños institucionales de coalición para vencer los problemas de la “difícil combinación” en la gestión del gobierno.

En el caso costarricense, avanzar hacia la negociación y el acuerdo con más fracciones legislativas podría significar un mayor cumplimiento del ideal representativo de su sistema proporcional y, por ende, de la democracia en términos pluralistas. El principal escollo es la propia curva de aprendizaje a la que se enfrenta el nuevo gobierno y la división interna del propio partido. Por un lado, la pugna por el liderazgo interno encabezado por el fundador del pac, Ottón Solís, quien desde su curul legislativa concentra los reflectores mediáticos y obtiene con frecuencia la atención de la opinión pública. Y, por otro lado, del principal partido de oposición, el pln que se resiste a aceptar y afrontar las consecuencias de la corrupción y la crisis en las instituciones públicas tras varios gobiernos y buscan debilitar la imagen del presidente.

En términos del sistema de partidos, lo que se ha venido argumentando en este trabajo es cómo la situación actual ha sido el producto de una marcada tendencia desde finales de la década de 1990 de otorgar el poder a un mayor número de fuerzas políticas y de cautela en el peso que tiene el gobierno en el parlamento, que se refleja en la ausencia de partidos mayoritarios. Esto ha significado una alarma para las élites políticas, que además se han visto amenazadas con el cambio de gobierno y el ascenso del pac a la presidencia.

No obstante, nada de esto se materializará en un nuevo proyecto de país si el gobierno no consigue hacer frente a los principales retos en materia económica y social. Tampoco puede esperarse una rápida transformación, pues muchos son los obstáculos que deben vencerse en la lógica inercial de la institucionalidad costarricense. Las viejas élites siguen luchando por volver al poder y eso es un motor potente de resistencia al cambio. Una lógica de dependencia de trayectoria, indicaría además que Costa Rica se ha acercado más a las dinámicas reformistas con guiños repartidos entre los distintos grupos corporativizados de la política, que a fuertes y radicales cambios (Solís, 1992).

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Durante su período en el Partido Liberación Nacional Luis Guillermo Solís ocupó cargos como la jefatura de gabinete del Ministerio de Relaciones Exteriores (1986-1990), la Dirección General de Política Exterior (1994-1998) y la Secretaría General del pln (2002-2003), tras dejar este cargo se integró a las filas del pac.

En tanto estudio de caso se asume una metodología que analiza en su contexto un objeto con fronteras más o menos claras, que se considera relevante para comprobar, ilustrar o construir una teoría o parte de ella (Coller, 2005, 29).

Como se detalla más adelante, es posible que los líderes de la agrupación consideraran que esa estrategia separaría los errores de la administración Chinchilla del partido; no obstante, el comportamiento electoral muestra una tendencia a votar en contra del pln y la agrupación respondió de manera débil y fragmentada al deterioro en la voluntad electoral de los ciudadanos.

Para Camerlo (2013, 132) la lógica detrás de los nombramientos de gabinete inaugural y la remoción y redistribución conllevan un comportamiento estratégico. Los presidentes suelen hacer uso de estas tácticas para descomprimir situaciones de alta tensión social.

Gómez y Villareal (2013) construyen el índice de apoyo promedio al sistema político con base en cinco preguntas de confianza institucional del Proyecto de Opinión Pública para América Latina (lapop) de la Universidad de Vanderbilt.

El Barómetro de las Américas pertenece al Proyecto de Opinión Pública de América Latina de la Universidad de Vanderbilt.

El coeficiente de Gini es una medida que calcula el valor indicativo del nivel de concentración producido en la distribución de una magnitud económica que suele ser el ingreso o la renta (Buccione 2012, 28).

Un resumen de los principales hechos que afectaron el proyecto se detalla a continuación: en el mes de agosto de 2010, a los cien días de gobierno, la presidenta anunció la presentación de un plan de reforma fiscal con el que se buscaría aumentar la recaudación en 2.5% del pib para atender la presión económica ejercida por el déficit fiscal. En enero de 2011 el ministro de Hacienda, Fernando Herrero presentó el proyecto bajo el título “Solidaridad Fiscal”. En octubre del mismo año el proyecto fue apoyado por el líder fundador del pac, Ottón Solís, y se pretendió contar con los votos de su bancada legislativa, no obstante, este tema fraccionó a los diputados del pac en dos bandos. En abril de 2012 el ministro de Hacienda fue cesado de su cargo por las denuncias de la prensa de no haber actualizado el valor de sus propiedades y, por tanto, pagar menos impuestos; a la par, el director de Tributación Directa, Francisco Villalobos, también fue investigado por evasión de impuestos y presentó su renuncia. Ese mismo mes la Sala Constitucional frenó el trámite del proyecto “Solidaridad Tributaria” y quedó archivado. (Semanario Universidad, 7 de mayo de 2014).

Rodrigo Arias solicitó al pln adelantar las elecciones internas al mes de junio de 2012, para consolidar su candidatura y liderazgo del partido, sin embargo, esta propuesta no tuvo apoyo suficiente. Ver noticia: “Arias busca convención temprana para que la Presidenta tenga claro “quién es el líder”. 25 de mayo de 2012. Diario digital Costa Rica Hoy (http://www.crhoy.com/arias-busca-convencion-temprana-para-que-la-presidenta-tenga-claro-quien-es-el-lider/).

“Figueres descarta candidatura: No quiero ser presidente”. La Nación. 1 de noviembre de 2012. Esteban Oviedo (http://www.nacion.com/archivo/Figueres-descarta-candidatura-quiero presidente_0_1302669743.html).

Sobre la renuncia del Dr. Rodolfo Hernández y la recomposición del pusc en prensa, se pueden revisar las noticias: “Rodolfo Hernández no mencionó a los “puñales”, pero siguen las peleas en el pusc”. La Nación. 6 de octubre de 2013 (http://www.nacion.com/nacional/politica/Rodolfo-Hernandez-menciono-punales-pusc_0_1370463023.html), y “pusc ratifica a Piza tras la renuncia de Rodolfo Hernández”. La Nación. 12 de octubre de 2013 (http://www.nacion.com/nacional/politica/Pusc-Rodolfo_Piza-presidencia-Hernandez-elecciones_0_1371662908.html). Revisados el 21 de agosto de 2014.

Entre los artículos de opinión en prensa sobresale la crítica columna del bloguero Juan Carlos Hidalgo, titulada “La pasión de José María Villalta”, publicado en el semanario El Financiero el 25 de noviembre de 2013 (http://www.elfinancierocr.com/blogs/por_la_libre/pasion-Jose-Maria-Villalta_7_416428355.html). Revisado el 20 de agosto de 2014.

Es importante recalcar que el líder fundador de este partido, Ottón Solís, vio erosionada su imagen tras las tres derrotas presidenciales y la constante exposición pública. El deterioro de su liderazgo se hizo evidente en la convención interna de la anterior campaña electoral durante 2009, en donde únicamente acudieron a votar un tercio de los inscritos en el partido. Pese a que obtuvo la victoria para la candidatura presidencial de 2010, perdió masivamente en esas elecciones nacionales, lo cual lo hizo expresar en su discurso de derrota que comprendía el mensaje de la voluntad popular de no volver a la contienda. No obstante, Luis Guillermo Solís lo designó como candidato a diputado por San José, escaño que alcanzó y que le ha permitido ejercer un constante discurso crítico contra el presidente y su equipo de gobierno y ha reflejado un liderazgo en pugna dentro del partido y en dos ramas distintas, la ejecutiva y la legislativa. De esta manera, se está ante la peligrosa pérdida de control de la rama legislativa del partido (Samuels y Shugart 2010), en donde además el presidente no tiene mayoría.

Los puestos de representación local tendrán su primera elección de medio período en febrero de 2016, según la última reforma del Código Electoral.

“Johnny Araya desiste de la candidatura por la presidencia” La Nación. 5 de marzo de 2014 (http://www.nacion.com/nacional/politica/Elecciones_2014-segunda_ronda-johnny_araya-candidatura-pln-Luis_Guillermo_Solis_0_1400460123.html).

“Johnny Araya tira la toalla en el pln y considera posible postulación por otro partido”. La Nación. 25 de junio de 2015. (http://www.nacion.com/nacional/politica/Johnny-Araya-pln-postulacion-partido_0_1495850445.html).

La fórmula nep empleada es: N = 1/Σ(vi)2 donde v es el porcentaje de votos del partido i, resultando válido sustituir éste por el porcentaje de escaños, teniéndose en el primer caso el nep electoral (nepe), en el segundo el nep parlamentario (nepp). Laakso y Taagapera (1979).

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