A partir del análisis de un proyecto de desarrollo en una comunidad maya del estado de Yucatán y los discursos de sus promotores, este trabajo pretende mostrar cómo la visión de quienes buscan “ayudar” a las comunidades indígenas a alcanzar el desarrollo revela un racismo naturalizado. Sostenemos que la idea de desarrollo es un aura que enmascara una serie de relaciones de poder en los que se expresa, ejecuta y promueve un discurso en el cual el racismo se hace presente.
In this paper, by analyzing a development project in a Mayan community in the Mexican state of Yucatan as well as the discourse of its promoters, we want to show how a naturalized racism appears in the visions of the promoters seeking to “help” indigenous communities achieve development. We argue that the idea of development is an aura that disguises a series of power relations that express, implement, and promote a discourse where the racism is present.
Cuando escuchamos la palabra racismo, normalmente la asociamos con esclavitud, violencia, afro-descendientes, el apartheid o con otros aspectos relacionados con la dominación racial. Por ello, en sociedades como la nuestra, donde el mestizaje ha formado parte del discurso oficial, muchas de sus expresiones pasan desapercibidas aunque son cotidianamente reproducidas. En este artículo, queremos mostrar cómo el racismo aparece normalizado en el discurso de los agentes que promueven el desarrollo en las comunidades mayas del estado de Yucatán. En coincidencia con Teun van Dijk (2009) creemos que el discurso se aloja en el corazón mismo del racismo, por lo cual su análisis es indispensable si queremos dar cuenta de los racismos contemporáneos. Analizar lo que la gente dice nos permite entender cómo conciben y viven el mundo.
Para muchas personas la idea de desarrollo es algo bueno y deseable. Sus promotores buscan “ayudar” y “motivar” a los que no lo tienen, o aún no lo han alcanzado. El aura que recubre al desarrollo, entonces, enmascara una serie de relaciones de poder en los que se expresa, ejecuta y promueve un discurso que inferioriza y discrimina otras formas de entender el mundo. El trabajo que ahora presentamos se divide en cuatro apartados. En el primero explicamos que entendemos por racismo y cómo buscamos abordarlo; en el segundo hablamos del desarrollo como un discurso que posibilita el control y manejo de personas y espacios; después ubicamos la comunidad de Ek Balam y el proyecto de desarrollo Uh Najil en el contexto regional y por último, analizamos el racismo en el discurso del desarrollo.
SOBRE EL RACISMOEl racismo justificó y justifica actualmente relaciones de dominación, exclusión, persecución o incluso destrucción, donde el Otro ha sido y es salvajizado, inferiorizado o menospreciado. Partimos de la base que el racismo no es una entidad homogénea e invariable en el tiempo y que tiene ciertas particularidades que lo definen, por lo que es mejor suponer la existencia de múltiples racismos donde las visiones varían, se transforman, reciclan y se adaptan a los diversos contextos (Taguieff 2001). Por ello, la historia de los racismos no puede desvincularse a la historia social.
Si bien la discriminación hacia el Otro es tan antigua como la historia de la civilización, autores como Wallerstein (1988) y Wieviorka (1994) consideran que nace con la expansión de Occidente, como una forma de justificar la dominación y la explotación del Otro por una supuesta superioridad racial. Para Wallerstein (1988) no se puede hablar sobre la universalidad del concepto en cuestión: al hacerlo se le estaría confundiendo con la noción de etnocentrismo, que hace que un grupo se autoprefiera, lo que puede llevar a actitudes de intolerancia con respecto a otros grupos y a una tendencia a devaluar sus formas culturales. El racismo en cambio, ha justificado formas de dominación y sometimiento, así como de exclusión y exterminio.
André Taguieff (2001) sugiere hacer una distinción conceptual y diferenciar entre el racismo clásico y el neorracismo. El primero es biológico e inequitativo ya que plantea la existencia de distintas razas y una clasificación jerárquica de los grupos humanos. Esta desigualdad implica por tanto la superioridad de una raza y la subordinación de las otras. El segundo es cultural, en él no se enfatizan las diferencias biológicas sino las identitarias.
En el neorracismo, el ‘racismo sin raza’, no es necesario marcar un sentido biológico para señalar la existencia de diferencias insuperables entre grupos. Esta nueva argumentación se distancia de los postulados cientificistas del siglo xix,es decir se aleja del racismo clásico. Fue documentado en Europa por científicos sociales a finales del siglo xx, a raíz de la fuerte migración de africanos y sudamericanos que llegaron en busca de mejores condiciones de vida y oportunidades de empleo. En este caso, las manifestaciones racistas no argumentaban diferencias biológicas sino culturales. Con este nuevo fenómeno, la pureza de raza despareció de los discursos, a la vez que la identidad étnica cobró relevancia en ellos.
Varios autores (Balibar 1988; Wieviorka 1992; San Román 1996; Chebel d’Apollonia 1998; Taguieff 2001) advierten que el neorracismo, el racismo de finales del siglo xx y principios del xxi, es una versión más sofisticada que el racismo biológico, ya que acepta la igualdad de los seres humanos, pero hace referencia a las diferencias culturales para argumentar que es imposible la comprensión mutua. En el “nuevo” racismo ya no se habla de cuestiones científicas, como en el decimonónico, sino culturales. Hay un desplazamiento de la desigualdad a la diferencia. No hay un rechazo manifiesto hacia los inferiores sino hacia los diferentes. “Un racismo sin razas, un racismo que a primera vista no postula la superioridad de determinados grupos o pueblos respecto a otros, sino simplemente la nocividad de la desaparición de las fronteras, la incompatibilidad de formas de vida” (Balibar 1988, 37).
A diferencia de lo que sucede hoy en día en Europa, en México el racismo hacia los pueblos indígenas es colonial y de subordinación, es una discriminación racial y cultural que se ha matizado en el discurso, pero ha persistido en las prácticas cotidianas (Barabas 2000; Castellanos 2002 y 2001). La ideología colonial —presente hasta nuestros días— ha servido para legitimar la exclusión de ciertos grupos, naturalizando las desigualdades sociales al asignar un orden en el cual cada grupo tiene un lugar inmutable, puesto que éste no aparece ligado al orden social, sino adherido, fijado, soldado a la naturaleza. Esta ideología estableció estereotipos que permitieron dominar a los indígenas no sólo gracias a la coerción, sino a la persuasión e interiorización de estigmas raciales, mismos que siguen vigentes en el siglo xxi.
En un trabajo pionero en el campo de los estudios del racismo en México, Alicia Barabas (1979) publica el caso de los mayas yucatecos. En este artículo señala que los prejuicios hacia este grupo indígena, presentes en la sociedad contemporánea, contribuían a reproducir un sistema de categorización colonial que atribuye una supuesta inferioridad a los integrantes de la etnia maya, expresada como incapacidad, flojera, deshonestidad, entre otros calificativos inferiorizantes (Barabas 1979,135). En México denominadores como estos aparecen en los discursos como parte de la naturaleza del ser indígena. Ahora bien, existen distintas formas de estudiar, identificar y reconocer el racismo en las sociedades contemporáneas. Autores como Wieviorka (1992), Todorov (2007) y Taguieff (2001) señalan el carácter multidimensional del racismo y, por ende, la multiplicidad de formas de encararlo. Para Taguieff (2001) el racismo puede ser abordado a partir de cuatro dimensiones: la doxa, es decir, lo que la personas dicen cotidianamente a través de actitudes, opiniones, creencias, prejuicios, estereotipos; los comportamientos o prácticas sociales; los funcionamientos institucionales de tipo excluyente, el “racismo institucional”, y la ideología (ligada o no a partidos políticos).
En este trabajo hemos decidido centrarnos en la doxa, en lo que aparece en los discursos de los promotores del desarrollo, en su visión del indígena maya, en sus estereotipos y prejuicios, así como en sus prácticas. Entendemos como estereotipo al conjunto de ideas simplificadoras y generalizadas sobre la cultura y la forma de comportarse de un grupo. Estas ideas frecuentemente son discriminatorias, ya que no representan toda la complejidad del grupo, y se espera que las ideas sobre su comportamiento sean ciertas. Cuando se tiene la oportunidad de confrontar el estereotipo con la realidad es frecuente escuchar: “pues no parece…”, antes de cambiar la idea establecida, de manera que la evidencia se convierte en la excepción que confirma la regla. Así, los rasgos estereotipados, individuales o sociales, no han sido verificados pero sí son generalizados. Los estereotipos son una estructura de pensamiento que comprende las imágenes, creencias, juicios, símbolos y opiniones de cómo son los Otros.
El prejuicio, como su nombre lo indica, se refiere a un juicio previo, una creencia arraigada, una percepción, una valoración, una opinión, una actitud afectiva basada y adquirida por una información deficiente (los estereotipos), sin comprobación y experiencia adecuada que se manifiesta en forma de simpatía o antipatía frente a individuos, grupos, ideas, pautas, instituciones, nacionalidades. El prejuicio es una percepción que puede ser positiva o negativa de grupos humanos culturalmente diferenciados a un ‘nosotros’.
Michel Wieviorka (1992) señala que el prejuicio en los tiempos del “nuevo racismo” ha cambiado las formas directas y declaradas por formas más sutiles que constituyen un ‘racismo simbólico’. Éste se caracteriza por el rechazo a los estereotipos burdos y a la discriminación evidente. El sociólogo francés apunta también que el prejuicio racista contemporáneo busca resistir a la crítica racional y a la confrontación con hechos, por ello elabora explicaciones racionales sólidas que generalmente remiten a problemas sociales reales, por ejemplo “No es absurdo afirmar que una escuela con una fuerte tasa de extranjeros que no hablan la lengua nacional va en detrimento de los otros niños” (Wieviorka 1992, 127). Este argumento se esgrime para justificar la separación en las escuelas de hijos de migrantes e hijos de nacionales. De esta forma, estos juicios previos no necesitan apartarse de la realidad. Es por esto, nos dice, que en la actualidad el prejuicio es un arma muy poderosa del racismo, ya que se encuentra en constante reformulación y actualización, vinculándose siempre a problemas sociales concretos. Este modo de operar hace que el prejuicio se ligue más profundamente a la conciencia de los sujetos.
El prejuicio racial (o étnico) aparece como efecto del sentimiento negativo hacia otros grupos de personas, mientras que la discriminación racial hace referencia a conductas y por tanto al rechazo o daño que se hace a quienes se estereotipa. Estos prejuicios asumidos y compartidos socialmente acaban justificando actitudes de menosprecio que legitiman la conducta discriminatoria. En México las relaciones interétnicas están entretejidas con las relaciones de clase donde impera una ideología llena estereotipos y prejuicios raciales.
DISCURSO DEL DESARROLLO: ENTRE AGENTES Y PACIENTESEn este trabajo partimos de la base de que es posible abordar el desarrollo como un discurso que posibilita el control y el manejo de personas y espacios: como un discurso homogenizante, universalizante y profundamente excluyente. Las ideas que los agentes promueven del desarrollo les otorga legitimidad para intervenir en la vida de las personas y/o en poblaciones consideradas necesitadas de éste. Entender el desarrollo desde esta postura, señala Escobar (1995, 2008), posibilita centrar la atención en la dominación que unos ejercen sobre otros, así como en los efectos que esta dominación genera en la vida de las personas.
Varios autores (Escobar 1995; Rist 2002; Rahnema y Bawtree 1997) advierten que la “era del desarrollo”, que hasta el día de hoy organiza la vida social y económica de las sociedades occidentales, inicia con el discurso del presidente norteamericano Harry Truman en enero de 1949. Debemos emprender un programa nuevo y audaz para lograr que los beneficios de nuestros avances científicos y nuestro progreso industrial esté disponible para la mejora y el crecimiento de las áreas subdesarrolladas. Más de la mitad de los habitantes del mundo viven en condiciones cercanas a la miseria. Su alimentación es inadecuada. Son víctimas de la enfermedad. Su vida económica es primitiva y estancada. Su pobreza es un obstáculo y una amenaza tanto para ellos como para las áreas más prósperas. Por primera vez en la historia, la humanidad posee el conocimiento y la habilidad para aliviar el sufrimiento de estas personas. Los Estados Unidos destaca entre las naciones por el desarrollo de técnicas industriales y científicas. Los recursos materiales que nos podemos permitir utilizar para la asistencia a otros pueblos son limitados. Pero nuestros recursos son imponderables en cuanto a conocimientos técnicos, éstos están en constante crecimiento y son inagotables. Creo que debemos poner a disposición de los pueblos amantes de la paz, los beneficios de nuestro acervo de conocimientos técnicos con el fin de ayudarles a realizar sus aspiraciones de una vida mejor (discurso pronunciado por H. Truman en enero de 1949).1
En este discurso aparece por primera vez el término “subdesarrollado” (underdeveloped) para referirse a regiones económicamente atrasadas. Esta idea posibilitó la reconceptualización de la noción de desarrollo y la ubicó abiertamente en un nivel político, creándose los mecanismos mediante los cuales ciertas sociedades, que se autodenominaron desarrolladas, han tenido la oportunidad de intervenir en otras sociedades consideradas, a partir de ese momento, subdesarrolladas. Así, a partir de 1949 se estableció un sistema de relaciones entre las sociedades, a través del cual se construyó una práctica discursiva en la cual quedaron establecidas las reglas del juego: quién puede hablar, desde qué puntos de vista, con qué autoridad y de acuerdo con qué criterios (Escobar 1995). Esta práctica discursiva, estructurada e inmersa dentro de un entramado de relaciones entrelazadas, dio lugar a un proceso en el que se construyó una realidad social de escala global. Esto ha permitido establecer políticas y planes de desarrollo en distintas partes del mundo siguiendo una misma idea: el desarrollo como algo deseable para todos.
La práctica discursiva en torno a esta cuestión ha establecido un nosotros y un Otros a través de la creación de “anormalidades” (como pobre, subdesarrollado, malnutrido, ignorante) y de la implementación de un sistema de pensamiento considerado como objetivo, positivo y deseable a través del cual se busca intervenir en estas anormalidades. De ahí que el desarrollo, pensado como discurso, obliga a mirar la relación entre por lo menos dos grupos: aquellos que se presentan como desarrolladores y aquellos a ser desarrollados. Esta relación está constituida por las categorías que los primeros deciden que son correctas y deseables, no solamente en términos de cómo hablar del Otro, sino también en cómo solucionar aquello que piensan como problema.
Siguiendo esta idea, se puede decir que uno de los aspectos centrales del discurso del desarrollo consiste en constituir un Otro subdesarrollado, ignorante e incapaz, para después poderlo ayudar a progresar. Esta construcción del Otro como necesitado posibilita que los desarrolladores aparezcan como poseedores de conocimiento y pertenecientes a una “mejor” sociedad. En efecto, un elemento siempre presente en los discursos del desarrollo es el conocimiento, que aparece como una entidad cuasi-natural que otorga un sentido de superioridad a aquellos que lo poseen y forman parte del proceso desarrollador (Hobart 1993). El conocimiento va ligado al crecimiento, pues se parte de la idea que el desarrollo es conocimiento y que traerá consigo un crecimiento. Generalmente se hace referencia a un crecimiento económico, pero en algunos casos se habla también de un crecimiento cultural. Esta forma de presentar la realidad, señala Price (1984), tiene una enorme importancia en la construcción de representaciones y múltiples implicaciones de poder. Así, las personas pueden ser conceptualizas de manera diferente dependiendo de su rol: unos serán sujetos activos y otros, objetos receptores; unos agentes y otros pacientes. Haciendo un analogía de los reportes médicos con los del desarrollo, Hobart (1993) señala que en ambos casos se remplazan la voz activa de las personas con una pasiva e impersonal, con lo cual, no sólo es disminuida la agencia de las personas, sino también la causalidad y responsabilidad. Tal nominalización y abstracción es central para la representación del conocimiento científico como hegemónico y la constitución de las personas en objetos pasivos a ser desarrollados.
Por todo lo anterior, consideramos que en el discurso del desarrollo existe una serie de representaciones, estereotipos y prejuicios sobre los agentes, los pacientes y los espacios, que permiten una intervención política, con el fin de extender el dominio de ciertos grupos. Este dominio no significa —por lo menos no siempre— controlar de manera directa las acciones de los sujetos vistos como pacientes o destinatarios del desarrollo, pero sí permite la reproducción de imágenes, representaciones, estereotipos y prejuicios de las poblaciones vistas como necesitadas del desarrollo. Estas acciones han permitido y legitimado las actividades de ciertos grupos que en nombre del desarrollo han tergiversado las realidades locales, negando en muchas ocasiones la agencia de las personas y sus conocimientos.
EK BALAM Y EL PROYECTO DE DESARROLLO UH NAJILLa comunidad de Ek Balam se ubica en el municipio de Temozón, a dos kilómetros de la zona arqueológica del mismo nombre y 30 kilómetros de la ciudad de Valladolid. Ek Balam es un pueblo pequeño en el que habitan alrededor de 300 personas, de las cuales 281 —es decir el 94% de la población— hablan maya (inegi 2010).2 La principal actividad económica es la agricultura, seguida por la cría y explotación de animales. Sin embargo, es notorio que muchos de los jóvenes varones se encuentran insertos en otras actividades económicas, desempeñándose como guías de turistas en la zona arqueológica, taxistas y jardineros en la ciudad de Valladolid o albañiles en la Riviera Maya del estado de Quintana Roo.
Ek Balam forma parte de la llamada región milpera del estado de Yucatán, donde la principal actividad económica se centraba hasta hace algunos años en la producción de maíz y frijol, principalmente para el autoconsumo. Hoy en día en esta región son los adultos mayores quienes se dedican al campo, ya que muchos jóvenes han migrado en busca de empleos remunerados. La migración juvenil no ha sido bien vista por los habitantes del pueblo, pues la perciben como la causante del alcoholismo y vandalismo en la población, así como del abandono de las “tradiciones”. Muchas familias han intentado que sus hijos y nietos no dejen la comunidad. El proyecto de desarrollo Uh Najil brindaba la posibilidad de generar empleos y evitar la migración.
Actualmente en Ek Balam y en muchas comunidades mayas del estado de Yucatán, existen proyectos del gobierno federal que pueden ser considerados de desarrollo pues buscan mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. Entre estos destacan el programa de “Empleo temporal” promovido por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (sagarpa); los “Huertos orgánicos”, por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (semarnat); “Construcción de piso firme”, por la Secretaría de Desarrollo Social (sedesol) y “Programa organización productiva para mujeres indígenas”, “Programa de infraestructura básica para la atención de los pueblos indígenas” y “Programa de Turismo Alternativo en Zonas Indígenas”, por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (cdi). En la región de Valladolid también trabajan promoviendo el desarrollo de comunidades mayas Asociaciones Civiles (A.C), Sociedades Anónimas de Capital Variable (SA de CV) y Universidades públicas y privadas3.
En este trabajo centraremos la atención en el proyecto Uh Najil, el cual ha sido financiado desde su creación por la cdi y se ha articulado con varias A. C. y S. A. de C. V. desde su creación, y que forma parte de lo que la cdi denomina Programa de Turismo Alternativo en Zonas Indígenas (ptazi), el cual tiene como objetivo a nivel nacional de …contribuir al desarrollo de la población indígena, mediante la ejecución de acciones en materia de turismo alternativo, específicamente de ecoturismo y turismo rural, aprovechando el potencial existente en las regiones indígenas, otorgando apoyos para elaborar y ejecutar proyectos encaminados a la revaloración, conservación y aprovechamiento sustentable de sus recursos y atractivos naturales, y de su patrimonio cultural, así como para coadyuvar a mejorar sus ingresos, respetando la organización comunitaria de los pueblos indígenas (www.cdi.gob.mx).
Uh Najil se conformó como una A. C. en 2004 con el objetivo de construir un parador turístico para los visitantes de la zona arqueológica. Inició con 23 socios, todos ellos ejidatarios, pero 11 de ellos dejaron el proyecto año y medio después.4 Estos socios consideraban que el proyecto no les daba la ganancia suficiente para poder dejar sus actividades y sí les implicaba mucho tiempo y trabajo que no era remunerado. En 2006, los socios restantes conformaron una Cooperativa de Responsabilidad Limitada denominada Ukuchil Cuxtal, con el fin de poder expedir facturas y llevar un mejor sistema administrativo y contable. Además de los 13 socios, laboran temporalmente en “las cabañas” (como los ejidatarios y la gente de Ek Balam se refiere a las instalaciones) alrededor de 10 personas más, tanto en área del restaurante como en el arreglo de habitaciones. El sueldo promedio mensual de estos trabajadores —era en 2012— entre 620 y 787 pesos (Jouault y Pulido Madariaga 2014).
El “complejo turístico” —así llamado por los funcionarios de la cdi— está conformado por 12 cabañas que funcionan como alojamiento para turistas, un restaurante y un espacio donde se pueden realizar juntas de trabajo. La piscina y el mirador (construido de madera para poder observar el sitio arqueológico) dejaron de funcionar por falta de mantenimiento en 2011. Los socios también ofrecen a los visitantes otros servicios, como senderismo y observación de aves, baño de temazcal, tours donde se muestra a los turistas cómo se preparan las tortillas y cómo se urden las hamacas. Igualmente se ofrecen visitas guiadas al sitio arqueológico Ek Balam y al cenote Xcanché.
La historia de cómo nace el proyecto Uh Najil tiene más de una versión. Los ejidatarios de la comunidad señalan que al trabajar como peones en las obras de restauración de la zona arqueológica y platicando con los arqueólogos sobre su apertura al público, se dieron cuenta que podían aprovechar la llegada de los visitantes. Fue así como solicitaron apoyo al entonces Instituto Nacional Indigenista (ini). Don Félix, socio de Uh Najil, recuerda que entre 1999 y 2000 habitantes de Ek Balam realizaron gestiones ante el ini para conseguir recursos y conformarse como un grupo de trabajo para poder ofrecer algún servicio turístico, ya que no se querían “quedar relegados de los posibles beneficios que dejaran los turistas”.5
Los funcionarios de la cdi, por su parte, relatan que el ini levantó un sondeo en la población para conocer la problemática y a partir de ésta, decidir el tipo de apoyo que era el conveniente dar a la comunidad. Fernando, funcionario de la cdi, comentó lo siguiente sobre el origen del proyecto: Surgió de un diagnóstico que se hizo, se trabajó en la comunidad desde el año 2000; la idea salió de ahí y de la necesidad por la falta de empleo, analizamos cuáles eran las potencialidades que tenían, como el estar cerca de la zona [arqueológica]; como el ejido es bastante unido, cohesionado, decidieron que sí podían sacar un espacio de terreno para poder trabajar y es así como se da la oportunidad para poder trabajar… nos pareció la idea y se plantearon todas las cosas que debían tener y aprender para poder trabajarlo (entrevista realizada en 2012).
Fernando explica que el diagnóstico fue resultado de talleres de trabajo en la comunidad Ek Balam, en los cuales se discutieron con los participantes las necesidades de las mujeres, los hombres y los niños. En esos talleres, los promotores del ini expusieron los programas nacionales y de ahí salió la idea: un hotel ecoturístico.
Ramón, quien desde el inicio del proyecto ha fungido como asesor del grupo Uh Najil, comentó lo siguiente con respecto del origen del proyecto: Vicente Fox visita Ek Balam en el año 2005, año en que se abre al público; en el pueblo entonces, da a conocer la creación de la cdi y se compromete con los indígenas de Ek Balam para hacer un proyecto de turismo, aprovechando que la entrada a la zona arqueológica era por el pueblo, así, estratégicamente se pusieron las cabañas en ese lugar porque ahí iba a pasar la gente; se pensó primero en un parador, un restaurantito, pero llegó una fuerte cantidad de dinero y se hicieron como cinco cabañas y se compraron cosas para montar el restaurante. Eso fue lo primero (entrevista realizada en 2012).
Sea cual sea la historia, en cuanto proyecto de desarrollo, el parador Uh Najil ha permitido la existencia y la reproducción de relaciones de poder entre sujetos que se consideran a sí mismos agentes del desarrollo y sujetos que son vistos como pacientes, como personas necesitadas de ayuda.
RACISMO EN EL DISCURSO DEL DESARROLLO: DE LA PALABRA A LA PRÁCTICAComo explicamos en el primer apartado, una dimensión en la cual es posible dar cuenta del racismo es a través de la doxa, es decir, analizando lo que las personas dicen, sus actitudes, opiniones, estereotipos y prejuicios. También señalamos, en el segundo apartado, que analizando el discurso sobre el desarrollo podemos revelar las relaciones de poder que se establecen entre los promotores del desarrollo y las comunidades consideradas subdesarrolladas. En este apartado queremos mostrar y evidenciar cómo en el discurso del desarrollo y las acciones que de éste se derivan, aparecen estereotipos y prejuicios raciales que colocan al indígena como naturalmente inferior. Un racismo que si bien, no se presenta a la manera del racismo decimonónico —invocando abiertamente la categoría raza— existe en la medida que se asocia al indígena como una persona de naturaleza floja y con poco entendimiento, así como alguien que no es capaz de lograr el “desarrollo” por sí mismo.
En México, ser indígena implica ser pobre y parece ser una verdad incuestionable, algo que forma parte de las “verdades sociales”. Como señala López Santillán (2011), en países como el nuestro, en cuya sociedad se han reproducido asimetrías durante largo tiempo, la pertenencia a un grupo étnico y la posición que se ocupa en la escala social, van de la mano. Si bien es resultado de un problema social real, la imagen del indígena pobre también expresa una mirada fija hacia este sector, que son percibidos, pensados y tratados no sólo como pobres sino también como ignorantes, incapaces y flojos.
En México, el discurso del desarrollo hacia las comunidades indígenas se ha centrado en su extrema pobreza. Guadalupe, quien dirige uno de los programas nacionales de la cdi en la delegación de Mérida, comentó: Es preocupante el bajo nivel de desarrollo de la comunidad, ves que algunos no tienen agua, no tienen drenaje, la educación está mal, bueno, está mal en todo el país, pero sobre todo en lugares como Ek Balam. Hace falta mucho por darles, viven totalmente aislados, tienen muchas debilidades, cdi lo que busca es darles el apoyo (entrevista realizada en 2011).
Todos los agentes de desarrollo involucrados en el proyecto Uh Najil que fueron entrevistados (al menos uno de cada agencia participante) señalaron que Ek Balam era una comunidad que padecía pobreza en términos económicos y culturales. Muchos hicieron referencia a la incapacidad de los habitantes de la comunidad para abandonar sus patrones culturales y pensar de una forma “menos local”. Aunque el objetivo de este trabajo no es profundizar en las percepciones sobre la pobreza, queremos señalar que mientras los agentes externos a la comunidad nunca pusieron en duda la pobreza de los habitantes, varios miembros de la comunidad de Ek Balam señalaron no sentirse identificados con ésta, pues para ellos ser pobre era carecer de tierras.
Desde el punto de vista de los agentes del desarrollo la incuestionable existencia de pobreza en Ek Balam hacía necesaria su intervención. En las entrevistas y pláticas informales que se realizaron con aquellos involucrados en el proyecto Uh Najil sobre cómo entender el desarrollo, la mayoría consideró que éste implicaba crecimiento económico, creación de empleos y de infraestructura. Algunos mencionaron también que el desarrollo posibilitaba que las personas pudieran “ver más allá” de su localidad, tuvieran un cambio de mentalidad y por lo tanto realizar un cambio en sus formas de vida. Todos coincidieron en que la intervención externa era la única manera de alcanzar el desarrollo pues los indígenas por sí mismos serían incapaces de generarlo. Guadalupe, funcionaria de la cdi consideraba que: Es difícil tratar con personas indígenas, porque no están tan empapados de algunos términos, es difícil que te entiendan que es una responsabilidad y compromiso que tienen hacia nosotros cdi, tienen que rendir cuentas claras, facturas, comprobaciones… no cumplen con las reuniones, no cumplen con el compromiso, darle la importancia cuando vamos o cuando se les requiere para algo… La gente se aprovecha de ellos, pecan de inocentes, no tienen malicia… (Entrevista realizada en 2011).
Guadalupe reproduce la idea de los indígenas como un grupo homogéneo al que le cuesta trabajo entender y comprometerse con las personas que les brindan ayuda. También los concibe como niños que deben ser cuidados por no tener malicia y ser inocentes. Guadalupe está convencida de que el proyecto de la cdi puede traer cambios positivos a la comunidad pero que la gente no se compromete, porque no comprenden la importancia de las visitas que la cdi realiza, ni de los requerimientos que se les hacen. Este reproche es frecuente entre los promotores de los distintos programas sociales en todo el país: desde su óptica la gente de las comunidades rurales es cerrada y no se dan cuenta que los programas son para ayudarlos (Iturriaga 2012). Sin embargo, los promotores del desarrollo pierden de vista dos cuestiones muy importantes. La primera es que todos los programas (tanto gubernamentales como privados) piden a los miembros de la comunidad que asistan a reuniones, talleres o pláticas como requisito para “beneficiarse” del proyecto, sin considerar que la gente realiza actividades (tanto económicas como del cuidado familiar) que tienen que suspender para asistir a las juntas. Después de la tercera reunión, del tercer taller, del tercer programa, la gente no quiere saber más de reuniones y asiste sólo cuando es inevitable. La segunda cuestión es que la mayoría de los programas son elaborados sin consultar a los supuestos beneficiarios por lo que las intervenciones pueden ser vividas como imposiciones. Si bien en el caso del proyecto Uh Najil los participantes buscaron el apoyo de la cdi para dedicarse a cuestiones relacionadas con el turismo, la forma de abordar los servicios turísticos, como veremos más adelante, ha sido siempre desde la concepción de los promotores y no desde los participantes.
Fabrizio, un promotor de proyectos de desarrollo contratado por la cdi para asesorar a las organizaciones indígenas relacionadas con el ecoturismo considera que: Los problemas con trabajar con la gente son: falta de educación, mal hábito de esperar que todo lo dé el gobierno, flojera, les da mucha flojera trabajar, mucha flojera aprender, qué otra cuestión, que siempre se escudan en el yo no lo sé hacer, espero que alguien más me lo haga y gratis… es que si no me lo da el gobierno no lo puedo hacer, no tienen la mentalidad de los negocios…algunos no les gusta relacionarse con otra gente, no les gusta tampoco la cuestión de que alguien fuera de su comunidad sea quien llegue a proporcionarles ayuda, si no lo dice el cacique del pueblo, el ejidatario líder o alguien que tenga un rango importante dentro de la comunidad pocas veces hacen caso de lo que dices, ¿qué más?... (Entrevista realizada en 2012).
Fabrizio también considera a los indígenas como un grupo homogéneo. Sin embargo, su visión va más allá de la de Guadalupe pues para él no sólo se trata de falta de educación, o no entender los términos como señaló la promotora, sino de personas que mienten por conveniencia, que se escudan en “el yo no lo sé hacer”. De esta forma reproduce el clásico estereotipo del indígena mexicano como mentiroso y flojo: “flojera, les da mucha flojera trabajar, mucha flojera aprender”, “no tienen la mentalidad de los negocios”.
Gastón, colaborador de Fabrizio, habla sobre su frustración por no poder ayudar con sus conocimientos a la comunidad de Ek Balam. El maya chiapaneco es de trabajo colectivo… Aquí los jóvenes no salen, las mujeres no salen, hay que cambiar eso… timidez, no te dicen las cosas, no te contestan, no se comunican, no logra uno en algunos casos abrir los canales para saber qué necesitan ellos, para que uno pudiera favorecerlos con algún conocimiento… Muchas veces no sé qué hacer porque no sé qué tanto les interesa o qué tanto no saben… (Entrevista realizada en 2012).
A diferencia de los anteriores agentes, Gastón hace una distinción entre los mayas chiapanecos, con los que trabajó años atrás, y la población de Ek Balam. Él tenía la idea de que en las comunidades indígenas las personas trabajaban en forma colectiva y considera que su trabajo en Ek Balam se ha hecho difícil porque la gente no sale de sus casas y no se anima a participar en un proyecto colectivo que podría representar beneficios para todos. En las comunidades mayas yucatecas las personas sí realizan trabajos colectivos como por ejemplo amarrar una casa, hacer una petición de lluvia (ch’a’a cháak), o construir un horno para cal (Lizama 2007; Quintal 2003; Iturriaga 2001). Pretender que esta forma de organización se de en todos los espacios y para todas las actividades, es una manera muy estereotipada de entender la realidad de los pueblos indígenas del país.
Gastón considera que en las pláticas que imparte, la gente no le contesta y no se comunica con él por timidez y esto lo decepciona pues no puede “favorecerlos con algún conocimiento”. Aunque Gastón se ha preguntado si lo que dice le interesa a los miembros del proyecto Uh Najil su duda no ha sido analizada con los participantes quienes simplemente son citados para recibir un curso de capacitación. Su inasistencia es tomada por los funcionarios de la cdi como una falta de compromiso con el proyecto y, por algunos capacitadores, como flojera de trabajar. Lo que no han pensado los promotores del desarrollo es que el silencio, la inasistencia y el escudarse en “yo no lo sé hacer” son formas de resistencia a la imposición de otra forma de hacer las cosas. Guillermo Bonfil (1987) señaló que en la dinámica cultural de las relaciones interétnicas, el grupo dominado o subalterno suele luchar para preservar elementos culturales que le pertenecen, como la lengua, formas de organización, prácticas médicas o la vestimenta, por mencionar solo algunas. Así, cuando el grupo subalterno quiere preservar contenidos concretos del ámbito de su cultura autónoma pone en marcha procesos de resistencia que pueden ser explícitos (como la demanda legal o armada por un territorio) o implícitos (como el guardar silencio o no asistir a reuniones).
Ek Balam es una comunidad donde la vida cotidiana transcurre en lengua maya. Si bien la mayoría de la población es bilingüe (maya-español), los promotores del desarrollo deberían estar conscientes que hay distintos grados de bilingüismo. Se puede entender un idioma y no tener necesariamente la habilidad para hablarlo fluidamente. Para poder “abrir los canales de comunicación” es fundamental que ambas partes tengan la posibilidad de expresar sus ideas sin dificultad. Abrir canales de comunicación también implica que ambas partes estén dispuestas a escuchar al otro, la comunicación es un proceso que implica diálogo, no es un monólogo donde uno sabe y el otro escucha, donde uno manda y el otro obedece. Como dice Paulo Freire (2001) la comunicación implica reciprocidad y la “educación es comunicación, es diálogo, en la medida en que no es una trasferencia del saber, sino un encuentro de sujetos interlocutores, que buscan la significación de los significados” (2001, 77). Así, para que un acto comunicativo sea eficiente, es indispensable que los sujetos comunicantes estén de acuerdo, es decir que la expresión verbal de uno de los sujetos tiene que ser percibida dentro de un cuadro común, por el otro sujeto. “Si no hay un acuerdo en torno a los signos, como expresiones del objeto significado, no puede haber comprensión entre los sujetos, lo que imposibilita la comunicación” (Freire 2001,76).
Los 23 ejidatarios que decidieron emprender en el proyecto de “las cabañas” tenían una idea de lo que querían: “no quedar relegados de los posibles beneficios que dejaran los turistas”. Sin embargo, el cómo no quedar relegados fue algo que no se discutió con los socios del proyecto. La cdi ayudó a los ejidatarios a constituirse como asociación e impuso un “complejo turístico”. Para este fin los funcionarios de la cdi contactaron a un grupo de asesores que brindan asesorías y talleres en servicios turísticos para que los socios de Uh Najil pudieran ser eficientes y convertirse en empresarios. Los cursos de capacitación no se encaminaron en conocer los intereses de los socios, ni mucho menos en lograr un grupo autogestivo, sino en la reproducción de un modelo turístico de hoteles con estrellas: cómo servir una mesa, cómo arreglar una habitación, cómo elaborar bebidas y alimentos accesibles a los turistas. Coincidimos con Krotz (1988,109) cuando señala que: Mientras en la praxis de las políticas de desarrollo rural los campesinos sean vistos como individuos intercambiables con características de promedios estadísticos y no como miembros de configuraciones sociales de textura compleja y mientras sólo se les cubra con programas de desarrollo elaborados a nivel regional o nacional, en vez de las múltiples dinámicas propias, el porcentaje demasiado alto de proyectos de desarrollo bien intencionado, pero fracasados, no disminuirá.
Fabrizio y sus colaboradores Gastón, Pamela y Gladys fueron los encargados de capacitar a los socios y personal del “complejo turístico” para lograr la “eficiencia”. Los cursos fueron impartidos en el mes de enero del 2012 durante tres días (mañana y tarde). El taller inició con una pregunta a todos los asistentes: ¿cómo les había ido en los años anteriores? Algunos contestaron con frases cortas que les había ido bien. Después preguntaron a los asistentes que quienes pertenecían a la organización Uh Najil. El tesorero les explicó que en ese momento quedaban 12 socios y que el resto de las personas presentes eran sus familiares que estaban empleados en el proyecto. Después de oír la explicación los capacitadores preguntaron por el servicio de internet. Al enterarse que el “complejo turístico” no contaba con este servicio, se sorprendieron mucho. Preguntaron si esto se debía a falta de equipo, falta de señal, que si alguien en el pueblo tenía ese servicio. La respuesta (de los que contestaron) fue que no había internet, minutos después uno de los socios dijo que él creía que la canadiense (que puso un hotel en el Ek Balam al mismo tiempo que ellos) sí contaba con ese servicio.6 Para terminar con la breve introducción se les preguntó a los asistentes si sabían leer, escribir, sumar y restar. Algunos contestaron afirmando con la cabeza y otros con un monosílabo: sí. Después de esto se hicieron dos grupos de trabajo. “Servicios de Camarería y Lavandería” conformado por cinco mujeres, y “Bebidas y Restaurante” integrado por siete mujeres y dos socios. Los otros socios se retiraron después de la presentación y al día siguiente los 12 recibieron una plática sobre la importancia del turismo en el mundo y las ventajas de su derrama económica. El taller sobre “Gerencia y mercadotecnia” que se tenía planeado después de la plática se canceló, pues Gladys la encargada de impartir ese curso, dijo que le era indispensable la conexión a internet.
El taller de “Servicios de Camarería y lavandería” inició con la visita a las habitaciones. La idea era que las mujeres mostraran a Gastón la forma en la que realizaban su trabajo. Doña Flor fue la primera que se animó a participar, abrió la puerta de una de las cabañas para mostrar su trabajo. Antes de que Doña Flor pudiera dar el primer paso Gastón la detuvo y le señaló enfáticamente que no podía hacer eso, que antes de ingresar a un cuarto era necesario tocar tres veces a la puerta. Gastón cerró la puerta y mostró la forma correcta de entrar en una habitación: enderezó la espalda y tocó a la puerta tres veces, introdujo la llave y abrió. Esta misma demostración la hizo en las siguientes dos cabañas. Cuando llegaron a la tercera Doña Alicia tocó a la puerta tres veces antes de abrir y Gastón, en voz alta y dirigiéndose a Fabrizio comentó: “Ah!, esta chica ya está bien entrenada!”.
Una vez en el interior de la cabaña, Gastón pidió a todas las participantes que se sentaran enfrente de él para hablar de la limpieza diaria. Dijo que para un turista es muy desagradable encontrar cabellos, pelos, hojas en el cuarto o en la cama por lo que debían ser muy cuidadosas: “ustedes son un hotel como todos los demás, así que tiene que estar todo muy limpio”. Durante el largo discurso sobre la limpieza las señoras empezaron a hablar entre ellas en maya. Gastón nunca les preguntó si tenían alguna duda o de qué hablaban, por el contrario, para que las señoras guardaran silencio les decía con tono serio: “¿está buena la plática?”.
Al igual que hizo con la puerta, Gastón pidió a la mujeres que le mostraran cómo realizaban el cambio de sábanas. Enfatizaba mucho en los dobleces de las sábanas y en la colocación de las almohadas, así como en la revisión minuciosa en búsqueda de bichos. Les explicó que esto último era muy importante para saber si necesitaban volver a fumigar.
Saliendo de una de las cabañas pasaron unos turistas, las señoras sin voltear a verlos se dirigieron a la bodega donde continuaría el curso. Gastón las regañó inmediatamente, les dijo que tenían que saludar a cada turista que pasara, que tenían que acostumbrarse a hacerlo, ya que a los turistas les agrada el buen trato: “lo pueden hacer en español, o maya si quieren, no tiene que ser en el idioma del turista, lo importante es que saluden, que sean amables”. Gastón insistió en el saludo y la amabilidad durante todo el curso. Al entrar a la bodega les dijo con cara de molestia: “esto es un desorden de bodega, así no se puede trabajar, no dan ganas”. Enseguida inició otro monólogo sobre la importancia del orden en el trabajo, el orden en sus casas, el orden en la bodega, el orden como algo gratificante y que permite que el trabajo y el ambiente sean más agradables.
Al terminar su disertación sobre el orden, Gastón comenzó a inspeccionar cada una de las cajas que se encontraban al interior de la bodega. Solicitó a las mujeres que sacaran todo lo que había en ese espacio para realizar un inventario. Las señoras cargaron y apilaron las cajas en la palapa del restaurante. Las cajas contenían sábanas, almohadas, manteles, cortinas y pabellones. Gastón revisaba cada cosa que se sacaba en busca de manchas o huecos, después decidía si se tiraba o se seguía usando. Aunque las señoras no lo expresaron verbalmente, sus rostros eran de mucha molestia cuando decidía que algo se iba a la basura. Terminada la revisión se levantó el inventario. Gastón insistía en la importancia de llevar un control pues “se evita comprar cosas de más y también se puede saber cuánto se ha perdido, ya sea por robo o descuido de los turistas y tomar medidas para evitar pérdidas”. El curso continuó con la lavandería, con más ejercicios prácticos y más lecciones.
El grupo de “bebidas y alimentos” estaba a cargo de la chef Pamela. Los participantes iniciaron el curso sentados en el restaurante. La chef les preguntó por la oferta de alimentos, ¿qué dan de desayunar, de almorzar y de cenar? Don Toño se animó a contestar: “pues les damos lo que se come aquí, pero no siempre lo comen; les damos huevos, chaya, tamales” La chef sin hacer mucho caso de la respuesta le dijo que no debían cocinar con manteca, sino con aceite de girasol y que les iban a hacer una lista con las cosas que sí consumen los turistas. En un pizarrón la chef anotó: de desayuno hot cakes, huevos y fruta; de almuerzo pollo pibil, escabeche, poc chuc y carne ahumada; para la cena, panuchos, salbutes y vaporcitos con pollo. Mientras apuntaba la lista, Pamela no dejo de insistir en que su deber era ser muy amables y respetuosos con los turistas. Al terminar les pidió que anotaron la lista de alimentos en sus cuadernos.
Cuando terminaron de escribir todos los participantes pasaron a la cocina. Pamela solicitó que le mostraran la forma en que se lavan las manos antes de preparar alimentos. Matilde, una mujer joven, pasó primero. Se lavó las manos y antes de que pudiera regresar a su lugar, Pamela le indicó que eso que había hecho no era suficiente. Les pidió a todos los asistentes que observaran cómo lo hacia ella. Pamela se lavó las manos, los antebrazos y los codos, después les enseñó cómo secarse correctamente. Terminada su presentación pidió a los nueve participantes que pasaran uno por uno a lavarse las manos. Ella miraba atentamente y corregía a aquellos que no lo hacían debidamente.
En otro momento, el curso se enfocó en cómo atender una mesa. Pamela dividió al grupo en meseros, meseras y comensales. Les pidió que arreglaran las mesas como siempre lo hacían, después les mostró sus errores: cuchara y cuchillo del lado derecho, tenedores del izquierdo, la taza de café del lado derecho, la servilleta en el centro… Una vez colocado todo es su lugar pidió a los meseros que simularan servir algo. Les explicó que un mesero siempre debe ser atento, jalar la silla a las señoras que lleguen al restaurante, servir con rapidez y por supuesto hacerlo de manera correcta. La chef no sólo daba indicaciones verbales sino también los tomaba por la espalda para colocarlos en el lugar donde tenían que servir. El primer ejercicio fue servir café. Cada uno de los participantes debía ofrecer café a las personas que estaban sentadas en la mesa y que antes de servirlo les dijo que era imprescindible decir: “¿Me permite?”. También señaló que el café siempre se sirve del lado derecho, pues la taza de café siempre se coloca del lado derecho del comensal. Cuando alguno servía del lado izquierdo, Pamela lo tomaba por la espalda y lo llevaba hacia el otro lado, cuestión que no parecía agradar a los participantes, sobre todo a los varones. La chef señaló que, a diferencia del café, la comida se debe servir del lado izquierdo empezando por las mujeres. Aclaró que cuando hubiera niños se les diera prioridad, pues éstos “se desesperan pronto”. Les indicó que no era correcto que hablaran con las personas mientras éstas comían, que de presentarse el caso lo hicieran solamente al momento de entregar la cuenta. También les hizo practicar algunas preguntas que debían realizar antes de que los comensales se retiraran: ¿les gustó la comida?, ¿se han encontrado a gusto en el hotel? Los siguientes días continuaron los ensayos, así como clases para organizar el refrigerador (por tamaños y fechas de caducidad) y la preparación de los alimentos anotados en la lista.
Para Fabrizio platicar con la gente de Ek Balam era difícil pues no tenían escolaridad. Cuando lo contactaron pensó que su equipo impartiría cursos teóricos pero cuando llegó a la comunidad se dio cuenta que la gente era analfabeta, que no sabía hacer las cosas y que tendrían que empezar con lo más sencillo y práctico. Con relación al curso de cocina Fabrizio comentó: …En la parte de alimentos y bebidas, la mayor parte de la gente es analfabeta, por lo general son mujeres… La gente grande no tiene escolaridad y a veces es muy difícil platicar con ellos, si se les quiere especializar en comida, es difícil hablarles de cosas muy específicas, por ejemplo del procesamiento de una receta. Ellas saben que se tiene que poner tantos manojos de algo y tantos pedazos de carne y tanto de agua según la olla que tengan. Ellas le van tanteando y demás, cuando se quiere abordar algo muy técnico es un poco difícil, porque no tienen esa, no quiero llamar inteligencia porque todos son inteligentes, pero vaya, no tienen ese conocimiento… Hay cuestiones que [para nosotros] podrían sonar lógicas y hasta —de cierta manera— obvias, pero para las personas [de Ek Balam] no lo son, así que comenzamos desde lo básico.
Gladys considera que la metodología que utilizaron sus compañeros fue la correcta pues desde su punto de vista los indígenas no poseen lo necesario para aprender igual que las personas “normales” por lo que todo tiene que enseñarse de una manera práctica: “ellos aprenden de esta forma, están limitados a entender bajo otros términos y tipos de relación, sólo así aprenden” (plática informal realizada en 2012).
Como se pudo ver, los cursos contactados por la cdi para la capacitación de los socios se encaminaron a convertir a los participantes del proyecto en buenos empleados, en insertarlos en la dinámica turística bajo un papel subordinado. Ninguno de ellos se enfocó en la autogestión, ni en desarrollar un aspecto fundamental para el éxito del proyecto: la comercialización. De esta parte, desde el inicio y hasta la fecha en que se realizó el trabajo de campo, se encargó Ramón (un asesor externo contratado con recursos del proyecto, es decir con dinero de los socios), quien además de asesorar proyectos de desarrollo en otras localidades labora también en una agencia de viajes. Él considera que dentro de un tiempo los socios serán capaces de resolver todas las cuestiones de tipo comercial, pero que por el momento aún no están “preparados” para ese papel: La parte comercial yo como asesor la llevo, ellos todavía están en ese proceso de ir conociendo qué es internet, de ir aprendiendo cómo se hace un contrato con una empresa, con una agencia, qué es esto del mercadeo, del minorismo, mayorismo, cómo se establece una tarifa, una tarifa comercial, qué es la garantía de un precio más bajo, en fin, todas esas cosas… Ellos tienen que aprender esa parte comercial, entonces, estamos en ese proceso… pero ahora yo soy el que veo esa parte, la mayoría de las empresas están asociadas a través de mí, ¿por qué?, porque alguien tiene que dar la garantía, alguien tiene que darla, ellos no tienen posibilidad de dar una garantía, qué es esto, un contrato donde diga, si tú no me das esto, te descuento tantos pesos, nosotros nos jugamos ese boleto de dar la garantía, mientras ellos siguen aprendiendo todo… (entrevista realizada en 2012).
Aunque el asesor señaló que los socios están el proceso de ir conociendo y aprendiendo todo lo relacionado con la comercialización y al internet, los miembros de la organización no habían recibido capacitación en ese sentido. Las constancias de los cursos recibidos eran por cuestiones relacionadas con la atención a los turistas: hospedaje (camaristas, limpieza), cocina (preparación y servicio de alimentos y bebidas), primeros auxilios e inglés básico.
A diferencia de los otros hoteles ubicados en Ek Balam, Uh Najil no tiene un sitio web propio. En la página de internet donde hay información sobre este proyecto también se anuncian otros servicios turísticos, como “un día con los mayas”, el parador turístico de Xaman Ek y videos del sitio arqueológico. En la pestaña correspondiente a Uh Najil se enfatiza que el proyecto es administrado por indígenas y se hace la siguiente invitación: “Conoce un pueblo auténtico maya y su centro eco-turístico atendido por los mayas. Contribuye al desarrollo y sostén de su gente y su cultura”.7
REFLEXIONES FINALESEn México las ideas coloniales y las teorías racistas que se desarrollaron en Europa en el siglo xix han persistido hasta nuestros días, aunque de una forma sutil y menos evidente. Si bien, el discurso hacia los indígenas ha cambiado siguiendo las normas de un lenguaje políticamente correcto, el racismo aparece en los discursos y en las prácticas cotidianas siguiendo estereotipos y prejuicios que establecen la superioridad de un grupo. En nuestro país ser indígena y pobre ha ido tan de la mano, que pareciera que es el orden natural de las cosas y no una ideología que ha permeado en todos los sectores sociales.
Consideramos que los discursos de los agentes del desarrollo son un buen ejemplo del racismo que viven los pueblos indígenas. En el imaginario de los promotores del desarrollo no sólo está presente la superioridad del conocimiento donde se destaca la ignorancia y pobreza, sino también la idea que existen ciertas características inherentes al ser indígena, como el poco entendimiento, la flojera y la mentira. En el caso analizado, el racismo aparece encubierto por un discurso del desarrollo que expresa la voluntad de ayudar y mejorar las condiciones de vida de un pueblo “atrasado” y “totalmente incomunicado”. Un desarrollo que implica cambiar a los habitantes de Ek Balam para que dejen de ser como son y se conviertan en gente “razonable”. Coincidimos con Hobart (1993) cuando señala que la ignorancia no es una simple antítesis del conocimiento, sino que es un estado que la gente atribuye a otros y el cual se encuentra cargado de juicios morales. La visión que tienen los agentes del desarrollo en Ek Balam encasilla al indígena en una serie de estereotipos que promueven y justifican prácticas discriminatorias. Los adjetivitos calificativos que aparen en los discursos son los mismos que han sido empelados desde hace siglos para inferiorizar a la población maya donde, no sólo se cuestiona la cultura sino también sus capacidades humanas. Así mismo, el aura que recubre al desarrollo enmascara relaciones de poder en los que se expresa, ejecuta y promueve un discurso que inferioriza otras formas de entender el mundo.
Los cursos de capacitación no se enfocaron en “la revaloración, conservación y aprovechamiento sustentable de sus recursos y atractivos naturales, y de su patrimonio cultural”, ni tampoco a “coadyuvar a mejorar sus ingresos” y mucho menos se respetaron las formas de organización propias de la comunidad como señala el objetivo general del Programa de Turismo Alternativo en Zonas Indígenas de la cdi. Los cursos de capacitación se enfocaron en formar buenos empleados para la industria hotelera. Los capacitadores no estaban dispuestos a establecer un diálogo con los miembros del proyecto, ni a entender sus necesidades reales. Los mayas de Ek Balam eran conceptualizados como objetos receptores, como pacientes que tienen que ser curados, “ayudados” a salir de la pobreza, negando en todo momento su capacidad de agencia y sus conocimientos. Tanto en el discurso como en la práctica, los agentes del desarrollo consideraron a los participantes del proyecto incapaces de lograr su propio desarrollo, así como apáticos, ignorantes y con limitadas formas de aprender. Los promotores del desarrollo no son conscientes de que la cultura maya vive gracias a los procesos de resistencia que han emprendido, desde hace siglos, las comunidades mayas donde el silencio, señalado como apatía o ignorancia, es más bien una estrategia silenciosa de resistencia.
El desarrollo para los agentes aparece como algo que hay que esperar, algo que no está presente, sino que llegará gracias a su intervención. Esta visión no es exclusiva de los promotores involucrados en el proyecto Uh Najil sino que es concomitante a la categoría de desarrollo. Por ello a pesar de las evidentes fallas y/o estragos que en su nombre se han producido siguen formulándose programas con esta visión. Nos parece que es necesario seguir realizando estudios críticos a fin de evidenciar como en nombre del desarrollo se gobierna a poblaciones consideras necesitadas de éste y cómo el racismo es una ideología que ha servido para mantener un status quo determinado.
La traducción fue realizada por los autores de este trabajo. La cita original dice: “We must embark on a bold new program for making the benefits of our scientific advances and industrial progress available for the improvement and growth of underdeveloped areas. More than half the people of the world are living in conditions approaching misery. Their food is inadequate. They are victims of disease. Their economic life is primitive and stagnant. Their poverty is a handicap and a threat both to them and to more prosperous areas. For the first time in history, humanity possesses the knowledge and skill to relieve the suffering of these people. The United States is pre-eminent among nations in the development of industrial and scientific techniques. The material resources which we can afford to use for assistance of other peoples are limited. But our imponderable resources in technical knowledge are constantly growing and are inexhaustible. I believe that we should make available to peace-loving peoples the benefits of our store of technical knowledge in order to help them realize their aspirations for a better life” (disponible en: http://www.trumanlibrary.org/whistlestop/50yr_archive/inagural20jan1949.htm).
El inegi calcula la población hablante de lengua indígena tomando solamente a la población mayor de 5 años. El censo de 2010 indica que en Ek Balam había 19 niños entre 0 y 2 años, por lo cual se podría deducir que 100 % de la población mayor de 5 años habla maya.
Ejemplo de estás son: Cuerpos de Conservación de Yucatán A.C. dedicados a promover la conciencia ambiental para mejorar la calidad de vida de las comunidades del estado de Yucatán; La Red de Turismo Indígena A.C. que promueve la sustentabilidad y sostenibilidad de los servicios turísticos indígenas como base del desarrollo económico comunitario a nivel nacional; Explorer Agency S. A. de C. V. y Terra Maya S. A. de C. V. agencias de viajes dedicadas a promover el turismo ecológico; la Universidad Anahuac Mayab y Universidad Autónoma de Yucatán quienes brindan asesorías y talleres en servicios turísticos.
Tanto el nombre de los socios y empleados, como el de los promotores del desarrollo fueron cambiados. El trabajo de campo fue realizado en 2012 por Yassir Rodríguez como parte de sus estudios doctorales en Antropología.
En Ek Balam además de las cabañas de UhNajil hay dos hoteles más. Éstos abrieron casi al mismo tiempo que Uh Najil y pertenecen a extranjeros. “Génesis eco-oasis”, señala en su página de internet http://www.genesisekbalam.com (disponible sólo en inglés) que su filosofía se basa en los principios de la igualdad económica, social y política, más que los de la caridad, regalos o filantropía. Consideran que sus huéspedes son atentos, respetuosos, generosos, curiosos, conscientes, buenos viajeros, cosmopolitas y de mente abierta, por lo que la integración con la comunidad se produce con facilidad y en igualdad de condiciones. Señalan que a través de visitas interactivas y los intercambios interculturales se promueven las competencias locales y el don de la amistad. Destacan que proporcionan un empleo estable y significativo lo que permite a los trabajadores permanecer en su comunidad en lugar de ocuparse en centros turísticos de Cancún. “Dolcemente” Hotel y restaurante italiano se anuncia en su página de internet /http://www.fincacasaazul.com.mx/dolcemente_ekbalam/ekbalam_inglese/index_ing.htm (disponible en español, italiano e inglés) como el lugar para pasar de una manera placentera sus vacaciones.