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Vol. 38. Núm. 3.
Páginas 204-207 (marzo 2023)
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Páginas 204-207 (marzo 2023)
Terapéutica dermatológica
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Nutrientes y metabolismo del pelo
Nutrients and hair metabolism
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José Luis Galmés Olmos
Autor para correspondencia
jlgalmes@vinas.es

Autor para correspondencia.
Departamento de Investigación Clínica, Laboratorios Viñas, Barcelona, España
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Introducción

Hoy ha quedado establecida la relación existente entre el déficit de determinados nutrientes y la alopecia. Los micronutrientes son elementos vitales en el ciclo normal del folículo piloso ya que juegan un papel en el recambio celular que ocurre continuamente en las células de la matriz del bulbo folicular que se dividen rápidamente.

En efecto, el déficit nutricional puede afectar tanto a la estructura como al crecimiento del pelo. Entre los efectos en el crecimiento se incluyen el efluvio telogénico agudo (ET) (es un efecto bien conocido tras la pérdida súbita de peso o una reducción en la ingesta de proteínas)1 o la alopecia difusa asociada al déficit de vitaminas2. Otros estudios muestran asociaciones potenciales entre déficits nutricionales y el ET crónico, la alopecia androgenética (AGA) la alopecia de patrón femenino (APF) y la alopecia areata (AA)3,4.

Si se identifica alguna deficiencia nutricional, se debe corregir con suplementos adecuados. Si el déficit produce alopecia, puede deducirse que ese nutriente interviene en el metabolismo del pelo y por tanto su aporte podría ser beneficioso incluso en situaciones de bajos niveles, sin necesidad de alcanzar el déficit.

Cinc

Un estudio comparativo entre 312 pacientes diagnosticados de AA, AGA, APF y ET y un grupo de 30 controles sanos demostró que, en todos estos tipos de alopecia, los niveles medios séricos de cinc estaban significativamente disminuidos en relación con los controles5.

El ET relacionado con un déficit de cinc se recupera con la administración oral de este suplemento, tras 6–12 meses de tratamiento6.

En estudios realizados en los pacientes afectos de AA se demuestra que los niveles de cinc pueden estar disminuidos tanto en la AA recientemente diagnosticada como en la AA resistente7–9. El suplemento de cinc ejerce efectos terapéuticos positivos en estos pacientes10,11.

Asimismo, otros estudios muestran el beneficio de la administración de cinc en la AA de los pacientes normocincémicos12–14.

En el síndrome de ovario poliquístico, que se acompaña de alopecia en muchos casos, el tratamiento con cinc reduce su incidencia respecto a un placebo15.

En relación con la AGA estudios recientes señalan que los niveles plasmáticos de cinc son significativamente más bajos que en las personas sanas5,16 y que también están disminuidos en el pelo17.

Un estudio realizado en 120 sujetos de los cuales 60 presentaban alopecia androgenética de patrón masculino (MAGA) y otros 60 eran sujetos sanos, se comprobó que los niveles de cinc séricos eran significativamente inferiores en los pacientes con MAGA y que por tanto es recomendable el tratamiento de estos pacientes con suplementos de cinc18.

Aunque no se conoce con precisión el mecanismo por el que el cinc puede ser beneficioso, hay estudios que señalan su potente efecto inhibidor de la 5α-reductasa19, un papel funcional en el ciclo folicular, su efecto inmunomodulador en el folículo, su papel antioxidante y su efecto inhibidor de la fase de catágeno18.

Hierro

El déficit de hierro es un motivo bien conocido de pérdida de pelo20, particularmente en la mujer21. En la actualidad la pérdida de cabello en telógeno como consecuencia de la anemia por deficiencia de hierro no se cuestiona22.

Algunos estudios han encontrado un bajo nivel de ferritina no solo en pacientes con ET crónico sino también en APF, AGA y AA23–25.

Unos niveles de ferritina menores de 40 ng/ml se asocian con un aumento de la fase de telógeno. Cuando los niveles se hallan entre 40 ng/ml y 70 ng/ml, se observa también un exceso de pérdida de pelo en telógeno26.

Se estudió la relación entre el déficit de hierro y la pérdida excesiva de cabello en 5.110 mujeres de entre 35 y 60 años. Un 48% de las mujeres presentaba pérdida moderada y un 9% pérdida excesiva. Entre las mujeres con pérdida excesiva el 59% tenían niveles de ferritina < 40 ng/ml. Unos depósitos bajos de hierro son un factor de riesgo para la pérdida de cabello en las mujeres no menopaúsicas27.

La mayor parte de los estudios, encuentran asociaciones entre déficit de hierro y ET, AGA y AA, aunque otros no hallan asociación28.

Otro grupo que evaluó a 100 pacientes con alopecia en un estudio cruzado encontró que el déficit de hierro está más estrechamente relacionado con el sexo (más en la mujer que en el hombre) que con el tipo de alopecia (semejante en la AGA y el ET)29.

El hierro participa en el metabolismo proteico del ciclo del pelo como cofactor de la enzima ribonucleótido reductasa que regula la velocidad de síntesis de DNA22.

El hierro es indispensable en el metabolismo energético del folículo piloso y regula genes importantes del bulbo en anágeno, para el crecimiento del pelo30 y oxigena a las células de la matriz del folículo piloso31.

Vitaminas B: biotina (vitamina B7), ácido pantoténico (Vit B5), piridoxina (Vit B6)

Las cantidades diarias recomendadas de estas vitaminas pueden alcanzarse mediante una dieta equilibrada, con excepción de la biotina, que es la única vitamina B producida por el cuerpo.

La biotina (vitamina B7, vitamina H) es un cofactor de 5 carboxilasas que catalizan diversos pasos del metabolismo de ácidos grasos, glucosa y aminoácidos y también juega un papel en la modificación de la histona, la señalización celular y la regulación genética32.

El déficit de biotina puede ser genético o adquirido. Las causas genéticas pueden ser neonatales y/o infantiles. El tipo neonatal es una condición mortal manifestada durante las primeras 6 semanas de vida, debida a un déficit de holocarboxilasa que cursa habitualmente con dermatitis severa y alopecia, con disminución del vello y del pelo terminal en el cuero cabelludo, las cejas y las pestañas, estando también ausente el pelo lanugo.

La forma infantil ocurre tras los 3 meses al nacimiento y está producida por la falta de enzima biotinidasa. En esta forma, el pelo del cuero cabelludo, las cejas y las pestañas es escaso o totalmente ausente33.

La deficiencia adquirida puede ser debida al excesivo consumo de huevos crudos, a una malabsorción, al alcoholismo, al embarazo, al uso prolongado de antibióticos o al consumo de medicamentos como el ácido valproico o la isotretinoína.

Una revisión reciente sobre 18 casos en los que se valoró la biotina en el estado del pelo de los cuales 10 presentaban un déficit genético y los otros 8 una alopecia mostró que estos últimos mejoraron con el suplemento de la biotina. Todos los casos18 tenían causas subyacentes de déficit de biotina y una vez tratados mediante un suplemento de esta todos ellos mostraron una mejoría clínica en periodos de tiempo variables34.

Varios informes muestran que la administración diaria de biotina durante 3-4 meses, puede mejorar la salud capilar en los niños con síndrome de cabello impeinable35,36.

El ácido pantoténico (vitamina B5) es responsable del adecuado crecimiento del pelo debido a su participación en la división celular en el folículo piloso y a su capacidad hidratante, antiinflamatoria y reguladora de la glándula sebácea. El ácido pantoténico previene además el encanecimiento prematuro, acelera la formación de melanina y puede restablecer el color natural del pelo37.

La vitamina B6 o piridoxina es importante para el desarrollo y mantenimiento de la piel38 y su administración parental se asocia con una mejoría en el estado del pelo reduciendo además su caída39. Por otra parte, en el pelo de ratas deficitarias en vitamina B6 se reduce de forma dramática la presencia de L-cistina40. Asimismo, la vitamina B6 potencia de forma significativa la actividad inhibidora de la 5α-reductasa inducida por el cinc41, y la incorporación de la L-cistina a la queratina del pelo42–46.

L-cistina

Puesto que el eje del pelo está compuesto casi enteramente por proteína (fundamentalmente queratina), los componentes proteicos de la dieta son críticos para la producción de un pelo normal sano. Entre los diversos aminoácidos contenidos en la queratina del pelo, la cistina juega un papel de primer nivel. De hecho, la queratina se distingue de otras proteínas por su alto contenido en cistina y la estructura queratínica es tanto más resistente cuanto mayor es su contenido en cistina47.

En un estudio a doble-ciego realizado en 40 sujetos voluntarios se analizó el efecto de un suplemento de 0,8 g de L-cistina junto a 2 g de gelatina durante 3 meses, en el crecimiento del cabello, en comparación con un placebo. Se analizaron el recuento de los folículos, los pelos terminales, el diámetro, el contenido en azufre y el contenido en grupos tiol. Los resultados sugieren que el suplemento con L-cistina y gelatina promueve un crecimiento más intenso del número de pelos (P < 0,05) y lleva a un mayor incremento (P < 0,05) del diámetro de los tallos. El aumento en el contenido de azufre del pelo implica que esta es la fracción proteica azufrada más afectada48.

Un estudio realizado en 15 pacientes con AA mostró que la L-cistina a la dosis de 500 mg 2 o 3 veces al día durante 4 a 12 semanas fue clínicamente eficaz en 10 de los pacientes, con reaparición progresiva del pelo49.

Se efectuó un estudio en 60 pacientes afectos de alopecia seborreica (40 mujeres, 20 varones) tratados durante 3 meses con esférulas conteniendo 500 mg de gelatina y 200 mg de L-cistina al día. Al final del tratamiento se observa una reducción de la seborrea en el 30% de los pacientes. Al confrontar con los datos sebumétricos se produce una coincidencia, observándose una reducción constante, progresiva y estadísticamente significativa del film lipídico de la superficie del cuero cabelludo50.

L-cistina y vitamina B6

Al estudiar cómo la L-cistina podría utilizarse para mejorar el crecimiento del pelo en el hombre, se iniciaron en la década de los años 90 estudios sobre los efectos de la suplementación dietética conteniendo L-cistina en combinación con vitaminas del complejo B y levadura medicinal -que es una fuente rica en aminoácidos y vitaminas del complejo B- y estos estudios mostraron mejorías en las tasas de pelo en anágeno (inicialmente medidas con la técnica del tricograma con imagen digital) en pelo inflamado como criterio de calidad del pelo y en la fuerza de tensión de las fibras del pelo42–45.

La alopecia inducida experimentalmente en el ratón C57BL/6 por el humo de cigarrillos puede ser prevenida por la administración oral de L-cistina, que es la forma oxidada de la L-cistina, un componente clave del pelo, en combinación con la vitamina B6, en su forma activa (piridoxalfosfato), que juega un papel incrementando la incorporación de la L-cistina en la queratina del pelo. Este efecto se interpreta como posiblemente conectado con el sistema de detoxificación relacionado con el glutatión46.

Conclusión

La alopecia es un problema dermatológico frecuente que puede impactar muy negativamente en el plano emocional y psicológico de los pacientes. Determinados nutrientes como las vitaminas y ciertos oligoelementos y aminoácidos juegan un papel importante en el normal funcionamiento del folículo piloso. El factor de riesgo que supone un déficit o unos niveles disminuidos de cualquiera de estos nutrientes o de varios de ellos puede modificarse con la suplementación. Cualquier sospecha o conocimiento de factores de riesgo que contribuyan a un déficit o una reducción de los niveles de esos nutrientes es esencial para orientar al dermatólogo hacia un correcto diagnóstico y tratamiento.

Financiación

Ninguna.

Conflicto de intereses

El autor trabaja en el Departamento de Investigación Clínica de Laboratorios Viñas.

Puntos clave

  • 1.

    En la actualidad, ha quedado establecida la relación existente entre el déficit de determinados nutrientes y la alopecia.

  • 2.

    Hay vitaminas, ciertos oligoelementos y aminoácidos que juegan un papel importante en el funcionamiento normal del folículo piloso.

  • 3.

    Si se identifica alguna deficiencia nutricional, se debe corregir con suplementos adecuados.

  • 4.

    El déficit de hierro es un motivo bien conocido de pérdida de pelo, particularmente en la mujer.

  • 5.

    El conocimiento de los factores de riesgo que contribuyan a un déficit o una reducción de los niveles de esos nutrientes es esencial para orientar al dermatólogo hacia un correcto diagnóstico y tratamiento.

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