India es uno de los países más complejos del mundo. Es la democracias más grande del orbe y, paradójicamente, el país con más habitantes pobres. Arun Kumar, reconocido académico indio, ha escrito un libro aceptando el reto de explicarnos la economía y la sociedad india en toda su complejidad. Lo que pareciera una tarea casi imposible. Sin embargo, el profesor Kumar, mediante una acuciosa investigación hecha en el arco de 30 años, y un fructífero esfuerzo de síntesis, ha logrado darnos las claves básicas para entender la India contemporánea. Kumar presenta un trabajo de gran riqueza conceptual y metodológica, que podría ofrecer ideas a otros autores que intenten explicaciones de países complejos, como México.
El libro está escrito desde una perspectiva multidisciplinaria. Su explicación del funcionamiento de la economía india se sale constantemente de los marcos estrechos en los que se mueven los economistas ortodoxos, incursionando en el tejido social, en la política y en los sistemas de valores. Si la realidad a explicar es compleja, nos dice el autor, el método para analizarla tiene que corresponder a esta complejidad. El enfoque del libro es, histórico, tal y como su título lo anuncia. Esta es una opción metodológica coherente con la complejidad de la realidad. Entender cómo se formó la estructura de la economía y la sociedad india, es una forma de comprender sus intrincadas articulaciones actuales. El autor nos dice que es frecuente que los análisis de la economía india comiencen a partir de las reformas económicas neoliberales, ignorando todo lo que pasó antes. Este análisis parcial, también frecuente en México y América Latina, conduce a explicaciones equivocadas.
El subtítulo del libro se refere a una “Persisting Colonial Disruption”, es decir, a un trastocamiento colonial de la sociedad india. Este concepto es central en el libro, pero ¿qué entiende por ello el autor? Es la alteración de la evolución de un país, ocasionada por la irrupción de un poder colonial que persigue satisfacer sus necesidades en desmedro de la mayoría de la población nativa y, sobre todo, la reproducción de este patrón en la sociedad ya independiente, perpetuado por una clase política local, minoritaria y crecientemente desligada de los intereses de la mayoría. Esta desintegración de la estructura social previa y su reintegración en favor del interés colonial se expresa en hechos como: la emergencia de una élite política india, entrenada en los valores de la metrópoli y colonizada mentalmente; la falta de una visión de largo plazo de la evolución del país; la pérdida de importancia del valor de las ideas en la sociedad india; la concepción feudal de la forma de pensar y actuar de las clases dirigentes, heredada de los patrones coloniales; la excesiva extracción de excedente económico de las clases trabajadoras, y la falta de inversión en sus actividades productivas y el poco dinamismo de la economía india, producto de este trastocamiento que perpetua una pobreza masiva.
El tratamiento del tema de la pobreza es un ejemplo del enfoque del libro en el que se argumenta que debe ser entendida, no sólo como un fenómeno de privación de bienes y servicios de una parte mayoritaria de la población, sino como un proceso histórico complejo que ha conducido a la existencia de la pobreza y que involucra a todo el tejido de la sociedad, a sus valores y filosofía social, incluyendo a la aceptación y racionalización de la pobreza por parte de las clases dominantes y el propio gobierno.
El autor hace una crítica de Jawaharlal Nehru, el político más influyente de la primera etapa de la India independiente, quien siguiendo acríticamente los patrones occidentales orientó a su país en una ruta de crecimiento económico basado en la industria, cuando la inmensa mayoría de la población india vivía de la agricultura en un campo empobrecido. Se hace referencia al debate entre Nehru y Ghandi sobre el curso que debería seguir la sociedad india, en los albores de su vida independiente. Ghandi proponía un enfoque basado en la revitalización económica de las comunidades agrarias indias, donde trabajaba la gran mayoría de la población, y en la definición de políticas de abajo hacia arriba, siempre haciendo uso de ideas autóctonas y de una creatividad social que respondiese a la situación real del país.
Se impuso la visión importada y se apostó todo a un crecimiento económico, sin tocar el problema de la desigualdad de la distribución de la riqueza y el ingreso. Se pensó que el crecimiento económico y el mercado provocarían el famoso goteo que reduciría la pobreza paulatinamente. No se consideró que los mercados no pueden eliminar la pobreza, si antes no se corrige la pobreza con otro tipo de medidas. El resultado ha sido la marginalización continua de la mayoría de la población de la India. Esta es otra ilustración del trastocamiento colonial sufrido por esta nación.
Los interesados en el desarrollo económico y la transformación estructural que este proceso implica, encontrarán en este libro ideas interesantes. El autor hace un análisis crítico de las políticas económicas aplicadas en distintos periodos de la evolución económica india y explica porqué han fallado. Se explica que la razón principal del crecimiento económico más acelerado de la economía india a partir de los años ochenta ha sido la pérdida de la importancia relativa de las ramas económicas con crecimiento más lento, como la agricultura, y su sustitución por ramas de crecimiento más rápido, como el sector terciario. La razón principal de este crecimiento económico no son las políticas de liberalización y apertura de la economía, sino este cambio estructural. Como resultado, la economía india se ha transformado yendo de una agricultura dominante a un sector terciario dominante, sin que el pretendido crecimiento industrial se haya convertido en el motor de la economía, una ilustración del fracaso de la visión importada.
Para finalizar esta ya larga reseña, citamos la conclusión del autor de que una alternativa a los problemas de la India contemporánea tiene que ser holística, mirar los problemas a largo plazo y basarse en ideas de modernización autóctonas que tomen en cuenta la realidad profunda del país. Los movimientos sociales cuestionadores del statu quo y que eleven la conciencia de los ciudadanos, son necesarios y bienvenidos, concluye Arun Kumar.