El libro, coordinado por María del Carmen del Valle, es resultado de la Cátedra Maestro Ricardo Torres Gaitán, en este caso dirigida por José Ocampo.
La obra ofrece, a lo largo de cuatro capítulos, elementos esenciales para el estudio del sistema financiero en América Latina a través de comentarios y aportaciones vertidas por los tres colaboradores realizadas a las ponencias dictadas por José Ocampo. El primer capítulo corre a cargo del propio Ocampo y tiene como eje principal el debate sobre la necesidad de una arquitectura monetaria y financiera internacional que responda a las necesidades actuales y que no ignora los cambios que han ocurrido en los últimos años. Su debate gira en torno a tres aspectos principales: el Sistema Monetario Internacional, la regulación financiera y la banca multilateral de desarrollo. Tiene como objetivo principal revisar y debatir las más recientes reformas al Sistema Monetario Internacional realizadas a raíz la última crisis. Divido en seis secciones el autor evidencia la magnitud del déficit en materia de regulación y supervisión prudencial que actualmente existe en los países desarrollados, así como lo que se ha hecho para mejorarla; por ejemplo, Basilea III o la Ley Frank-Dodd.
Asimismo, Ocampo expone de manera particular algunos cambios y respuestas específicos que se han generado a partir de la última crisis, como el financiamiento multilateral, la expansión del financiamiento, los fondos europeos y los bancos multilaterales, pero sobre todo de la importancia de éstos últimos en el marco del financiamiento anticíclico, para finalmente exponer la existencia de un proceso globalizador que convive con políticas nacionales o regionales y cómo los esfuerzos para “reducir la brecha que existe entre el proceso de globalización y los mecanismos institucionales” ha sido insuficientes.
Por su parte, Oscar Ugarteche realiza comentarios enriquecedores principalmente en dos temas: el primero, el debate en torno al problema metodológico de las cuotas establecidas por el Fondo Monetario Internacional y su ineficacia debido a que éstas permanecen idénticas a pesar del importante cambio en la estructura de poder mundial que se ha dado en los últimos años; el segundo, se refiere a la arquitectura financiera regional y los bancos multilaterales de desarrollo, en el cual habla principalmente de la tendencia que actualmente existe hacia la regionalización financiera y cómo ésta se ha manifestado en las diferentes partes del mundo. Finalmente anexa comentarios en los que discute temas no menos importantes que aterrizan la realidad actual del sistema financiero, entre ellos, la relevancia de la desregulación financiera y como ésta más que promover mayor inversión y crecimiento económico ha incrementado la volatilidad en los mercados financieros.
Ugarteche cierra su capítulo con el tema de los bancos y la gobernanza global destacando la problemática del sector bancario, por ejemplo, la existencia de bancos demasiado grandes para quebrar o la tendencia a la concentración de activos en pocos bancos, tendencia que existe tanto en Estados Unidos como a nivel global, siendo una de las consecuencias la determinación de la tasa libor por tan solo 14 bancos (de más de 7 mil).
El tercer capítulo corre a cargo de Patricia Rodríguez, quien comenta y enriquece el trabajo de Ocampo centrándose en el tema de las políticas anticíclicas y en la propuesta teórica utilizada. Muestra cómo la teoría utilizada por Ocampo se basa y fundamenta en la teoría keynesiana antaña, mientras enfatiza la propuesta de revisar términos utilizados por ésta debido a que en la actualidad están siendo mal entendidos y, por lo tanto, mal usados. De acuerdo con la autora, la revisión de conceptos es una parte muy importante ya que éstos son esenciales para la correcta implementación de políticas anticíclicas. También aterriza el debate que existe entre la implementación de políticas anticíclicas y procíclicas y como éstas últimas se han utilizado a pesar de existir pruebas de su ineficiencia en el impulso al crecimiento dentro de los países en desarrollo. El capítulo concluye con un llamado por parte de la autora para recordar que el tema primordial debe ser el bienestar económico de las economías latinoamericanas ante los cambios que la más reciente crisis está provocando.
La cuarta y última entrega de este libro es de Raúl Vázquez quien habla sobre el tema del desarrollo productivo y las implicaciones que el tema tiene, como por ejemplo, estudiar y retomar las diversas teorías que hablan sobre desarrollo económico. El trabajo de Vázquez se circunscribe de acuerdo con la perspectiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), pues retoma el concepto de desarrollo productivo y lo pone como eje central en las estrategias de desarrollo, por lo tanto, durante la primera parte de este capítulo realiza un breve, pero importante, repaso histórico sobre la concepción del tema. A lo largo de su trabajo enfatiza la necesidad de definir los objetivos a alcanzar y da elementos del por qué éstos son necesarios para poder realizar una planificación del desarrollo productivo que tome en cuenta las características y problemáticas que cada caso enfrenta. Asimismo, enfatiza la importancia de la perspectiva de análisis que debe tenerse para cada caso, priorizando las problemáticas específicas de ese caso en particular, pues de no hacerlo puede lograr que una estrategia de desarrollo integral se torne descontextualizada.