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Inicio Progresos de Obstetricia y Ginecología Análisis del valor del misoprostol en el tratamiento del aborto diferido
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Vol. 55. Núm. 3.
Páginas 101-107 (marzo 2012)
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Vol. 55. Núm. 3.
Páginas 101-107 (marzo 2012)
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Análisis del valor del misoprostol en el tratamiento del aborto diferido
Analysis of the use of misoprostol in the management of early pregnancy loss
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Isabel Gippinia,
Autor para correspondencia
igippinir@sego.es

Autor para correspondencia.
, Elisa Díaz de Terána, Ignacio Cristóbala, Pluvio Coronadob
a Servicio de Ginecología y Obstetricia, Hospital La Zarzuela, Madrid, España
b Departamento de Ginecología y Obstetricia, Hospital Clínico San Carlos, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, España
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Tablas (5)
Tabla 1. Criterios de inclusión
Tabla 2. Datos generales de la muestra
Tabla 3. Comparación de resultados: homogeneidad de grupos de tratamiento médico vs tratamiento quirúrgico
Tabla 4. Comparación de resultados: tratamiento médico vs tratamiento quirúrgico
Tabla 5. Comparación de resultados de satisfacción con el tratamiento recibido
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Resumen
Objetivo

Estudiar el misoprostol como alternativa en el tratamiento del aborto diferido precoz.

Material y métodos

Se analiza a 109 pacientes diagnosticadas de aborto precoz en el Hospital La Zarzuela de Madrid, de diciembre de 2009 a diciembre de 2010, a las que se ofertó tratamiento médico (600 μg de misoprostol por vía intravaginal) o tratamiento quirúrgico mediante legrado.

Resultados

Noventa y dos pacientes recibieron tratamiento médico y 17 fueron tratadas quirúrgicamente. El tratamiento médico se demostró eficaz en 78 casos (84,8%); tuvo mayor dolor (6,29 [2,46) vs 4,24 [3,35): p=0,026), menos días de baja, (3,0 [1,3-7,0] vs 6,5 [4,0-14,8]; p=0,007); mayor necesidad de analgesia (p=0,014) y una satisfacción global más baja (9,33 [1,32] vs 8,26 [1,64); p=0,024] que el tratamiento quirúrgico. Se obtuvo un ahorro significativo (p=0,000) de 123,04 euros por procedimiento.

Conclusión

El tratamiento con misoprostol del aborto diferido presenta una tasa de éxitos cercana al 90%, con escasos efectos secundarios, con un buen grado de satisfacción y escaso coste sanitario, por lo que es una alternativa válida al legrado.

Palabras clave:
Aborto
Legrado
Misoprostol
Abstract
Objective

To study the use of misoprostol as an alternative management for early pregnancy loss.

Materials and methods

Patients (n=109) diagnosed with early pregnancy loss between December 2009 and December 2010 were offered medical treatment with 600 μg intravaginal misoprostol or surgical curettage.

Results

Ninety-two patients (84.40%) received medical treatment and 17 (15.60%) were treated surgically. Medical treatment was successful in 78 patients (84.8%). Compared with surgery, medical treatment was more painful (visual analog scale 1-10) (6.29 [2.46] vs. 4.24 [3.35]; P=.026), required fewer days of absence from work (3.0 [1.3-7.0) vs. 6.5 [4.0-14.8]; P=.007), and increased the need for painkillers (P=.014). Overall satisfaction (scale 1-10) was higher with surgery 9.33 (1.32) vs. 8.26 (1.64) P=.024. The cost of medical treatment was 123,04 euros lower per procedure.

Conclusion

Medical treatment with misoprostol was successful in almost 90% of patients, with few adverse effects, a good satisfaction rate and lower cost than surgical curettage.

Keywords:
Abortion
Curettage
Misoprostol
Texto completo
Introducción

El aborto espontáneo precoz es el que ocurre antes de las 12 semanas de gestación, y supone entre un 10 y un 20% de los embarazos. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) considera aborto a la expulsión o extracción de su madre de un embrión o de un feto de menos de 500g de peso (aproximadamente 22 semanas completas de embarazo) o de otro producto de gestación de cualquier peso o edad gestacional absolutamente no viable (p. ej., huevo no embrionado, mola hidatiforme, etc.), independientemente de si hay o no evidencia de vida o si el aborto fue espontáneo o provocado1.

Hasta hace poco tiempo, la mayoría de las mujeres con aborto espontáneo recibían tratamiento quirúrgico, porque se asumía que el tejido retenido aumentaba el riesgo de infección y hemorragia. No obstante, hay estudios que sugieren que estas complicaciones sólo afectan a menos del 10% de las mujeres que abortan, por lo que el tratamiento quirúrgico debe ser indicado ante circunstancias específicas2: mujeres que prefieren esta opción, en casos de hemorragia intensa y persistente, cuando se presente inestabilidad hemodinámica, evidencia de tejidos retenidos infectados, contraindicación para el tratamiento médico o sospecha de enfermedad trofoblástica gestacional1.

En los últimos años, estamos asistiendo a un cambio en la práctica médica, sobre todo en nuestra especialidad. Las pacientes demandan técnicas menos intervencionistas y, por ello, está en auge la práctica del aborto médico o farmacológico, que es aquél en el que se produce la completa expulsión del producto de la concepción sin instrumentación quirúrgica. Puede ser de elección en los siguientes casos: si la paciente desea evitar una intervención quirúrgica, cuando el índice de masa corporal de la mujer es >30 o ante la presencia de malformaciones, miomas uterinos o intervenciones a nivel de cérvix uterino que dificulten el tratamiento quirúrgico1.

En la actualidad los fármacos que se utilizan para el aborto farmacológico son la mifepristona y las prostaglandinas. La mifepristona o RU486 es un derivado 19-noresteroide sintético que bloquea específicamente los receptores de la progesterona y de los glucocorticoides. La FDA ha aceptado su utilización para la finalización de las gestaciones menores de 49 días, con tasas de éxito del 60-80%, que aumenta al 95% si se combina con una prostaglandina3. Las prostaglandinas, entre las que se encuentran gemeprost (análogo PGE1), dinoprostona (PGE2 natural), carboprost (PGE2 sintética) y misoprostol, son usadas para maduración cervical y como estimulantes de la contracción uterina. De ellas, la más usada en la inducción del aborto es el misoprostol (15-desoxi-16-hidroxi-16-metil PGE1), que se desarrolló en los años setenta para la prevención de las ulceras pépticas provocadas por antiinflamatorios no esteroideos (AINE)4. La tasa de absorción varía considerablemente en función de la vía (oral, rectal o vaginal) y por ello se debe tener especial cuidado en la dosificación5. La biodisponibilidad del misoprostol por vía vaginal o rectal es tres veces mayor que la vía oral o sublingual.

Las pastillas son termoestables y tienen una larga durabilidad mientras estén en su blíster de aluminio, a temperatura ambiente. Además, se administran con gran facilidad por personal no entrenado o por las propias pacientes. Por ello, es considerado por la Organización Mundial de la Salud como «medicamento esencial» para la inducción del parto, el aborto inducido y el aborto incompleto, y posiblemente como uno de los fármacos que más vidas puede salvar evitando la mortalidad materna. Además, en ginecología y obstetricia se utiliza en una gran variedad de procedimientos tales como: el aborto diferido, interrupción de gestación en el segundo trimestre, muerte fetal anteparto, prevención de la hemorragia postparto, tratamiento de la hemorragia puerperal y la preparación cervical para procedimientos ginecológicos5.

La falta de una indicación en ficha técnica para su uso en ginecología ha ocasionado una serie de problemas, como la desconfianza por parte de las autoridades sanitarias, la falta de una estrategia coordinada de marketing y, quizás, la más importante, la confusión acerca de la correcta dosificación. La falta de esta indicación se debe a que la obtención de la misma por parte de la compañía farmacéutica no es coste-efectiva5.

El objetivo del presente trabajo es demostrar que el misoprostol es una alternativa al tratamiento quirúrgico en los casos de aborto diferido precoz.

Material y métodos

Se presenta un estudio prospectivo comparativo de dos brazos, que incluyó a 109 pacientes diagnosticadas de aborto en el Hospital Sanitas La Zarzuela de Madrid, desde diciembre de 2009 hasta diciembre de 2010.

A las pacientes diagnosticadas de aborto (diferido, completo e incompleto) que cumplían los criterios de inclusión (tabla 1), se les ofertó tratamiento quirúrgico convencional o tratamiento médico con misoprostol, facilitando los correspondientes consentimientos informados, y previa extracción de analítica de sangre (hemograma, coagulación y grupo sanguíneo).

Tabla 1.

Criterios de inclusión

Vesícula gestacional intrauterina menor de 30mm (CRL<20mm) 
Gestación interrumpida confirmada 
Paciente autónoma, acompañada preferiblemente 
Aceptación procedimiento y firma consentimiento informado 
Ausencia de criterios de exclusión: 
Contraindicación para el uso de misoprostol 
Anemia con hemoglobina<10mg/dl, alergia a misoprostol 
Gestaciones con dispositivos intrauterinos u obstrucción del canal cervical 
Gestaciones ectópicas 
Insuficiencia suprarrenal 
Asma severa 
Glaucoma 
Estenosis mitral 
Porfirias congénitas 
Corticoterapia de larga duración 
Alteraciones hemorrágicas o uso de anticoagulantes 
Inhabilitación por ausencia de plenas facultades mentales 
Dificultad a la hora de acceder a un centro médico de emergencia 
Estado clínico de la paciente (metrorragia abundante o hemodinámicamente inestable, analítica alterada) 

En caso de elección de tratamiento médico, se les facilitó hoja de instrucciones con la pauta de tratamiento: 600mg de misoprostol en dosis única, a las 7 h (a.m.) en su domicilio, por vía vaginal, asociando analgesia desde el primer momento. La dosis se debía repetir a las 24 h si no presentaban sangrado tras esa primera dosis.

En los casos en los que las pacientes desearan realizar estudio anatomopatológico de los restos abortivos, se les facilitó un envase para la recogida de la muestra, con el fin de confirmar embarazo y excluir gestaciones ectópicas y enfermedad trofoblástica.

El primer control se realizó a las 48 h, en el servicio de urgencias, con valoración de la cuantía del sangrado y realización de ecografía transvaginal. Se administró gamma-globulina anti-D, en caso de precisarse (pacientes Rh negativo). Se procedió a la recogida de material para anatomía patológica, en su caso.

Como dato que se debe tener en cuenta, para catalogar el tratamiento médico como exitoso, se tuvo en cuenta la expulsión completa de la vesícula gestacional.

En función de la clínica y la persistencia de vesícula gestacional en la ecografía, se valoró y consensuó con la paciente la administración de una nueva dosis frente a la realización de un legrado o bien el alta, en el caso de haber expulsado al vesícula gestacional.

Las pacientes que se decantaron por la realización de legrado, en primer término, fueron programadas para la cirugía al día siguiente del diagnóstico con tratamiento de 400 μg de misoprostol como preparación cervical 4 h previo a la realización de este.

A los 15 días se llevó a cabo un control en consulta, tanto de las pacientes tratadas quirúrgicamente, como de las tratadas con misoprostol, con ecografía transvaginal para valoración endometrial. Se completó un formulario diseñado para el estudio y, en caso de persistencia de sangrado e imagen intrauterina compatible con restos, se realizó un test de gestación. También se solicitó hemograma de control a todas las pacientes.

A los 2 meses, se procedió al control telefónico (por parte de departamento de calidad del hospital) para valorar el grado de satisfacción de la paciente, mediante la aplicación de una encuesta de satisfacción.

Se realizó un análisis de costes, teniendo en cuenta el precio de la asistencia que ambos procedimientos requirieron, paciente por paciente. Se incluyeron en esta valoración el número de visitas a urgencias o de consultas extras, los gastos de la analítica y de la hospitalización (gastos de quirófano, honorarios de anestesista y ginecólogo) y el precio del estudio por parte de anatomía patológica.

Los datos se recogieron en una base de datos Access Office 2007® Microsoft® y se analizaron con el programa SPSS para Windows versión 19.0. Se realizó la prueba de la χ2 para variables cualitativas y la prueba de la t de Student o U de Mann Whitney para las variables cuantitativas según su distribución fuera o no paramétrica (prueba de Kogomorov-Smirnoff). Se consideró que las diferencias encontradas fueron estadísticamente significativas si el valor de la p era<0,05.

Resultados

Los datos generales de la muestra se muestran en la tabla 2. La media de edad fue de 35,28 años (desviación estándar [DE] 4,3), con un índice de masa corporal medio de 22,71 ± 2,9 kg/m2. El 56% de las pacientes habían tenido gestaciones anteriores, de las cuales 33 (30,3%) tuvieron algún aborto previo que fue tratado con legrado en el 72,7% de los casos. La edad gestacional media fue de 8,81 ± 2,05 semanas y el CRL medio de 9,07 ± 5,75mm. El 96% de los casos fueron abortos diferidos.

Tabla 2.

Datos generales de la muestra

Variables  N.° (%) Media ± DE  Mediana (rango intercuartílico) 
Edad (años)  35,28 ± 4,3  36,0 (32-39) 
IMC (kg/m2)  22,71 ± 2,9  22,42 (20,50-24,06) 
Gestación previaa, n.° (%)  61 (56)  – 
Abortos previos, n.° (%)  33 (30,3)  – 
Tratamiento en aborto previo (n=33)
Legrados  24 (72,7)   
Tratamiento médico   
Tratamiento expectante   
Desconocido   
Edad gestacional (semanas)  8,81 ± 2,05  9 ± 8-10 
CRL (n=81), mm  9,07 ± 5,75  7 ± 4-14 
Tamaño vesícula (n=62), mm  22,90 ± 14,93  20,00 ± 14-27,50 
Tipo aborto
Diferido  105 (96,30)   
Huevo huero (n=105)  27 (25,7)   
Incompleto  2 (1,80)   
Completo  2 (1,80)   
Tipo de tratamiento aplicado
Médico  92 (84,40)   
Legrado  17 (15,60)   

DE: desviación estándar.

Las variables cuantitativas se expresan con su valor absoluto y porcentaje.

Las variables cuantitativas con la media y la mediana.

a

Pacientes con gestaciones anteriores a la actual.

Cuando se comparan los datos en función del tratamiento recibido, se observa que los grupos fueron homogéneos y no se evidencian diferencias estadísticamente significativas en cuanto a: edad, IMC, gestaciones previas, edad gestacional, tipo de aborto, dolor o sangrado al diagnóstico, días de dolor, días de sangrado, pérdidas sanguíneas, infección post tratamiento (tabla 3). Sin embargo, los fetos de las mujeres sometidos a legrado evacuador tuvieron un CRL significativamente mayor (12,25mm [6,4]) que las que optaron por misoprostol (8,8mm [5,5]; p=0,037).

Tabla 3.

Comparación de resultados: homogeneidad de grupos de tratamiento médico vs tratamiento quirúrgico

Variables  Misoprostol n=92 (%)/media ± DE/mediana (rango intercuartílico)  Legrado n=17 (%)/media ± DE 
Total  92 (84,4)  17 (15,6)  – 
Edad (años)a  35,3 ± 4,1  35,0 ± 5,0  0,769 
IMC (Kg/m2)a  22,6 ± 3,0  23,3 ± 2,1  0,390 
Gestaciones previas  50 (50,3)  11 (64,7)  0,586 
Abortos previos  27 (29,3)  6 (35,3)  0,774 
Edad gestacional (semanas)a  8,75 ± 2,1  9,1 ± 1,9  0,500 
CRL (N=81)a  8,52 ± 5,5  12,25 ± 6,4  0,037 
Huevo Hueroa  22 ± 24,2  5 ± 29,4  0,761 
Tamaño vesícula (n=62)a  23,24 ± 15,4  20,63 ± 11,8  0,648 
Tipo aborto      0,681 
Diferido  88 (95,7)  17 (100)   
Incompleto  2 (2,2)   
Completo  2 (2,2)   

Se utiliza la prueba de la χ2 o la prueba de Fisher bilateral.

a

Datos expresado en media±desviación estándar.

El dolor durante el tratamiento, en una escala del 0-10, fue significativamente mayor en el caso del tratamiento médico (6,29 [2,46] vs 4,24 [3,35]; p=0,026). Los días de baja laboral fueron menos en el caso de tratamiento con misoprostol (3,0 [1,3-7,0] vs 6,5 [4,0-14,8]: p=0,007), aunque en estas se precisó más analgesia y de una potencia mayor que las tratadas con legrado evacuador (p=0,014) (tabla 4).

Tabla 4.

Comparación de resultados: tratamiento médico vs tratamiento quirúrgico

Variables  Misoprostol n (%)/media ± DE/mediana (rango intercuartílico)  Legrado n (%)/media(DE) 
Dolor al diagnósticoa(EVA)  0,73 ± 1,8  1,18 ± 2,3  0,373 
Dolor en tratamientoa  6,29 ± 2,46  4,24 ± 3,35  0,026 
Días de dolorb  2(1-4)  2(1-6)  0,950 
Días de sangradoa  12,36 ± 5,88  10,29 ± 5,05  0,268 
Parámetros sanguíneos
Variación hemoglobina  –0,23 ± 0,79  –0,13 ± 0,67  0,706 
Variación hematocrito  –0,64 ± 2,22  –0,79 ± 2,27  0,851 
Variación leucocitos  –1.308,1 ± 3.219,7  –741,0 ± 2.294,8  0,595 
Signos de infección  0 ± 0,00  0 ± 0,0  – 
Endometrio al control 15 díasa  7,53 ± 3,25  6,47 ± 3,60  0,139 
Días de bajab  3,0 (1,3-7,0)  6,5 (4,0-14,8)  0,007 
Días hasta actividad habitual  2 (1,6)  3 (2-7)  0,055 
Analgesia
Tipo      0,014 
No analgesia  11 (12,0)  7 (41,2)   
Baja potencia  76 (82,6)  10 (58,8)  0,256 
Alta potencia  5 (5,4)  0 (0,0)   
Pautada/ocasional (n=91)
Ocasional  22 (27,2)  5 (50,0)   
Pautada  55 (67,9)  5 (50,0)   
Mayor que pautada  4 (4,9)  0 (0,0)   

Se utiliza la prueba de la χ2 o la prueba de Fisher bilateral.

a

Datos expresado en media ± DE.

b

Datos expresados en mediana (RIQ).

La satisfacción global (medida con escala del 1 al 10) fue significativamente mayor en el caso del legrado 9,33 (1,32) vs 8,26 (1,64) en las pacientes tratadas con misoprostol (p=0,024) (tabla 5).

Tabla 5.

Comparación de resultados de satisfacción con el tratamiento recibido

Variables  Misoprostol n (%)/media ± DE/mediana (rango intercuartílico)  Legrado n (%)/Media ± DE 
Satisfacción (N=55)46/9
Globala  8,26 ± 1,64  9,33 (1,32)  0,024 
Repetición tratamiento      0,151 
Seguro que si  25 (54,3)  8 (88,9)   
Probablemente si  4 (8,7)     
Quizás  2 (4,3)  1 (11,1)   
Probablemente no  6 (13,0)     
Seguro que no  9 (19,6)     
Recomendación tratamiento      0,186 
Seguro que si  23 (50,0)  7 (77,8)   
Probablemente si  6 (13,0)   
Quizás  6 (13,0)   
Probablemente no  3 (6,5)  1 (11,1)   
Seguro que no  8 (17,4)   

Se utiliza la prueba de la χ2 o prueba de Fisher bilateral.

a

Datos expresado en media ± DE.

En cuanto a la efectividad del tratamiento médico, se logró evacuación uterina completa en 78 casos (84,8%): el 70,7% con la primera dosis, el 26,1% con la segunda dosis y 3,3% con 3 o más dosis. Precisaron realización de legrado 14 pacientes (15,2% de la muestra).

Los efectos secundarios que se observaron fueron similares en ambos grupos. Así, en el grupo al que se practicó legrado evacuador, el 76,46% no tuvo ningún efecto adverso, el 17% diarrea; 17% vómitos y 5,88% sensación de cansancio. En el caso de las pacientes tratadas con misoprostol: 72,88% ninguno; 14,13% diarrea; 8,06% vómitos; 7,60% febrícula y 5,43% otros (náuseas, sensación de cansancio, etc.).

En cuanto al análisis de coste-efectividad, el coste medio de la realización de un legrado como primera opción fue de 309,95 ± 37,97 euros, frente a lo que supuso el uso de misoprostol, que fue de 186,55 ±107,33 euros (p=0,000). Esto supone un ahorro de 123,04 euros por procedimiento, que en el total de las pacientes del estudio asciende a 11.346,176 euros.

Discusión

Según lo expuesto anteriormente, el misoprostol se postula como un tratamiento eficaz, efectivo y eficiente en los casos de aborto diferido, además de seguro y con escasos efectos secundarios.

Hay diversos estudios que evalúan la efectividad del misoprostol para el tratamiento del aborto diferido, pero varían en cuanto a la dosis, la vía de administración y la pauta de seguimiento. Una dosis oral de 400 μg de misoprostol obtiene una tasa de expulsión del 13%5, mientras que esa misma dosis administrada de forma repetida tiene una tasa de expulsión del 50-70%6–9. La OMS sugiere, para el aborto diferido, utilizar dosis de 800 μg vía vaginal o 600 μg sublinguales, repitiéndola cada 2-3 h si se precisa10. También recomiendan dosis menores (600 μg orales en dosis única o una dosis de 400 μg sublingual) en casos de abortos incompletos11.

La tasa de expulsión es mayor con dosis de 600-800 μg por vía vaginal (70-90%)12,13. Es posible que se deba al efecto local del misoprostol sobre el cérvix, el aumento de la concentración obtenida en el tejido uterino y al ya comentado aumento de biodisponibilidad por vía vaginal14,15.

La SEGO recomienda 800 μg por vía vaginal o 200 μg vía vaginal cada 4 h hasta un total de 800 μg. Con ello refiere tasa de éxito de 72% con la primera dosis, segunda dosis de 85-87% con 3 dosis de 90-93%1.

Dado que el estudio se llevó a cabo en el ámbito de la medicina privada, se optó por un manejo más conservador eligiéndose una dosis única de 600 μg por vía vaginal, para mayor confort de las pacientes. La tasa acumulada de evacuación uterina obtenida fue del 84,8%: el 70,7% con la primera dosis, el 26,1% con la segunda dosis y 3,3% con 3 o más dosis), similar a la tasa referida con las dosis aconsejadas por la SEGO. Aun así, es posible que si se aumentara a 7 días el intervalo hasta el primer control postratamiento probablemente se incrementaría la tasa de éxito, o al menos, se reduciría el número de dosis precisas.

Un estudio aleatorizado demuestra que las pacientes tratadas con misoprostol tienen mayor duración del sangrado y bajada de hemoglobina que las que se sometieron a legrado16. Sin embargo, el riesgo de infección es inferior al que ocurre cuando se opta inicialmente por el tratamiento quirúrgico17. En nuestro estudio, no se han observado diferencias significativas en la variación de hemoglobina ni en los días de sangrado, y tampoco se ha dado ningún caso de infección, probablemente debido a lo escaso de la muestra del grupo de pacientes sometidas a legrado evacuador.

Todos los métodos de evacuación del aborto del primer trimestre, conllevan un riesgo de fallo que requiere otro procedimiento adicional. Para el aborto quirúrgico, ese riesgo es de alrededor del 2,3 por mil y en el aborto médico oscila entre el 1-4%18. En el estudio que presentamos surgió un caso en el grupo de pacientes sometidas a tratamiento quirúrgico, en el que hubo que realizar un segundo legrado, lo que supone un 5,9%, y una tasa de legrados tras tratamiento de aborto diferido del 15,2%. Probablemente, se podrían achacar estas diferencias al escaso tamaño de la muestra y al corto intervalo de control del éxito del tratamiento.

Los beneficios del tratamiento quirúrgico del aborto espontáneo incluyen la posibilidad de programación, que el procedimiento se completa habitualmente en un periodo más corto de tiempo (lo que conlleva menor sangrado), que la expulsión de los restos abortivos ocurre siempre en un centro sanitario y que la tasa de éxito es alta (93-100%), siendo en la mayoría de los estudios >98%19. La tasa de éxito del legrado evacuador en el estudio entra dentro de lo esperado al ser del 94,1%.

Pero el legrado también conlleva una serie de riesgos por la técnica quirúrgica como: la posibilidad de desgarros cervicales (<1%), que es menor en gestaciones más precoces19 y con el uso de preparados para la maduración cervical, la posibilidad de perforación uterina (1-4 por 1.000), hematometra, infección genital (10%)1, el síndrome de Asherman20 y una tasa de mortalidad de 0,5/100.000 (que aumenta con la edad gestacional21 y lo invasivo del procedimeinto1). En nuestro estudio no se dio ningún caso de complicaciones intraoperatorias o en el postoperatorio inmediato.

Los efectos secundarios asociados al uso de misoprostol son: febrícula y escalofríos (que suelen ser transitorios); efectos gastrointestinales (náuseas, vómitos y diarrea), que se dan en el 35% de las pacientes (en nuestro estudio en el 22,19%) y suelen ser más frecuentes tras la administración oral o sublingual; dolor abdominal, que suelen ceder con AINE; hiperestimulación uterina y rotura uterina (asociada a su uso para inducción de abortos de segundo trimestre o inducción del parto); malformaciones fetales (<1%), en los casos en que ha fracaso su uso para inducción de aborto, la más común, el síndrome de Mobius (parálisis facial congénita con o sin alteraciones en los miembros), ausencia de dedos, pie equinovaro y alteraciones de los pares craneales (V, VI, VII y XII)5.

Cuando se valora la eficacia del tratamiento en función del grosor endometrial, hay que tener en cuenta que una medida de 16mm (intervalo de confianza del 95%, 15,1-16,6) entre las inferfases miometriales en pacientes asintomáticas, no requiere una intervención quirúrgica ya que no se suele asociar a retención de restos abortivos22.

En cuanto al análisis de costes, en el estudio MIST, que incluyó a 1.200 mujeres diagnosticadas de aborto diferido o incompleto con menos de 13 semanas de gestación, fueron asignadas de forma aleatorizada a los grupos de tratamiento médico, quirúrgico o expectante23. El coste neto por paciente fue estimado en 1.086 £ (1.231,01 €), 1.410 £ (1.598,27 €) y 1.585 £ (1.796,64 €), respectivamente. En nuestro medio los costes son menores y la diferencia también es menor: 123,04 euros frente a 324 libras en el estudio MIST, probablemente por control más cercano de las pacientes por tratarse de un entorno de medicina privada.

Como conclusión, hay que destacar los beneficios del tratamiento médico, frente al quirúrgico, sobre todo en esta época en que muchas pacientes requieren y exigen tratamientos menos agresivos. Se trata de procedimiento con una tasa de éxitos cercana al 90%, con escasos efectos secundarios, siendo la mayoría leves y de corta duración, con un alto grado de satisfacción y más económico que el legrado quirúrgico.

Conflicto de intereses

Los autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.

Bibliografía
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