Los aneurismas de la arteria umbilical son extremadamente raros y se han reportado muy pocos casos. Se reporta un caso de un aneurisma de la arteria umbilical en una paciente de 20 años con embarazo de 38 semanas, en quien, tras parto vaginal de mortinato, se encuentra un seudoquiste redondeado blando; el examen anatomopatológico reportó la presencia de un aneurisma de la arteria umbilical.
Umbilical artery aneurism is extremely uncommon and few cases have been reported in the literature. An umbilical artery aneurism is described in a 20-year-old patient with a 38-week pregnancy. After vaginal delivery of a stillborn neonate, a soft, rounded pseudocyst was found. Histopathological examination revealed the presence of an umbilical artery aneurism.
Los desórdenes del cordón umbilical pueden llevar a sufrimiento fetal debido a que el compromiso de los vasos afecta al bienestar fetal. Las anomalías en la inserción del cordón son bien conocidas. Además de éstas, otras anomalías que pueden observarse en el cordón umbilical y que causan sufrimiento fetal y muerte son nudos, torsiones, estrecheces, hematomas y trombosis1. La anomalía arterial más comúnmente descrita en el cordón umbilical, que está asociada con una mayor incidencia de malformaciones fetales y mortalidad perinatal, es la presencia de la arteria umbilical única1–3. Los aneurismas de la arteria umbilical son extremadamente raros y se han reportado muy pocos casos.
Se reporta un caso de un aneurisma de la arteria umbilical.
Caso clínicoPaciente de 20 años, primigesta, con embarazo no controlado de 38 semanas; tras parto vaginal, se obtiene un mortinato masculino de 2.600g, sin complicaciones. El líquido amniótico estaba claro, sin presencia de meconio. El recién nacido tenía signos de maceración sin evidencia de anomalías congénitas.
La placenta midió 15 x 12cm y 550g de peso. El cordón umbilical estaba insertado en la porción central, con una longitud de 53cm y un diámetro de 1,3cm. Se encontró un seudoquiste redondeado blando de tamaño 6 x 5cm, en el sitio de la inserción placentaria (fig. 1). La otra arteria umbilical y la vena umbilical estaban comprimidas en la periferia de la cavidad.
Los cortes anatomopatológicos del cordón demostraron la presencia de los tres vasos normales. En la pared del seudoquiste se encontraron un aneurisma de la arteria umbilical con calcificación de la íntima, una capa media adelgazada y el reemplazo del endometrio por una fina capa de fibrina. Además, se observó la presencia de un gran trombo mural de color rojo azulado que estaba adherido a una porción de la superficie interna de la pared de la cavidad. La placenta y la porción del cordón umbilical por encima del aneurisma eran histológicamente normales. No se encontraron evidencias de funisitis, vasculitis o impregnación de meconio. El resto de los vasos umbilicales estaban presentes, sin evidencia de trombosis.
DiscusiónLa etiología del aneurisma de la arteria umbilical es desconocida. Una causa puede ser la arteritis, especialmente de origen infeccioso que causa debilidad de las paredes arteriales con posterior dilatación aneurismática4,5. Sin embargo, en este caso no hay evidencias de arteritis. Se ha propuesto que el meconio puede producir vasospasmo del cordón umbilical con degeneración y necrosis del músculo liso de la pared de los vasos6. El papel exacto del meconio en el desarrollo de los aneurismas en los vasos umbilicales no ha sido probado.
Se ha sugerido que el adelgazamiento congénito de la túnica media, junto con incremento de la resistencia vascular en los vasos de las vellosidades y la disminución del soporte estructural de la gelatina de Wharton, puede ser otro factor predisponente. Esto último puede ser la explicación de la aparente propensión de la formación de los aneurismas de la arteria umbilical, cerca o en el sitio de inserción placentario del cordón, donde existe una mínima cobertura de la gelatina de Wharton antes de la inserción del cordón en los vasos coriónicos4,5. Estas complicaciones no están restringidas solo a los aneurismas arteriales, ya que también pueden ocurrir casos de aneurismas de las venas umbilicales, en el cual se han reportado sufrimiento fetal y muerte uterina inexplicable7.
Las placentas de los fetos con trisomías autosómicas tienen una reducción significativa en la cantidad de pequeñas arterias musculares y de la relación de las pequeñas arterias musculares en las vellosidades3. Se ha especulado que se produce un incremento de la presión vascular intraluminal que favorece la formación de aneurismas y esto explicaría la alta incidencia de aneurisma de la arteria umbilical cuando está presente la trisomía del cromosoma 184.
Se han reportado dos casos de aneurismas en forma de serpentina de los vasos de la superficie placentaria, los cuales se asociaron a trombosis vascular, trombocitopenia fetal de consumo y transformación molar alfa de las vellosidades placentarias. Se ha descrito el caso de una gran placenta con un peso de 1.440g y con anomalía de los vasos coriónicos, canales vasculares tortuosos y dilatados que se anastomosaban y arborizaban de origen venoso8. También se han reportado 3 casos de vasos sanguíneos en la superficie placentaria que estaban dilatados y trombosados, produciendo muerte fetal2. Aunque los aneurismas del cordón umbilical son especialmente raros durante el examen rutinario de la placenta, aquéllos en los vasos en las superficies placentarias ocurren más frecuentemente3,8.
Este caso reportado es similar al descrito por Fortune et al9 en el que se produjo la muerte fetal intrauterina a las 36 semanas, probablemente debido a hipoxia producto de la alteración del flujo sanguíneo en la arteria dilatada junto con compresión de la otra arteria y la vena. Richards et al10 reportaron la asociación entre la coagulación intravascular diseminada fetal con grandes malformaciones arteriovenosas del cordón umbilical.
A pesar de lo poco común de esta condición, el diagnóstico prenatal del aneurisma de la arteria umbilical es un hallazgo significativo debido a su alta asociación con complicaciones que amenazan la vida fetal como son la trombosis y la compresión de los vasos cercanos.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.