INTRODUCCIÓN
La endometriosis es una enfermedad crónica que se produce por la localización de tejido endometrial funcionante fuera de la cavidad uterina1. Su primera descripción histopatológica la realizó Rokitansky en 1860, aunque la denominación de endometriosis como tal la realizó posteriormente Sampson en 19211. La frecuencia se estima en aproximadamente el 2% de la población general. Sus localizaciones más típicas son: ovarios, ligamentos anchos, ligamentos uterosacros y tabique rectovaginal1. Otras más infrecuentes son: vesícula, recto-sigma, vagina y ombligo, y otras localizaciones extrapelvianas más raras son: pleura, pulmón, extremidades, cicatrices abdominales y región perianal, especialmente en la cicatriz de episiotomía.
CASO CLÍNICO
Se trata de una mujer de 29 años de edad con historia de larga evolución de dispareunia no filiada que comienza con episodios de hemorragia genital vinculada con las relaciones sexuales. La paciente no presentaba antecedentes personales, familiares ni ginecológicos de interés. Asimismo no refería intervenciones quirúrgicas previas, transfusiones o alergias medicamentosas.
Había consultado diversas veces de forma urgente por dicho motivo. Acudió a la consulta refiriendo coitorragia de varios meses de evolución, así como dispareunia preexistente al inicio de la hemorragia. A la visión especular se objetivan diferentes implantes endometriósicos en el fondo del saco vaginal (figs. 1-3). La exploración es en extremo dolorosa, pero sin objetivarse masas pelvianas. Con un cérvix de nulípara, ausencia de dolor a la movilización cervical, útero en anteversoflexión (AVF) y unos anejos de tamaño normal. En el mismo acto se realizó un estudio ultrasonográfico por vía vaginal, y se visualiza un útero en AVF regular de tamaño y morfología normales. Ambos anejos, en cuanto a localización, ecoestructura y tamaño, se encuentran dentro de la normalidad. El fondo del saco de Douglas está libre. Posteriormente, se procedió a la punción de estas lesiones con la intención de conseguir la confirmación histopatológica de endometriosis vaginal, corroborada luego.
Figura 1.Foco de endometriosis vaginal. Visión especular.
Figura 2.Foco de endometriosis vaginal. Visión especular.
Figura 3.Foco de endometriosis vaginal. Visión especular.
DISCUSIÓN
La localización vaginal de la endometriosis es excepcional; hay 2 formas distintas de presentación: una se encuentra en mujeres sin antecedentes de cirugía ginecológica previa (endometriosis vaginal primaria), y la otra se desarrolla después de cirugía vaginal, por implantes de la caduca1,2. La gran mayoría de los casos de endometriosis vaginal aparecen tras cirugía ginecológica vaginal previa; se produce el implante endometriósico en la cicatriz anterior3. En publicaciones actuales hay casos descritos de aparición de focos endometriósicos en la vagina y en la cicatriz de episiotomía de forma concomitante, tras varios años del parto4. La endometriosis perineal es otra forma infrecuente de endometriosis extrapelviana. El mecanismo patogénico estaría relacionado con el trasplante autólogo de células endometriales durante el parto (desgarro perineal, episiotomía o legrado posparto), durante intervenciones previas (perineorrafia, exéresis de la glándula de Bartolino) o por traumatismos. El comienzo de los síntomas puede ocurrir varios años después del parto y se presenta entonces como una tumefacción mal delimitada, indurada y sensible, que aumenta de volumen durante la menstruación5. En contados casos, la endometriosis vaginal aparece como una localización primaria, sin antecedentes quirúrgicos en la vagina, si bien representa menos del 5% del total de casos de endometriosis primaria6,7. Clínicamente se manifiesta con cuadros de dispareunia y coitorragia8. En casos asociados a endometriosis pelviana, puede presentar síntomas característicos de la enfermedad, con dismenorrea y esterilidad. Un dato frecuente en las pacientes afectadas de endometriosis vaginal es la dificultad para mantener relaciones sexuales con normalidad, y es uno de los principales motivos de consulta en las pacientes con esta enfermedad9. La metrorragia en pacientes con histerectomía previa puede ser otra manifestación de endometriosis vaginal, al respecto hay casos descritos en las publicaciones actuales, aunque también es relativamente extraña10. El diagnóstico se simplifica mucho si la paciente ya está diagnosticada previamente de endometriosis en otras localizaciones; en la endometriosis vaginal primaria, el diagnóstico se realiza normalmente en la exploración clínica; normalmente son pacientes con historia de dispareunia y en algunos casos con coitorragia acompañante. La confirmación se realiza por el estudio histopatológico, que siempre es necesario11. La evolución de la endometriosis vaginal es variable y normalmente impredecible; cursa frecuentemente de forma desfavorable, con aumento de la clínica y con extensión de las lesiones. No obstante, el riesgo de degeneración maligna de estas lesiones es muy bajo; aparece aproximadamente en el 1% de la totalidad de los casos12. Esta posibilidad de progresión, en que pueden aparecer lesiones más extensas con importante afección vaginal que puedan comprometer la función sexual9, es lo que hace importante el diagnóstico precoz. Entre las técnicas diagnósticas utilizadas para la endometriosis se encuentran: la ecografía transvaginal, la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC); la ecografía transvaginal es la técnica de elección para la endometriosis pelviana, la RM se utiliza para las lesiones endometriósicas extrapelvianas y extragenitales13. En el caso de la endometriosis vaginal la sospecha es clínica y el diagnóstico se confirma en la exploración clínica14. La ecografía transvaginal es una técnica muy sensible para endometriosis genital, intestinal e incluso vesical, pero es menos sensible para endometriosis de los ligamentos útero-sacros, la vagina y el tabique rectovaginal14.
La exéresis quirúrgica es el tratamiento de elección, y entraña cierta dificultad por la proximidad del recto, así como por la necesidad de una exéresis completa, único medio de evitar las recidivas15. Es fundamental conocer bien la localización de las lesiones, así como su extensión dentro de la vagina16, para poder así planear con mayor precisión su abordaje quirúrgico15. El tratamiento médico de la endometriosis vaginal es de primera elección en pacientes jóvenes, aunque inicialmente es menos efectivo; el tratamiento quirúrgico en estas pacientes se reserva para casos que no sean susceptibles de tratamiento con análogos17. La histerectomía con ooforectomía se ha propuesto en pacientes con endometriosis que no desean gestación14. Como hemos comentado, se debe realizar una valoración minuciosa de las características de las lesiones vaginales, con el fin de mejorar el resultado de la cirugía y evitar las potenciales complicaciones de la cirugía de la endometriosis vaginal18,19: se han descrito lesiones vesicales, rectales e incluso casos de rotura uterina al liberar endometriosis del tabique rectovaginal20. La tasa de recidivas está en función de la infiltración y el tratamiento empleado, con la resección del tejido. Se ha descrito la asociación de esta entidad con adenocarcinoma de células claras y adenosarcoma endometrioide, lo que apoya la escisión del tejido frente al tratamiento médico. Se describe un caso de sarcoma estromal endometrial que se originó en el tabique rectovaginal12.
CONCLUSIONES
La endometriosis extrapelviana, que afecta a cerviz uterino, vagina, vulva y periné, es un grupo de diferentes entidades muy poco frecuente, pero debemos pensar en ellas, ya que se han descrito lesiones endometriósicas en casi todos los órganos de la economía. La ecografía, la tomografía computarizada, la resonancia magnética y la punción-aspiración con aguja fina permiten realizar el diagnóstico de sospecha, pero el diagnóstico de certeza se establece con el estudio histológico tras la exéresis de las lesiones. El tratamiento es básicamente quirúrgico. Se han descrito casos de progresión de la enfermedad, así como de degeneración maligna.
Correspondencia:
Dr. M.A. Barber Marrero.
Lope de Vega, 9, 1.º. 35005. Las Palmas de Gran Canaria.
Gran Canaria. España.
Correo electrónico: mabarber@telefonica.net
Fecha de recepción: 10/11/04
Aceptado para su publicación: 11/11/05