PROGRESOS
DE OBSTETRICIA
Y GINECOLOGÍA
Volumen 41
Número 1
Enero-Febrero 1998
M. Lozano
A. I. García-Rama
P. Jiménez
N. Garrido
J. J. Delgado
J. M. Rodríguez
Absceso ovárico vía hematógenaServicio de Obstetricia y Ginecología
Hospital Príncipe de Asturias
Alcalá de Henares
Correspondencia:
Pedro Jiménez
Servicio de Obstetricia y Ginecología
Hospital Príncipe de Asturias
Carretera Alcalá-Meco s/n
(Campus Universitario) Alcalá de Henares. 28805 Madrid
Ovarian abscessby hematogenic via
Lozano M, García Parma AI, Jiménez P. Garrido N, Delgado JJ, Rodríguez JM. Absceso ovárico vía hematógena. Prog Obstet Ginecol 1998;41:65-67.Aceptado para publicación 10/9/97INTRODUCCIÓN
Los abscesos de ovario, en contraste con los abscesos tubo-ováricos, que son más frecuentes, son entidades raras. Mientras que en los primeros la infección es primaria del ovario, en los segundos el ovario se afecta secundariamente por extensión de una infección de la trompa.
En 1896 Aitken publica el primer caso de absceso ovárico durante el embarazo (1). Desde entonces, otros casos fueron apareciendo, y en 1985 Wetchler y Dunn en una amplia revisión de la literatura, hacen referencia sólo a 120 casos publicados: 39 ocurren postoperatoriamente (sobre todo asociados con histerectomía vaginal), 12 asociados con embarazo, 12 asociados con portadoras de DIU (implicando como germen responsable sobre todo al Actinomyces) y 57 por causas misceláneas (asociado a fiebre tifoidea, salmonelosis, apendicitis o diverticulitis) (2).
A continuación presentamos un caso ocurrido en nuestro hospital.
CASO CLÍNICO
Mujer de 17 años remitida a urgencias de Ginecología por dolor en fosa ilíaca izquierda y masa pélvica de probable origen ginecológico objetivada en una radiografía y una ecografía abdominales.
En la anamnesis refiere dolor en fosa ilíaca izquierda con irradiación difusa al resto del abdomen, acompañado de fiebre y síntomas vegetativos, de al menos 12 horas de evolución.
No presenta síntomas miccionales, alteración del ritmo intestinal ni leucorrea. Su menarquia fue a los 12 años y presentaba ciclos regulares, con dismenorrea leve ocasional. Su última regla había tenido lugar 21 días antes, y fue normal en intensidad y duración.
Entre sus antecedentes personales no había datos relevantes, salvo que tuvo que ser atendida un mes antes en urgencias de Ginecología por cuadro de dolor abdominal que fue etiquetado de cuerpo lúteo hemorrágico en ovario izquierdo y que se resolvió espontáneamente.
En la exploración fisica se objetivó temperatura de 39,3° C, un abdomen con signos de defensa, himen íntegro y el tacto rectal no fue posible por resistencia.
En las pruebas complementarias pudo observarse: un hemograma sin anemia, con plaquetas normales y leucocitosis moderada con desviación a la izquierda (13.700 leucocitos con cuatro cayados); unas pruebas de coagulación nornales; una bioquímica normal en la ecografía ginecológica, se objetivaba un imagen de ecogenicidad mixta, de 42 x 25 mm en zona anexial izquierda también moderada cantidad de líquido libre abdominal asas distendidas y con pared edematosa.
Ante estos datos, se decidió intervención quirúrgica, practicándose una anexectomía izquierda. Los hallazgos de la laparotomía fueron: cavidad abdominal llena de líquido purulento y maloliente del que se tomaron muestras, útero y ovario derecho normales, ambas trompas edematosas y pioovario izquierdo de aproximadamente 5 cm de diámetro. En el resto del abdomen, el apéndice era normal, la superficie hepática era normal, intestino delgado y grueso normales, pero con numerosas placas de fibrina en su superficie y existían adenopatías mesentéricas múltiples de 0,5 cm de diámetro.
Tras seis días de hospitalización y tratamiento con Augmentine y Gentamicina IV fue dada de alta con antibioterapia oral.
La prueba de Mantoux fue negativa y la radiografía de tórax fue normal.
El resultado anatomopatológico de la pieza fue de pioovario, observándose algunos estiocitos multinucleados, pero no granulomas.
Los hemocultivos fueron negativos y en el cultivo de exudado peritoneal se aisló un bacilo Gram negativo anaerobio, que no se consiguió tipificar.
DISCUSIÓN
Se han propuesto tres posibles causas de producción de los abscesos ováricos: por contigüidad, por vía linfática y por vía hematógena.
Sin duda, la aparición de un absceso ovárico por contigüidad es la vía más frecuente. Suele aparecer en postoperatorios, sobre todo tras histerectomías vaginales; los gérmenes penetran en el ovario a través de pequeñas lesiones producidas en la cápsula en el transcurso de la intervención o secundarias a la ovulación.
Esta vía puede verse también en portadoras de DIU (siendo en este caso el Actynomices el germen más frecuentemente implicado), y por contigüidad con otro foco infeccioso próximo, como apendicitis o diverticulitis.
Los abscesos ováricos que tienen lugar siguiendo la vía hematógena suelen ocurrir en ovarios que presentan quistes previos (3). Aunque suelen aparecer asociados a cuadros de tuberculosis o salmonelosis (4), el foco primario puede localizarse en cualquier zona del organismo, y deberse a los gérmenes más variados. Ésta podría ser la causa del absceso ovárico de nuestro caso, puesto que la paciente no había mantenido relaciones sexuales, ni pudieron objetivarse otros posibles focos de infección por contigüidad.
Recienternente se han publicado en la literatura varios casos de pioovario producido por vía hematógena: en 1990 Mooney y colaboradores publican un caso de quiste de ovario preexistente, sobreinfectado por S. aureus, presente también en el cultivo de secreción nasal de la paciente.
En 1991 Lipscomb y colaboradores exponen un caso de endometrioma sobreinfectado por bacteriemia tras una infección del tracto urinario superior.
En 1994 Chiva y colaboradores, hacen referencia a un caso de abceso ovárico provocado por S. paratyphi cuatro semanas después de una gastroenteritis porducida por dicho germen.
Aunque los abscesos de ovario son raros, hay ciertos factores predisponentes que pueden hacernos pensar en ellos a la hora de efectuar un diagnóstico: histerectomía vaginal reciente, portadoras de DIU, infecciones contiguas intraperitoneales, etc. Sin embargo, en muchos casos, como en el expuesto anteriormente, no se encuentra ningún factor predisponente (5). Es en estos casos en los que no debemos olvidar la vía hematógena como posible causa de abcesos ováricos.
1 Wetchler SJ, Dunn LJ. Ovarian abscess. Report of a case and review of the literature. Obstetrical and Gynecologycal Survey 1985;40,476-85.
2 Gary H, Lipscomb, Frank W Ling, Guy J. Photopulos. Ovarian abscess arising within an endometrioma. Obstet Gynecol 1991;78:951-4.
3 Richer E, Vige P. Abcès de l''ovarie. A propos de deux observations. J Gynecol Obstet Biol Reprod 1991;20:393-6.
4 Chiva LM, Mehmet Ergeneli MD, Santiesteban J. Salmonella abscess of the ovary. Am J Obstet Gynecol 1995;172:215-6.
5 Mooney EE, Hone SW, Keelan P, McKenna P. Am J Obstet Gynecol 1995;10,553-7.
BIBLIOGRAFÍA