INTRODUCCION
Se han descrito muchos factores que influyen en una población para la utilización de métodos anticonceptivos; entre ellos, los más importantes son la información y la educación, la accesibilidad a los métodos, los niveles socioeconómico y cultural, la religión, los factores propios de los métodos y la edad de las usuarias. Parece evidente que la edad es un factor determinante a la hora de elegir un método anticonceptivo, ya que a medida que varía la edad de las mujeres cambian, al mismo tiempo, sus necesidades. Así, las mujeres más jóvenes suelen necesitar una mayor eficacia anticonceptiva y optar por un método que no comprometa su fertilidad futura. Las mujeres en edad adulta, entre 25 y 40 años, suelen necesitar una menor eficacia anticonceptiva, puesto que un embarazo no deseado puede ser aceptado y asumido, y buscan métodos que les ofrezcan una mayor comodidad de uso. Después de los 40 años, las mujeres vuelven a necesitar altísima eficacia anticonceptiva por cuanto una gestación en esa edad finaliza, en el 50% de los casos, en una interrupción voluntaria del embarazo1 y además pueden considerar, como un valor añadido, los efectos beneficiosos no anticonceptivos del método que les permitan controlar o mejorar algunos de los síntomas relacionados con el ciclo menstrual o con la transición hacia la menopausia.
Finalmente, el conocimiento de los hábitos anticonceptivos de las mujeres en edad fértil, en un país o colectivo, es una premisa fundamental para poder diseñar políticas institucionales adecuadas de información y educación sanitaria de la población de riesgo.
MATERIAL Y MÉTODOS
Desde 1997, y cada 2 años (1999, 2001 y 2003), hemos realizado una encuesta nacional sobre el uso de métodos anticonceptivos en la población femenina española de 15 a 49 años.
Diseño estadístico
Para la selección de las mujeres a entrevistar se realizó, cada año de la encuesta, un muestreo aleatorio probabilístico de tipo estratificado. El tipo de muestreo fue bietápico de conglomerados, con submuestreo y estratificación de las unidades de primera etapa, que fueron las secciones censales en las que se encuentra dividido el país. Una vez realizada la selección de las secciones censales utilizadas para el muestreo, se realizó el recuento de todos los hogares existentes en esas secciones; una vez conocida la relación de hogares se procedió a extraer, por muestreo aleatorio simple, sin reemplazo, la relación de hogares elegidos para la muestra (8 por sección censal). Cuando en el hogar elegido vivían varias mujeres susceptibles de ser entrevistadas (15-49 años) se procedió, de nuevo, a la selección aleatoria de una de ellas mediante una tabla de números aleatorios.
Este diseño de muestreo asegura la adecuada representatividad geográfica y sociodemográfica de la muestra en el conjunto de España, ya que se ha trabajado en más de 200 municipios y en todas las provincias españolas.
Las variables utilizadas para estratificar la muestra a seleccionar fueron: edad, estado civil, localización geográfica, nivel de estudios y ocupación laboral.
Metodología de la recogida de información
La recogida de la información se controló, en todo momento, con la finalidad de evitar los posibles errores producidos en el momento del trabajo de campo; para ello se adoptó las siguientes medidas: 1) utilización de un equipo de entrevistadoras (todas mujeres) altamente cualificadas; 2) diseño de un cuestionario de fácil utilización; 3) confección de un manual de instrucciones para las encuestadoras; 4) realización de un pretest (encuesta piloto) de 60 encuestas y 10 encuestadoras para analizar posibles deficiencias del cuestionario, y 5) inspección, al azar, del 14% de los cuestionarios recibidos.
La limitación básica de este tipo de muestreos es que la muestra investigada debe tener la suficiente representación de todos los estratos o segmentos de interés. En nuestro caso, y tras seguir el procedimiento anteriormente expuesto, se seleccionó a 2.076 mujeres en 1997, 2.136 mujeres en 1999, 2.218 mujeres en 2001 y 2.140 mujeres en 2003. Estas muestras resultan representativas del ámbito nacional; esta representatividad se refiere a los resultados de la investigación en el período concreto del estudio. Una descripción más detallada de la metodología fue descrita en un anterior artículo por nuestro Grupo2.
RESULTADOS
Durante el período comprendido entre 1997 y 2003 se ha producido, en España, un incremento en el uso de métodos anticonceptivos en todos los grupos de edad (fig. 1). Este aumento presenta una tendencia creciente y constante con una excepción, las mujeres mayores de 35 años, en las que en los dos últimos años se observa un estancamiento en el uso de métodos anticonceptivos.
Figura 1. Porcentaje de mujeres que utilizan algún método anticonceptivo, por grupos de edad. Período 1997-2003.
En todos los grupos de edad y en todas las encuestas, excepto la realizada en 2001 y para el grupo de mujeres de 25 a 29 años, el preservativo es el método más utilizado, con importantes incrementos porcentuales, sobre todo en los grupos de edad más jóvenes (tabla 1).
DISCUSION
Los resultados del estudio ponen de manifiesto que la edad es un factor importante a la hora de optar por un método anticonceptivo.
En el grupo de mujeres menores de 20 años, se ha observado un incremento del 27% de mujeres que utilizan algún método anticonceptivo. Al mismo tiempo, el uso del preservativo ha aumentado, en el mismo período, en un 21%, lo que parece indicar que las jóvenes españolas se inician en sus relaciones sexuales utilizando el condón. Es probable que las campañas institucionales de promoción del uso del condón hayan influido notablemente en este patrón de uso en este sector etario. Por otra parte, el incremento porcentual, en este grupo de edad, del uso de la anticoncepción hormonal se ha duplicado entre 1997 y 2003 (el 5,3 frente al 9,6%). Estos datos permiten inferir que las jóvenes españolas han mejorado su protección frente al riesgo de un embarazo no deseado, a diferencia de lo que ocurre con las jóvenes norteamericanas3, de las que se ha informado que disminuyeron el uso de la píldora4.
En el grupo de mujeres de 20 a 29 años, el condón (35%) y la píldora (30%) son los métodos anticonceptivos más empleados. En el caso de la píldora, el porcentaje de usuarias en este grupo de edad es similar al de países como Francia, donde el 36% de las mujeres en edad fértil utilizaban la píldora en 19945, y EE.UU., con un 30%6.
El uso del dispositivo intrauterino (DIU) es escaso, con una disminución progresiva en los últimos años (el 1% en 2003), lo que nos diferencia, sustancialmente, de los países del norte de Europa, donde el DIU es la primera opción anticonceptiva para este grupo de edad7.
En el grupo de 30 a 39 años, el condón se mantiene como método de primera elección, con una tendencia creciente en su utilización. El 20% de las mujeres de 30-34 años utiliza la píldora, pero a partir de los 35 años se produce una pronunciada disminución, casi del 50%, en su uso. Las razones para explicar esta disminución podrían basarse en la antigua creencia de los médicos españoles de que el límite establecido para el uso seguro de la píldora eran los 35 años. A pesar de las recomendaciones efectuadas por una conferencia de consenso convocada para definir las pautas de actuación con la anticoncepción hormonal8, los médicos españoles parecen haber hecho caso omiso y continúan actuando guiados por sus viejas creencias. Este grupo de edad es el que más utiliza el DIU pero, en el período analizado, también se observa una tendencia decreciente en el porcentaje de uso. En este sector de población se observa un importante número (11%) de parejas que han optado por la vasectomía, mientras que la esterilización femenina se mantiene estable y cercana al 6%.
En el grupo de mujeres de 40-49 años, se aprecia una drástica disminución en el uso de la píldora junto a un importante incremento de los métodos quirúrgicos definitivos. Si sumamos los porcentajes de uso de la vasectomía y la ligadura de trompas, obtenemos un 28% de utilización, superior al uso del condón. Esta tasa de esterilización es superior a la de países con alta tradición de este tipo de métodos, como Brasil, donde la población femenina esterilizada alcanza el 25%9. El uso del DIU permanece estable, mientras que se aprecia un incremento en el uso del coitus interruptus, hecho que también se observa en las mujeres mayores de 40 años de los países del norte de Europa10.
Los datos de nuestro estudio sugieren la necesidad de continuar realizando campañas de promoción del uso del condón, así como acciones dirigidas hacia los profesionales sanitarios para que comprendan mejor los beneficios de la píldora y las acciones educativas dirigidas a las parejas para que asuman la importancia de los métodos anticonceptivos como prevención primaria del embarazo no deseado.
Este estudio se ha realizado con una beca de Schering España S. A.
Correspondencia:
Dr. I. Lete Lasa.
Servicio de Ginecología. Hospital Santiago Apóstol.
Olaguibel, 29. 01004 Vitoria. España.
Correo electrónico: ilete@hsan.osakidetza.net
Fecha de recepción: 1/9/06.
Aceptado para su publicación: 20/2/07.