La radiología de la enfermedad de Paget es relativamente monótona, habiéndose descrito tres formas radiográficas distintas de la enfermedad. La forma esponjosa es la más común; aparecen marcadas las líneas de fuerza de los huesos largos así como trabéculas distorsionadas e irregularmente engrosadas con aumento de su espacio intertrabecular. Al mismo tiempo, la corteza se engrosa y reemplaza en parte o totalmente a la médula1.
La forma amorfa da una imagen de red fina y densa persistiendo al mismo tiempo un aumento de los diámetros del hueso sin aparente deformidad. En la forma porótica se aprecia, sobre todo en el cráneo, la imagen llamada «osteoporosis circunscrita», con típicas lesiones a nivel de la calota que posteriormente pueden transformarse en hueso algodonoso2.
Estas imágenes radiográficas se modifican dependiendo de la incidencia de los rayos X, como en nuestro caso, un hombre de 55 años con dolores a nivel de tibia superior, cuya radiografía (fig. 1) mostraba aumento de la densidad que, junto a un aumento marcado de la fosfatasa alcalina sérica, obligó a repetir la radiografía en proyección oblicua, demostrándose ya claramente las lesiones típicas de la enfermedad de Paget (fig. 2)
Figura 1
Figura 2
La importancia de estos hallazgos reside en la confirmación por medio de la gammagrafía ósea con tecnecio 99M3 y la respuesta actual a la medicación, como los bifosfonatos, tanto desde el punto de vista bioquímico como incluso morfológico4,5.