Tradicionalmente la prescripción médica se centra en el ejercicio aeróbico, pero son cada vez más los autores que señalan al entrenamiento de fuerza como la modalidad de ejercicio más saludable. El objetivo del presente trabajo es evaluar los cambios en los conocimientos y la seguridad para la prescripción de ejercicio de fuerza tras haber realizado un curso teórico-práctico de ejercicio físico dirigido a médicos, con respecto a no haberlo realizado.
Material y métodosSe realizó un estudio de intervención en 160 médicos con 2 cohortes, 80 realizaron un curso sobre ejercicio (grupo de intervención) y 80 no lo realizaron (grupo comparativo). Se recogieron datos personales, profesionales, sobre el ejercicio físico en general y de fuerza que practicaban o prescribían, y seguridad y conocimientos para su prescripción. Se analizaron las diferencias entre los grupos y la repercusión de haber realizado o no el curso.
ResultadosLos 2 grupos eran homogéneos en sexo, edad, especialidad y realización de ejercicio físico, destacando la baja tasa de práctica y prescripción del entrenamiento de fuerza en ambos grupos. Se objetivó que el grupo que había realizado el curso adquirió conocimientos y seguridad para la prescripción de ejercicio de fuerza y consideraba que era la modalidad que debía ser potenciada (p<0,001).
ConclusionesLa formación en entrenamiento de fuerza dirigida a médicos mediante un curso teórico-práctico aumenta los conocimientos y la seguridad para su prescripción.
Medical prescriptions have traditionally been focused on aerobic exercise. However, an increasing number of authors are pointing towards strength training as the healthiest exercise modality. The purpose of this study is to assess whether physicians increase their knowledge as well as their confidence to prescribe strength training after attending a physical training course.
Materials and methodsA prospective cohort study of 160 physicians was conducted, 80 physicians out of the 160 attended a physical training course, whereas the remaining 80 physicians did not. Personal and professional data was collected, as well as data regarding the type of exercise they were practising or prescribing and the confidence and knowledge for their prescription. Finally, differences between the two groups and the impact of attending the course where analysed.
ResultsBoth groups were homogeneous in gender, age, medical speciality and practice of physical exercise, with very low rates of strength training and prescription for both groups. It was established that the group attending the course acquired knowledge and confidence for prescribing strength training. Moreover, this group considered that strength training was the exercise modality which should be encouraged (P<.001).
ConclusionsEducation in strength training for physicians by means of a theoretical-practical course increases knowledge and confidence for its prescription.
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