Introducción: Para cirugías maxilofaciales suele ser de elección la intubación nasotraqueal para permitir un campo quirúrgico libre. Esta técnica suele tener alto índice de éxito, pero a veces se presentan dificultades y complicaciones en algunos pacientes.
Descripción del caso: Paciente de sexo masculino, 26 años, 70Kg, 1,78 m. Vía aérea: apertura bucal mala, mallampatti IV, resto de parámetros normales. Se premédica con midazolam 0,04mg/kg y fentanilo 2mcg/kg. Se administran 150mg de propofol y 80mg de succinilcolina. El primer operador realiza laringoscopia directa según técnica convencional de intubación nasal, observando epiglotis, pero sin visualizar orificio glótico. A continuación, un segundo operador realiza el intento refiriendo observar glotis pero sin éxito en paso de tubo. Finalmente se acude a anestesiólogo experimentado quien informa que se trata de CORMACK-LEHANE grado III e introduce el bougie o guía a través de fosa nasal, hasta percibir el roce con anillo traqueal. Luego, avanza el tubo N°6 para colocación endotraqueal, se retira la guía y se confirma correcta ubicación mediante capnografía y auscultación de murmullo vesicular en ambos campos pulmonares.
Información Adicional: Se logra la intubación nasal con uso de bougie, lo que es recomendable para pacientes con pronóstico de VAD, porque a pesar de ser poco utilizado es seguro, económico y fácil de emplear.
Discusión y conclusión: Habitualmente cuando nos hallamos ante VAD que precisa abordaje nasal el gold standard sigue siendo el vibroscopio flexible con paciente despierto, aunque también otros dispositivos ópticos exhiben excelentes resultados y son una alternativa válida por ejemplo el laringoscopio óptico Airtraq.
Palabras clave: Bougie; Laringoscopio; Intubación