¿Qué investigador no ha recibido en este último tiempo alguna invitación electrónica para publicar un artículo en una revista desconocida para él hasta ese momento? Hay que estar atento, porque se podría estar frente al acecho de una “revista depredadora”. Establecido por Jeffrey Beall —bibliotecario y académico de la Universidad de Colorado—, este término se refiere a aquellas revistas científicas que explotan, de forma poco ética, el valioso modelo de acceso abierto (Open Access) para su propio beneficio1.
Las primeras revistas de acceso abierto surgieron en la década de los noventa con el objetivo principal de fomentar la difusión y el acceso libre a las investigaciones científicas. La Revista Argentina de Microbiología (RAM) incorporó esta modalidad en 2004, cuando permitió el acceso abierto a sus artículos completos, sin período de restricción, a través del portal SciELO Argentina, de la base de datos MEDLINE en el sitio PubMed y de la página web de la Asociación Argentina de Microbiología5. Desde 2013, el acceso a la RAM también se encuentra disponible en la plataforma de Elsevier6. Esto ha contribuido al incremento de su visibilidad y a una mayor accesibilidad de sus artículos, con un efecto favorable en el índice de citación. Consecuentemente, su factor de impacto ha aumentado a 0,879 en 2017.
Si bien la expansión de las revistas con acceso abierto ha resultado ser beneficiosa en términos de difusión y de preservación digital a largo plazo de publicaciones de calidad7, en los últimos años se ha producido una proliferación de revistas de acceso abierto de cuestionable reputación, las mencionadas revistas depredadoras.
Se han publicado recientemente artículos que describen de forma clara y detallada las características de este tipo de revistas y cómo tratan de captar nuestra atención, además de indicar los distintos modos de detectarlas4,8. Existen ciertos rasgos generales propios de las revistas depredadoras: tienen nombres que se asemejan a los de otras revistas de reconocido prestigio, se promocionan como revistas de alto impacto, aun sin tenerlo; ofrecen un proceso de revisión por pares poco creíble y hacen alarde de mecanismos de publicación rápida. Además, se destacan por enviar mensajes electrónicos personalizados en los que felicitan a los autores por artículos publicados anteriormente y los invitan de modo cordial, aunque persistente, a enviar a esa revista trabajos nuevos pero similares a los ya publicados, obviamente, tras abonar sumas de dinero que pueden superar los USD 1500.
Entre otras particularidades de estas revistas se encuentra el hecho de que a veces presentan un editor único, que acapara un gran número de revistas en páginas web sencillas. Sin embargo, en estas revistas se advierten con frecuencia errores en los títulos, los resúmenes e incluso en los mismos artículos. Asimismo, usualmente declaran estar indexadas en múltiples bases de datos, pero al buscarlas en ellas no pueden hallarse. A menudo no tienen ISSN (International Standard Serial Number) o los que muestran resultan ser falsos. Aunque no están limitadas a ninguna región del mundo en particular, resulta llamativo que varias de estas revistas estén asociadas a “paraísos fiscales”. La sumatoria de todas las “anomalías” descriptas lleva, en muchos casos, a que se publiquen artículos de bajísima calidad y a que ni siquiera se cumpla con el criterio de visibilidad del modelo de acceso abierto.
La publicación de un artículo es la culminación de una etapa sustancial durante el proceso de investigación científica, ya que posibilita la difusión de los resultados obtenidos. Para ello hay que ser capaz de comunicar esos resultados de manera clara, simple, breve y amena, para que el editor considere que la publicación de ese artículo en su revista vale la pena9. Asimismo, la valoración de un investigador y la posibilidad de financiar sus trabajos se efectúa, en gran medida, mediante la apreciación de la calidad y la repercusión de estas publicaciones. Por lo tanto, resulta esencial identificar correctamente la revista adecuada. Las editoriales ofrecen a través de internet guías simples y didácticas que ayudan a tal identificación2,3.
El respaldo de una revista científica se centra en su reputación, el rigor científico y la honestidad intelectual de los autores, los revisores y el cuerpo editorial, sumado al control riguroso del material por publicar. Y es esta reputación la que avala la publicación de los trabajos y permite a los colegas lectores, o al común de la sociedad, confiar en la veracidad de su contenido.
Todo lo aquí expuesto nos hace pensar que las revistas depredadoras constituirían un mal de esta época y que no serían buenas para el progreso de la ciencia. En este contexto, deseo orgullosamente destacar el esfuerzo que hace posible disponer de una revista como la RAM e invitarlos a todos ustedes a que la consideren como una opción de preferencia para la publicación de sus artículos.