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Vol. 79. Núm. 3.
Páginas 165-169 (julio - septiembre 2015)
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Páginas 165-169 (julio - septiembre 2015)
Reseña histórico-radiológica
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La demostración pública de Röntgen
The public demonstration by Röntgen
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A. Buzzi
Autor para correspondencia
alfredo.buzzi@diagnosticomedico.com

Autor para correspondencia.
Capítulo de Historia y Humanidades Médicas de la SAR
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El físico alemán Wilhelm Conrad Röntgen (1845–1923) descubrió los rayos X la noche del viernes 8 de noviembre de 1895. Las circunstancias de este descubrimiento ya fueron relatadas en detalle desde entonces hasta nuestros días1–10. Después de siete semanas de asiduo trabajo durante las cuales estudió las propiedades de este nuevo tipo de radiación (que él llamó “rayos X” para subrayar el hecho de que su naturaleza era desconocida)2,11, Röntgen envió su manuscrito Eine neue Art von Strahlen- Vorläufige Mittheilung (“Un nuevo tipo de rayos- comunicación preliminar”) a la Sociedad Físico-Médica de Würzburg el 28 de diciembre de 1895. Dado que la Sociedad se encontraba en el receso invernal por las fiestas, solicitó que su manuscrito (fig. 1) fuera publicado antes de ser presentado en una sesión pública (como era habitual)2–8. Su artículo apareció en las últimas 10 páginas del volumen del año 1895 de las Sitzungsberichte der Physikalisch-Medizinischem Gesellschaft (Actas de la Sociedad Física-Médica) (fig. 2)12. En poco tiempo fue traducido a varios idiomas, y se distribuyó por todo el mundo2.

Figura 1.

Manuscrito de la primera comunicación de Röntgen (Museo Röntgen, Lennep).

(0.6MB).
Figura 2.

“Sobre una nueva clase de rayos” (Anales de la Sociedad Físico-Médica de Würzburg).

(0.72MB).

La noticia de este descubrimiento despertó inmediatamente un gran interés, tanto en el ambiente científico como en el público general, y también inició una intensa investigación en varias direcciones2,3,8,11.

A principios de enero de 1896, Röntgen dio un demontración sobre sus nuevos rayos ante el Kaiser Guillermo II en Berlín,2 pero no habló de su descubrimiento en ningún otro lugar hasta la memorable conferencia en la reunión de la Sociedad Físico-Médica de Würzburg en la noche de 23 de enero de 1896.

Los increíbles reportes acerca de los nuevos y milagrosos rayos, que se habían extendido por todo el mundo durante el corto lapso entre la primera comunicación de Röntgen y su conferencia, atrajeron a esta extraordinaria demostración pública a un gran número de científicos y miembros de la Sociedad de Würzburg. Los detalles de esta sesión son conocidos2,3,5.

Profesores de la Universidad, altos funcionarios de la ciudad, representantes del ejército, y muchos estudiantes llenaron todos los asientos de la gran sala mucho antes de que comenzara la reunión. La multitud esperaba al descubridor con gran emoción y entusiasmo, y cuando Röntgen entró, surgió una verdadera tormenta de aplausos que se repitió muchas veces durante la noche.

Röntgen comenzó a hablar con modestia de su trabajo. Aseguró que, debido al interés general que se había despertado, era su deber hablar públicamente sobre su “tarea”, aunque los experimentos estaban todavía en curso. Luego mencionó las investigaciones sobre los rayos catódicos realizadas por Heinrich Hertz, Philipp Lenard, William Crooks y otros, y dijo que sus propias observaciones lo habían llevado a hacer experimentos en la misma línea. Relató cómo había observado por primera vez la fluorescencia de un pequeño trozo de papel pintado con platinocianuro de bario y cómo había descubierto que esta fluorescencia aparecía cada vez que producía la descarga de un tubo de Hittorf, que había cubierto cuidadosamente con cartón hermético a la luz. Pronto descubrió que era el propio tubo y no otra parte del circuito de alta tensión el responsable del extraño fenómeno. Incluso, podía ver la fluorescencia del papel de platinocianuro de bario a distancias mayores del tubo. “Encontré por accidente”, dijo con modestia, “que los rayos penetraban el papel negro. Luego utilicé otros papeles, madera y libros, pero todavía seguía creyendo que era víctima de un engaño. Por último, utilicé papel fotográfico y el experimento fue culminado con éxito”.

Luego, durante la sesión, Röntgen hizo numerosos experimentos sobre el poder de los rayos X para penetrar el papel, el estaño, la madera y su propia mano. Demostró también que una lámina de platino detenía completamente los rayos.

También mencionó sus primeros intentos de hacer fotografías con rayos X a través de una puerta de su laboratorio que estaba entre la sala en la que se encontraba la bobina de inducción y el tubo de Hittorf y la habitación en la que guardaba la placa fotográfica (fig. 3). Luego de revelar la película, se encontró con unas líneas claras que inicialmente no pudo explicar. El examen de la puerta demostró que la pintura blanca de plomo era responsable de la mayor absorción de los rayos y de las líneas claras en la película. Al respecto dijo: “Las diferentes sombras en la película me mostraron que no fueron causados por los distintos espesores, sino por absorción en la superficie de la puerta. Me enteré de que la puerta estaba pintada con blanco de plomo, y ya que el plomo absorbe estos rayos considerablemente, es fácil ver que una capa de plomo en la dirección de los rayos absorbe considerablemente más que una a través de la cual los rayos inciden perpendicularmente”. Röntgen exhibió varias imágenes radiográficas de pesas en una caja (fig. 4), una brújula, un cable enrollado en un trozo de madera, su escopeta (fig. 5) y, finalmente, la imagen de una mano humana. Esto, por supuesto, generó extremo interés.

Figura 3.

La famosa puerta del laboratorio de Röntgen, a través de la cual obtuvo una radiografía2.

(1.16MB).
Figura 4.

Radiografía de unas pesas en su casa, obtenida por Röntgen durante sus experimentos2.

(0.6MB).
Figura 5.

Radiografía de la escopeta de Röntgen2.

(1.28MB).

Después de la brillante demostración y en medio del gran entusiasmo de la audiencia, Röntgen le pidió permiso al famoso anatomista de la Universidad de Würzburg, Albert von Kölliker (fig. 6), para radiografiar su mano. Kölliker aceptó con gusto y cuando se mostró la imagen (fig. 7) a la audiencia hubo un aplauso tremendo. Todos los presentes sintieron que estaban participando de un momento de importancia histórica.

Figura 6.

El anatomista Albert von Kölliker (1817-1915).

(0.43MB).
Figura 7.

Radiografía de la mano del anatomista Albert von Kölliker obtenida por el mismo Röntgen el 23 de enero de 18962.

(0.14MB).

Kölliker aseguró que durante cuarenta y ocho años como miembro de la Sociedad Físico-Médica de Würzburg nunca había asistido a una reunión en la que se había presentado un tema de tanta transcendencia. Pensó que el descubrimiento sería de suma importancia para las ciencias naturales y tal vez también en la medicina. Terminó con tres hurras por el descubridor y propuso que los rayos sean llamados “rayos Röntgen”. Esta sugerencia fue aprobada en medio de renovados aplausos para el descubridor.

El entusiasmo general nuevamente se expresó en una breve discusión. Kölliker preguntó a Röntgen si pensaba que con el tiempo sería posible hacer fotografías de rayos X de otras partes del cuerpo humano, y si la cirugía y la anatomía podrían beneficiarse con este descubrimiento. Röntgen contestó que eso no era posible en ese momento, porque los diferentes órganos, nervios, músculos y vasos sanguíneos eran de aproximadamente la misma densidad y por lo tanto no podían ser diferenciados por los rayos X, que solo producían una sombra definida para los huesos. El Profesor C. Schonborn, uno de los cirujanos presentes, advirtió sobre el exceso de optimismo, y Röntgen respondió que ya que no era difícil radiografiar un perro o un gato, y que sería posible en un futuro próximo poder tomar imágenes de regiones más grandes del cuerpo humano. Dijo que, sin embargo, no tenía tiempo para continuar sus experimentos en esa dirección, pero que estaría dispuesto a prestar toda la ayuda de su experiencia para cualquier tipo de experimentos que se realicen en instituciones médicas. Recordamos que Röntgen se negó a patentar su descubrimiento para no limitar las investigaciones sobre el tema y su ulterior desarrollo.

Así finalizó esta memorable demostración pública, que fue la única que Röntgen presentó sobre su descubrimiento de los rayos X frente a una audiencia numerosa.

El artista inglés Robert Alan Thom (1915-1979) pintó un cuadro en 1966 mostrando a Röntgen durante su primera demostración pública y a Albert von Kölliker poniendo su mano sobre una placa fotográfica para obtener una radiografía. La pintura se publicó en un libro titulado Grandes Momentos en Medicina por Parke, Davis & Company (fig. 8)13.

Figura 8.

Cuadro de Alan Thom mostrando a Röntgen durante su primera demostración pública13.

(0.74MB).
Conflicto de intereses

El autor manifiesta ser el Presidente de la Sociedad Argentina de Radiología como posible conflicto de interés.

Referencias
[1]
Barker GF. Röntgen Rays. New York: Harper & Brothers Publishers; 1889.
[2]
O. Glasser.
Wilhelm Conrad Röntgen and the early history of the Röntgen Rays.
Springfield: Charles C Thomas, (1933),
[3]
Papp D. Röntgen, el descubridor de los rayos X. Buenos Aires: Emecé; 1945.
[4]
A. Underwood.
Wlhelm Conrad Röntgen (1845- 1923) and the early development of radiology.
Can Med Assoc J., 54 (1946), pp. 61-67
[5]
Dibner B. The new rays of Professor Röntgen. Norwalk: Burndy Library Inc. Conn; 1963.
[6]
M. Cohen, N.G. Trott.
Wilhelm Conrad Röntgen, 1845-1923.
Br J Radiol., 46 (1973), pp. 81-82
[7]
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Circumstances surrounding the discovery of Röntgen rays.
Tidsskr Nor Laegeforen., 10 (1995), pp. 3745-3748
[8]
Brachner A, Eckert M, Blum M, Wolfschmidt G. Röntgenstrahlen Deutsches Museum Munchen, 1995.
[9]
W.O. Arruda.
Wilhelm Conrad Röntgen: 100 years of the discovery of X-rays.
Arq Neuropsiquiatr., 54 (1996), pp. 525-531
[10]
R.I. Frankel.
Centennial of Röntgen's discovery of x-rays.
West J Med., 164 (1996), pp. 497-501
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M. Tubiana.
Wilhelm Conrad Röntgen and the discovery of X-rays.
Bull Acad Natl Med., 180 (1996), pp. 97-108
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W.C. Röntgen.
Eine neue Art von Strahlen- Vorläufige Mittheilung.
Sitzungsberichte der Physikalisch-Medizinischem Gesellschaft, (1895),
[13]
Bender G, Thom R. Great moments in medicine. Detroit: Parke Davis & Company; 1966.
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