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Vol. 22. Núm. 4.
Páginas 202-212 (julio 2007)
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Vol. 22. Núm. 4.
Páginas 202-212 (julio 2007)
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Calidad asistencial y prevención de enfermedad tromboembólica venosa. Nuevo modelo de gestión
Quality of care and prevention of venous thromboembolic disease. A new management model
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Jorge Orosco Pedemontea, Patricio Duarteb, Beatriz Grandb, Dardo Riverosb, José Antonio Mirón Caneloc
a Sección Clínica Médica. Departamento de Medicina. CEMIC. Buenos Aires. Argentina.
b Sección Hematología. Departamento de Medicina. CEMIC. Buenos Aires. Argentina.
c Medicina Preventiva y Salud Pública. Facultad de Medicina. Universidad de Salamanca. Salamanca. España.
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Uno de los objetivos de cualquier programa de salud debe ser alcanzar un alto grado de calidad asistencial, y para ello se debe tener en cuenta conceptos como nivel científico-técnico, eficacia, efectividad, eficiencia, adecuación, continuidad, accesibilidad, satisfacción del usuario y otros como solidaridad, equidad y ética. Para cualquier plan de mejora de la calidad que se quiera implementar es importante la activa participación de los profesionales. Por tal motivo se ha formado un nuevo modelo de gestión que se basa en pequeñas unidades o grupos compuestos por los profesionales, y cuyas funciones son la planificación, la ejecución, el control y la evaluación de las diversas actividades que se desprenden de un determinado proceso asistencial, tales como las relacionadas con la docencia, la investigación, la gestión y la asistencia (grupos DIGA). En el presente estudio, uno de los grupos formados se encarga de las acciones de mejora del proceso asistencial prevención de la enfermedad tromboembólica venosa (PETEV), para el que hay una gran variedad de criterios terapéuticos, por lo que resulta fundamental conocer qué es lo que se hace, cómo se hace y cuáles son los resultados alcanzados. Por tal motivo, el grupo de profesionales confecciona una guía con recomendaciones para la PETEV, participa en su difusión, y se encarga de implementar la medición de los resultados y su posterior evaluación y aplicación. Dichos resultados muestran el grado de calidad alcanzado en el proceso asistencial en cuestión, y permiten detectar rápidamente situaciones de baja calidad, para tratar de revertirlas lo más rápidamente posible y, de esa forma, garantizar la calidad.
Palabras clave:
Gestión de procesos
Calidad asistencial
Trombosis venosa
One of the goals of any health program should be to achieve high quality of care. To do this, certain concepts need to be kept in mind such as scientific-technical standards, efficacy, effectiveness, efficiency, appropriateness, continuity, accessibility, and patient satisfaction, as well as others such as solidarity, equity and ethics. For any quality improvement plan, active professional participation is important. For this reason, a new management model was created, based on small units or groups composed of professionals, whose functions were the planning, execution, control and evaluation of the different activities related to a specific process, such as those related to teaching, research, management and medical care (ERMA groups). In the present study, one of the groups formed was given the task of improving the prevention of venous thromboembolic disease, which has multiple therapeutic criteria. Therefore, it is essential to specify what is done, how it is done and what results are obtained. For this reason, the group of professionals drew up a guideline with recommendations for the prevention of venous thromboembolic disease. The group participated in the plan's diffusion, and measured the results and their subsequent evaluation and application. These results show the quality grade obtained in a specific process, allow areas of low quality to be rapidly detected and corrected, thus guaranteeing quality.
Keywords:
Process management
Healthcare quality
Thrombosis venous
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Introducción

Uno de los objetivos de cualquier programa de salud debe ser alcanzar un alto grado de calidad asistencial1. En la actualidad, al hablar de calidad se debe tener en cuenta conceptos como nivel científico-técnico, eficacia, efectividad, eficiencia, adecuación, continuidad, accesibilidad y satisfacción del usuario2-4 y otros como solidaridad, equidad y ética, que le dan un enfoque más humanitario.

Si se desea conocer el grado de calidad alcanzado, se debe evaluar la estructura, los procesos y los resultados5 teniendo en cuenta la comunidad a la que van dirigidas las acciones. Para poder realizar dicha evaluación, es necesario conocer los estándares de lo que se quiere revisar y, si bien existen numerosos marcadores que nos permiten conocer la estructura y los resultados, no pasa lo mismo con los procesos; por lo tanto, surge la necesidad de desarrollar instrumentos que permitan evaluar los procesos asistenciales2. Herramientas de este tipo permiten a los gestores tener los conocimientos adecuados en el momento de tomar decisiones en su gestión, de forma análoga a la necesidad de los clínicos de conocer los resultados del laboratorio en el momento de tomar decisiones terapéuticas con sus pacientes6.

La variabilidad es uno de los obstáculos más importantes que se debe sortear para alcanzar una calidad asistencial óptima7, y lo es desde dos puntos de vista: uno es que una misma enfermedad no se manifiesta siempre de la misma manera, y el otro, que los profesionales ante situaciones idénticas con frecuencia actúan de forma diferente. Es imposible, y hasta indeseable, eliminar la variabilidad, pero sí se hace necesario tenerla controlada.

Cualquier programa de calidad que se trate de implementar, para tener éxito, debe contar con la decisión de la dirección8-10 y con la activa participación de los profesionales11. Estos últimos, inmersos en sus funciones clásicas (asistenciales, docentes y de investigación), con frecuencia carecen de motivación para participar en actividades de este tipo (relacionadas con la gestión).

Se ha delineado un programa que tiene como objetivos generales mejorar la calidad asistencial, desarrollar la docencia, potenciar la investigación y contribuir para tener una gestión eficiente y comprometida en la evaluación permanente de los procesos asistenciales, para alcanzar una óptima calidad integral. Para alcanzar estos objetivos se ha dado prioridad a la activa participación de los profesionales y del resto del personal de salud, quienes pasan a ser la pieza fundamental del programa.

Por tal motivo se ha formado un nuevo modelo de gestión basado en la formación de pequeños y muy activos grupos o unidades denominados grupos DIGA (de Docencia, Investigación, Gestión y Asistencia), integrados en este caso por 4 médicos pertenecientes al plantel asistencial y docente de la institución. A dicho grupo se han asignado funciones como: definir las recomendaciones terapéuticas para la prevención de la enfermedad tromboembólica venosa (PETEV) en los pacientes internados, confeccionar una hoja de control de calidad para evaluar el proceso PETEV y realizar la medición de su efectividad y eficiencia, conocer los resultados obtenidos, realizar su evaluación y posterior aplicación asistencial12, participar en tareas docentes de grado y de posgrado, favorecer la creación de líneas de investigación aplicada y contribuir a la reducción de los costos actuando selectivamente sobre la reducción del uso inadecuado de los recursos3,13-15. Es deseable que existan tantos grupos DIGA como procesos asistenciales se desee evaluar, debidamente coordinados.

El principal objetivo del presente trabajo es presentar la actividad de la unidad de gestión formada, para lo cual se han planteado dos tipos de objetivos generales: uno es la medición del proceso asistencial de prevención de la trombosis venosa profunda (PTVP) en sí mismo, y el otro consiste en evaluar los aportes derivados de las actividades generadas por la actividad de los grupos recientemente formados. Después de la confección de la guía con las recomendaciones para la PETEV16 y de su correspondiente hoja de control de calidad, en el presente trabajo se evalúa la calidad del proceso asistencial PETEV en los pacientes internados en los departamentos de clínica médica y de cirugía, durante un período de 6 meses, para lo cual se ha de determinar el grado de adecuación entre las recomendaciones dadas y el tratamiento instituido para la PETEV, tanto en forma general como discriminada según los diferentes grupos de riesgo, conocer los resultados obtenidos en cuanto a complicaciones relacionadas con la enfermedad tromboembólica venosa (ETEV) y si ha habido diferencias en ellas entre los pacientes que recibieron tratamiento adecuado y los que no, y además realizar un análisis de la eficiencia alcanzada; finalmente, se evalúan las diferentes actividades llevadas a cabo desde el punto de vista asistencial, docente, de investigación y de la gestión.

Material y métodos

Población diana: está constituida por los pacientes que se atienden en la institución, que suman aproximadamente 60.000 personas.

Población accesible: son los pacientes que han necesitado ingreso y estancia hospitalaria en dos hospitales universitarios durante un período de 6 meses, comprendido entre el 1 de marzo y el 31 de agosto del mismo año, y suman un total de 2.472 personas.

Población incluida: los pacientes internados a cargo de los servicios clínicos de medicina interna y de cirugía.

Población excluida: los pacientes internados en los demás servicios clínicos de la institución.

Tamaño y tipo de la muestra

Teniendo en cuenta las estadísticas de los años anteriores, se calcula que el número de pacientes incluibles es 2.000. Para el cálculo del tamaño de la muestra se emplea la situación más desfavorable entre el grado de adecuación de los grupos en riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda (TVP) y el tratamiento recibido para prevenirla. Según lo comentado, con un nivel de confianza del 95% y un error del 5%, el tamaño de la muestra resultó ser de 333 pacientes.

Se reparte el número de pacientes en estudio entre los 6 meses que dura el estudio. Previendo la dificultad de poder realizar la encuesta telefónica a todos los pacientes, se decide ampliar el número que se incluye en el estudio, por lo que finalmente se estudia a 567 pacientes. Los pacientes fueron seleccionados aleatoriamente y de forma concurrente con el ingreso hospitalario.

Diseño del estudio

En función de los objetivos propuestos, el estudio epidemiológico más adecuado para alcanzar los objetivos planteados es el descriptivo longitudinal-prospectivo.

Este tipo de estudios permite examinar en cierto período un determinado fenómeno epidemiológico (adecuación del tratamiento) y una serie de variables, por lo que se puede conocer la frecuencia de aquél y su distribución con respecto a éstas, y conocer los cambios producidos en el tiempo que dura el estudio17-19.

Las variables del estudio se pueden ver en el anexo 1.

Instrumento de medida

Para realizar la medición de las variables en estudio, se ha implementado la modalidad que a continuación se describe, en la que, para su mejor comprensión, se distinguen 6 etapas:

Primera etapa: confección de la guía de recomendaciones para la Prevención de la Trombosis Venosa Profunda por 2 de los integrantes del equipo de trabajo16,20-26; se clasifica a los pacientes en grupos en riesgo de TVP; cada uno de los grupos está formado por pacientes que, por su diagnóstico, situación clínica y/o factores de riesgo de tener una TVP, pueden recibir el mismo tratamiento preventivo. De tal forma, se los clasifica en 14 grupos, de los cuales 6 pertenecen a pacientes clínicos; 6, a quirúrgicos y 2, a cirugía traumatológica (del tipo de reemplazo de rodilla o de cadera). A los pacientes que no se incluye en ninguno de los grupos por no necesitar medicación para la PTVP se los clasifica como Cm0. En caso de que el paciente reúna criterios para incluirlo en más de un grupo, se elige el que tenga recomendado un tratamiento más intenso y, en su defecto, se lo clasifica según el principal diagnóstico o causa de internación.

Se definen las situaciones que contraindican el empleo de heparina, que son sólo de orden general y se debe evaluar en cada caso:

­ Trombocitopenia < 100.000/µl.

­ Coagulopatía grave.

­ Antecedentes de trombocitopenia por heparina.

­ Hemorragia activa.

­ Lesiones potencialmente sangrantes del sistema nervioso central (SNC): accidente cerebrovascular (ACV) hemorrágico reciente, ACV isquémico extenso reciente, tumores del SNC.

­ Cirugía del SNC.

­ Hipertensión maligna no controlable.

Los diferentes grupos de riesgo y sus respectivos tratamientos preventivos se pueden ver en el anexo 2.

Segunda etapa: confección de la hoja de control de calidad por 2 miembros del grupo, en la que se ha de asentar los objetivos de calidad para el proceso en cuestión que se considera irrenunciables y son los que luego se medirá27.

Los datos recogidos se pueden ver en el anexo 3.

Tercera etapa: difusión de la guía por medio de su explicación en ateneos de sala y ateneos institucionales, entrega de un ejemplar de la guía a los jefes de las diferentes áreas de la institución y a los médicos asistenciales encargados de internación, difusión de la guía a los demás profesionales a través de un programa específico de educación continuada de los profesionales.

Cuarta etapa: puesta en práctica de la guía con las recomendaciones, debiéndose aclarar que su cumplimiento no es obligatorio; se busca alcanzar el más alto grado posible de adhesión de los profesionales12,28,29.

Quinta etapa: la recolección de los datos la realizan estudiantes de grado, con la supervisión de 2 integrantes del grupo, recogiendo la información de la historia clínica30. Se realiza de forma concurrente con la internación de los pacientes durante el período de estudio. La primera recolección de datos se realiza con escasa difusión de las recomendaciones, que se intensifica durante el siguiente mes de iniciado el estudio.

Sexta etapa: una vez recogidos los datos por los estudiantes, 2 miembros del grupo DIGA los revisan y definen el grupo de riesgo en el que se incluye al paciente, si es adecuado o no el tratamiento (en este último caso, si la inadecuación está justificada o no), y se realiza el cálculo de los gastos.

La validez de la metodología comentada está aceptada en general31, pero en el tema PTVP en particular, es necesario realizar algunas observaciones. La confección de la guía con las recomendaciones se ha basado en estudios previos de rigor científico; la hoja de control de calidad permite recoger los estándares que se considera irrenunciables para considerar que la atención ha sido de óptima calidad; está pendiente para estudios posteriores la confirmación de su validez para mejorar la calidad de proceso asistencial en general, así como la efectividad, la eficiencia y la adecuación en particular. El procedimiento empleado es de fácil aplicación; para la inclusión del paciente en un determinado grupo de riesgo y definir el tratamiento preventivo correspondiente, se ha observado un acuerdo general interobservador del 93%, e intraobservador del 96%.

Introducción en la base de datos

Se introducen los datos en una base de datos construida para tal fin en programa informático dBase III.

Análisis estadístico de los resultados

Se realiza la evaluación de los resultados obtenidos, así como la realización de los cálculos estadísticos correspondientes, en los programas informáticos Epi5 y Excel.

Resultados

La población de 2 hospitales universitarios que cumplen criterios de inclusión durante el período que dura el estudio es de 1.870 pacientes, de los que se evalúa a un total de 567, que representan el 30,3%. La distribución mensual del número de pacientes internados entre los meses de marzo y agosto es de 116, 357, 384, 340, 335 y 338 respectivamente; por otra parte, el número de pacientes que han sido evaluados en ese mismo período es de 58, 78, 112, 100, 128 y 91, distribuidos correspondientemente en cada uno de los meses mencionados. De los 567 pacientes evaluados, 275 (48,5%) son mujeres y 292 (51,5%), varones. La edad promedio de las mujeres es de 65,9 ± 18 años y la de los varones, 63,9 ± 17,7 años. La distribución mensual de los pacientes según la edad y el sexo fue homogénea. La encuesta telefónica se realizó a 290 (51,1%) pacientes evaluados, mientras que no se aplicó a 277 (48,9%).

En la tabla 1 se puede observar la evolución mensual de la adecuación general al tratamiento, así como el número de pacientes que han recibido un tratamiento suficiente para la PETEV.

La tabla 2 muestra la relación entre cada grupo de riesgo y la adecuación al tratamiento recibido para la PETEV. En las especialidades clínicas se observa mayor inadecuación en el grupo que incluye a pacientes cuyas afecciones están poco definidas. Por otro lado, se constató mayor adecuación en el grupo de pacientes con cáncer o antecedentes de TVP y en el de aquellos que no necesitan tratamiento preventivo. Los resultados obtenidos en las especialidades quirúrgicas muestran, en general, mayor inadecuación, excepto en los casos de cirugía mayor en pacientes de alto riesgo, en los que ocurrió lo contrario.

Las complicaciones vinculables a la ETEV y su relación con la adecuación al tratamiento preventivo se puede observar en la tabla 3. Al analizar las complicaciones detectadas en los diferentes grupos de riesgo, se puede observar que: a) durante la internación de los pacientes, uno de ellos (del grupo Cm6) presenta una TVP, mientras que 25 fallecen (1 del grupo Cm1, 14 del grupo Cm3, 8 del grupo Cm4, 1 del grupo Cm5 y 1 del grupo Cir6), y b) durante el seguimiento ambulatorio, 3 pacientes presentan TVP (1 del grupo Cm3 y 2 del grupo Cm6), mientras que 25 fallecen (1 del grupo Cm0, 2 del grupo Cm2, 9 del grupo Cm3, 9 del grupo Cm4 y 4 del grupo Cm6). No se puede descartar que dichos hallazgos se deban al azar.

La relación entre haber recibido tratamiento suficiente para la PETEV y la presencia de complicaciones se puede observar en la tabla 4. Entre los pacientes que recibieron tratamiento suficiente para la PETEV, se observa que presentan alguna complicación 15 pacientes que estaban internados, y otros 15 durante el seguimiento ambulatorio. En el caso de los pacientes que recibieron un tratamiento insuficiente para la PETEV, 11 tuvieron complicaciones estando internados, y 13 durante el seguimiento ambulatorio. No se puede descartar que las observaciones comentadas se deban al azar.

Al analizar el tipo de complicaciones detectadas en los diferentes grupos de riesgo, se puede observar que: a) 4 pacientes cuyos tratamientos fueron inadecuados presentaron TVP (1 el grupo Cm3 y 3 en el Cm6); de los 4 pacientes, en 3 de ellos se considera que han recibido tratamiento suficiente para la PETEV (2 en el grupo Cm6 y 1 en el Cm3), mientras que en 1 no (en el grupo Cm6), y b) de los 50 pacientes fallecidos, 27 recibieron tratamiento adecuado; desde otro punto de vista, 25 de los pacientes fallecidos recibieron tratamiento considerado suficiente para la PETEV. Ninguna de las diferencias comentadas alcanza a tener significación estadística.

La evaluación mensual del gasto se presenta en la tabla 5. Se puede valorar el gasto realizado por cada día de hospitalización, discriminado en los diferentes tipos de gasto que han sido definidos previamente.

Por último, en la tabla 6 se puede apreciar el balance final de lo gastado en cada uno de los grupos de riesgo.

Discusión

El principal objetivo del trabajo es presentar un nuevo modelo de gestión, en el cual los profesionales resultan ser una pieza fundamental11. Dado que la PETEV es uno de los problemas más importantes en nuestro medio, se elige dicho proceso asistencial para ejecutar el programa ya comentado. Por tal motivo, se comentan no sólo los resultados obtenidos específicamente acerca de la prevención de las TVP, sino también las demás actividades generadas por el accionar del grupo de profesionales formado.

Existe una gran variedad de criterios terapéuticos para la PETEV, por lo tanto, para evaluar el grado de calidad asistencial alcanzado al respecto, resulta fundamental conocer qué es lo que se hace, cómo se hace y cuáles son los resultados que se logra. Se encomienda a un grupo de especialistas que confeccione una guía con recomendaciones para la PETEV y se encargue de difundirla, así como de implementar la posterior medición del proceso asistencial PETEV para conocer los resultados alcanzados, y luego evaluarlos y aplicarlos27. El mismo argumento se puede aplicar a otros procesos asistenciales que se considere importantes para evaluarlos, de forma tal de tenerlos debidamente controlados y poder demostrar de una forma objetiva el grado de calidad con el que se trabaja en cada uno de ellos.

En el aspecto asistencial, el empleo de las recomendaciones de la guía para la PETEV está dirigido a alcanzar un nivel de calidad óptimo, especialmente desde el punto de vista técnico-científico, así como de la eficacia, la efectividad, la eficiencia y la adecuación, sin descuidar los demás elementos que intervienen para asegurar una atención asistencial de calidad, de forma independiente del profesional que interviene, lo que permite controlar la variabilidad. El nivel científico-técnico y la eficacia se tienen en cuenta en el proceso de confección de la guía, que se hace con base en estudios previos acerca del tema20-26,32, pero la efectividad, la eficiencia y la adecuación deben ser medidas y demostradas. Con respecto al empleo de las guías y sus correspondientes hojas de control como instrumento para realizar dicha medición, exigen que sean de fácil aplicación, fiables y válidas. La metodología empleada en el presente trabajo es de sencilla implementación y su fiabilidad es óptima considerando el acuerdo existente si se toman todos los grupos en su conjunto, pero es conveniente evaluar el grado de coincidencia en los grupos menos definidos, como son el Cm0 y el Cm6. Este aspecto está pendiente de su validación definitiva como método para mejorar la calidad asistencial mediante la realización de estudios posteriores.

Al evaluar los resultados obtenidos en la PETEV, se observa que la adecuación del tratamiento a las recomendaciones existentes, tomando todos los pacientes durante el período total del estudio, es del 53,9%. Esto no quiere decir que el resto de los pacientes haya recibido un tratamiento ineficaz para la PETEV, ya que en muchos casos la inadecuación se debe a un excesivo empleo de medicamentos. Al evaluar cada grupo de riesgo por separado, se observan diferencias entre ellos en la adecuación, que es mayor en los grupos Cm0, Cm3, Cir1 y Cir5, y menor en los grupos Cm6, Cir2 y Cir4. Como se puede apreciar, la mayor adecuación se presenta en los grupos de riesgo en los que claramente no hay factores de riesgo y que, por lo tanto, no necesitan tratamiento medicamentoso, y en el caso de las enfermedades tumorales malignas que se han ingresado sólo para quimioterapia, que tampoco llevan tratamiento si no presentan más factores de riesgo; dentro de este último grupo, si tomamos sólo a los pacientes que se internó por alguna complicación clínica, y no sólo para quimioterapia, la inadecuación aumenta de forma marcada. Por otra parte, la mayor inadecuación se observa en los grupos mal definidos y en los que resulta fundamental tener en cuenta los antecedentes del paciente que se comportan como factores de riesgo. Los resultados obtenidos resultan importantes para los gestores, pues dan información acerca de las situaciones clínicas o quirúrgicas en las que hay que intensificar las acciones correctoras para revertir la inadecuación detectada14,33,34.

La mediana adhesión a las recomendaciones terapéuticas detectada se ha descrito en estudios anteriores, en los que se ha visto que es diferente según sea el proceso asistencial en cuestión35; por lo tanto, es conveniente subrayar que, cualquiera sea el grado de adecuación detectado, lo realmente importante es que permite evaluar su comportamiento en el tiempo y el efecto que en él tienen las medidas correctoras que se implementen para mejorar la calidad36. En este punto adquiere importancia medir periódicamente el grado de adecuación alcanzado. En el presente trabajo no se ha realizado una medición de la situación previa, sino que la evaluación es mensual; el registro de los datos durante los primeros 2 meses del estudio coincide con la implementación de una medida que consiste en la intensificación de la difusión de la guía, y la adecuación llega a ser del 61,5%; posteriormente, poco a poco, el grado de adecuación va disminuyendo, para llegar a ser del 46,1% el último mes del estudio. Es difícil atribuir la baja adecuación a una sola causa, entre ellas: fallos en la difusión de las recomendaciones, baja aceptación por los profesionales, falta de más participación y control en el trabajo diario por los integrantes del grupo DIGA y rotación frecuente de los médicos residentes responsables de los pacientes internados. Estas observaciones demuestran una vez más que cualquier medida que se tome para mejorar la calidad asistencial debe ser continua en el tiempo para que su efecto positivo no decaiga37.

Se puede apreciar que tienen alguna complicación relacionada con la ETEV o muerte el 9 y el 11% de los pacientes adecuados e inadecuados, respectivamente; en ambos casos no se puede descartar que las diferencias observadas se deban al azar. En muchos de los pacientes cuyo tratamiento es inadecuado, lo es por empleo de excesivos fármacos, es decir, que reciben un tratamiento suficiente para prevenir la ETEV; por tal motivo, resulta importante realizar la misma comparación entre estos pacientes y los que reciben un tratamiento inferior al recomendado; en este caso tampoco se observan diferencias estadísticamente significativas entre ambos grupos de pacientes. Al hacer la discriminación por grupos de riesgo, en algunos de ellos se observa un elevado número de complicaciones, pero la mayoría de ellas son por fallecimiento del paciente, y no se puede atribuirlas a la ETEV, ya que pueden estar relacionadas con las características propias de los pacientes; además, el número de pacientes incluidos en algunos grupos es bajo. Es llamativo que las cuatro TVP detectadas se observan entre los pacientes que reciben tratamiento inadecuado, pero sólo una se observa entre los pacientes que recibieron tratamiento considerado insuficiente para la PETEV. Por tal motivo, el hecho de no detectarse diferencias significativas en las complicaciones entre los que reciben un tratamiento adecuado y/o suficiente para la PETEV y los que no, nos indican la conveniencia de revisar las recomendaciones actuales de forma periódica. El conocimiento de los resultados surgidos de la propia experiencia sirve como referencia en caso de que se intente implementar algún tratamiento alternativo para la PETEV en el futuro, para lo cual se debe realizar previamente los estudios analíticos correspondientes.

Con respecto a la eficiencia obtenida, se puede apreciar que la inadecuación observada incide en un menor gasto que el que se habría producido con una correcta aplicación de las recomendaciones existentes; esta apreciación es parcial, ya que habría que realizar un estudio adecuado para evaluar la relación coste/beneficios38. Es importante evaluar cada grupo de riesgo separadamente, y de esta forma se puede apreciar que, en general, el gasto inadecuado está en relación con los grupos de pacientes que según las recomendaciones no necesitan tratamiento medicamentoso o que éste es a bajas dosis, más que con el grado de adecuación del grupo. Estudios de este tipo, clasificando a los pacientes en grupos de riesgo, permiten conocer la eficiencia con la que se trabaja en cada una de las enfermedades que presentan aquéllos; esto aporta información fundamental acerca de los pacientes en los que se está gastando dinero inadecuadamente, por exceso o por déficit, lo que debe generar acciones y/o programas de mejora, en este caso, relacionados con la sobreutilización y/o infrautilización de los recursos existentes; los resultados obtenidos a través de la implementación de la guía para la PTVP deberían actuar en el futuro como un mecanismo de retroalimentación permanente para mejorar la calidad en dicho proceso asistencial, tal como se plantea en estudios previos39.

Desde el punto de vista de la gestión, el presente trabajo no sólo debe permitir alcanzar un mayor grado de eficiencia, sino que al aportar resultados concretos acerca de cuál es la situación actual de la calidad de la estructura, los procesos y los resultados, también aporta información que tener en cuenta en el momento de planificar, por lo que constituye una herramienta importante para los gestores en el momento de tomar decisiones40. Además, las evaluaciones pueden ser realizadas de forma permanente o repetirse por períodos de duración y frecuencia variables, con el fin de conocer la evolución de los resultados en el tiempo con la frecuencia predeterminada y detectar precozmente cualquier desviación que se produzca en el grado de calidad buscado, evaluar las causas, realizar medidas correctoras y posteriormente volver a medir el grado de calidad, de forma tal que la garantice33,40.

En cuanto a la participación de los profesionales, es fundamental que éstos conozcan mejor cuáles son los objetivos del programa de calidad que incluye su intervención en los grupos recientemente formados, de forma tal de incentivar su activa participación en ellos11; el mediano grado de adhesión a la guía observado entre los profesionales nos indica que se debe trabajar más para aumentar la aceptación de las recomendaciones existentes, para lo cual es importante que la información de los resultados derivados de la actividad asistencial de los profesionales vuelva a ellos, es decir, que haya retroalimentación39. Lograr la participación profesional es una tarea a medio y largo plazo que exige una serie de transformaciones progresivas, entre ellas, tener la capacidad de aceptar los cambios y la posibilidad de cambiar. En los casos con bajo grado de adecuación, es decir, con baja aceptación de las recomendaciones existentes por parte de los profesionales, debe tenerse en cuenta que la guía no se adecue a la realidad del lugar41, por lo que es conveniente revisarlas periódicamente. Es necesario que haya contacto permanente entre los niveles de dirección y los profesionales que tienen funciones asistenciales, pues con frecuencia suele haber una desconexión entre estos últimos y los programas de evaluación existentes42.

Otro de los aspectos que considerar está relacionado con la evaluación del funcionamiento del grupo formado. Al respecto, se puede conocer el rendimiento individual y colectivo de los que han participado en la recolección de los datos, así como de los encargados de la difusión de la guía y del procesamiento de los datos. Dados los resultados obtenidos, es aconsejable intensificar el trabajo; debe mejorarse el número de encuestas telefónicas realizadas, ya que sólo se realizan al 51,1% de los pacientes evaluados; este problema adquiere importancia, pues la encuesta es lo que permite conocer la efectividad de la guía con las recomdesempeño de sus funciones, pero deben ser debidamente coordinados y controlados.

Desde el punto de vista de la docencia, los resultados del trabajo muestran la necesidad de continuar las actividades realizadas en la etapa de difusión de las recomendaciones, con la intención de incrementar la aceptación de las recomendaciones contenidas en toda la guía en general, y en particular en los grupos con mayor inadecuación o que han generado mayor gasto inadecuado. La docencia deberá llevarse a cabo en el trabajo diario, en ateneos clínicos departamentales e institucionales, y a través del programa de educación continua de los profesionales.

Los integrantes de los grupos, a través de las actividades realizadas con los médicos residentes, participan en la formación de profesionales a nivel de posgrado en las respectivas especialidades médicas. También se realizan actividades relacionadas con la formación de grado con los alumnos que participan en la recolección de datos en el presente estudio, y con el resto de los alumnos al tratar, dentro de su plan de estudios, el tema específico PTVP. El trabajo conjunto entre los docentes y los demás profesionales de la institución propicia la integración de la docencia con la asistencia, la investigación y la gestión.

La investigación también se ha visto incrementada. Un ejemplo de ello es que el estudio realizado se traduce, en este caso, en un trabajo de investigación aplicada, orientado especialmente a aportar datos útiles para la gestión, y se puede realizar de forma paralela estudios de investigación clínica. Se puede realizar simultáneamente evaluaciones de diferentes procesos asistenciales, por uno o más grupos de calidad, lo que permite generar múltiples trabajos de investigación. Por otra parte, la actividad de los grupos recién formados y el hecho de trabajar con una determinada metodología facilitan la realización de otros trabajos de investigación propios o la ratificación de observaciones realizadas por otros autores en temas que sean de interés institucional43,44, así como la participación en trabajos multicéntricos.

Como conclusión, no basta con decir cómo se trabaja y tener líneas de trabajo asistencial totalmente definidas y basadas en métodos diagnósticos y terapéuticos científicamente aceptados. Se debe demostrar lo que se hace, para lo cual se debe medir, evaluar y presentar los resultados33,45 incorporando conceptos como efectividad, eficiencia y adecuación, entre otros. Éstas son sólo algunas de las funciones encomendadas a los grupos DIGA recientemente creados ya que, a través de su puesta en marcha, sus integrantes generan y participan en una serie de actividades orientadas a mejorar la calidad asistencial, desarrollar la docencia, potenciar la investigación y disponer de una gestión moderna comprometida con la medición de los procesos asistenciales y con la reducción de los gastos a través de la disminución selectiva del uso inadecuado de los recursos. La creación de este tipo de modelo de gestión, que propicia la activa participación de los profesionales, les permite alcanzar un mayor desarrollo profesional y una mayor satisfacción personal, al mismo tiempo que pasan a ser protagonistas del proceso que debe permitir alcanzar un alto grado de calidad integral. En el tema de la reducción del gasto, pasan a ser los propios profesionales de la salud los que tomen decisiones acerca del gasto en todo lo que esté relacionado con temas específicamente asistenciales46, dejando en manos de los profesionales administrativo-contables la reducción del gasto en temas de su especialidad.





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