Introducción
La diabetes mellitus es una de las enfermedades crónicas que mayor atención médica y erogación económica demandan, lo que la constituye como un problema de salud pública1-3.
Estimaciones recientes refieren la existencia de 120 millones de diabéticos en el mundo, y se espera que se duplique en los próximos 10 años. En México cada año se registran más de 180.000 casos nuevos de esta enfermedad y es causa de aproximadamente 36.000 defunciones4.
En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) la diabetes se sitúa en el segundo lugar entre los principales motivos de demanda en la consulta de medicina familiar, y en el primer lugar en la consulta de especialidades5,6.
Para su adecuado control se requiere un manejo cotidiano independiente del tratamiento médico como parte de la responsabilidad y la autonomía en el control de su enfermedad. El apoyo adecuado para lograr los objetivos del tratamiento incluye: educación, plan de alimentación, ejercicio, medicación y cumplimiento del tratamiento1.
La educación del paciente y su familia es una parte integral para el éxito del tratamiento, es importante que el paciente esté bien informado para participar en las decisiones necesarias de su cuidado y mantener un control adecuado de la glucemia, para lo cual se requiere modificar el estilo de vida, control y eliminación de factores de riesgo, automonitorización, componentes y metas del tratamiento, así como la prevención y vigilancia de complicaciones7-10.
En la actualidad se da prioridad al estado anímico del paciente y del prestador primario, y uno de los propósitos en el tratamiento integral de estos pacientes es incorporarlos de manera activa en el autocuidado de su afección y facilitar su capacitación. Para tal fin se crearon los grupos de apoyo (GA) en los que la base del tratamiento es no farmacológico y consiste en un plan de alimentación, control de peso y actividad física11. En un principio se establecieron por razones de costo-beneficio y pronto se los reconoció como un instrumento terapéutico de gran utilidad, ya que promueven el autocuidado del paciente12-14.
Existen varios modelos de programas educativos para pacientes diabéticos y básicamente el equipo encargado es multidisciplinario, formado por endocrinólogo o internista, educador en diabetes, nutriólogo, trabajador social, psicólogo y, en ocasiones, fisioterapeuta y pediatra, cuya meta es lograr una coordinación mediante la formación de grupos de apoyo y lograr una cobertura amplia o total de la población con diabetes mellitus1.
El objetivo del presente trabajo es comparar el control glucémico entre los pacientes que pertenecen al grupo de apoyo y quienes no forman parte de él.
Material y método
Se realizó un estudio de casos y controles con los pacientes diabéticos adscritos a todas las unidades de medicina familiar del Instituto Mexicano del Seguro Social en la Ciudad de Cancún, Quintana Roo.
Para conformar el grupo de casos, se incluyó a la totalidad de los pacientes que pertenecían y asistían a más del 80% de cada una de las actividades realizadas por los grupos de apoyo de diabetes mellitus por un mínimo de 6 meses. Estas actividades consistían en charlas semanales, ejercicio cada tercer día con duración de 30 min, juntas y/o convivencias mensuales.
Los controles se seleccionaron con una relación de 1,6 por cada caso, mediante el emparejamiento por edad, sexo y unidad médica de adscripción.
En ambos grupos se verificó que cada paciente presentara 2 o más mediciones de colesterol, triglicéridos y glucemias, así como la asistencia con su médico familiar y con el nutricionista dietista, tomando en cuenta de este último si había recibido la información sobre su régimen alimentario.
Los datos de glucemias, colesterol, triglicéridos, somatometría y datos sociodemográficos se obtuvieron del expediente clínico anotando el valor correspondiente según el mes en que se realizó el estudio de laboratorio, así como el número de veces en que se realizó la prueba durante el período de estudio. Posteriormente se estratificaron los valores de acuerdo con los parámetros de normalidad referidos por la American Diabetes Asociation para el control metabólico de los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 y se estimaron las odds ratio (OR) entre el grupo de apoyo y el grupo control.
Resultados
Se incluyó a un total de 73 pacientes, de los que el 34,3% pertenecía a la UMF N.o 13; el 15%, a la UMF n.o 14, y el 50,7%, a la UMF N.o 15. Su promedio de edad fue de 59 años, predominó el sexo femenino, con el 72,3%, y la primaria como nivel de escolaridad (53,4%); destaca que sólo el 2,7% contara con estudios profesionales y el 23,8% no supiera leer ni escribir. En relación con su estado civil, el 80,8% de ellos eran casados, el 68,5% vivía con su cónyuge y un 80,8% no estaba empleado.
Los casos fueron el 41,1% de la población, todos ellos de sexo femenino, ccon promedio de edad de 58 años y un valor medio del índice de masa corporal (IMC) de 30,45. El 26,7% no contaba con algún grado escolar y el 16,7% no sabía leer ni escribir. En lo que respecta a su situación laboral, el 93,3% de ellos no trabajaba, el 70% eran casados y el 50% vivía actualmente con su cónyuge. En lo referente al promedio de los valores de sus glucemias, se observó una media de 144,6 mg/dl (78,3-255 mg/dl), respecto al colesterol, fue de 210,6 mg/dl (153-277,6 mg/dl); de igual manera los triglicéridos fueron de 165,6 mg/dl (80-411 mg/dl).
Independientemente de las actividades propias del grupo de apoyo, se encontró que todos los pacientes de este grupo acudían a su control mensual con el médico familiar, se realizaban su monitoreo de presión arterial y dextrostis, el 86,7% acudió a nutrición para control dietético y el 43,3%, a su revisión dental.
El grupo control lo conformaron 43 (59,9%) pacientes, de los que el 48,8% correspondió al sexo masculino y el 51,2%, al femenino, con un promedio de edad de 60 años y un valor medio de IMC de 27,4. En este grupo se encontró a la totalidad de los que contaban con estudios universitarios (4,7%), así como un nivel máximo de estudios predominantemente primarios (53,5%); sin embargo, el 30,2% no contaba con ningún grado escolar y el 27,9% no sabía leer ni escribir. Por otro lado, el 72,1% no trabajaba, el 88,4% eran casados y el 81% vivía con su cónyuge. En lo referente al promedio de los valores de sus glucemias, se observó una media de 188,1 mg/dl (82,3-376 mg/dl); respecto al colesterol, fue de 206,2 mg/dl (135-331 mg/dl). De igual manera los triglicéridos fueron de 253 mg/dl (79-1.577 mg/dl). Dentro de las actividades inherentes al tratamiento, se incluye la asistencia a control con su médico familiar, nutricionista y estomatólogo, la cual se dio en el 100, el 72,1 y el 20,9% respectivamente. Asimismo sólo el 16% se automonitorizaba con dextrostis y se realizaba mediciones de presión arterial.
Al comparar las glucemias entre los dos grupos, se observó que en el grupo de apoyo este valor es menor que en el grupo control (p < 0,05); sin embargo, las concentraciones de colesterol y triglicéridos fueron similares en ambos grupos (p > 0,05). Al estimar el riesgo de presentar un valor de glucemia > 120 mg/dl, se encontró que los pacientes que pertenecen al grupo control tienen OR = 2,1 (0,76-6,2) con relación a los pacientes que pertenecen al grupo de apoyo. De igual manera, el presentar un valor por arriba de lo normal de triglicéridos séricos, se obtuvo OR = 4,3 (1,4-12,8) para el grupo control con relación al grupo de apoyo. Por el contrario, al evaluar los valores por arriba de lo normal del colesterol sérico, se observó OR = 0,75 (0,22-2,56) del grupo control con relación al grupo de apoyo.
Discusión
La diabetes tipo 2 suele manifestarse en la edad adulta, un período de la vida en la que se ha establecido los patrones del estilo de vida y las conductas, lo que a su vez ha motivado a diferentes instituciones y asociaciones a crear programas de educación y apoyo para este tipo de pacientes. Asimismo, dentro de los grupos de apoyo para esta enfermedad, el autocontrol de la enfermedad, los beneficios de ello y motivar al paciente a hacer los cambios necesarios en el estilo de vida contribuyen al control metabólico de esta enfermedad15. Sin embargo, en los grupos de apoyo para diabetes mellitus tipo 2 de las unidades de medicina familiar de la ciudad de Cancún, los valores promedio de glucosa, triglicéridos y colesterol séricos no reflejaron un control metabólico, únicamente se encontró que los valores de las glucemias para este grupo fueron menores que en el grupo control; aunque es importante señalar que ambos promedios estuvieron por encima de 126 mg/dl, cifra que la American Diabetes Association indica como normal13. Por otro lado, el pertenecer a un grupo de apoyo conlleva una mayor interrelación entre el paciente y los equipos de salud, lo que se refleja en la asistencia y la participación en cada una de las actividades que se realizan dentro del grupo16,17, lo que no se presentó en los grupos de apoyo de las UMF, adonde sólo acudían mensualmente con el médico familiar y menos de la mitad acudían a sus citas con el nutricionista y el estomatólogo.
Si bien refieren y recomiendan las asociaciones internacionales sobre diabetes que el control de la glucemia se debe efectuar con la hemoglobina glucosilada (HbA1c)18, también es importante destacar que dentro de este nivel de atención no se cuenta con dicha prueba, por lo que el parámetro utilizado para evaluar su control glucémico son los valores de la glucosa sérica en ayunas.
Por otra parte, también es importante destacar que el riesgo de presentar valores por arriba de lo normal para glucosa y triglicéridos es mayor en el grupo control que en el grupo de apoyo; sin embargo, la OR estimada para las glucemias no fue estadísticamente significativa.
Asumiendo la necesidad de la formación de grupos de apoyo, aunado a los múltiples beneficios paralelos que aportan tanto a los enfermos como a sus cuidadores quienes tienen los mismos factores de riesgo, se sugiere una mayor participación de ambos personajes, es decir, que aun conociendo los beneficios que conlleva la formación de los grupos de apoyo, los integrantes de estos grupos en las UMF sólo representan aproximadamente el 0,2% del total de los pacientes con diabetes mellitus. Por lo tanto, es fundamental la difusión y la promoción que se dé a estos grupos.
Correspondencia: Dr. L. Sandoval.
Instituto Mexicano del Seguro Social. Subdelegación IMSS, Jefatura de Prestaciones Medicas, 3.er. piso.
Avda. Tulum esq. Viento, SM 4 s/n. 77500 Cancún. Q. Roo. México.
Correo electrónico: luis.sandovalj@imss.gob.mx