En el año 1983 se celebró en Barcelona un workshop organizado por la Oficina Regional de la OMS para Europa sobre un tema, la calidad asistencial, que en ese momento era una notable novedad en el contexto tanto de la asistencia hospitalaria como de la extrahospitalaria.
La persona que desempeñó un papel importante en el desarrollo de este evento fue la Dra. Rosa Suñol, que ya desde esos primeros momentos se encontró estrechamente relacionada con todo lo que representase tanto la implantación como la consolidación y la difusión de este nuevo concepto en España.
El año siguiente, en el Hospital Gregorio Marañón de Madrid se realizó lo que se denominó, un poco pomposamente, el 2.º Congreso Español de Control de Calidad Asistencial, que ponía de manifiesto un nada disimulado deseo de conseguir rápidamente solera en este campo todavía incipiente. En el transcurso de este Congreso, en los pasillos, se constituyó un grupo de jóvenes profesionales de la sanidad, un defecto que se nos ha curado con el tiempo, y que acordó la creación de la Sociedad Española de Calidad Asistencial. A tal efecto se dieron los pasos administrativos necesarios, de tal modo que en los meses siguientes quedó constituida legalmente.
Creo que es necesario recordar aquí a algunas de las personas que formaron aquel grupo de "jóvenes inquietos por el control de calidad": Rosa Suñol, Rosa Delgado, Pilar Fernández Segoviano, Francisco Rodríguez, Gonzalo Cisneros y yo mismo, y seguro que alguno más que la memoria, la ya mala memoria, no me ayuda a citar como desearía. Juntos discutimos el acta fundacional y los estatutos. También juntos debatimos durante meses, y creo que durante años, aspectos que entonces creíamos fundamentales, entre los que debería destacarse la palabra control, y el caso de si debería preceder a la calidad asistencial, por si convenía o no para la mejor implantación en los hospitales.
En 1985 se celebró en París el congreso de la International Society for Quality of Care. La Dra. Suñol, otra vez decisiva, logró que se nos concediese la organización del siguiente congreso, que se celebró en Madrid en 1986. Creo firmemente que este congreso, celebrado en los salones del Ministerio de Sanidad, representó un paso muy importante tanto para la consolidación de la joven Sociedad, como para la difusión de los conceptos iniciales de la calidad asistencial entre los profesionales de la sanidad y sobre todo entre los gestores. Siempre resulta difícil valorar los resultados de un evento de este tipo, pero estoy convencido de que desempeñó un papel relevante en la evolución posterior de las nuevas ideas.
Cómo se realizó este congreso, sin ningún apoyo económico y con el compromiso decidido de los todavía escasos miembros de la Sociedad hasta en labores puramente artesanales, es un aspecto que forma parte de la pequeña historia de todos los proyectos que se empiezan con una gran ilusión.
En los años siguientes, los congresos nacionales tuvieron un concepto fundamentalmente de "apostolado" de la "buena nueva". Oviedo, Málaga, Alicante y otras muchas ciudades recibieron a un grupo entusiasta que apoyaba con su presencia la implantación de un programa apenas incipiente en cada lugar. La discusión colectiva de la metodología, los primeros resultados y sobre todo los proyectos ocupaban el trabajo de estas reuniones. Después ha venido la consolidación y la madurez, pero esto creo que está lo suficientemente próximo como para recordarlo sin esfuerzo.
Cuando uno dirige la mirada hacia atrás, tan atrás como 20 años, puede ver todo con un cierto componente de añoranza, y al tiempo de benevolencia con la que se observa el inicio de cualquier actividad. Probablemente por este condicionante, no puedo por menos que sentirme satisfecho de haber formado parte de aquel grupo que se convirtió en amigos por y para compartir el entusiasmo hacia una idea que hoy está firmemente consolidada.
Siempre es de agradecer que te den la oportunidad de contar a muchos sanitarios, que entonces apenas estaban iniciando sus estudios, y que ahora están implicados en los programas de calidad asistencial, la ya lejana protohistoria de esta Sociedad y la de aquel grupo que hizo posible su nacimiento.
Manuscrito recibido el 21 de enero y aceptado el 25 de enero de 2005